Medio ambiente
La planta de residuos que los vecinos de Zalla quieren paralizar: “irregularidades”, clandestinidad y riesgos para la salud

La plataforma municipalista Zalla Bai denuncia la ocupación de espacio público para edificar una planta de valorización de residuos eléctricos y electrónicos. El Ayuntamiento de Zalla concedió la licencia a la empresa presidida por un exdiputado del PNV sin disponer del permiso ambiental que debe emitir el Gobierno Vasco. Solo desde el año 2020, Indumetal Recycling ha recibido más de 243.000 euros en subvenciones. Una de sus filiales ha sido incoada por reparto de clientes.
Indumetal
Planta de valorización de residuos de Indumetal Recycling en Erandio. Fuente: indumetal.com

“Irregularidades en las obras de construcción”, alteración del entorno y posibilidad de convertirse en zona “inundable”. Ocupación de espacio público “de forma fraudulenta”, además de “actuación clandestina” con riesgos para vegetación y fauna en la ribera del río Cadagua. Estos motivos son los que han llevado a la Asociación Vecinal Zalla Bai, que gobernó entre 2011 y 2019 el municipio (hasta 2015 junto a Aralar), a interponer una denuncia medioambiental ante la Agencia Vasca del Agua (URA) y la Confederación Hidrográfica del Cantábrico (CHC).

Indumetal Recycling —presidida por Ignacio María Etxeberria, exdiputado por el PNV— pretende que Induplast, la planta de recuperación de plásticos procedentes del sector eléctrico y electrónico en el Polígono Industrial de El Longar, en Zalla (Bizkaia), comience a funcionar en 2023. La empresa matriz ha sido –y es– objeto de investigaciones por su actividad en Erandio en la extracción de metales procedentes de desechos electrónicos: podrían estar provocando cáncer y otras enfermedades crónicas a extrabajadores.

La justificación de la denuncia Zalla Bai no queda ahí. Según explica la agrupación de vecinos, el visón europeo, especie protegida, podría estar en peligro por las obras. A su vez, con respecto al río Cadagua, existe un incumplimiento de la distancia legal para erigir un pabellón industrial siguiendo los criterios que impone el Plan Parcial del Sector Industrial: calculan que construcción y río distan 20 metros cuando deben ser, al menos, 25 metros. 

La empresa matriz es objeto de investigaciones por su actividad en Erandio en la extracción de metales procedentes de desechos electrónicos: podrían estar provocando cáncer y otras enfermedades crónicas a extrabajadores.

Con el avance de las obras también se ha observado que la construcción ha sobrepasado los límites físicos de la explotación y se ha hecho uso de parte del suelo público del municipio. Además, la escollera que se construyó hace décadas para sostener las posibles crecidas del río y sustentar la construcción del polígono, ha quedado dañada por las obras, lo que implica un riesgo para los vecinos de ambas márgenes del Cadagua. “Se está desmantelando una escollera esencial para el municipio”, comentan a Hordago-El Salto desde Zalla Bai. “Bajaron la cota de la escollera de forma totalmente clandestina”, puntualizan. 

Inundabilidad y otros miedos

Zalla Bai repite que las obras destruyen “parcialmente la escollera preexistente en los lindes de la parcela con el río Cadagua y que fue construida en su día exigida por la propia URA y la CHC, para permitir la ordenación y urbanización del sector industrial I-3 El Longar de Zalla”, esto es, habrá cambios en “las manchas de inundabilidad de la zona, provocando que el polígono industrial y las parcelas de su entorno se conviertan en inundables”.

“Ante este panorama —informa el grupo municipal— resulta llamativa la pasividad del Ayuntamiento de Zalla, gobernado por el PNV con el apoyo del PSE-EE, que es quien en último término concedió la licencia para las obras y quien debería velar por el cumplimiento de los términos de la misma”. La licencia, puntualiza Zalla Bai, fue concedida a la empresa presidida por el exdiputado del PNV sin disponer del permiso ambiental que debe emitir el Gobierno Vasco ante una actividad con un potencial contaminante alto como la que pretende instalar Indumetal.

El Ayuntamiento de Zalla concedió la licencia a la empresa presidida por el exdiputado del PNV sin disponer del permiso ambiental que debe emitir el Gobierno Vasco. Ahora hay riesgo de inundabilidad.

El Ayuntamiento peneuvista, encabezado por Juanra Urkijo Etxeguren, ha justificado que no existía necesidad de disponer de la licencia ambiental porque se trata de un pabellón “sin actividad”. No obstante, y como explican los vecinos agrupados en Zalla Bai, en la documentación del expediente municipal con el que se dio el permiso figuran las resoluciones de URA y la CHC y se puede leer que en el lugar se pretende construir una “planta de recuperación de plásticos procedentes del sector eléctrico y electrónico”.

