Casa de apuestas Usera
Una casa de apuestas en el barrio madrileño de Usera. David F. Sabadell

Fútbol a este lado
Cabeza frita, corazón helado, cultura del riesgo

La industria del juego está íntimamente ligada a la flexibilización de las condiciones laborales y las relaciones sociales. También a la irrupción de la imprevisibilidad como categoría mental, escenario que habitar.

Es curioso, ahora que se habla tanto de salud mental. Puede que la primera llamada en la puerta de la normalización de la atención psicológica llegase en un espacio y tiempo triplemente insospechado. Fue quizá en el fútbol. Si nos ponemos con las inútiles etiquetas generacionales, sucedió en pleno apogeo boomer. A primeros de los años 90. Cuando los padres de muchos millennials todavía se querían y los Z no eran todavía ni una mirada de tú y yo / toda la noche / bailando bailando / amigos adiós entre los suyos. Y casi podríamos decir que fue en la España vaciada. En una comunidad autónoma que además nunca había tenido un equipo en máxima categoría. Benito Floro introdujo la figura del psicólogo en el Albacete. El equipo, conocido como el Queso Mecánico, subió a primera y al aeródromo de la ciudad, base de las Brigadas Internacionales, volvieron los vuelos chárter. Floro había dejado al Alba a dos puntos de Europa cuando lo fichó el Madrid. Allí, este futbolista retirado a los 26 por unos vértigos implantó también un psicólogo, rol que ya probaron, aquel mismo verano, la selección olímpica de Vicente Miera y el Tenerife de Jorge Valdano.

En aquella España —hoy suspirada con conveniente amplificación mediática como un paraíso de hipotecas, rectitud moral y Comtessa en duralex—, lo del psicólogo todavía daba para risitas, cosa de locos. Hoy en día, la mayoría de clubes profesionales cuentan con un departamento del asunto, casi siempre camuflado de puertas hacia fuera con ejes de motivación, rendimiento o superación anímica de lesiones físicas. Como ocurre con la sociedad en general, pocas veces se habla a las claras de almas expoliadas o calcinadas. Y menos de las causas si están relacionadas con la competitividad extrema y la desconfianza en los demás que premia un capitalismo que siempre se cobra sus deudas. También las del coco.

Nuestras cabezas churrascadas y corazones ateridos son la manifestación física de un proyecto político

Nuestras cabezas churrascadas y corazones ateridos son la manifestación física de un proyecto político. Del mismo forma también parte una secuencia de incertidumbre, riesgo, fallo, culpa, repliegue y aislamiento que, en según qué situaciones, puede no tener vuelta atrás. No es ninguna oscura conspiración. Lo dijo en toda nuestra cara Margaret Thatcher: “La economía es el método, el objetivo es cambiar el alma”.

Ya en vida, su hipotética inmortalidad fue una especie de meme. En la portada del single “Sanctuary” de Iron Maiden, la mascota del grupo, Eddie, aparecía como su homicida, pero cinco meses después la propia banda sacó otro donde la primera ministra lo esperaba para vengarse a la vuelta de la esquina. Su funeral sigue siendo un recurrente archivo de exorcismos populares, como el de esta mujer escocesa que necesitaba ajo y una estaca para quedarse tranquila. Los vampiros emocionales, igual que los económicos, tienen bastante más de real que los románticos transilvanos.

Todo tiene que servir para algo, todo puede ser rentable, monetizable, productivo en un mundo atomizado que nos dice que los anillos de Sonic no siempre están a la vista

Thatcher dijo también que no existe la sociedad, sino una suma de individualidades, millones de cálculos privados. Nos la imaginamos asintiendo al ver alguno de los anuncios de casas de apuestas de los que hablan Cristina Barrial y Pepe del Amo en su libro La apuesta perdida (Bellaterra/Tigre de Paper, 2021). Esos en los que se habla de “el mejor equipo del mundo”, no refiriéndose al que representa tu herencia sentimental o a tu ciudad, sino al grupo de personas con las que quedas el fin de semana para apostar. La afición por el fútbol, los hobbies y, lo que es peor, la amistad: todo tiene que servir para algo, todo puede ser rentable, monetizable, productivo en un mundo atomizado que nos dice que los anillos de Sonic no siempre están a la vista.

