Francia
La ofensiva neoliberal avanza sin oposición en Francia

Siete meses después de su llegada al Elíseo, Emmanuel Macron sigue adelante con su reforma laboral. De momento, las protestas de los sindicatos resultan minoritarias.

Francia reforma laboral
Movilización contra la reforma laboral en París. Foto: Jacques Billaudel
@EnricQuart
20 dic 2017 09:52

Después de que más de 100.000 personas se manifestaran en París en contra de la reforma laboral, el líder de la Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon, prometió el 23 de septiembre reunir a “un millón en los Campos Elíseos” en contra de la flexibilización del mercado laboral impulsada por decreto por el presidente francés, Emmanuel Macron. Casi tres meses después, el pronóstico del dirigente de la izquierda alternativa prácticamente se ha hecho realidad. Cerca de un millón de personas se congregaron el pasado 9 de diciembre en la lujosa avenida parisina. Pero esta multitudinaria manifestación popular no se produjo para oponerse a la reforma laboral, sino para conmemorar la muerte del emblemático rockero Johnny Hallyday.

Mientras que el duelo por Johnny inundó las calles de gente, estas han estado más bien vacías en las manifestaciones organizadas contra la flexibilización del mercado de trabajo. El Ejecutivo francés aprobó por decreto el 22 de septiembre una nueva reforma laboral que facilita los ERE de las multinacionales, favorece los convenios en las empresas en perjuicio de los colectivos y reduce las indemnizaciones por los despidos abusivos hasta un máximo de 20 meses por 30 años de antigüedad. Los diputados de la Asamblea Nacional ratificaron esta medida el pasado 28 de noviembre, ante una gran indiferencia mediática y social. Ahora solo falta que en enero sea votada en el Senado (y una segunda vez en la Asamblea Nacional).

Aunque la reforma laboral de Macron traspasa numerosas líneas rojas que François Hollande respetó, esta ha suscitado una contestación popular inferior a la que despertó en la primavera del año pasado la aprobación de la Ley El Khomri por el anterior Gobierno socialista. Siete meses después de haber llegado al Elíseo, el presidente francés, de 39 años, sigue adelante con sus reformas sin apenas oposición política ni sindical. Una fuerte flexibilización del mercado laboral, una bajada de impuestos de 5.000 millones de euros a los más ricos, una reducción del gasto público de 15.000 millones… A pesar de haber impulsado todas estas medidas neoliberales, Macron gobierna en medio de un oasis de aparente calma social. ¿Francia ha dejado de ser un país de izquierdas?

A medida que el neoliberalismo se imponía en Europa a partir de los ochenta, la sociedad francesa se caracterizó por su resistencia ante el desmantelamiento del estado del bienestar. Una oleada de huelgas sindicales en 1995 paró una reforma de las pensiones y de la seguridad social, conocida popularmente como “plan Juppé” (en referencia al ex primer ministro conservador Alain Juppé). En 2006, las manifestaciones estudiantiles obligaron al Gobierno de Dominique de Villepin a echarse atrás en su voluntad de establecer un contrato laboral específico para los jóvenes que resultara más fácil de rescindir.

Una movilización descendente

Aunque no frenó la reforma de las pensiones de Nicolas Sarkozy, que retrasó la edad legal de jubilación de los 60 a los 62 años, un fuerte movimiento de protestas a lo largo del 2010 ilustró la oposición entre la calle y el polémico presidente conservador, cuya ambición reformista se vio limitada por el músculo que mostraron entonces los sindicatos franceses. “En 2010, las movilizaciones fueron masivas. Hubo en torno a un millón de personas en la calle en cada una de las manifestaciones. En cambio, en las protestas contra de la reforma laboral del Gobierno socialista en 2016, la media era de 250.000 manifestantes”, explica Dominique Andolfatto, profesor de ciencias políticas en la Universidad de Borgoña y experto del sindicalismo francés.

