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Laboral
Prisa y Vocento abaratan la impresión de sus periódicos y 133 trabajadores pierden sus puestos
La amargura se apoderó de Rotomadrid estas pasadas navidades. La empresa de Vocento, compañía editora de cabeceras como ABC, anunció a la plantilla un ERE que dejará con toda previsibilidad a 133 trabajadores y trabajadoras en la calle. En sus talleres se conservan décadas de experiencia ante las rotativas que pronto dejarán de tirar periódicos como El País, Cinco Días, AS y la edición madrileña de La Vanguardia.
El motivo no es otro que tanto Prisa, dueña de los tres medios citados anteriormente, como la propia Vocento quieren trasladar la impresión de sus periódicos a otra compañía en la que los salarios son muchos más bajos y los contratos más precarios.
Prisa y Vocento quieren trasladar la impresión de sus periódicos a otra compañía en la que los salarios son muchos más bajos y los contratos más precarios
Pedro Jesús López es miembro del comité de empresa por UGT en Rotomadrid: “Aquí estamos muchos trabajadores veteranos de las antiguas rotativas que cada medio tenía junto a su redacción”, introduce. De esta forma, en esta compañía ubicada en Torrejón de Ardoz se congregan técnicos venidos tanto de los talleres que hace años tenía Prisa, denominados Pressprint, y la actual Vocento.
Las dificultades económicas en Rotomadrid no son nuevas. Tal y como relata López, desde hace un tiempo también imprimen revistas como 10 Minutos y otras tantas publicaciones publicitarias y comerciales para intentar sortear los bajos ingresos que las cabeceras en papel dejan en la empresa. “Aquí tenemos el convenio de artes gráficas, pero hay mucha diferencia salarial porque algunos trabajadores que venían de las antiguas empresas ya llegaron con algunos derechos adquiridos que lucharon por que se respetaran, y eso es algo que estábamos intentando igualar”, añade el ugetista.
Llega el cierre empresarial
Sea como fuere, la fatídica noticia llegó el pasado diciembre, justo antes de las navidades. “Nos enviaron un correo y nos dijeron que el grupo Prisa dejaba de imprimir en Rotomadrid. No solo eso, sino que ABC, que es del propio grupo Vocento, empresa matriz de esta, también lo dejaba porque tenía una oferta mejor”, relata López. La consecuencia fue catastrófica: ante la bajada de carga de trabajo y, por ende, de ingresos, habría un cierre empresarial.
Eso es lo que tienen sobre el papel, un ERE que afectará a 133 trabajadores con una edad media de 45 años. “De palabra nos dicen que van a intentar hacer un plan de viabilidad, pero de eso no hay ninguna prueba ni documento, así que nosotros hemos comenzado con movimientos sindicales”, añade. López se refiere a actuaciones como el cumplimiento escrupuloso del convenio, algo que afecta a la empresa: “Si hay una necesidad organizativa y quieren un cambio de última hora, no lo aceptamos como sí podía suceder antes”, ejemplifica.
“Dicen que podrían recolocar a la mitad de la plantilla en la zona de impresión comercial. Pensamos que es una estrategia para que sigamos imprimiendo y tengamos algo de esperanza en continuar en nuestros puestos”
Sobre este supuesto plan de viabilidad también se ha pronunciado Tatiana Bravo, delegada en el comité de empresa por CCOO: “Dicen que podrían recolocar a la mitad de la plantilla en la zona de impresión comercial, pero no sabemos nada de ese plan. Pensamos que es una estrategia para que sigamos imprimiendo y tengamos algo de esperanza en continuar en nuestros puestos”, desarrolla.
No solo eso, sino que las promesas de Rotomadrid también están orientadas a dividir a la plantilla, a tenor de lo expresado por Bravo. “Si a los de la zona comercial les prometen que ellos sí que se podrán quedar, a la hora de hacer unión y fuerza contra el ERE esta gente tiene mucha incertidumbre”, en sus propias palabras. De esta forma, los trabajadores que sí podrían quedarse en Rotomadrid si finalmente fructifica su plan de viabilidad sienten presión a la hora de secundar las huelgas. “Piensan que si lo hacen perderán sus puestos de trabajo. Están coaccionados por los jefes”, enfatiza.
Vulneración del derecho de huelga
Tampoco se han quedado quietos. La lucha sindical de la plantilla de Rotomadrid ya cuenta en su haber con varios paros de tres horas y media, la mitad de cada jornada, que fueron en aumento el pasado fin de semana, cuando pararon desde las 23.00 horas del sábado hasta las 6.00 horas del domingo. En teoría, ese domingo no debería haber habido periódicos como El País o ABC en la calle, pero no fue así.
