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Municipalismo
La confluencia en Pamplona es posible y necesaria
Somos muchas las personas que en Pamplona creemos imprescindible generar una dinámica participativa, democrática y transparente para seguir sosteniendo la movilización que llevó al cambio a los ayuntamientos del Estado en 2015. Una confluencia ganadora debe basarse en la ilusión y en la participación.
@aitorbalbasruiz
Otoño de 2015. Aranzadi convoca a EH Bildu, Podemos, IE, Equo, Geroa Bai, y a activistas sociales, a varias reuniones de trabajo abiertas a toda la ciudadanía. Se trataba de constituir una única lista de cara a las elecciones generales al Congreso que iban a celebrarse en diciembre de aquel año. Geroa Bai acudió a la primera cita para manifestar que no estaba interesada. Literalmente, Koldo Martínez fue a explicarlo a la primera asamblea que se hizo en el Palacio del Condestable. IE participó, sin llegar a comprometerse intensamente, y fue la segunda fuerza en descolgarse. Podemos aguantó algo más, aunque siempre anduvo a medio gas y acabó cancelando su implicación tras una asamblea interna consultiva. EH Bildu y Equo por su parte, justo es reconocerlo, fueron las únicas fuerzas políticas que, de manera perseverante, nos acompañaron hasta el final para que aquello no descarrilara, cosa que al final ocurrió.
No pudo ser. Se priorizaron intereses partidistas aunque luego, para compensar, los aparatos de estos partidos pactaron una candidatura unitaria al Senado. Reparto de puestos a puerta cerrada, acuerdos por arriba y consultas plebiscitarias a las respectivas militancias para refrendarlos. La historia es conocida: las cuatro fuerzas sacaron 160.000 votos al Congreso, yendo por separado, y 97.000 al Senado como Aldaketa, yendo conjuntamente. Se perdieron 63.000 papeletas. La iniciativa quedó por detrás de UPN/PP y obtuvo la senadora que corresponde a la segunda fuerza.
Hubo, además, una última nota sectaria a pie de página. El cabeza de cartel consensuado por los aparatos de los partidos para Aldaketa fue sobrepasado en las urnas por la segunda de la lista, de Geroa Bai. Se supone que porque unos cuantos de los votantes de dicha coalición apostaron exclusivamente por ella y no por el resto de candidatos. Fue tal la debacle que el acuerdo se deshizo para las elecciones de junio de 2016. Entonces, Podemos, Equo e IE fueron juntas y lograron un senador, y EH Bildu y Geroa Bai, que lo hicieron cada una por su cuenta, se quedaron con las manos vacías.
Aranzadi lleva 13 meses intentando generar un espacio de confluencia con Podemos, IE y Equo
Aldaketa fue un ejemplo de manual de lo peor de la vieja política: pacto entre cúpulas, participación y horizontalidad inexistentes, falta de transparencia, etcétera. Y, sobre todo, supuso un límite insalvable para ilusionar a los sectores más golpeados por la crisis. Aquello ocurrió en un momento particularmente delicado para el Régimen del 78. Por eso, en el camino, se perdió una oportunidad histórica para construir un bloque alternativo en Navarra con vocación de victoria.
La cuestión es que, entre una cosa y otra, han pasado tres años y medio desde aquello, vuelven las citas electorales, y algunos partidos quieren volver a tropezar con la misma piedra. Y, así, parece esta vez tampoco va a haber quorum, ni en las elecciones generales al Congreso (entre Podemos, EH Bildu, IE, Equo y Geroa Bai), ni en las del Parlamento de Navarra (entre IE, Orain Bai, Equo y Podemos).
Pero, ¿y en las elecciones al Ayuntamiento de Iruñea? Geroa Bai y EH Bildu ya presentaron sus candidatos hace seis meses. ¿Y el resto? Parece de justicia hablar sobre el camino andado. Aranzadi lleva 13 meses intentando generar un espacio de confluencia con Podemos, IE y Equo. Y merece la pena recordar qué ha propuesto públicamente cada uno de esos actores políticos a lo largo de este año. Y, así mismo, es interesante hacer un breve repaso de las reuniones conjuntas que se han celebrado.
