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Israel
Gantz sale del Gobierno de Netanyahu, el genocidio sigue
En la jornada del domingo, mientras Benjamin Netanyahu capitalizaba políticamente el primer rescate en meses de tres prisioneros israelís —en una operación militar en el campo de refugiados de Nuseirat que mató a 270 personas palestinas, entre ellas 68 niños, según los últimos datos de las autoridades sanitarias de Gaza— el ministro Benny Gantz presentó su dimisión.
Quien fuera el principal opositor político de Netanyahu, se sumó al Gobierno de emergencia creado tras el 7 de octubre, y suponía el único elemento no extremista dentro de un ejecutivo caracterizado por miembros ultras como el ministro de Seguridad Nacional Itamar Ben Guvir, o el ministro de Finanzas Bezalil Smotrich, quienes se han mostrad favorables a continuar la masacre contra Gaza, más allá de la liberación de los prisioneros israelíes. La marcha de Gantz no pone en peligro la continuidad de la mayoría parlamentaria de extrema derecha en la Knesset, que cuenta con 64 escaños de 120.
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El líder, considerado “moderado” por Occidente, explicaba, en una conferencia televisada: “Netanyahu nos está impidiendo avanzar hacia una victoria real”, antes de llamar a elecciones anticipadas. “Necesitamos elecciones que puedan establecer un Gobierno que gane la confianza de la gente y pueda enfrentar desafíos”, afirmaba, poco concreto.
Lo que reclamaba Gantz a Netanyahu hace tres semanas, es un plan que aborde el escenario de Gaza después de la ofensiva, agotado el plazo dado por el propio político, ha procedido a comunicar su salida del gabinete. El mandatario también abogó por formar un Gobierno con todos los partidos “centristas”, como el suyo, sin descartar que el propio Netanyahu forme parte del mismo.
El propio primer ministro israelí publicaba ayer un breve comunicado en el que conminaba a su antiguo rival a “no abandonar el frente”. Netanyahu insistía, con el rescate reciente de tres de los prisioneros israelíes, en su objetivo anunciado de “liberar a todos los rehenes y a la eliminación de Hamás”.
Dada la trayectoria de Gantz, quien liderara el ejército en 2014, cuando más de 2.000 palestinos fueron asesinados en la operación Margen Protector, las más de 37.000 personas asesinadas desde el 7 de octubre por Israel no parecen haber influido en su decisión. El político, al frente del centro-derechista Partido de la Unión Nacional, fue de hecho ministro de defensa entre los años 2020 y 2022, años en los que se intensificó la represión en Cisjordania, y se profundizó en la persecución de las organizaciones de Derechos Humanos.
La disputa con Bibi, tiene que ver con la ofensiva de este último contra la separación de poderes, y su interferencia en el poder judicial para blindarse ante las causas que penden contra él. Algunos analistas han considerado que la salida de Gantz del gobierno podría añadir aún más presión sobre el primer ministro en un marco en el que masivas manifestaciones vienen demandando elecciones anticipadas.
La guerra brutal contra Gaza habría supuesto un balón de oxígeno para posponer el fin político de Netanyahu, cuya continuidad fue durante meses puesta en entredicho antes del 7 de octubre, con masivas manifestaciones semanales. Ahora Gantz acusa al mandatario de priorizar contentar a sus socios de extrema derecha por encima del interés del Estado. No es la primera vez que Gantz exige un adelanto de elecciones, ya en abril había llamado a celebrar comicios en septiembre. El gobierno de coalición, sin embargo, ha manifestado que no se votará mientras continúe su campaña contra Gaza.
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En su marcha, Gantz ha interpelado al ministro de defensa del Likud, Yoav Gallant, quien también ha sido crítico en el pasado con el gobierno, a sumarse a su decisión. El líder de la oposición, tiene una mayor popularidad que Netanyahu, con diversas encuestas apuntando a que de haber elecciones sería elegido. A las divergencias en torno al escenario de posguerra, entre Gantz y Netanyahu, se suman posturas enfrentadas respecto al enrolamiento de los jóvenes ultraortodoxos, un asunto que divide a la sociedad israelí.
Ben Gvir y Smotrich, han reaccionado a la salida de Gantz reclamando más voz en el gobierno, y afeando la decisión del ministro como algo “irresponsable”, respectivamente. En su comunicado Gantz intentaba desmarcarse de esta acusación: “os prometeré una cosa, estoy preparado para morir por vuestros hijos”, afirmaba. La decisión de Gantz ha sido bienvenida por su antiguo aliado, el líder de la oposición y ex primer ministro Yair Lapid, quien afirmó: “Es hora de sustituir este gobierno extremista y fracasado por otro que devuelva la seguridad al pueblo de Israel, traiga a los rehenes a casa, reconstruya la economía y restablezca la posición internacional de Israel”.