Azca negocios pobreza - 7
El complejo financiero de AZCA en Madrid hace pocos días. David F. Sabadell

La semana política
Eternamente separados

España, Italia y Francia se topan con la versión alemana del liberalismo. Comienzan a dibujarse las dos salidas a la crisis económica abierta por el coronavirus: el despliegue en forma de rescate social o el cierre por arriba que plantean los Estados del norte de Europa. 

Pablo Elorduy
28 mar 2020 06:21

Un viaje alucinante, de lo micro a lo macro, sin salir de casa. Desde los interiores más lujosos en las casas de los dirigentes del Fondo Monetario Internacional hasta los ruinosos cimientos de una residencia de ancianos en Morata de Tajuña. Exteriores: el supermercado y una fila con los cubos de la basura. Está lo que no se ve —el bullicio de miles de personas entrando cada día en centros de trabajo del tamaño de una ciudad— y la gasolina que se huele a través del aire limpio en las calles de las metrópolis. Todo está aquí, nos lo trae Google, sale de la nube de Amazon, y todo está fuera, al otro lado de la ventana. Inalcanzable. El nuevo orden nos pilla tratando de quitarnos el pijama.

Cada cambio de época tiene palabras nuevas, conceptos que se fijan y se lanzan hacia el futuro. La elección de algunas de esas palabras está determinada por el efecto que provocan. Sirven mejor las que encierran menos cinismo, se reclama un lenguaje sencillo y se premia lo que suena auténtico. La disciplina social aparece como un imperativo moral que tapa una renuncia al libre albedrío a favor de un bien común. Es preferible referirse a la disciplina antes que hablar de un estado policial. Otras palabras como confinamiento se introducen en el habla de videoconferencias y artículos. Por motivos obvios se prefiere a encierro. No es necesario explicar que EPI significa Equipo de Protección Individual y resulta divertido ver a dos políticos tropezando con la palabra casuística en sus discursos. 

Surgen también nuevos héroes y nuevos villanos. Cada bancada elige los suyos. Las propias son las sanitarias, enfermeras, hogares o aparadoras, trabajadores de la manta que hacen máscaras y equipos de seguridad. Los ajenos, los donantes eventuales que aportan solo lo que ganan en unos minutos, lo que recuperarán a través de esquemas fiscales en los que el altruismo es siempre decorativo.

Fernando Simón pasa por las dos fases. Es director desde 2012 del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias pero esta semana le cae mal a Carmen Lomana y desde la derecha se pide su dimisión. Simón no encendió el pánico cuando compareció una semana antes del estado de alarma. No lo ha encendido desde entonces y eso no se lo perdonan quienes no consideran peligroso que los trabajadores de Airbus, de Arcelor, de Correos o miles de empleadas de hogar, siguen entrando en el tajo todas las mañanas porque el ritmo no puede parar. Porque la salud laboral se concibe como una salud de ringorrango.

Encontrar a un chivo expiatorio cubre una necesidad individual, lanzar a un puñado de trolls, reales o creados mediante algoritmos, mantiene la política de partidos en el mismo punto en el que se ha entrado desde el escándalo de la manipulación de masas de Cambridge Analyitica. 

Funciona mejor si se puede enfocar en una sola persona, en un solo momento. Ampliar el foco sobre los mercados o los factores estructurales no sirve para una campaña sostenida de intoxicación. Así, el problema no es el deterioro del sistema de dependencia o cuidados a la vejez, si no la maldad intrínseca de dos o tres monjas. El problema no es que el Gobierno vaya a destinar miles de millones de euros para rescatar empresas que siguen generando beneficios, si no que Pedro Sánchez sea el responsable de la compra de una partida de test defectuosos. No la estafa del rescate financiero de 2008, sino el timo de 50.000 test fallidos. El problema no es que Zapatero desmantelase en un minuto y medio de 2010 el estado de bienestar, sino que ahora ejerza una diplomacia externa a los deseos de Estados Unidos. No culpes a los mercados por la rapiña, ni a los Gobiernos del PSOE y el PP por haber desindustrializado el país, culpa a las administraciones por no ser las más listas de la clase en la competición global por el material sanitario de urgencia. La misma consigna de hace dos semanas sigue siendo válida: lo importante es parcelar, estratificar la información; mantener eternamente separadas causas y efectos.

