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Música
El verdugo de las mil caras al que cantaron Negu Gorriak cumple 25 años
El apabullante tercer disco de Negu Gorriak, Borreroak baditu milaka aurpegi, llega al cuarto de siglo. Peligroso, asfixiante o pesimista, aunque sin pretenderlo, son adjetivos que aún describen al monumento firmado por el quinteto vasco.
Para el Borreroak, cinta de 90. El tercer disco de Negu Gorriak vendió 7.000 copias en su primera semana, pero esa cifra es necesariamente exponencial.
Aitor Suárez recuerda que fue su compañero Gaizka quien se compró el cd y lo multiplicó en tedekás. Borreroak baditu milaka aurpegi —El verdugo es el hombre de las mil caras— fue plaga por los patios de los institutos de Euskal Herria en 1993. “El año de la resaca de los fastos del 92, una de las crisis cíclicas del capital, Altos Hornos que se derrumba, ETA secuestra al empresario Julio Iglesias Zamora, Clinton bombardea Irak y a Gurutze Yanci y Xabier Kalparsoro les arrebatan la vida en las oscuras comisarías españolas. Llegan Jurassic Park y Maastricht, y Jordan se va de la NBA”, recuerda Suárez, que acaba de diseñar ilustraciones para cada tema del disco, un total de 22. 70 minutos, el manifiesto de los Negu, como lo llamó en aquel momento Fermin Muguruza, el asfixiante nudo corredizo que cumple ahora 25 años.
“Entramos a grabar en un momento dulce”, reconoce a El Salto Kaki Arkarazo, guitarra y productor. Habla de las giras del 91 y el 91+1 —el 92 del V Centenario era innombrable— como de la antesala perfecta para el disco: Europa, Cuba, México y, como legendaria curiosidad, un concierto junto a Chumbawamba y Fugazi en el DC. “La química en directo era espectacular, desde el primer tema hasta el final. Fue la primera gira los cinco, este era el primer disco que grabábamos todos juntos y había el espíritu de hacer algo grande”.
Que nadie se imagine a cinco abnegados soldados, no al menos antes de pasarse un mes en el estudio. “Habíamos decidido organizar todo lo que hiciéramos, el sello pero también el escenario, el equipo o la seguridad en los conciertos… de todas maneras Negu no era primordial, todos teníamos nuestros trabajos e incluso otras bandas. Ensayábamos solo una vez por semana, dos horas a la hora de comer”, recuerda Arkarazo.
Escuchar por primera vez Borreroak... es prácticamente reconocer en cada corte que esa no la has visto venir. Arkarazo necesitaba un sonido amplio en el que cupieran todos los estilos que querían tocar. La gira cubana con Los Van Van les dejó con muchas ganas de meter salsa. El rap y el funk estaban ya de antes, y el hardcore se convirtió en lo más parecido al dominador del disco negro. “Ya se ve cómo empieza con ‘Bi doberman beltz’ ahí machacando. Las baterías eran mucho más potentes, antes había bases, veníamos de robar loops. Y el peso del bajo fue fundamental también”, cuenta Arkarazo. “Grabábamos unas canciones con claqueta y otras no. ‘Chaquito’, por ejemplo, la hicimos con, porque no teníamos ni idea de grabar salsa. Te hablo de cuando todo era analógico, sin control zeta”.
Para el crítico musical Xavier Cervantes, el mayor acierto del disco es que “captura la estética del momento: el hardcore como base sobre la que levantar una roca sonora llena de aristas”. “Se publicó poco después de The end of silence de Henry Rollins y Hypocrisy is the greatest luxury de The Disposable Heroes of Hiphoprisy y el mismo año que In on the kill taker de Fugazi e In Utero de Nirvana”, continúa. “Borreroak... tiene menos frescura que los discos anteriores de Negu Gorriak pero a cambio ofrece mayor contundencia y rotundidad”.
Cervantes también cree que “todo tiene sentido aquí, incluso los temas más mestizos son 100% Negu Gorriak, no es un ensayo de diferentes palos, sino un trabajo acabado”. El juego creativo de Iñigo Muguruza y Arkarazo de pasarle maquetas a Fermin para que este pusiera letra resultó en himnos. Como “Itxoiten”y “Hemen izango bazina”, “temazos de Iñigo”, reconoce admirado Arkarazo.
Muchas puertas, ninguna salida y alguna ventana al vacío en lo lírico, eso sí. El señor Arana, calvo con 29 años, soñaba con atracar bancos y ha acabado trabajando en una caja de ahorros, aunque no tardará en suicidarse. Eso es, literalmente, “Bi doberman beltz”.
