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Medio ambiente
Cuidados para que fructifique un partido verde (I)
Guía práctica para consolidar un partido verde en España.
Cada vez más me encuentro con personas de partidos verdes que se sienten frustradas al no saber cómo convencer a la sociedad en general para que les voten y poder cambiar de rumbo para frenar las diferentes crisis ecológicas y frenar el colapso. Además, observan con cierto estupor que aún no se consolida un partido verde español fuerte que defienda sólidamente la ecología política y que tenga un soporte social amplio, semejante al de otros países europeos.
Este artículo es una explicación del porqué los partidos verdes en España no se consolidan y, más importante, cómo consolidarlos.
Me voy a concentrar en dos aspectos de los que en mi experiencia profesional he identificado.
El primero que trataré será la manera de comunicar que tienen los verdes y el segundo la falta de visibilidad social y algunas soluciones que he comprobado que suelen funcionar. Empiezo por la comunicación y en una segunda parte del articulo trataré la invisibilidad.
La manera de comunicar que tienen los verdes tiene varios sesgos. El primero es trabajar con conceptos abstractos como “extractivismo” o “descarbonización”. Conceptos que la mayor parte de la población desconoce y no sabe qué significan. Como la mayoría de nosotros hemos leído mucho sobre estas clase de conceptos, entonces damos por supuesto que el resto de la población también lo sabrá. Es un error por varias razones. Una de ellas es que se requieren conocimientos con cierto detalle para saber por qué, por ejemplo, el tren convencional es sostenible y el AVE no, cosa que la mayoría de la población no sabe.
La transición que planteo es pasar de “Yo sé lo que quiero decir y sé qué es importante” a “Me dedico a buscar formas para que a las otras personas les resulte importante y se impliquen”
El otro sesgo muy marcado es el lenguaje técnico-científico. Se piensa que los resultados de la ciencia son concluyentes y se les debería hacer caso directamente. Se obvia un asunto, ¿las otras personas saben interpretar esos datos desde nuestros valores? ¿El resto de personas le da el mismo sentido que nosotros? Una cosa es que nosotros sabemos que si pasamos del 1,5º de temperatura climática será un desastre y otra cosa muy diferente saber transformar ese dato científico para que la población aprecie el mantenimiento del clima y actúe en consecuencia: uso de transporte público, turismo local, contratar la electricidad con una cooperativa, etcétera y que además vote verde.
La transición que planteo es pasar de “Yo sé lo que quiero decir y sé qué es importante” a “Me dedico a buscar formas para que a las otras personas les resulte importante y se impliquen”.
Dos ejemplos de aplicaciones prácticas de saber cómo enfocar la comunicación verde.
Asesoré a un diputado verde sobre cómo enfocar su intervención en el Parlamento valenciano acerca de las prospecciones petrolíferas en el golfo de Valencia. Él, que es biólogo, lo quería orientar hacia la protección de la fauna marina, la conservación de las praderas de posidonia, etcétera. Le sugerí que incluyese un argumento económico con la explicación del accidente que se ocasionó en el 2001 en el golfo de México cuando la plataforma Deepwater Horizon se hundió y contaminó unos mil kilómetros de costa, lo que a su vez produjo una ruina del medio ambiente y las desastrosas consecuencias en la pesca y el turismo.
Como en el País Valenciano el turismo tenía un peso enorme para la economía, a pesar de que el PP gozaba de la mayoría absoluta en Les Corts Valencianes, este partido votó contra las prospecciones petrolíferas, ya que si hubiese habido un vertido de petróleo la industria turística se hubiese arruinado. Si lo hubiese planteado desde el punto de vista de conservación de la naturaleza, creo el PP hubiese votado a favor de las prospecciones.
En lugar de hablar de “reducir”, “eliminar” las energías peligrosas es mejor hablar de “utilizar más sabiamente”, “más eficazmente”, “más inteligentemente”
El otro ejemplo. Un futuro completamente renovable es una estupenda investigación que da pautas específicas sobre qué lenguaje utilizar y cuál no para comunicar la transición energética.
Este documento es extraordinariamente útil porque la entidad que lo elaboró usó grupos de debate (personas a las que se les toma nota de cómo reaccionaban a distintas expresiones lingüísticas). No se trata de un enfoque teórico, sino de uno eminentemente empírico, para impactar de forma positiva en la población e influir en que su conducta sea benigna climáticamente.
Algunos ejemplos de lo que presenta el documento.
En lugar de hablar de “reducir”, “eliminar” las energías peligrosas es mejor hablar de “utilizar más sabiamente”, “más eficazmente”, “más inteligentemente”.
Una forma especialmente útil de presentar la transición energética es hablar de independencia energética. Hablar que en la península Ibérica tiene sol en abundancia para tener autonomía energética y proveernos de nuestra propia electricidad suele calar muchísimo más en la población que despotricar del oligopolio.
Te invito a que te bajes el informe Un futuro completamente renovable y que lo pongas en práctica y puedas comprobarlo por ti mismo su eficacia.
No solo es una manera de hablar, es una forma de tocar la fibra sensible a la población, como indican los estudios científicos como el informe anterior.
Necesitamos ampliar la noción de ciencias: a parte de la física, la química, la biología o las medioambientales, que llevan desarrollándose tres siglos, también son ciencias las ciencias sociales, como la psicología social o la sociología, aunque lleven solo un siglo desarrollándose.
Comunicar de esta manera no tienen que ver con conocimiento intelectual, si no más bien con una habilidad por lo que requiere práctica continua, comprobar en qué auditorios funciona, en cuáles no, etc.
En la segunda parte expondré que emociones y suposiciones hay bajo la invisibilidad de los verdes.