Hay ganadores en esta crisis. Son las grandes empresas de logística y distribución. Gana Amazon y pierden los trabajadores de sus plantas de San Fernando de Henares y el Prat de Llobregat. Las grandes cadenas de distribución alimentaria ganan, los pequeños comercios de alimentación, mientras, denuncian abucheos y broncas de vecinos por permanecer abiertos. Otros sectores no pierden con la crisis: consiguen que sean los trabajadores y las trabajadoras las que se paguen su despido en cómodos plazos, pues los subsidios son pagados por las retenciones practicadas en las nóminas. Pierden quienes perdían antes del 13 de marzo. Esa masa a la que llamamos “precariado”. 

La década perdida desde la crisis de 2008-2010 dejó una caída del gasto social en términos absolutos de 15.000 millones en euros constantes de 2010. El Gobierno anunció el martes 17 de marzo un paquete social de 17.000 millones. Una buena noticia, la corrección sobre el recorte anterior, que quedó empequeñecida a lo largo de la semana, a medida que se iban conociendo las cifras de despidos colectivos e individuales. La crisis del coronavirus se topa con su primer final de mes.

De lo micro a lo macro

Comienza a cerrarse la oportunidad para que la crisis del coronavirus suponga un punto de arranque para la recuperación de los servicios públicos, para poner en el centro de la economía la reproducción de la vida. Los países del norte de la Unión Europea, el entorno de Alemania, han advertido de que no quieren un cambio de orden. Las reglas son las mismas que se aplicaron a Grecia en 2015. No existe la solidaridad europea sino la suma cero: para que a la banca alemana no se le vea el cartón es necesario seguir fijando una mirada severa en el despilfarrador “sur”, aunque solo haya hecho lo que se le ordenó. El capital del norte no quiere mutualizar las deudas. El espacio Schengen, por cierto, está virtualmente eliminado.

La separación entre el proyecto cultural europeo, los “valores” que encarna la UE, y la devaluación competitiva en que se ha basado la Europa realmente existente se acentúa cuando lo micro —la pobreza vivida en cada confinamiento, la incertidumbre sobre lo que será de cientos de miles de personas— revienta las costuras sociales de cada país. Italia, España y Francia son las zonas cero del desastre económico del coronavirus. Cualquier actuación contra sus poblaciones amenaza con dinamitar a la Unión Europea tal y como la conocemos.

El proyecto europeo no quiere cambiar el lenguaje del viejo orden. No hay espacio, nos dicen, para la vuelta del vocabulario de los derechos, de los cuidados y del bien común. Todo lo demás, la vía que se ofrece es la del camino particular de cada país. Una vía demasiado incierta, pese a las ofertas de intervención de China y Rusia. De momento, el grupo de los 27 se ha dado 15 días para presentar un plan de choque a la crisis. Italia y España no podrán esperar para introducir nuevas medidas de rescate social.

En España los conceptos que se introducen son la suspensión de alquileres y la renta básica de cuarentena. Antes de decidirse a lanzar esas nuevas palabras para la nueva situación, el PSOE pasará de nuevo por la tentación de recorrer el desfiladero de la “unidad nacional” que le acompaña desde 2011. Abrazarse al PP y a Ciudadanos para volver a ser el manso y modélico país en venta que fue la España de Rajoy.

Eternamente separados en las conversaciones, lo macro y lo micro funcionan hoy bajo la misma lógica de emergencia. Las preguntas que se hacen millones de hogares —de qué viviremos cuando los arrendadores se cobren las facturas, cuando la eléctrica pase sus recibos, cuando no sea posible afilar una vez más la tarjeta en el supermercado— esperan una respuesta macro que todavía no ha llegado.

Día 14 de confinamiento.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Solo para socias
Solo para socias Nueva carta mensual: “Redactor en crisis”, por Pablo Elorduy
Después de La Semana Política, el coordinador de Política de El Salto regresa a un formato periódico.
La semana política
La semana política Lo que pasó, pasó
Hora de algunas despedidas. Ada Colau tiene difícil volver a ser alcaldesa de Barcelona y la izquierda tiene difícil volver a convocar el espíritu de una época en la que pudieron cambiar muchas cosas.
La semana política
La Semana Política La nave del misterio electoral
La compra de votos en Melilla y otros puntos del Estado agita la última semana de campaña y muestra el auge del conspiracionismo.
#53667
28/3/2020 12:28

Siento decirlo pero no entiendo por qué Holanda o Alemania se tienen que hacer cargo de los errores de España. Aquí se han llevado a cabo multitud de obras faraónicas que para colmo después no se les ha dado ni uso, pero sin embargo no tenemos dinero para comprar unas putas mascarillas que cuestan unos céntimos de euro. Entiendo que los países del norte de Europa no quieran ayudarnos.

