Movimiento vecinal
Más allá del activismo de barrio

Asuntos pendientes del movimiento vecinal en Andalucía.

Ibán Díaz

Investigador del Departamento de Geografía Humana de la Universidad de Sevilla.

17 abr 2018 16:01

A día de hoy, las formas institucionalizadas de trabajo territorial más exitosas en la Andalucía urbana, en cuanto a extensión, estabilidad e influencia social, siguen siendo las asociaciones de vecinos heredadas del periodo de la Transición. Lo mismo podría decirse de las federaciones de entidades. Las viejas federaciones de asociaciones de vecinos siguen siendo el único espacio de este tipo con cierta estabilidad en el tiempo, aunque muy desgastadas por el envejecimiento, el clientelismo y los errores políticos. Esta es una de las razones por las que, desde la década de los 90, se han sucedido los intentos por crear nuevos espacios de coordinación y agregación dirigidos al trabajo vecinal. Es el caso de La Sevilla que Queremos, Barrios en Lucha en Sevilla o la más reciente iniciativa Arrejuntamiento en Granada, pasando por las efímeras redes de asambleas de barrio a raíz del movimiento 15M. Este tipo de iniciativas siguen siendo necesarias, y la ausencia de ellas, un problema a afrontar dentro del activismo territorial andaluz.

La importancia de arrejuntarse

Los colectivos e iniciativas locales son la base de cualquier movimiento de base amplia. Las redes de solidaridad, los intereses comunes y la identificación mutua que propician el espacio local, el pueblo, el barrio o el tajo, suponen la base real y práctica de las nociones más abstractas de solidaridad, justicia y democracia que se proponen para el conjunto de la sociedad desde los discursos de izquierda. Es tan común este tipo de reivindicación que muchas veces puede caerse en una exaltación idealizada de lo comunitario, ignorando los problemas de su práctica real cotidiana.

Cualquier asociación y acción de tipo local-barrial tiene una tendencia casi innata a lo que podríamos denominar parroquialismo. Ya sea una asociación, un local, centro social o una campaña de otro tipo, el trabajo en barrio implica volcarse sobre un espacio concreto, lo que generalmente supone diluir e incluso ignorar otros lugares y otras escalas de actuación. Esto es la base de la existencia de cierto comunitarismo insolidario, un resultado bastante común en iniciativas políticas volcadas exclusivamente en la identidad territorial, donde la exaltación de las solidaridades inmediatas pasa por el rechazo a todo lo que viene de fuera o todo lo que sucede fuera del propio territorio. Esto tiene mucho que ver con el asociacionismo conservador, pero también con el rechazo que las iniciativas agregadoras generan en cierto activismo radical de izquierda. Diría que esto es una de las causas del carácter efímero que han tenido los intentos de plantear espacios de coordinación y de su carácter, a menudo poco definido y vinculante, como si cualquier intento de federar luchas fuera una agresión contra ciertos principios democráticos.

Trascender la solidaridad concreta en el barrio o en el tajo implica realizar un salto en el que los individuos se vinculan a personas que no conocen personalmente, a veces en sitios muy lejanos, pero con los que construyen un imaginario común y establecen compromisos estables. Esto hace necesario la creación de instituciones mediadoras que articulen la solidaridad y la realidad local con otras escalas de la política y con ideales más generales. Muchas de las coordinadoras que se crean persiguiendo estos objetivos fracasan porque no pasan de ser un agregado de iniciativas locales entre las que en ningún momento se crea algo que vaya más allá de la suma de unas partes con sus propios problemas y su propia agenda. Una institución de este tipo, se llame como se llame, debería tener un proyecto, una estrategia y una agenda común, lo cual requiere por lo general de una identidad, un imaginario y un discurso capaz de hacer comulgar a las parcialidades que pretenden federarse. Diseñar esto es parte de un camino colectivo y algunas de las iniciativas que han surgido en ciudades andaluzas en los últimos años podrían orientarse en este sentido.

Desafíos del trabajo territorial

Trascender del trabajo en el barrio concreto y buscar influir políticamente en otras escalas es fundamental para revertir la deriva de un movimiento vecinal que se debate hoy entre el envejecimiento y un giro progresivamente conservador. Cómo hacer esto es un debate de largo alcance. De partida, podríamos señalar al menos tres ámbitos de conflicto que una iniciativa de este tipo tendría que afrontar necesariamente y que podrían ser la base sobre la que construir un consenso entre distintos proyectos y redes de trabajo local.