Según fuentes sindicales de Rotomadrid, la impresión durante sus jornadas de huelga se está realizando en los talleres a los que, dentro de poco, se irá toda la producción
Según fuentes sindicales de Rotomadrid, la impresión durante sus jornadas de huelga se está realizando en los talleres a los que, dentro de poco, se irá toda la producción. “Consideramos que vulneran nuestro derecho de huelga, y ya lo hemos denunciado”, explica el mismo López.
El presidente del comité de empresa, Israel Moreno, añade que los ánimos entre la plantilla han decaído desde la noticia del cierre. Este militante de la Confederación General del Trabajo (CGT) recuerda las “horribles” navidades que han vivido los casi 150 trabajadores que pronto se quedarán sin empleo. “ABC y El País, que dejan la mayor facturación, han confirmado que se marchan de Rotomadrid, así que tampoco es que haya demasiada salida”, subraya.
Este sindicalista se enerva al relatar cómo Rotomadrid ha movido su producción mientras la plantilla en su totalidad secunda las huelgas convocadas: “Aquí ningún trabajador está entrando a las rotativas y los periódicos están saliendo”, comenta al respecto.
Abaratar costes con peores condiciones laborales
La nueva empresa de impresión, ubicada en Coslada, ha conseguido hacerse con las tiradas del grupo Prisa y Vocento. Moreno afirma, en este sentido, que allí las condiciones laborales son mucho peores. “No hay ni comité de empresa, ni contratan mujeres, ni existe plan de igualdad, aunque estén obligados por ley, y allí todo lo que huele a comité de empresa o elecciones sindicales supone el despido del trabajador que lo promueva”, se explaya.
Según fuentes sindicales consultadas por este diario, la empresa a la que se moverá la impresión de cabeceras como El País y ABC apenas tiene personal propio: “Funcionan con contratas externas y con unas condiciones pésimas, mucha temporalidad en los contratos, que pueden ser de apenas días, con unos salarios muy bajos y el trabajo precario. Por eso lo pueden hacer más barato”. Tal y como inciden los sindicatos, en la nueva planta los salarios están entre 1.200 y 1.400 euros.
Por otra parte, Rotomadrid no estaría cumpliendo ni siquiera lo firmado por ellos mismos. Tal y como relata Moreno, tras una bajada salarial a la plantilla acordaron que cualquier despido tendría una indemnización de 45 días por año trabajado con un máximo de 42 mensualidades. En cambio, “ahora dice la empresa que no quiere cumplir con esas indemnizaciones y nos quiere largar con lo mínimo, que está en 20 días por año trabajado con un tope de 12 mensualidades”, en sus propios términos. Vocento, preguntada por esta y otras aseveraciones formuladas por los representantes sindicales, no ha respondido a las cuestiones planteadas por El Salto.
El futuro en un sector en decadencia
Bravo es otra de las caras más visibles del comité de empresa, además de una de las mujeres que, en minoría, operan en Rotomadrid. Ella empezó en 1999 con el grupo Prisa, imprimiendo el AS y Cinco Días. Décadas después, este es el cuarto ERE que enfrenta en el mismo sector y tras trabajar imprimiendo casi las mismas cabeceras. En marzo de 2018 llegó a Rotomadrid: “Siempre ha habido rumores del cierre de la planta porque la prensa escrita en papel está como está, cada vez con menos tiradas, pero solo eran rumores”, dice.
Es ella la que informa de que el director de operaciones de la planta, ante el asombro de la plantilla de que un producto propio como ABC empezara a imprimirse en una empresa externa, les recalcó que en la nueva compañía se ahorrarán hasta tres millones de euros al año entre salarios y el coste de la impresión. “Le dijimos que nos dejara pensar un plan de ahorro, queríamos saber exactamente cuánto dinero se ahorrarían para poder hacer una contraoferta, pero nos dijo que era totalmente inviable”, añade esta sindicalista de CCOO.
“Este es un trabajo muy machista y lo he sufrido toda mi vida y en la nueva empresa a la que se llevan la impresión ni siquiera hay una mujer en la sección de producción”
Al fin y al cabo, son 133 biografías que tendrán que superar uno de los mayores escollos a nivel laboral que han sufrido. Bravo, por ejemplo, tiene 45 años y una hipoteca que pagar: “Laboralmente tengo una edad muy mala y mi sector está muerto. La cosa está complicada, muy complicada”. A ello se suma su condición de mujer. Tal y como ella misma concluye, “este es un trabajo muy machista y lo he sufrido toda mi vida y en la nueva empresa a la que se llevan la impresión ni siquiera hay una mujer en la sección de producción”.
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Justamente acabo de decir una oferta de El País por 18€ al año.