Fronteras
Una convocatoria unitaria reclama responsabilidades por la masacre de Melilla

Una semana despues de la muerte de al menos 37 personas en Melilla, activistas y colectivos saldrán a las calles para apoyar a los supervivientes de la violencia en la frontera y exigir responsabilidades.
Melilla 4 2022
Un hombre tratando de saltar. Javier Bernardo
1 jul 2022 11:53

Más de 60 son las ciudades y pueblos en los que esta tarde a las 19:30 hay previstas concentraciones en denuncia de los hechos del pasado 24J en la frontera entre España y Marruecos. La convocatoria unitaria ha sido organizada a iniciativa de la sociedad civil y colectivos migrantes de la ciudad autónoma. “Las políticas migratorias, materializadas en la brutalidad policial y la militarización fronteriza, han provocado la muerte de, al menos, 37 personas migrantes y refugiadas. Los cuerpos están siendo enterrados en Nador sin realizar autopsias esenciales para una posible investigación, sin identificar y sin informar a las familias. Igualmente, más de 300 personas fueron hospitalizadas, no habiendo recursos suficientes para atenderlas en el hospital El Hassani de Nador. Todo ello, como resultado del trato cruel e inhumano y la omisión del deber de socorro”, describe el comunicado que los convocantes han difundido y que cuenta ya con la adhesión de más de 5400 personas y más de 900 organizaciones.

“El objetivo de la convocatoria es homenajear a las víctimas, denunciar y sobre todo, escuchar a los supervivientes. Que puedan contestar todo lo que se está diciendo sobre ellos”, explica Mar, del colectivo radicado en Melilla, Solidary Wheels, que ha estado en contacto con quienes consiguieron cruzar la frontera y ahora se encuentran en el CETI. Un colectivo muy organizado que ha elaborado el manifiesto que leerán en la concentración. “Dentro de la tristeza, de la rabia, la impotencia, es necesario que se les deje de infantilizar, que se les escuche como personas independientes que son y que viven su vida, que tienen su recorrido y que tienen derecho a explicarse”, apunta la activista en referencia a los 133 supervivientes que consiguieron cruzar, y que, como explican en el manifiesto, provienen en su mayoría de Sudán y de Chad.

El eco de la concentración convocada en Melilla se reprodujo por todo el territorio,  en un ecosistema de articulación y rapidez de respuesta entre las redes antirracistas y del movimiento migrante, que ya se activaron el pasado domingo con manifestaciones en varios ciudades del territorio

El eco de la concentración convocada en Melilla se reprodujo por todo el territorio,  en un ecosistema de articulación y rapidez de respuesta entre las redes antirracistas y del movimiento migrante, que ya se activaron el pasado domingo con manifestaciones en varios ciudades del territorio. Belinda Ntutumu pertenece a Regularización Ya en Murcia —donde la manifestación unitaria será el próximo domingo 3, dado que gran parte de las comunidades africanas locales trabajan en el campo y no podrías permitirse concentrarse este viernes— y explica cómo desde el colectivo se está respondiendo a unos hechos que han conmovido e indignado a sus integrantes. “Desde Regularización Ya se están trabajando con el fin de dar respuesta a lo que ha ocurrido. Es decir, ya no se trata solamente de denunciar y de visibilizar una tragedia convertida en asesinato si no pensar, qué va a pasar con todo esto. De ahí la importancia de que se haya creado una manifestación unitaria a nivel territorial”.

Situación en Melilla

La convocatoria se fijó el viernes para asegurarse de que los supervivientes del 24J que se encuentran en Melilla podrían acudir, pues fueron aislados en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) al cruzar la frontera bajo el pretexto de mantenerles en cuarentena. Así, tras una larga ruta, la violencia del camino, la explotación laboral que han vivido muchos mientras atravesaban el continente, la pérdida de sus amigos y del contacto con sus familiares, y largas esperas del otro lado de la frontera para cruzar, estas personas han pasado días aisladas, explica Javier Moreno, del equipo de frontera del Servicio Jesuita a Migrantes (SJM).