La industria del juego, como refiere el ensayo, está íntimamente ligada a la flexibilización de las condiciones laborales y las relaciones sociales. También a la irrupción de la imprevisibilidad como categoría mental, escenario que habitar. Es la cultura del riesgo, siguiendo al sociólogo Richard Sennett: “No moverse es sinónimo de fracaso y la estabilidad parece casi una muerte en vida”. Trabajamos como apostamos y viceversa, escriben Barrial y del Amo.

Con los años se me ha congelado la sonrisa que me provocaba la definición de un conocido sobre la vieja quiniela, a la que definía como “el currículum de los sin contactos”. Hoy la realidad para muchas personas es disponer de más información que ayude a hacer una previsión segura sobre un partido de fútbol que sobre su propia cotización en la seguridad social en los próximos meses. Y odiar el fútbol no te servirá de escudo. La nueva terminología cortoplacista contamina cualquier etapa vital: un alta laboral es un “proyecto”, un encargo un “reto”, algo para lo que llevas trabajando con incalculables horas extra son “cosas que se vienen” y un cambio de puesto o una salida justo antes de gripar del todo, una “apuesta”.

Las ciudades, escribió David Harvey, “se convierten en empresas que necesitan atraer inversores y turistas” con espacios públicos pacificados. Los habitantes pasamos a ser un poco como ese ideal que tienen las élites y los desclasados sobre camareros: que estén siempre, pero que no se note nunca su presencia. Haz girar la rueda y si no, quítate de en medio. Esa producción política del territorio tiene pocas imágenes más gráficas que un cartel de prohibido jugar a la pelota delante de un local de apuestas abierto y que a su vez es propiedad de un fondo buitre. Ningún juego fuera del circuito del capital. Estas empresas fingen tener relación con el fútbol, con el que en realidad tienen menos que ver que con las de reparto. Esas que configuran lo que podríamos llamar “industria del agotamiento y la ansiedad”. Iniciativas privadas que se benefician directamente del deterioro general de las condiciones laborales, la dictadura de la disponibilidad y un saqueo histórico de nuestro tiempo.

Las apuestas vampirizan nuestra humana necesidad de vivir una vida mejor. Una buena racha y te compro algo bonito, mamá

Las apuestas vampirizan nuestra humana necesidad de vivir una vida mejor. Una buena racha y te compro algo bonito, mamá. No vamos a concederles una grandeza que no merecen: esos locales tan feos no son más que síntomas. Además hay, como recuerdan Barrial y Del Amo, “vecinas y jóvenes cansadas de acostumbrarse a lo que venga”.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Fútbol a este lado
Fútbol a este lado Sol de invierno
Olvidamos que empezamos a descifrar palabras que subrayaban nuestros dedos en papel o cartón riendo, boquiabiertos, con la promesa de aventuras y nuevos mundos por probar y construir.
Fútbol a este lado
Fútbol a este lado El cesto de las chufas
En fútbol, o la industria antes conocida con ese nombre, es cosa de arqueología los casos de jugadores que podían desatascar un partido con tanta probabilidad como perder los nervios.
Fútbol a este lado
Fútbol a este lado Bar Nostalgia
¿Sería una desconsideración hacia su yo de infancia no cruzar la puerta? ¿Era posible capturar un tiempo más allá de imágenes, sabores y olores?
Galicia
Galicia Así opera en la sombra la banca en el proyecto de la celulosa de Altri en Galicia
La sociedad público-privada Impulsa Galicia, que cimentó los primeros planes de la multinacional papelera y Greenalia está participada fundamentalmente por la Xunta y por el banco que surgió de la desastrosa fusión de la cajas de ahorro gallegas.
Ocupación israelí
Ocupación Israelí Israel encubre en un informe “lleno de mentiras” el asesinato de 15 trabajadores humanitarios
Una investigación interna admite la masacre realizada el pasado 23 de marzo, pero oculta información, es contradictoria y llena de falsedades, según denuncia la Media Luna Roja y la organización israelí Breaking The Silence.
Líbano
Líbano Cinco décadas sin paz ni justicia en Líbano
El país mediterráneo conmemora el 50 aniversario desde el inicio de la guerra civil, un conflicto cuyos crímenes no se han juzgado y cuyos desaparecidos no se han encontrado
València
València “‘El vol de Guillem’ ha supuesto la liberación de todos estos años de lucha”
Ricard Tàpera, autor del cuento, y Betlem Agulló, hermana de Guillem Agulló, que ha puesto voz a la historia, nos explican cómo ha sido el proceso de creación de esta obra coral, ilustrada por Helga Ambak.

