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Municipalismo
Juan Manuel Sarasibar: “La gestión pública garantiza buenos sueldos y mejora los servicios”
Juan Manuel Sarasibar trabajó durante 33 años como secretario municipal del Ayuntamiento de Aranguren, siendo una de las figuras referenciales en el impulso municipalista del Valle.
A sus 67 años, Juan Manuel Sarasibar —figura referencial en el impulso municipalista del Valle— lleva una vida tranquila en su casa de Mutilva. Sin embargo, de vez en cuando se acerca al ayuntamiento donde trabajó durante 33 años como secretario hasta que se jubiló en 2013. Pese a dedicar la mitad de su vida al Valle de Aranguren, Sarasibar nació en Uterga, al otro lado del Perdón, en el seno de una familia campesina, y reconoce que su llegada a un puesto al que ha dedicado toda una vida de gestión pública no fue vocacional.
Antes de entrar en el ayuntamiento ¿no habías pensado en que tu vocación era la gestión publica?
No, llegué por casualidad. De joven hice el bachiller y me involucré en la política militando en el Partido del Trabajo, pero entonces no tenía una formación sólida de cara a la gestión municipal. Sin embargo, sí que aprendí durante mi etapa como presidente de la AD San Juan durante cinco años. No sabía qué hacer y un amigo me comentó que había oposiciones en el ayuntamiento de Mutilva. Mi formación fue autodidacta y, con el tiempo, me di cuenta de las posibilidades que tenía ese puesto.
¿Cómo te involucraste en la lucha contra el vertedero?
En ese momento yo venía de participar en otra batalla. En concreto, había sido portavoz del movimiento vecinal contra la instalación de los cuarteles del Perdón en Uterga. Hubo alguno que dijo entonces que yo era un agitador porque me había pasado de una pelea a otra. El caso es que ganamos aquella lucha. Ya en Aranguren y hasta dos días antes de la carga de la Guardia Civil yo no me había significado mucho, pero cuando hubo un encierro en el Arzobispado decidí unirme, ya que no podía estar trabajando en el concejo mientras veía a la gente jugarse la vida. Aquel 2 de abril estaba en la barricada y me cogieron el primero, como se ve en las imágenes.
Aparte de secretario, usted ha sido gerente del Valle, ¿cómo se compagina eso?
La ley establece que un secretario puede hacer la función de gerencia con el mismo sueldo, por lo que es voluntario. Yo lo hacia gustoso porque tenía clarísimo que los servicios tenían que ser de gestión pública, y por ello había que formar equipos para cada área. Aunque al principio tuvimos experiencias de gestión privada y después vimos que la pública era más eficaz y mejor de cara a la ciudadanía. En Navarra pocos secretarios han hecho funciones de gerencia porque no se ha planteado este tema, y desde el Gobierno de Navarra no hemos tenido apoyo en formación del personal. Pocos nos hemos atrevido a una función que conlleva mucha implicación y el riesgo de crearte un enemigo en la oposición.
Sin duda alguna usted es el mayor defensor de la gestión pública y lo ha demostrado con su labor en el Valle.
La gestión pública te garantiza un personal con buenos sueldos y una mejora de los servicios de cara a la ciudadanía. Eso se está viendo ahora y, por ejemplo, en la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona se está apostando por la remunicipalización de los servicios como es el caso de la recogida de basuras. Si los camiones los pone la MCP, ¿tiene sentido que la empresa que lo gestione sea una empresa privada como FCC? El problema está en que si no se hace desde el principio el proceso es complicado porque tus alternativas son o mantener al personal o convocar una oposición.
Aranguren nunca ha recibido nada por el vertedero. No vamos a ceder, y cuando se cierre Góngora estaremos haciendo un favor a Navarra
¿Cómo ve el panorama municipal en el Estado español?
La reforma del artículo 135 ha supuesto un cambio total en la prestación de los servicios públicos de los ayuntamientos. Con la limitación de aumentar los presupuestos solo un 5% la inversión pública ha pegado una reducción impresionante cuando tenía que haber sido lo contrario, relanzar la economía desde lo público. Es vergonzoso que haya ayuntamientos que acaben los cierres con superávit porque haya leyes que les impidan gastar dinero. Somos de los países en Europa que menos personal público tenemos. No pensemos que la administración la tenemos engordada, lo que hay que tener es buenos técnicos para una buena gestión.
Usted fue uno de los ideólogos de la reestructuración del valle, ¿cómo ve el nuevo plan de reforma del mapa local?
Está claro que hay que reestructurar las administraciones adelgazando el gasto inútil y mejorar los servicios públicos, pero sin que se invada la autonomía municipal. Estoy de acuerdo en comarcalizar Navarra, pero la participación debe ser desde abajo, desde los ayuntamientos y concejos. Si se impone desde arriba no se va a llegar a nada. Han dicho que la reforma del mapa local tenía tres competencias: aguas, saneamiento y servicios sociales. Nosotros aquí teníamos los servicios sociales mancomunados y nos tuvimos que salir, porque hay servicios que ayuntamientos grandes los pueden prestar mejor. Una cosa que se olvida en las comarcas es cómo se mueve a la población para llevarla a los servicios. Por ejemplo, la ley navarra prohíbe que nadie se monte en los autobuses que usan los niños de los pueblos para ir a la escuela, pero ¿por qué no se permite que en esos autobuses que están medio vacíos se monte gente mayor? La reforma es inevitable porque va a mejorar los servicios y hay pueblos que no pueden tener determinados servicios y los necesitan. Tendrán que unirse con otros mayores, pero para ello habrá que crear un plan de movilidad.
Por último, ¿cree que Góngora se va a cerrar en 2022?
Si cumplen la ley por supuesto que tienen que cerrarla. Otra cosa es que nuestros políticos no cumplan lo que dice Europa para buscar un sitio para el tratamiento previo al enterramiento, ya que el convenio se firmó en 2008 y apenas se ha avanzado. Los jueces tendrán que dar la razón al ayuntamiento porque tenemos un convenio firmado. No vamos a ceder y estaremos haciendo un favor a Navarra, porque será señal de que se han puesto en marcha unos planes reales de tratamiento de residuos, ya que de otra forma seguirían enterrando 50 años más. Que conste que Aranguren, por ser consecuente, renunció a las ayudas y nunca ha recibido ni un euro por el vertedero.