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Grecia
“¿Adónde vamos? ¡A Alemania!”
Catorce personas refugiadas en Atenas inician su segunda semana en huelga de hambre para exigir que se cumpla el acuerdo que les permita reunirse con sus familias.
Unas 4.500 personas llevan alrededor de dos años en Grecia intentando poder cumplir con el anhelo que les acompañó cuando huyeron de la guerra en Siria: poder reencontrarse con los seres queridos que habían partido antes que ellas hacia Europa y pudieron llegar hasta Alemania. Meses después de haber sido aprobada su solicitud de reunificación familiar, continúan esperando un vuelo que les permita llegar al país germánico de forma regular.
Para intentar que se acelere este proceso, 14 de estas personas ‒siete mujeres y siete hombres‒ se declaraban en huelga de hambre el pasado 1 de noviembre. Con el apoyo de colectivos antirracistas y de izquierda helenos, ocuparon con tiendas de campaña un sector de la plaza Syntagma y colocaron sus pancartas frente al Parlamento griego. La más grande advierte: “¡Huelga de hambre! Reunificad a nuestras familias ahora”.
Iniciando su segunda semana en huelga de hambre, el rostro de Foaz da muestras de cansancio. Su historia es la de quien se quedó en Siria mientras parte de su familia huía de la guerra y buscaba refugio en lugar seguro. El resto se quedó “porque no teníamos capacidad económica para ir”, comenta. La historia de Foaz es también la de la incertidumbre por una espera que dura ya dos años, no acaba y lo sitúa en una especie de limbo: “No tenemos ningún tipo de apoyo aquí. Pedimos que nuestros hijos tengan educación, pero como también estamos pidiendo la reunificación familiar, nos dicen que no hay necesidad de que vayan a la escuela”. Antes achacaba la responsabilidad de esta situación al Estado griego, pensando que estaba “congelando el proceso”. Ahora cree que la responsabilidad es del Gobierno alemán.
No es el único con esta valoración. Por eso, una manifestación partió el mediodía de ayer desde el punto donde se encuentran acampadas las personas en huelga de hambre hasta la embajada alemana para exigir que se acelere el proceso de reunificación. El grito más coreado: “¿Adónde vamos? ¡A Alemania!”. Bajo una intensa lluvia, el recorrido fue realizado por las personas que se encuentran en huelga de hambre junto a familiares, entre ellos muchos niños, y amigos. También les acompañaban integrantes de movimientos políticos y sociales que apoyan desde el inicio de esta protesta.
Uno de ellos es Giorgos, que forma parte del Movimiento Antiautoritario de Atenas. Explica que estas personas ya “han rellenado sus papeles para ir a Alemania”. Les ampara el Convenio de Dublín, que señala el derecho de personas refugiadas en diferentes países de Europa a reunirse con sus familiares si alguno de ellos lo solicita.
Según Giorgos, este acuerdo señala que a los seis meses de empezar a “mover los papeles” tendrían que poder viajar para hacer efectiva la reunificación familiar, pero que “existe un acuerdo entre Alemania y Grecia que indica que deben tomar vuelos específicos organizados por la embajada de Alemania, no cualquier vuelo comercial”. El ritmo al que se está cumpliendo este acuerdo es de unas “60 a 70 personas cada vez”.
Dentro de la acampada, las decisiones siguen una lógica asamblearia. Aunque el apoyo de grupos políticos y sociales es fundamental para la logística y el desarrollo de la comunicación acerca de su protesta, las decisiones fundamentales, como el hecho de continuar o no con la huelga de hambre, les corresponde a las personas que la están llevando a cabo.