Le siguen un catálogo de torturas, pistolas, magnicidios, la ley Corcuera, atmósferas asfixiantes, opresivas, ausencias de vidas y omnipresencia de la muerte, aunque Arkarazo niega que fuera premeditado. “A posteriori sí que puedes ver que nos salió un poco oscuro, pero no se planteó un disco pesimista ni nihilista”.
Arkarazo también relativiza la influencia sociopolítica del momento. “Nos reíamos mucho cuando por ahí en alguna entrevista nos preguntaban ‘¿Y cuál es vuestro programa político?’. Nosotros no hacíamos un disco pensando en las consecuencias de la caída del Muro. Que tuviéramos sensación de incertidumbre, pues seguramente eso se pudiera reflejar en el disco, pero el proceso creativo fue mucho más anárquico que todo eso”.
“A posteriori sí que puedes ver que nos salió un poco oscuro, pero no se planteó un disco pesimista ni nihilista”, recuerda el guitarrista Kaki Arkarazo
Borreroak... gustó hasta al ABC. Xavier Cervantes firmó la reseña del álbum en Rockdelux, donde fue elegido disco nacional del año. “Una buena parte del público del grupo seguramente no seguía la revista, pero esta sí que contribuyó a que parte de sus lectores se fijara y valorara la aportación de Negu Gorriak. Eso lo podías ver en algunos conciertos, donde la mezcla de públicos era muy interesante”, apunta Cervantes.
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Anari Alberdi es un ejemplo de este multitarget. “Al final de la gira Gora Herria fui a verles en La Casilla y aluciné, fue mucho más que un concierto. No se parecía en nada a lo que oía por mi cuenta pero alucinaba cada vez que volvía a verlos. En directo eran increíbles”, asegura la compositora, que comenzaría poco después su carrera bajo el sello creado por la banda, Esan Ozenki.
Aquella gira, la del Borreroak..., fue una sucesión de hitos para la banda. Comenzó con los conciertos sorpresa en Alegi y Gasteiz bajo el nombre de Negu Txikiak y Brigada Bertolt Brecht para enfilar hacia Finlandia, parar en un directo para Sputnik de TV3 dedicado a Guillem Agulló y seguir a Suiza, Alemania, Italia, Bélgica, Francia o República Checa.
“Llenamos Roma, París o Berlín”, recuerda Arkarazo, que subraya el carácter único de las NG Brigadak, colectivos que desbordaban el tradicional club de fans para convertirse en células políticas activas y autónomas. El final del tour son 9.000 personas en Bilbao para la grabación del disco en directo Hipokrisiari stop!.
“Nadie tenía un directo tan impactante como Negu Gorriak. En sus conciertos tenías la sensación de que estaba pasando algo importante, incluso peligroso”, afirma el crítico musical Xavier Cervantes
“En el momento del Borreroak..., eran sin duda la banda más en forma de la península. Nadie tenía un directo tan impactante como Negu Gorriak. En sus conciertos tenías la sensación de que estaba pasando algo importante, incluso peligroso”, afirma Cervantes.
La denuncia del jefe del lúgubre cuartel de Intxaurrondo, Rodríguez Galindo, por “intromisión al honor” por la letra de la canción “Ustelkeria”, ya estaba en marcha. Costó siete años zafarse de los 15 millones de pesetas de indemnización con los que el juez condenó en principio al grupo a pagar al guardia civil. Pero la banda y el sello, amenazado de embargo de cuentas y masters incluido, vencieron.
“En lo musical, han tenido demasiado peso en la escena posterior. Se les ha intentado imitar hasta el aburrimiento. En la manera de entender la industria, la apertura de miras, no sé si mucho”, reflexiona Anari
Negu Gorriak también salió, emocionalmente, de Borreroak baditu milaka aurpegi. El levantamiento zapatista trajo luz y color, Ideia Zabaldu. Fue la última gira. Un último agradecimiento a los grupos que hicieron la banda sonora de sus vidas, y salam, agur. “En lo musical, han tenido demasiado peso en la escena posterior. Se les ha intentado imitar hasta el aburrimiento. En la manera de entender la industria, la apertura de miras, no sé si mucho”, reflexiona Anari.
Hoy Negu Gorriak suenan en prime time en la televisión pública vasca cantado por chicas y chicos de entre 17 y 20 años. Go!azen es una teleserie musical de éxito que lleva cinco temporadas en EiTB versionando clásicos de la cultura vasca. Allí, y en el talent donde se seleccionan a sus próximas actrices y actores, Bago!az, se han reinterpretado “Kolore bizia”, “Gora Herria” o “Radio Rahim”.
Eso se lo ha perdido el señor Arana, que planeaba atracar un banco y acabó teniendo, antes de claudicar, una alucinación: dos doberman negros saliendo de los bafles, buscando y destruyendo. Al verdugo le quedaban 998 caras más.
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