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Honduras
La impunidad marca la investigación a los tres años del asesinato de Berta Cáceres
En medio de la lucha contra el Proyecto Hidroeléctrico Agua Zarca, el 2 de marzo de 2016 era asesinada Berta Cáceres en La Esperanza, Honduras. En el mismo ataque también resultó herido el activista mexicano Gustavo Castro. La familia de Berta, el Copinh —la organización indígena en la que militaban ambos—, la población hondureña en resistencia y el activismo que enfrenta los proyectos extractivistas luchan una gran batalla contra la impunidad en este crimen.
La organización liderada por Berta Cáceres se opone desde su creación, en 1993, a las políticas neoliberales extractivistas de multinacionales estadounidenses y europeas que quieren adueñarse del agua y de otros recursos naturales con la connivencia y complicidad del Gobierno hondureño y de la élite local. Desde La Esperanza – Intibucá, más específicamente en Utopía, tal como se llama el lugar que abraza la sede del Copinh, invitan a sembrar (y celebrar) la herencia que Berta legó a las nuevas generaciones.
El espacio que ocupa el Copinh recuerda a una escuela, con muros en los que se cuentan historias en coloridos y poéticos murales. En el comedor se comparte el almuerzo preparado por la comunidad. El sol entra por las ventanas regalando la luz natural. En ese espacio, Lilian Esperanza López, parte de la coordinación del Copinh, actualiza el estado de situación de la organización: “Es el tercer aniversario sin Berta. No la tenemos físicamente, pero la tenemos espiritualmente con nosotros. Sin ella tenemos que pasar a otro año más de lucha y resistencia y continuar con su legado, seguir protegiendo los bienes comunes de la naturaleza”.
Los días para recordar de manera activa el aniversario de la injusticia tendrán actividades culturales, espirituales y conmemorativas guiadas por la idea de convocar el pensamiento y la fuerza de Berta Cáceres, que hoy trasciende las fronteras hondureñas e inspira las luchas latinoamericanas. Según informó Berta Zuñiga Cáceres, una de las hijas de la lideresa lenca e integrante de la coordinación de la organización, planean lanzar el libro Las revoluciones de Berta, donde se resumen muchas de las entrevistas realizadas a la activista conocida como la “protectora de los ríos”.
“Sufrimos persecución política y judicial, reflejada en las acciones de los sicarios de las empresas trasnacionales que nos siguen”Tras la conmemoración del asesinato de Berta, el 27 de marzo se celebrará el 26° aniversario del Copinh. Lilian López explica en qué condiciones realizan el trabajo con las 220 comunidades que articulan: “Sufrimos persecución política y judicial, reflejada en las acciones de los sicarios de las empresas trasnacionales que nos siguen. Sin embargo, no hemos dejado de luchar desde 2013. Han habido asesinatos dentro de las comunidades de río Blanco, especialmente de aquellas que están en resistencia. Las radios comunitarias han sido boicoteadas y se les ha cortado la luz. Se nos tapan las calles por las que entramos a las comunidades, así como se atacan nuestros carros”.
El caso que desnuda la impunidad
En 2015, tras obtener el premio ambiental Goldman para el Sur y Centroamérica por su contribución a la lucha persistente en contra de la construcción de una represa hidroeléctrica que amenazaba con desplazar a cientos de indígenas de Honduras, Berta Cáceres obtuvo visibilidad internacional. Muy pocos pensaban que, aún así, un grupo de asesinos vinculados a las empresas de capital extranjero con base hondureña, con el apoyo de funcionarios del gobierno local, atentarían contra su vida.“Luego de una jornada de trabajo sobre energías alternativas para comunidades Lencas, facilitado por Gustavo Castro, en el centro Utopía, Berta fue asesinada en su casa. La última llamada en vida recibida por la coordinadora general del Copinh fue a las 11:27pm y la primera realizada por Gustavo luego del ataque fue a las 11:39pm. Los sicarios a sueldo entraron en la vivienda y disparan en seis ocasiones. Gustavo, compañero de lucha, también fue herido en una ocasión dándole por muerto. Durante este día fue identificado el jefe de seguridad de [la empresa encargada del proyecto Agua Zarca] DESA, Jorge Ávila, junto a un grupo de hombres en camino hacia La Esperanza. Días antes se identificaron operativos de seguimiento y control a Berta”, relatan desde el sitio creado por el propio Copinh para desgranar la trama del asesinato.
El Estado de Honduras intentó, en un principio, desviar la investigación escondiéndolo bajo la manta de que se trataría de un crimen “pasional”
Pocas horas después del crimen, la Copinh y las familias de las víctimas denunciaron el asesinato como un crimen ejecutado por la empresa con colaboración de funcionarios del Estado: no solo no la protegieron sino que participaron de su persecución y criminalización. El Estado de Honduras intentó, en un principio, desviar la investigación escondiéndolo bajo la manta de que se trataría de un crimen “pasional” o de un conflicto de la organización. No obstante, desde su asesinato se hizo sentir la demanda local e internacional por la condena del crimen y la exigencia de justicia.
Lilian López denuncia las irregularidades del caso: “El juicio ha sido un juicio ilegal, que ha permanecido en la secretividad. No se nos ha dado toda la información, no se nos acepta como Copinh. Para ellos, el caso es referido a Berta en particular. Pero cuando Berta fue víctima, el Copinh también lo fue, porque ella era la coordinadora de esta organización. Se han dejado afuera a los abogados que llevaban el caso. Eso nos ha dado entender que es parte de la criminalización de todo el pueblo lenca. Tampoco se han resuelto un montón de amparos que se han puesto. Se han salido con la suya diciendo que hay castigo para siete personas, pero esas siete personas son solo quienes dispararon y planificaron, pero no están las actoras intelectuales. Estas son las que quiere su familia, sus hijas, las que quiere el Copinh. Que se siga investigando, que se haga justicia y se capture a los actores intelectuales. La empresa ha sido parte del sistema del Estado que ha estado ahí mismo involucrada en el asesinato de Berta”.
En sus propias voces, en las comunidades y en las redes sociales digitales el grito es uno: ¿por qué no han capturado a todos los asesinos intelectuales de Berta Cáceres? “Se está esperando que resuelvan apelaciones, se sabe que los abogados defensores de los acusados también van a presentar recursos de amparo para pedir las penas mínimas a los procesados. Eso está en espera. Tenemos el juicio a David Castillo, quien era el presidente de la empresa Desa y será un juicio que el Copinh va a emprender. Esperamos que tenga la condena que queremos”, declara la coordinadora de la organización hondureña.
En las redes sociales digitales y en las calles se llama, durante los primeros días de marzo, a construir altares con la imagen de Berta Cáceres, exigir la captura de los intelectuales, reclamar la cancelación definitiva del proyecto hidroeléctrico Agua Zarca y twittear con toda la furia #JusticiaParaBerta #FaltanLosAtala #3AñosSinJusticia para revivir la memoria de la protectora de los ríos.