Durante los últimos meses, los sindicatos han movilizado todavía a menos gente que el año pasado. Tras haber negociado con el Gobierno de Macron durante “un proceso de concertación de 200 horas”, en el que las cartas estuvieron marcadas y la capacidad de influencia de los dirigentes sindicales resultó escasa, la CGT —el sindicato que dispone de un mayor número de afiliados en Francia— organizó una primera jornada de movilizaciones en el conjunto de Francia para el 12 de septiembre. Unas 400.000 personas (223.000 según la Policía francesa) participaron en una convocatoria que superó las pesimistas previsiones iniciales.

Sin embargo, la esperanza de esta primera movilización fue difuminándose. Los sindicatos encadenaron jornadas de manifestaciones cada dos o tres semanas, pero el número de manifestantes se desinfló progresivamente. Solo 8.000 personas se manifestaron el 16 de noviembre en París. Desde entonces, las direcciones de los sindicatos no tienen prevista ninguna nueva movilización, aunque la reforma laboral todavía debe ser aprobada en el Senado.

La división obstaculiza la acción sindical

“Todo parece diseñado para que se produzca una derrota del movimiento obrero tradicional. Esta será sin precedentes. La situación del derecho laboral retrocederá varias décadas”, ha reconocido Mélenchon en su blog. “Como el año pasado se produjo una movilización bastante duradera que no dio grandes resultados, ahora hay un cierto escepticismo de los franceses respecto a la eficacia de la acción sindical”, afirma Jean-Marie Pernot, un reputado especialista de las organizaciones sindicales. Según este investigador del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales, la poca asistencia en las manifestaciones contra las políticas neoliberales del Ejecutivo francés se explica también “por la reciente elección de Macron, lo que da una cierta legitimidad a su proyecto”.

Además de la supuesta novedad del joven presidente francés, el escaso consenso entre las direcciones sindicales ha lastrado las movilizaciones en contra de la reforma laboral. A pesar de que todos los sindicatos se oponían oficialmente a la reforma laboral, cada dirección ha defendido una posición distinta. De hecho, Macron ha hecho todo lo posible para dividir el frente sindical. Incluso llegó a reunirse en secreto en el Palacio del Elíseo con el secretario general de Force Ouvrière —el tercer mayor sindicato de Francia—, Jean-Claude Mailly. Aunque el año pasado se movilizó con la CGT en contra de la reforma laboral de Hollande, Mailly ha preferido esta vez negociar con el Ejecutivo y lograr algunas concesiones menores.

“Entre el anteproyecto revelado por la prensa en junio y el resultado final de la reforma laboral solo se produjeron algunos cambios menores”, critica Romain Altmann, el secretario general de la CGT Info’Com, quien considera como “un engaño” las negociaciones con el Ejecutivo. “La principal preocupación de los dirigentes sindicales es distinguirse unos de otros”, explica Pernot. El Gobierno conservador de Sarkozy reformó en 2008 la normativa de la representatividad sindical. Desde entonces, los representantes sindicales necesitan al menos el apoyo del 10% de los empleados para poder negociar con el empresario y aval del 30% de los trabajadores de una empresa para que el acuerdo sea válido. Esto comporta que “los sindicatos estén compitiendo constantemente entre ellos”, afirma Andolfatto.

“Desde las manifestaciones en 2010 en contra de las reformas de pensiones, no ha habido movilizaciones unitarias de los sindicatos en Francia”, asegura Pernot. Mientras se acrecentaba la división entre las organizaciones sindicales, estas también perdían capacidad de influencia por el goteo del número de afiliados. Con solo el 11% de los trabajadores que están inscritos en un sindicato, Francia dispone de un nivel de sindicalización de los más bajos de la Unión Europea, inferior al de Alemania (18%) o España (16,8%).

Macron, ¿un presidente sin oposición?

“Los sindicatos tienen una capacidad cada vez más débil para influir en la realidad”, lamenta Pernot. “Desde 2005, ninguna de las grandes movilizaciones sindicales en Francia ha servido para parar ninguna reforma”, afirma Andolfatto. Según este experto del sindicalismo, estos escasos logros apenas han servido para que los dirigentes sindicales revisen una estrategia de lucha que consiste en la sucesión de jornadas de movilización que se repiten una o dos veces al mes durante un largo periodo de tiempo.

