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Memoria histórica
Anarquistas en la Resistencia, el Bataillon del Río y sus luchas pirenaicas
Saludos gente que lee. Tras el parón del mes pasado por diversas razones que no vienen al caso, aquí estoy de nuevo con una nueva aportación a la resistencia libertaria en Francia.
Cuando hablamos de unidades confederales en el país vecino que combatieron contra los nazis sin estar integradas en la UNE (Unión Nacional Española) , pronto se nos viene a la mente el conocido Batallón Libertad, los maquis de los pantanos del Aguila o de Bort les Orgues, entre las regiones del Cantal y la Correze, o los maquis del grupo KOFRA o del grupo Malaterre en la región del Lot. Para mi sorpresa, el Batallón Libertad no fue el único que organizó la CNT durante el año 44.
En la región del Ariege, situada en el sureste de Francia, actuaba un grupo maquisard denominado “Bidón 5”, que formaba parte de la AS (Armée Secrète), una de las organizaciones de la resistencia en el país vecino. Dentro de este grupo encontramos al “Bataillon del Río”, formado basicamente por anarquistas españoles, aunque también podemos encontrar algunos socialistas, y algunos combatientes italianos, tanto libertarios como socialistas. No es mucha la información disponible hasta el momento del desconocido “Bataillon del Río”, por lo menos la que ha llegado hasta mí, o la que he conseguido recopilar.
Vamos por partes como dijo el Jack famoso aquel...
Para empezar, situamos al grupo libertario entre las comunas de Cazavet y Couserans, en el departamento del Ariege, mientras que el grupo francés principal, se encontraba en el vecino y cercano departamento de Haute Garonne, acantonados en Arbas. El máximo responsable de “Bidón 5” era Pierre Lachaux “Duclos”, quien había creado el grupo en 1944. Por su parte, el zaragozano Eduardo Vizcaya “del Río” era el encargado del Bataillon del Río. Sabemos que la unidad española contaba con 146 guerrilleros en agosto del 44, y como ya hemos anticipado, en su mayor parte, libertarios. La unidad tomó parte en diversos combates, como la liberación de Comminges, en el departamento de Haute Garonne, en la liberación de Saint Gaudens, en la toma de Saint Girons en el departamento del Ariege, la batalla de Rimont, o la liberación del campo de concentración de Vernet, lugar de siniestra memoria para la gente anarquista, pues entre sus alambradas penaron entre otros, los restos de la Columna Durruti cuando pasaron al exilio.
Avanzar también, que ante el protagonismo del PCE en la constitución de la UNE, supuesto conglomerado antifascista, pero dirigido completamente por los comunistas españoles, o la AGE (Agrupación de Guerrilleros Españoles), el brazo armado de la UNE y completamente dirigido a su vez por la camarilla estalinista, una parte de los anarquistas españoles, que eran el grupo más numeroso del exilio hispano, se integraron en maquis franceses que no fueran de los FTP (Franc Tireurs et Partisans), ligados al partido comunista francés. Optaron pues por integrarse en organizaciones como la AS (Armée Secrèt) de tendencia Gaullista, basicamente para escapar de la órbita y control comunista.
Como he anticipado antes, no son muchos los datos que tenemos sobre el “Bataillon del Río”, pero alguna cosa si que nos ha llegado. Sabemos que Eduardo Vizcaya “del Río” fue el responsable del mismo, que su segundo fue Miguel Espinar “Miguel de Almería”. Que entre los hombres que se juntaron a luchar contra los nazis dentro de sus filas podemos encontrar a José Pascual, uno de los representantes de los grupos de CNT en el batallón, a José Alpuente, Fullola, Antonio Hernández, Luis Robles Francisco, al socialista Miguel Blasco Balfagón o al libertario italiano Umberto Marzocchi. Tiempo más tarde, este último pasaría a incorporarse a la brigada partisana Malatesta-Bruzzi, también de carácter libertario, y que fueron los que dieron el soplo a la CNT parisina de que habían encontrado las planchas con las que se hacía la moneda española en una imprenta milanesa... A la CNT parisina, que por aquel entonces dirigía Laureano Cerrada, le faltó tiempo para ir a Italia y traerse aquellas planchas de vuelta, pero eso es otra historia.