“Se trata de una situación que ha generado mucha angustia. Son personas que vienen con un trauma y un estrés postraumático considerable, básicamente por el conflicto, pero también por haber sido supervivientes de una masacre. Todos esos factores no se alivian precisamente con una situación de aislamiento”. El grado de nerviosismo y el nivel de incertidumbre se han atenuado estos días a medida que han podido circular fuera del CETI, explica Moreno.

Mar califica la cuarentena de “detención ilegal” pues, explica, los aislaron aunque les habían hecho pruebas de antígenos. Tras salir de el aislamiento algunos participaron en una concentración ante el CETI el pasado miércoles. Supuso un espacio donde pudieron expresar “la tristeza y la rabia”, frente a la forma en la que reaccionó el gobierno. “Hacían hincapié en: ‘cómo nos vamos a sentir seguros en España, en el país donde he venido a solicitar protección internacional, si dicen que el trato que nos han dado en Marruecos es un trato correcto?’”.

Lo que sucedió el pasado viernes en Melilla, además, explica Mar, es solo, según contaban las personas supervivientes, el último tramo de una estancia en Marruecos donde son víctimas continuas de racismo y deshumanización. “Poco se conoce sobre la vida que viven en Marruecos. Uno de ellos comentaba por ejemplo que incluso teniendo dinero en la mano van a un supermercado y ni siquiera les venden comida”. Paralelamente al racismo vivido en Marruecos, Moreno cree que la sociedad marroquí tiene cierta afinidad hacia las personas sudanesas en tránsito, pues hablan árabe y comparte también religión. Esta tarde Rabat también se sumará con una concentración en solidaridad con las víctimas.

Las personas que están internas en el CETI son las primeras que se están organizando para denunciar los hechos y exigir respuestas

Desde el otro lado de la frontera, el objetivo de estas personas no era España si no continuar mayoritariamente en tránsito hacia países europeos donde cuenten con redes familiares y de apoyo. Una vez llegados a Melilla hay preocupación por la gente que se ha quedado del otro lado, explica Moreno. Como Mar, señala que las personas que están internas en el CETI son las primeras que se están organizando para denunciar los hechos y exigir respuestas. La auto organización de las personas migrantes se viene notando recientemente en el CETI. Ya hace unas semanas se dio una protesta por parte también de sudaneses que denunciaban el mal trato recibido y agresiones por parte de las fuerzas de seguridad privada. Un acto que “ilustra sobre el nivel de politización y de conocimiento de sus propios derechos que tienen los propios migrantes, en su mayoría sudaneses. Traen una educación cívica que llama mucho la atención”. Tanto que consiguieron, explica, mejorar las condiciones del centro, dentro de lo posible, pues se trata de un espacio donde hay “Mucha guardia privada y poco servicio de mediación e intérprete”. 

Migración
Derechos humanos Partidos de izquierda y organizaciones sociales exigen investigar la masacre de Melilla
Organizaciones de derechos humanos, partidos parlamentarios a la izquierda del PSOE, incluido Unidas Podemos, y decenas de colectivos sociales han cargado contra el Gobierno de Sánchez por su reacción frente a la muerte de al menos 37 migrantes en el paso de la frontera y exigen una investigación sobre la actuación de la policía española y marroquí.

En la concentración del miércoles frente al CETI, los supervivientes reprodujeron tumbándose las imágenes de los cuerpos tendidos en el suelo. “Algunos de ellos también me decían: aquí no nos ha enviado nadie, nadie nos está diciendo lo que tenemos que hacer. Nosotros nos sabemos organizar”. Esto es muy importante, considera Mar, también para las propias organizaciones que “pecamos a veces de hablar por ellos o de intentar representarlos”.