“Como están planteadas en Francia, las huelgas no sirven para nada. Un paro laboral de un día hace sonreír a los empresarios”, explica Andolfatto. Para este profesor de ciencias políticas, las huelgas que resultan eficaces “suelen durar varios días y, por este motivo, no deben tener una lógica de sacrificio. Es decir, los sindicatos deben organizarse para indemnizar a los trabajadores que las lideran”.
De hecho, la movilización contra la reforma laboral de Macron ha fracasado “porque se ha basado en una estrategia del pasado”, defiende Altmann. Además de dirigir la federación de la CGT del sector de la comunicación, este responsable sindical forma parte del Front Social. Surgido en abril, poco antes de la llegada al poder de Macron, este movimiento reúne a un centenar de asociaciones y federaciones de los distintos sindicatos y antiguos militantes de la Nuit Debout, el 15M francés, que no logró consolidarse en la primavera de 2016. “Debemos construir nuevas formas de lucha con otros colectivos que no estén vinculados al mundo del trabajo, pero que se opongan a las políticas de austeridad de Macron”, reivindica Altmann.

Pese haber sido uno de los colectivos más movilizados contra la reforma laboral, el Front Social aún no dispone de un gran poder de convocatoria. El 18 de noviembre celebraron una marcha hacia el Palacio del Elíseo, pero en ella solo participaron 3.000 personas. Para mediados de enero preparan una nueva manifestación ante la sede del Medef (la patronal francesa). “Queremos señalar a los grandes empresarios, que son los responsables finales de las políticas de austeridad”, afirma Altmann.

Antiguo banquero de negocios de Rothschild, Macron simboliza la connivencia entre las élites económicas y políticas. Sin embargo, los sindicatos no han conseguido movilizar a los franceses contra sus políticas. Tras haber sufrido una fuerte caída de su popularidad en verano, Macron remonta en los sondeos. Según un estudio de opinión del Journal du Dimanche, publicado el pasado 17 de diciembre, el 52% de los franceses se declara favorable a su acción de gobierno.

Esta popularidad se beneficia de la ausencia de oposición política: los partidos tradicionales —la derecha republicana y el Partido Socialista— siguen inmersos en sus respectivas crisis internas, el Frente Nacional se encuentra desaparecido del mapa y la Francia Insumisa no termina de despegar. Según un sondeo de Elabe, el 42% de los franceses considera que ninguna formación encarna la oposición a Macron. Un vacío que deja una inquietante vía libre al dirigente centrista para que aplique su agenda neoliberal.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

O Teleclube
O teleclube 'O Teleclube' presenta 'La Bête' e estrea novo formato no seu décimo episodio
Bertrand Bonello reflexiona sobre Intelixencia Artificial, que é ser humano e os sentimentos na súa última película “La Bête” ou “A Besta”.
Cine
Cine ‘La Haine’, hasta aquí nada ha cambiado
Treinta años después de su estreno, la película ‘La Haine’ regresará convertida en un musical. Su director, Mathieu Kassovitz, y el productor del nuevo proyecto, Farid Benlagha, desvelan algunos detalles.
Francia
Francia La izquierda francesa se fragmenta y convierte las elecciones europeas en unas primarias
Los verdes, socialistas y comunistas rompen la coalición NUPES para arrebatarle a la Francia Insumisa de Mélenchon la hegemonía sobre el espacio
JBZ
26/12/2017 4:42

Buen artículo, sin duda, aunque creo que se da una visión excesivamente pesimista, además de algunas incorrecciones o intepretaciones no del todo fundadas. Habiendo vivido y estudiado algo el tema (1), simplemente un comentario para aportar al seguimiento de El Salto.