“El Ayuntamiento de Zalla ha hecho la trampa de decir que el pabellón se construía con uso genérico cuando en diciembre disponían de informes e información pública que ya especificaba que la nueva planta sería para productos electrónicos y eléctricos. Trampa total”, denuncia en conversaciones con este medio la agrupación municipal Zalla Bai, que ejerce de oposición al Ayuntamiento del PNV.

Esto mismo se confirma con la posterior petición de esa licencia a instancias del Gobierno Vasco, tras presentar un proyecto específico, que actualmente se encuentra en periodo de exposición pública. Zalla Bai avisa de que presentará alegaciones ante las irregularidades del proyecto. 

Emilio, sin luz ni cobertura

Emilio, vecino del pueblo de Zalla, se ha visto presionado por Indumetal Recycling. La empresa ha edificado una gran nave al lado de su casa. Un “mamotreto”, según indica en un vídeo de denuncia el propio Emilio, cantero de profesión. En las imágenes se puede ver cómo su casa, en comparación con la gran nave construida, queda empequeñecida bajo la sombra de esos grandes muros a escasos metros de su ventana. “Me han quitado la luz del sol y me han dejado sin cobertura”, apunta Emilio. 

Indumetal, casa de Emilio
La casa de Emilio, sepultada por la sombra de las grandes paredes de la planta de Indumetal Recycling. Fuente: cedida por Zalla Bai.

El vecino de Zalla enseña cómo las obras se han acercado a su casa por encima de la normativa de los seis metros que han de separar ambos terrenos. En conversaciones con la empresa le han llegado a amenazar con “derribar” su propia casa. El alcalde, en una reunión personal con Emilio, le instó a negociar con Indumetal Recycling. “Estoy recibiendo presiones para que lo ceda. No quiero. He intentado denunciarlo en dependencias policiales y no me han dejado. Haré todo lo posible por defenderme”, concluye el zallatar. 

Emilio, vecino de Zalla, denuncia que el “mamotreto” que han levantado a unos pasos de su casa le ha quitado la luz del sol y le ha dejado sin cobertura

En el proyecto redactado por la empresa especifica que no se verá afectado ningún vecino en el radio de 500 metros. El “mamotreto” al que hace referencia Emilio está a apenas unos pasos de distancia. Los materiales de las obras están literalmente sobre su propiedad. 

La historia recuerda al argumento principal de UP, la exitosa película animada de la casa que vuela. Así lo comentan en el pueblo. Como a Carl, el anciano gruñón protagonista, a Emilio también le quieren desalojar. Pero Emilio, empadronado allí, no puede salir volando.

Indumetal, a examen desde hace años

“Dando nueva vida a la materia”, reza la web de Indumetal Recycling entre fotos de vegetales verdes y mares azules, así como de vertederos atravesados por un arcoiris. “Economía circular”, dicen. “En Indumetal Recycling reciclamos anualmente más de 30.000 TN de aparatos electrónicos (RAEE) y chatarras complejas, consiguiendo cada vez ratios de reciclado más elevados acordes con las normativas medioambientales”, prosiguen. Poseen dos plantas en Bizkaia, una de ellas es Recypilas, la otra es la propia Indumetal Recycling. Otras cinco empresas pertenecen al grupo. Una de ellas se encuentra en Alemania —Earn Service— y el resto en Barcelona —Electrorecycling y UTE Vilomara—, Madrid —Recyberica Ambiental— y Sevilla —ReciLec—

La realidad parece ser otra en, al menos, su planta de Erandio, donde se extraen metales que han sido considerados altamente contaminantes, lo que fue objeto de estudio en un programa de ‘Equipo de Investigación’ en La Sexta. Un agente del Seprona, que no revela su identidad ante la cámara, apuntaba: “a la empresa accedían camiones cargados con distintos tipos de aparatos sin clasificar y sin asegurar su carga. Una vez en el interior de la planta, los aparatos eran volcados en el suelo con el riesgo de que se produzca la emisión de los distintos contaminantes que lleve el aparato y, finalmente, se procedía al triturado sin descontaminar”. A lo que el agente añadía: “Los componentes peligrosos pueden acabar en la atmósfera, en el agua o en el subsuelo. O riesgos a las personas en la medida en que esos componentes peligrosos tengan algún tipo de afección a la salud de las personas”. Efectivamente, encontraron restos de metales pesados —como plomo y arsénico— que multiplican los niveles medios de la zona hasta en 43 veces en el río. 

Contaminación
País Vasco Los vecinos se plantan contra la llegada de los residuos a Ortuella: “Seremos una china en el zapato de Sader”
Todas las fuerzas políticas del Ayuntamiento, incluido el PNV de la localidad, se han sumado para rechazar la nueva planta de tratamiento de residuos que los informes técnicos consideran peligrosos para la salud y que se situaría a 100 metros de los hogares.