Primero está la necesidad de superar en las luchas vecinales la tendencia a la reivindicación exclusivamente negativa. Es un lugar común dentro de las ciencias sociales hablar de un asociacionismo del “no en mi vecindario”. Esta es una cuestión conflictiva para el activismo territorial progresista, dentro del cual, la mayor parte de las campañas que consiguen agregar a colectivos diversos en el plano local giran en torno al rechazo de instalaciones y usos. En algunos casos puede servir el discurso, muy difundido en otras geografías, del “no en el planeta Tierra” para explicar el rechazo generalizado a un tipo de infraestructura más allá de su localización precisa, aunque esto no da respuesta a la cuestión de dotaciones conflictivas pero necesarias en barrios de la ciudad (viviendas sociales, actividades que generan ruidos y molestias, dotaciones dirigidas a grupos minoritarios y estigmatizados, etcétera), que muchas veces son objeto de rechazo por parte de los vecinos y de grupos organizados de carácter conservador. Hay que asumir un planteamiento de ciudad, la necesidad de solidaridad respecto de la ubicación de ciertas instalaciones y la propuesta de alternativas frente a equipamientos conflictivos pero necesarios. No basta con rechazar, a menudo de forma justificada, determinados tipos de usos. Hay que asumir una responsabilidad colectiva y política respecto del modelo de ciudad que se pretende.

Segundo, en relación con lo anterior, hay que lograr un activismo y un asociacionismo que sean capaces de plantear qué modelo de ciudad quieren. Esto implica proponer dotaciones y equipamientos frente a la especulación y la densificación. Proponer espacios públicos habitables, defendiendo soluciones alternativas que no pasen por la supresión o la inhabilitación de los mismos frente a los problemas de convivencia (como ha sucedido demasiado a menudo en los últimos años). Sobre todo, proponer el espacio público y las dotaciones colectivas como principales espacios de la vida colectiva barrial. Supone también implicarse en las reivindicaciones de vivienda y servicios sociales, buscando soluciones reales a los problemas sociales que no pasen por la represión policial, sino por articular la solidaridad comunitaria a nivel de ciudad.

Finalmente, hay que rechazar la criminalización de los grupos desfavorecidos. Esta es una cuestión muy conflictiva e inevitable para un asociacionismo barrial comprometido. La criminalización de las minorías étnicas, los inmigrantes o los adolescentes, a menudo vinculada a la criminalización de la pobreza, es uno de los efectos más perniciosos del asociacionismo comunitario conservador e incluso un campo de trabajo fértil para la extrema derecha ante el que hay que dar una respuesta. El asociacionismo vecinal tiene el potencial, legitimidad e influencia social para incidir en este ámbito.

Cualquier iniciativa agregadora que se oriente en este sentido se debe plantear como un trabajo de largo aliento. No obstante, la necesidad y la urgencia de llevar a cabo la misma es cada vez más evidente. Plantearse por objetivo el conseguir una influencia social real sobre el territorio es un primer paso en esta dirección.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Cádiz
Derecho a la vivienda Así prepara la asamblea de Jerez por la Vivienda su primera gran movilización contra gobiernos y rentistas
Cuatro meses después de haberse constituido, el colectivo convoca una manifestación el sábado 23 de noviembre gracias al trabajo de activistas como Inma, Jaime, Olga o Alberto: “En la última década el alquiler en la ciudad ha subido un 65%”
Granada
Granada La Calahorra exige respeto para su acuífero y la paralización de la planta de Biogás y dos macrogranjas
La Plataforma la Calahorra en Acción y Ecologistas en Acción Granada se manifiestan el próximo 30 de noviembre para denunciar las consecuencias que ambos proyectos tendrían en el acuífero que abastece de agua a la región.
Sevilla
Sevilla Los vecinos del centro de Sevilla se levantan contra la venta de su pulmón verde
La Plataforma vecinal Pulmón Verde Sevilla denuncia que el Ayuntamiento de Sevilla ha incumplido la promesa de convertir el solar en un espacio verde para el vecindario
COP29
Cumbre del clima La COP29 encara su última jornada con un final agónico sin acuerdo en los temas clave
Los borradores de los textos de negociación sobre la mesa quedan muy lejos de un acuerdo sobre financiación climática en línea con las necesidades para que el planeta no rebase los 1,5ºC de calentamiento medio.
Estados Unidos
Hari Kunzru “En EE UU hay dos tipos de nazis: los que llevan botas y los que llevan corbata”
El escritor británico reflexiona sobre la victoria de Donald Trump y cómo los conservadores han movilizado teorías como la psicología evolutiva para renovar sus posiciones y plantear una batalla cultural en foros online o redes sociales.
Política
El Salto Radio Podcast | Todas las elecciones hablan de mí
Aprendizajes de la derrota en EE UU para nuestro contexto, claves de la deserción de Twitter a Bluesky y ecos de la retirada de Nadal.
Análisis
Análisis Europa no puede blindarse contra Trump
Tras las elecciones estadounidenses los expertos europeos en política exterior están reviviendo las ideas de autonomía estratégica de 2016, sin entender todo lo que ha cambiado en los últimos ocho años.
Medios de comunicación
Financiación a medios ultras María Guardiola justifica financiar medios ultraconservadores condenados alegando “independencia periodística”
La líder de Unidas por Extremadura, Irene de Miguel, ha preguntado a la presidenta de la Junta de Extremadura por su financiación a Ok Diario, Libertad Digital y The Objective, pidiendo que cese de “financiar a pseudomedios de extrema derecha”.
República Dominicana
América Latina República Dominicana en disputa: Trujillo contra Bosch
El trujillismo, pilar del pequeño estado caribeño en su configuración contemporánea, es también fundamental para entender el origen de las políticas intervencionistas estadounidenses en América Latina.