Preocupa especialmente, como también se enuncia en el comunicado, la situación de quienes se quedaron del otro lado de la frontera, dada la opacidad con la que está ha actuado el gobierno marroquí:  “El cierre informativo es total”, explica Mar, “los compañeros que estuvieron allí hace unos días dicen que ni siquiera les permitían acercarse al hospital, es decir, que contamos con poquísima información”.

Demandas sociedad civil

La repulsa a los sucedido en Melilla se hizo explícita pocas horas después de la masacre. En un comunicado publicado por la Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH) —quienes también difundieron los vídeos donde se evidenciaba la brutalidad de las fuerzas de seguridad de ambos país— firmado por nueve organizaciones de la sociedad civil a ambos lados de la frontera, señalaba las políticas migratorias securitarias como el marco posibilitador de la masacre y acusaban a Marruecos de ser cómplice de estas políticas al tiempo que alertaban de la naturaleza mortífera de la cooperación securitaria en materia de migración entre españa y marruecos. Una cooperación, retomada desde el pasado marzo, que se ha traducido en persecución y violencia y, en definitiva, en la intesificación en la vulneración de los derechos humanos de las personas migrantes que esperan que se encuentran cerca de la frontera, y que habría precipitado el salto.

La carta pedía además de atención a las necesidades de migrantes,  que las autoridades de ambos países expresasen sus condolencias a las familias, o el compromiso de los países africanos, que se iniciasen investigaciones judiciales tanto en Marruecos como en España. El pasado miércoles fue la Fiscalía General la que anunció de hecho una investigación, mientras los socios del gobierno pedían la comparecencia del presidente del gobierno y el ministro de interior sin éxito. Naciones Unidas, Amnistía internacional, son otros de los actores que han señalado a ambos gobiernos denunciando la vulneración de derechos en la frontera. 

“No se trata solamente de visibilizar lo que está pasando, sino que es importante también saber qué se va a hacer ahora”, explica Belinda Ntutumude Regularización Ya

“No se trata solamente de visibilizar lo que está pasando, sino que es importante también saber qué se va a hacer ahora”, explica Belinda Ntutumu por su parte, quien recuerda que uno de los fines de la convocatoria es que su cominicado llegue “al presidente del Gobierno, al ministro Marlaska, al Ministro de Exteriores José Manuel Albares, al grupo hispano marroquí sobre Migraciones y a los portavoces de la Comisión de Interior, así como congresistas, senadores de Melilla y de Ceuta”. Desde la plataforma ILP regularización plantean otras opciones: “Se ha creado un grupo con el fin de dar respuesta, ya no sólo a nivel territorial, sino también a nivel internacional, y buscar responsabilidades internacionales. Las organizaciones internacionales tienen que poder decir algo sobre lo que ha ocurrido y tiene que haber una responsabilidad: necesitamos saber dónde han fallecido, en territorio marroquí, o en territorio español. Y tenemos que saber si lo que ha dicho el gobierno tiene consecuencias”. Lo que persiguen es que Naciones Unidas investigue in situ. 

En Melilla, organizaciones de la sociedad civil han vuelto a recurrir al Defensor del Pueblo, presentando una queja “no solo por las muertes y la violencia, sino también y específicamente por el tema de la supuesta cuarentena, y de las devoluciones en caliente”, explica Mar, quien indica que habría vídeos que muestran este tipo de operación no solo por parte de las fuerzas españolas, sino con la entrada de la gendarmería marroquí a territorio español para llevarse a las personas migrantes que ya habían cruzado la frontera. Para esta activista, las declaraciones de Sánchez que insisten en calificar el Salto como un acto violento tienen como resultado legitimar la acción de las fuerzas armadas implicando una normalización de la violencia. “Eso es lo que sentimos cuando en marzo documentamos tres devoluciones en caliente y solicitamos una investigación al defensor del pueblo, estando aún a la espera. Esa frustración que nos genera saber que seguramente al final todo va a quedar en nada y esto puede acabar siendo Tarajal 2.0”. 
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