Realmente, IU ha sido coherente con sus declaraciones desde la primavera de 2018. Tanto Marisa de Simón como Miguel Nuin han declarado que eran partidarios de concurrir junto con Batzarre y sin más compañeros de viaje. Ni siquiera han consultado a la militancia. Para qué más explicaciones. Batzarre hizo pública su intención de buscar un entendimiento con Podemos y, más tarde, tras anunciar en varias ocasiones su acuerdo con IU, zanjó la cuestión subrayando que, a su juicio, no se daban las condiciones para la confluencia. También sin mayores explicaciones. Podemos, por su parte, ha oscilado entre el silencio y las manifestaciones del deseo de concurrir a las elecciones en solitario para, en los últimos dos meses, proponer explícitamente formas de confluencia, ¿pero qué confluencia?
Por último, la agrupación electoral Aranzadi ha invitado, hasta en seis ocasiones, al resto de opciones políticas a construir un proceso de confluencia ciudadana que desborde las lógicas de los partidos, asambleario y donde se decida de abajo a arriba. Y ha apostado por un censo conjunto nuevo, primarias abiertas, código ético compartido, y en torno a un proyecto político radicalmente democrático y que apueste por un reparto de la riqueza diferente.
Una estrategia basada en el miedo a la derecha es muy probable que sea insuficiente para sostener el cambio
¿Cuál ha sido el desarrollo de las conversaciones desde que Aranzadi hizo la primera convocatoria en febrero del año pasado? IE no se sumó a ninguna discusión vinculante hasta tener atado su acuerdo interno entre IU y Batzarre, cosa que ocurrió en octubre. A partir de entonces, sólo hubo un debate en profundidad acerca de la fórmula legal. Podemos e IE defendieron la coalición de partidos como única alternativa posible. Aranzadi y Equo apostaron por la agrupación electoral, para incorporar a sectores ajenos a los partidos.
Hubo aproximaciones y encuentros, dejando la puerta abierta a otras fórmulas, siempre y cuando la letra pequeña garantizara claramente que lo que se construía no era una coalición de partidos al uso, con sus lógicas de aparatos e intercambio de cromos. Anteponiendo la transparencia, la democracia y los intereses de la mayoría social a los de uno u otro partido. Pero, sin más explicaciones, en un momento dado IE y Podemos se levantaron de la mesa, y hasta hoy.
Por eso, somos muchas las personas que en Pamplona creemos imprescindible generar una dinámica participativa, democrática y transparente para seguir sosteniendo la movilización que llevó al cambio a los ayuntamientos del Estado en 2015, y que difícilmente va a darse con operaciones de confluencia promovidas por las direcciones de los partidos. Si queremos volver a ilusionar a los sectores sociales hastiados de la vieja política, tendremos que dar pasos en la dirección contraria. Una confluencia ganadora debe basarse en la ilusión y en la participación. Por el contrario, una estrategia basada en el miedo a la derecha apela básicamente a los sectores politizados que ya estaban movilizados antes del 15M, y es muy probable que eso sea insuficiente para sostener el cambio. No funcionó contra Trump, ni contra Bolsonaro, ni en Andalucía, y es improbable que vaya a funcionar aquí.
No renunciemos a la confluencia. Sigamos construyendo. Queda poco tiempo, pero mucho por ganar. No dejemos, tal y como se dijo en las plazas, que la política sea un asunto de expertos. Decidámosla entre todas las personas.
Opinión
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Es falso que la candidata de Geroa Bai fuera segunda en la lista de Aldaketa. Bien por el contrario, la encabezó. Y de ahí que recibiera más votos. Las especulaciones sobran.
Suerte que en Aranzadi no hay clases dirigentes ni aparatos de partido. Todas y todos son base, democracia horizontal. ¿Nos lo creemos?
De Aranzadi poco se puede esperar visto el esperpento que montaron en la última votación de los presupuestos. Esperemos que Berro y Cuenca se vayan bien lejos a cultivar su estulticia en twiter, lugar dónde mentalmente pasan más horas.
pues no, no creo que la unidad haya que hacerla porque lo pida Aranzadi.