Últimas

Eventos
Taller de podcast El Salto invita a estudiantes a explorar las posibilidades del formato audiovisual
Proponemos un taller de guion y producción de programas para estudiantes de comunicación y periodismo los días 24 de abril y 8 de mayo.
La vida y ya
La vida y ya Días de vacaciones
No somos conscientes de que la lluvia depende, en un porcentaje altísimo, de ellas. Sin plantas hay menos lluvia. Sin lluvia las semillas no germinan. Así funciona.
Opinión
Opinión Poliamor de derechas, poliamor de izquierdas
La no-monogamia no puede ser simplemente una etiqueta identitaria o una preferencia personal, sino una práctica material que cuestiona la propiedad privada, la privatización de los cuidados y la reproducción de los roles de género
El Salto n.78
El Salto 78 Nueva revista, viejas injusticias: hablemos de Violencia Institucional
En el último número de la revista de El Salto dedicamos la portada y nuestro “Panorama” a una de las violencias que sufren las mujeres solo por el hecho de serlo, la que aún a día de hoy emana de un sistema irracional y patriarcal.
Ayuntamiento de Madrid
Residuos La “motosierra de Almeida” no frena la oposición social al cantón de la limpieza en Montecarmelo
Los vecinos no entienden por qué el Ayuntamiento madrileño no accede a construir el cantón en una parcela técnicamente viable y que no afectaría a miles de niños y la única zona verde del barrio.
Más noticias
Crisis climática
Crisis climática La UE se entrega al ardor guerrero mientras descuida la crisis social y la emergencia climática
Varios países de la UE ya están recortando drásticamente en servicios públicos y estado del bienestar para poder costear el aumento del presupuesto militar.
Opinión
Space X Los viajes al espacio y el efecto Katy Perry
El 2024 fue el año más caliente desde que hay registros, mientras que Katy Perry y un puñado de millonarias nos deleitaron con su viaje espacial cortesía de Jeff Bezos.
Estados Unidos
Estados Unidos La buena sintonía entre Trump y Meloni
Como era de esperar, los mandatarios mostraron afinidades políticas e ideológicas. La italiana insistió en la idea de “fortalecer Occidente”.

Recomendadas

Economía social y solidaria
Tecnología Inteligencia Artificial y economía solidaria: ¿posibles aliadas?
¿Cómo debe relacionarse la economía solidaria con una tecnología que vulnera derechos humanos y ambientales constantemente? Cooperativas e investigadoras tecnológicas animan al movimiento a perderle el miedo y a utilizarla de manera crítica.
Multinacionales
Multinacionales Maersk y las rutas de complicidad con el genocidio israelí en Gaza
Crece la presión internacional contra la naviera danesa que está aprovisionando a Israel de armas para cometer el genocidio de Gaza en contra de las medidas cautelares tomadas por la Corte Internacional de Justicia.
Historia
Historia Cuando la solidaridad antifascista reunió a musulmanes, judíos y cristianos en la España republicana
Marc Almodóvar y Andreu Rosés rescatan a los combatientes árabes de la Brigadas Internacionales en el libro ‘Moros contra Franco. El antifascismo y la Guerra Civil española en el mundo árabe’.
Valencià
València Duelo colectivo y brecha de género, las consecuencias de la dana en la salud mental
Más allá de lo material, el sufrimiento mental continúa golpeando las vidas de l´Horta Sud. Mujeres cuidadoras y colectivos vulnerables encabezan un luto que todavía no ha encontrado descanso.