0
3
Gobierno de coalición
Política institucional Pedro Sánchez no dimite: “He decidido seguir”
El presidente del Gobierno vuelve a sorprender y anuncia que no se va. Sánchez se encarama como cabeza visible de un movimiento cívico contra la intoxicación política.
Gobierno de coalición
Encuesta del CIS El amago de Sánchez refuerza al PSOE a costa del espacio a su izquierda
La encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas refuerza al PSOE, que recupera la primera posición en intención de voto.
Análisis
Análisis Sánchez gana su “moción de confianza popular”
La audacia de la jugada que termina hoy con la permanencia de Sánchez en La Moncloa tiene aristas, pero le vuelve a colocar como vértice de un movimiento de regeneración que hace años pasaba por impugnar al propio PSOE.
Inflación
IPC La inflación interanual de abril se situó en el 3,3% y la subyacente baja hasta el 2,9%
El incremento de una décima se debe, principalmente, a la subida de los precios del gas en comparación a la caída del año pasado y al aumento de los precios de la alimentación.

Últimas

El Salto n.74
Revista 74 Cuando los algoritmos te explotan: no te pierdas el número de primavera de la revista de El Salto
De cómo los algoritmos y la IA gestionan el trabajo de cientos de millones de personas con ritmos y condiciones del siglo XIX, y de mucho más, hablamos en nuestro número de primavera. Ya disponible para socias y en los puntos de venta habituales.
Eventos
Evento Un Salto al periodismo del futuro: súmate a nuestro primer evento para estudiantes y jóvenes profesionales
El viernes 10 de mayo, El Salto organiza una jornada de periodismo joven para profundizar en temas clave, nuevos lenguajes y formatos, desde un enfoque eminentemente práctico.
Desempleo juvenil
Desempleo juvenil Extremadura lidera el desempleo juvenil en España
La tasa de desempleo juvenil ha aumentado trece puntos hasta alcanzar un 44,91% de paro. Más de 20.000 jóvenes han migrado en los últimos años.
Palestina
Bloqueo israelí Activistas toman el embarcadero de El Retiro en favor de la Flotilla a Gaza, bloqueada por Israel
“La Flotilla, rompiendo el bloqueo”, han coreado activistas que han desplegado pancartas y banderas palestinas en el embarcadero del Retiro en un homenaje a la Flotilla de la Libertad.
Más noticias
Tribuna
Escuela pública madrileña Del tupper war a #MenosLectivas: razones para la huelga de la educación pública madrileña en tres actos
Más de una década después de los inicios de las movilizaciones de la Marea Verde, el proyecto neoliberal se ha profundizado, pero las respuestas también se están articulando.
Palestina
Palestina Misión incumplida: sobre la cobertura de El Salto de la Flotilla rumbo a Gaza
Queremos dar una pequeña explicación a nuestra comunidad y, especialmente, a las personas que con su suscripción permiten que un medio como el nuestro, que es una rara avis en el contexto político y social en el que vivimos, salga adelante.
País Valenciano
Diada valenciana El País Valencià asume “la voz de todo un pueblo” por el 25 de abril
El 27 de abril, las calles de Valencia fueron testigo de la manifestación valenciana en conmemoración del 25 de abril, una fecha con un alto significado histórico para el País Valencià.
Galicia
Política autonómica Redes clientelares, falta de autogobierno y consensos neoliberales: las claves del Gobierno gallego sin Feijóo
Políticas y analistas desgranan la hoja de ruta de la primera legislatura gallega de la era post-Feijóo: reforzamiento de los hilos de poder locales, falta de vocación autonómica, complejo de inferioridad y una marcada agenda neoliberal.

Recomendadas

Genocidio
Genocidio Rebelión en las universidades y acampadas: ¿una primavera antisionista?
Los principales aliados de Israel, Estados Unidos y Alemania, están siendo testigo de un desborde en las protestas contra el genocidio.
México
América Latina México a las urnas: los claroscuros de AMLO y la primera presidenta
Todo apunta que el 2 de junio, por primera vez en la historia, una mujer llegará a la presidencia. Claudia Sheinbaum, sucesora de Andrés Manuel López Obrador, se presenta como “hija del 68” en un país todavía asolado por el conflicto interno.
Derecho a la vivienda
Derecho a la vivienda Vivir y resistir en Andalucía, la comunidad con más desahucios del Estado español
En Andalucía, la comunidad con mayor número de desahucios, se producen 11 al día. En todo el territorio surgen experiencias que luchan por la vivienda digna en un lugar donde tener un techo “se ha vuelto una utopía”.