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Grecia
Arrojadas al mar o abandonadas a la deriva: la Guardia Costera griega contra las personas migrantes
La BBC tiene pruebas consistentes para mostrar cómo las prácticas de la guardia costera griega han causado al menos 40 víctimas mortales en el Mediterráneo en los últimos años, nueve de ellas siendo arrojadas directamente al mar. No solo el testimonio de testigos presenciales de las acciones que acabaron con la vida de decenas de personas migrantes, sino también imágenes.
“Le mostramos a un alto cargo de la Guardia Costera griega una grabación en la que se embarcaba a 12 personas en una lancha de los guardacostas, para ser abandonados después en un bote”, explican desde la BBC. La reacción del oficial, cuando pensaba que no se le escuchaba fue calificar las imágenes como “obviamente ilegales”, y un “crimen internacional”, reportan desde el medio británico.
Sin embargo, como institución la Guardia Costera griega ha rechazado categóricamente las acusaciones de los investigadores. Unas alegaciones que tienen poca credibilidad ante las recurrentes denuncias de las que ha sido objeto el gobierno griego por su trato a las personas migrantes: las devoluciones en caliente y rechazos en frontera han sido, según han documentado investigaciones previas, prácticas habituales en el país heleno.
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El caso del barco que naufragara hace un años frente a la costa griega, en el que al menos 600 personas perdieron la vida, es otro de los episodios en los que la guarda costera del país ha sido señalada ya no solo por no cumplir con su obligación de auxiliar a las personas a bordo, sino por precipitar el hundimiento de la embarcación con su intervención.
Lo que trae esta nueva investigación de la BBC es un reflejo cuantitativo de las muertes que han causado este tipo de vulneraciones de derechos humanos. En concreto, este trabajo periodístico se ha focalizado en 15 incidentes protagonizados por los guardacostas griegos en los meses de mayo de 2020 y 2023. Para ello ha escuchado los testimonios de integrantes de organizaciones de la sociedad civil, ha analizado medios de comunicación locales y ha entrevistado a guardacostas turcos.
La BBC ha conseguido incluso recabar información de testigos directos de cuatro de estos hechos, a pesar de la dificultad a la hora de obtener este tipo de información primaria, dado lo complejo de localizar a personas en movimiento, o al miedo a hablar que pueden sentir quienes han presenciado estos actos de violencia.
Los testimonios hablan de personas arrojadas al agua, algo que le habría acabado con la vida de al menos nueve migrantes, también describen cómo fueron abandonadas a su suerte en botes de goma precarios sin motor, que enseguida perdían aire, poniendo en riesgo su vida.
Destaca el caso de un hombre camerunés llegado a la isla de Samos en septiembre de 2021, quien habría sido interceptado junto a otras dos personas por agentes encapuchados que los trasladaron a una lancha a los tres, arrojándoles al mar tras golpearlos. Solo el testigo, cuyos abogados han denunciado a Grecia, pudo salvarse nadando de vuelta a la costa. Antes vio ahogarse a los otros dos hombres, cuyos cuerpos aparecieron después en la costa turca.
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Milagrosamente se habría salvado otro hombre somalí unos meses antes, llegado a la isla de Chios, la guardia costera griega le habría capturado, maniatado y lanzado al agua. Según contaba a los investigadores de la BBC pudo sobrevivir flotando sobre su espalda hasta liberar sus manos, pero tres personas del mismo grupo perdieron la vida en el mar.
Respecto a los abandonos en botes inflables, fue en septiembre de 2022 cuando ocurriría el más mortífero de estos episodios. Sucedió cerca de la isla de Rodas, cuando la guardia costera metió en una de estas embarcaciones a 85 migrantes que viajaban en un bote cuyo motor había dejado de funcionar.
Tras haber llamado a los guardacostas en busca de auxilio, las 85 personas se encontraron en aguas turcas, en otro bote que enseguida empezó a hundirse, mientras que los guardacostas griegos se alejaban indiferentes, relatan los supervivientes de aquella tragedia. Los primeros en morir fueron los niños, contaba un refugiado sirio a la BBC.
Pese a que las personas que llegan a las islas griegas tienen derecho a solicitar asilo en los centros de registro, tanto las personas migrantes entrevistadas como las ONG en el terreno vienen años registrando cómo a menudo son interceptadas antes de llegar a estos centros. Son hombres con la cara tapada, sin uniforme, los que se encargan de esta caza. Una práctica ilegal que resulta en miles de personas devueltas a Turquía. La investigación del medio británico ha quedado reflejada en el documental Dead Calm: Killing in the Med?