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Ganadería
El sector lácteo de Navarra, cada vez más concentrado
En Navarra hay actualmente 160 granjas, 109 menos que en 2005. Los sindicatos ganaderos apuestan por un modelo de pequeña escala y critican las subvenciones a grandes explotaciones.
“Nos van a joder vivos”, afirma Fermín Galarza, propietario de una granja de 100 vacas en Odériz. En los tres últimos años han desaparecido tres granjas en sus alrededores y, si el proyecto de la macrogranja de Noviercas sigue adelante, cree que las consecuencias van a ser devastadoras para la ganadería navarra. Él sabe muy bien qué es verse en una situación crítica. Su granja fue una de las siete a las que hace cerca de un año la multinacional francesa Danone dejó de recoger leche tras 40 años de colaboración. La primera excusa fue que los gastos de recogida por acceder a la explotación eran muy altos. Después le dijeron que les sobraba leche. “Yo hablé con otra granja y allí me decían que Danone les estaba pidiendo que aumentaran la producción, así que se lo comenté y me respondieron: ‘A mí eso no me importa'”. Tras un acuerdo con otras ganaderías de la zona al final consiguieron que Kaiku e Iparlat les compraran la producción.
Actualmente hay en Navarra 160 granjas, 109 menos que en 2005. La tendencia apunta a una mayor concentración de las explotaciones: en territorio foral hay varias que alcanzan en torno a 500 vacas. Para Felipe Etxetxipia, técnico del sindicato agrario EHNE, estas dimensiones le siguen pareciendo grandes. Desde EHNE consideran “muy peligroso” el proyecto de la macrogranja de Noviercas. “Un producto que está saturado como la leche, y que nos parece tan importante y estratégico, no puede caer en manos de especuladores”, afirma, y añade que “más allá de que pensamos que es un desastre medioambiental y de que vaya a provocar el cierre de empresas, nos parece fatal que gente de poder esté copando la tierra y se esté metiendo en el sector primario”.
Además de las demandas que han realizado para que se establezca una normativa que ponga límite al tamaño de las cuadras —proponen un máximo de 500— desde EHNE se muestran críticos con las subvenciones al sector. “Las grandes granjas se aprovechan de las economías de escala para reducir consumos, por lo que la inversión por vaca es menor pero las ayudas son prácticamente las mismas”, afirma Felipe que comenta que las subvenciones europeas de la PAC se fijan en 60 euros por vaca sin apenas filtros. “Si las ayudas se dan precisamente para que haya un desarrollo rural y que el sector permanezca vivo, este tipo de explotaciones provocan exactamente lo contrario”, se queja.
Antiespecismo
¿Qué se esconde tras los muros de los mataderos?
Desde el fin de las cuotas lácteas de hace dos años, las expectativas de que una mayor producción animaría al sector pronto se desvanecieron, y la situación de la leche como producto-reclamo en las grandes distribuidoras acrecienta su situación crítica. Este sindicato aboga por una mayor regulación, y en vez de abusar del llamado “paquete lácteo” —subvenciones europeas a ganaderos para que reduzcan su producción— creen que se debería fijar una directriz para que los países excendentarios como Francia o Alemania reduzcan su producción. “Nosotros apostamos por un modelo familiar de cuadras pequeñas que ayude a vertebrar el territorio. A los grandes inversores les da lo mismo invertir en el ladrillo o en vacas de leche, pero el desarrollo rural es otra cosa”.