Últimas

Cine
Cine Nicolás Pereda, el Hong Sang-soo mexicano que habla de clases y desigualdad con humor (extraño)
El realizador presenta su último largometraje, ‘Lázaro de noche’, una comedia contenidísima sobre los deseos y sobre el trabajo cultural, en el marco de L’Alternativa, Festival Internacional de Cinema Independent de Barcelona.
Palabras contra el Abismo
Palabras contra el Abismo Lee un capítulo de ‘Café Abismo’, la primera novela de Sarah Babiker
El barrio es el espacio físico y social en los que transcurre ‘Café Abismo’, la primera novela de la responsable de Migraciones y Antirracismo de El Salto, Sarah Babiker.
Ocupación israelí
Ocupación israelí Estados Unidos aprueba la “ley más peligrosa para las libertades” desde la Patriot Act
En Gaza, Cisjordania y Líbano, nuevos ataques israelíes dejan más de un centenar de muertos. En Washington, el Congreso aprueba una ley que permite quitar fondos a ONG, universidades y colectivos sin pruebas ni un proceso transparente.
Cádiz
Derecho a la vivienda Así prepara la asamblea de Jerez por la Vivienda su primera gran movilización contra gobiernos y rentistas
Cuatro meses después de haberse constituido, el colectivo convoca una manifestación el sábado 23 de noviembre gracias al trabajo de activistas como Inma, Jaime, Olga o Alberto: “En la última década el alquiler en la ciudad ha subido un 65%”
Análisis
Violencia sexual Pensar juntas las violencias para poder seguir hablando
En este tiempo, aparentemente no se ha parado de hablar de un tipo de violencias, las violencias sexuales. Y sin embargo, nos preguntamos: ¿es así?
Más noticias
Comunidad de Madrid
Educación en Madrid El profesorado madrileño vuelve a parar, con la huelga indefinida ya entre sus planes
Durante la segunda convocatoria de huelga educativa en la Comunidad de Madrid, Menos Lectivas ha organizado una asamblea para plantear paros más duraderos.
El Salto Radio
El Salto Radio Desenmascar la violencia
Almudena Carracedo, la directora de “No estás sola. La lucha contra la Manada” nos habla, en su última película, de cómo el “yo sí te creo” consiguió desenmascarar tantas agresiones sexuales hasta entonces silenciadas.
Crisis climática
Informe de Unicef El cambio climático multiplicará por tres la exposición de los niños y niñas a las inundaciones para 2050
Es la proyección que hace Unicef en su informe 'El Estado Mundial de la Infancia 2024'. La exposición a olas de calor extremas será ocho veces mayor para 2050 respecto a la década del 2000. “El futuro de todos los niños y las niñas está en peligro”, advierte la agencia de la ONU.

Recomendadas

Racismo
Racismo institucional Diallo Sissoko, una víctima más del sistema de acogida a migrantes
La muerte de este ciudadano maliense durante su encierro en el CAED de Alcalá de Henares ha puesto de manifiesto algunas de las deficiencias del sistema de acogida a migrantes en el Estado español.
Memoria histórica
Memoria histórica Museo del franquismo, ¿eso dónde está?
España sigue ajena a la proliferación mundial de espacios museísticos dedicados a dictaduras y resistencias democráticas.
València
Dana y vivienda “La crisis de vivienda multiplicada por mil”: la dana evidencia el fracaso de las políticas del PP en València
La dana ha dejado a miles de familias sin hogar. Ante la inacción de las instituciones, han sido las redes familiares las que han asumido el peso de la ayuda. La Generalitat, tras décadas de mala gestión, solo ha podido ofrecer 314 pisos públicos.