Como admitía un trabajador de Indumetal Recycling de Erandio, las medidas de seguridad son prácticamente inexistentes. Hay sospechas de que el cáncer desarrollado por empleados jubilados guarde relación con su desempeño, como también remarca Zalla Bai para impedir que sitúen su nueva planta en su municipio. En el pelo del trabajador entrevistado, según se analiza en el programa de televisión, se encuentran concentraciones muy elevadas de antimonio, cadmio, plomo y níquel que, según un médico consultado en el mismo documento, pueden desencadenar “enfermedades crónicas de larga duración” e incluso cáncer. 

El presidente de Indumetal Recycling, Ignacio María Etxeberria, además de exdiputado por el PNV y de haber sido presidente de la Cámara de Comercio de Bilbao durante 12 años (y luego ser considerado “cónsul” de la ciudad dentro de la misma entidad), fue nombrado vocal del consejo de administración de CajaSur en 2011. “Muy católico y buena gente”, escribía Iñaki Anasagasti. 

El actual presidente de Indumetal Recycling también presidió  la Cámara de Comercio de Bilbao y desfiló por el consejo de administración de Ikei, empresa que mencionada en los ‘Paradise Papers’

A su vez Ignacio María Etxeberria es tío del director técnico del vertedero de Zaldibar, Juan Etxeberria, investigado por los sucesos que acabaron con la vida de dos trabajadores

Etxebarria también tuvo responsabilidades en los consejos de administración de Ikei y Digipen. Esta primera fue incorporada a la base de datos de los ‘Paradise Papers’ por su vinculación con un domicilio social de Barbados (a pesar de ser donostiarra). Barbados era un territorio que, según la Unión Europea, no cooperaba en materia fiscal. Fue sacado de esta lista de “paraísos fiscales” en 2020. 

Los vecinos no quieren a Indumetal en su pueblo. Ni por lo que es y será ni por lo que representa. Todo el recorrido del Cadagua está plagado de lo que en Zalla Bai califican como “negocios peligrosos y ruinosos”: la incineradora de residuos Zabalgarbi en Alonsotegui, el vertedero de Artigas o la productora Glefaran —quema de madera— en Güeñes. Están “hartos” de que solo se acuerden de ellos para situar estas industrias.

La planta de Induplast –gestionada por Indumetal Recycling y que funcionaría en Zalla– tendría capacidad para tratar 15.000 toneladas anuales de residuos plásticos. Todos procedentes de aparatos en desuso. Para ello, el grupo empresarial liderado por el exdiputado del PNV hará una inversión global de 8 millones de euros.

Subvenciones y fondos europeos

Solo contabilizando desde el año 2020 hasta la actualidad, Indumetal Recycling ha recibido en subvenciones directas más de 243.000 euros, sobre todo de la Diputación Foral de Bizkaia. Estas concesiones se enmarcan habitualmente dentro del marco de proyectos de innovación, como es ejemplo el Plan 2i de la propia Diputación por el cual la empresa presidida por el exdiputado del PNV percibió 40.686 euros en 2020 y 90.560 euros en 2021. 

Indumetal Recycling también ha captado fondos europeos del proyecto “CIRC4Life: A circular economy approach for lifecycles of products and services”. Está destinado, según se especifica,  “a crear e implantar nuevos modelos de negocio basados en la economía circular”. El proyecto comenzó a principios de 2018, también según la información que otorga Indumetal Recycling, y tenía una duración de tres años. Contaba con un presupuesto superior a los 7 millones de euros y estaba financiado por  la Comisión Europea a través del programa H2020. Actualmente, con el apoyo del Ihobe (Sociedad Pública de Gestión Ambiental del Gobierno Vasco) y el Ayuntamiento de Getxo sigue persiguiendo la captación de fondos europeos. 

Solo contabilizando desde el año 2020 hasta la actualidad, Indumetal Recycling ha recibido en subvenciones directas más de 243.000 euros. También ha captado fondos europeos en los últimos años

Cabe recordar que una de las filiales de Indumetal Recycling es Recypilas. Su accionariado se dividía al 50% entre el Ihobe (Sociedad Pública del Gobierno Vasco) y la propia Indumetal desde 1993. En 2006 pasó a ser 100% propiedad de la empresa de Erandio.

Recypilas fue sancionada en 2015 con 151.317 euros por la CNMC al considerar probada la existencia de una concertación de reparto de mercado y clientes, y por tanto, de una infracción única y continuada del artículo 1 de la Ley de Defensa de la Competencia (LDC) en el sector de gestión de residuos y saneamiento urbano. En el expediente figuraban hasta 39 empresas y tres asociaciones, entre ellas Urbaser (ACS), Valoriza (Sacyr) o Cespa (Ferrovial). En 2018 la CNMC volvió a incoar expediente sancionador a entidades privadas de tratamiento de residuos. Esta vez la cifra ascendía a 48 empresas y tres asociaciones, entre ellas, Recypilas. 

Como dicen los vecinos, explican desde la oposición política que ejerce el grupo municipal de Zalla Bai en el Ayuntamiento del municipio, harán frente a Indumetal Recycling porque no quieren a la empresa cerca ni por lo que es ni por lo que representa.

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