Pero no acaban las aventuras con la liberación del sur de Francia durante el verano de 1944. El PCE, viendo soplar vientos favorables con la derrota fascista en Europa, hizo un llamamiento a los guerrilleros españoles para que fueran acercándose a la frontera pirenaica, con la intención de agrupar el máximo número posible de combatientes, para sus invasiones pirenaicas del otoño de ese mismo año. El problema fue que muchos libertarios que habían actuado en la UNE, reunidos en la ACUN (Agrupación Cenetista en Unión Nacional), empezaban a estar discomformes. Además, la UNE empezó a coaccionar a guerrilleros que habían actuado en otras formaciones, o a simples exiliados para que se unieran a su “Reconquista de España”, nombre con el que bautizaron la operación. El resultado fue el de varios muertos, sobre todo anarquistas, pero también comunistas o socialistas que no quisieron pasar por el aro.
Aquí vuelve a tomar protagonismo el Batallón del Río, quien se erigió, primero en el Ariege, y luego en la zona de Tarbes (Altos Pirineos), donde fue acantonado poco tiempo después, en los defensores de los exiliados que no querían colaborar con la UNE.
De hecho, durante la misma liberación ya empezaron los asuntos turbios. El 15 de julio del 44, en La Casace, comuna de Castelnau-Durban, los maquis de la Crouzette, en la orbita de la UNE, enviaron una escuadra a cargo del “Chato” que quemó dicha casa y a la familia libertaria que había dentro como represalia a la negativa del anarquista Ricardo Roy a unirse a los comunistas. El 7 de agosto, dos de los hombres de la Creuzette, Sánchez y Mateo, se dirigieron a Cazavet, donde se encontraba el grueso del Batallón del Río, para tratar de convencerlos de su ingreso en a UNE. Lo que no se esperaban era que los ánimos estuvieran tan “encendidos” después del suceso de La Casace, y que la cosa acabara a tiros y con los dos comunistas muertos. De hecho la CNT tuvo que mandar un escrito tiempo después, tras muchas cohacciones, responsabilizando al PCE de muchos de estos desmanes y amenazando con actuar con las armas en caso de que continuaran con sus amenazas.
Sabemos que tras la liberación del sur de Francia el Batallón estuvo acantonado en Saint Gaudens hasta el 31 de agosto de 1944 y que posteriormente fue trasladado a Tarbes. A principios de octubre, delegados de la CNT visitaron el acuartelamiento para poner un poco de orden, pues había fuertes discusiones entre Eduardo Vizcaya, Miguel Espinar y los delegados de los grupos de CNT entre la tropa. Además se habían descuidado los entrenamientos y cuestiones culturales, además de haber un elevado número de oficiales en comparación con el de soldados. Durante los meses posteriores a la liberación, el batallón siguió creciendo al incorporar numerosos guerrilleros libertarios procedentes de unidades de la UNE, que llegaron a doblar su plantilla.
La UNE trató de monopolizar la resistencia española en Francia, y mediante sus buenas relaciones con el PCF (Partido Comunista Francés) y los FTP (Franc-Tireurs et Partisans, maquis franceses de tendencia comunista), exigió la integración en sus grupos de todos los maquis hispanos autónomos o integrados en grupos franceses. También exigió el desarme de las unidades que se opusieran a ello. Sabemos que Eduardo Vizcaya estuvo haciendo gestiones con elementos conocidos de la Resistencia, como Serge Ravanel, para no acabar integrados en la UNE. Finalmente, el batallón fue disuelto en dicha ciudad el 23 de octubre del año 1944 de forma oficial.
Aún en 1946, la dirección comunista seguía con su cruzada de atesorar todos los méritos de la Resistencia. El dos de octubre el diario “La Republique” publicaba una carta firmada por José Alonso “comandante Robert” exigiendo a las autoridades francesas que se negara cualquier tipo de certificado de actuación en la Resistencia a los españoles del Ariege, que no fuera extendido por los mandos comunistas de la AGE.
Y así, poco a poco, se fue escribiendo la historia, y años después parecía que solo el PCE se había opuesto a Hitler y a sus tropas. Y si miramos el caso de la guerrilla española, pues más de lo mismo. Hasta que el PCE no empezó a mandar cuadros al estado español (esto es a finales de 1944 y sobre todo 1945) parece que no había gente en las sierras, y si los había, eran grupos de “huídos” mal organizados. Que casualidad, esos mismos “huídos” poco después se denominaban Agrupaciones Guerrilleras en periódicos como Mundo Obrero y hacían temblar a Franco.
Fuentes: https://maitron.fr/spip.php?article242660, https://maitron.fr/spip.php?article237840, https://oscarespagne.wordpress.com/, archivo propio y archivo de la Fundación Anselmo Lorenzo (Actas del MLE 1944/45)