Los dos principales sindicatos y otros se oponen a la reforma, y su unidad con el movimiento social es una constante desde el 2004. Tras el estallido del 2005 (2), vino la victoria parcial del 2006. El CPE (Contrato Primer Empleo) fue retirado, aunque se mantuvo una la LEC rebajada pero con aspectos sustanciales que nos colaron, como el trabajo nocturno de menores. Poco después el CNE (igual que el CPE pero para todas las edades en empresas de menos de 20 empleadas) fue neutralizado por los Tribunales. Tras los inviernos Sarkozystas, el conflicto social tuvo numerosas innovaciones potentes contras la reforma de pensiones en el 2010, con la metropolización del movimiento, los bloqueos logísticos y energéticos muy muy serios y demás. Después vendría el cambio de Gobierno y la de nuevo capacidad social y sindical, atípica contra Gobiernos "socialistas", de oponerse a la Ley El Khomri, esta vez con menor unidad sindical pero con 15-Mización en modo radi anti-sociatas, de nuevo acompañada de una unidad política y sindical que no se veía desde el 2006.

En Francia los sindicatos hace mucho que han tenido poca afiliación, la autonomía de clase es alta, por tanto, pero con el componente de desorganización que esto supone (3). Destacar también la radicalidad y capacidad de respuesta de la clase trabajadora y de los sectores subalernos de los pueblos de Francia y de Navarra (nombre de La France hasta La Revolución), que han demostrado muchas veces que sus organizaciones históricas saben estar a la altura de las circunstancias. Habrá que ver que sucede con las facultades (ocuparlas siempre transversaliza y radizaliza el movimiento social de huelga), y, sobre todo, esperar que los dos grandes sindicatos con laaarga experiencia de lucha, la CFDT y la CGT, serán capaces de aprovechar la reciente derrota del FN, y del viejo sistema de partidos que le hizo subir como la espuma, para impulsar una nueva onda de convergencia de base y nacional con otras organizaciones como Solidaires, CNT, Frances Insoumise y todo el crisol social, libertario, rururbano de viejo y nuevo cuño. Imaginemos un instante como andará toda esa buena gente en la actual recomposición brutal a muchos niveles que acontece en la ecatombe de las estructuras gestoras y partitocráticas de la 5eme Republique.

Aunque sea desde la distancia, seguiremos rebotando lo que llegue del Norte de los Pirinieos y esperemos que pronto prenda de nuevo la chispa que tantos millones de personas están esperando. Macron se la juega, que tense un poco la cuerda y que crea que sus colegas de la élite le van a salvar si estalla de nuevo un conflicto social al uso, es decir, siempre más fuerte y mejor renovado. En este contexto los principales sindicatos estarán hay para hacer su trabajo.

Aux armes !

(1) https://www.elsaltodiario.com/laboral/unai-sordo-sindicato-ccoo-smi-renta-minima-economia-colaborativa-catalunya

(2) https://www.diagonalperiodico.net/global/precariedad-y-respuestas-populares.html

(3) https://www.elsaltodiario.com/laboral/unai-sordo-sindicato-ccoo-smi-renta-minima-economia-colaborativa-catalunya

0
0
matriouska
20/12/2017 14:57

Siempre quedará la esperanza de que el pueblo francés, por experiencia, sabe como dar utildad a las guillotinas.

9
1
Islas Canarias
Huelga de hambre Canarias se planta ante el turismo de masas en una movilización histórica simultánea en las ocho islas
Bajo el lema Canarias se agota, las organizaciones convocantes recuerdan que el detonante de esta movilización histórica fue la reactivación dos proyectos ilegales, cuya paralización reclaman seis activistas en huelga de hambre.
Elecciones
Elecciones europea Las europeas agudizan las contradicciones de Sumar y el lugar de IU sigue en disputa
Fuentes de la coalición aseguran que el puesto de Izquierda Unida en la lista de europarlamentarios todavía no está claro. Yolanda Díaz sueña con recuperar a Palop, veta a Manu Pineda y tensa la cuerda al máximo con Más Madrid.
Anticapitalistas
Miguel Urbán “En el inicio de Podemos dijimos que sin autoorganización nos iban a hacer mierda... y nos han hecho mierda”
El eurodiputado más longevo de la llamada política del cambio no repetirá en las elecciones de junio. Miguel Urbán repasa los asuntos más importantes del espacio de la izquierda institucional y las perspectivas de futuro de la Unión Europea.
País Vasco
Los audios del PNV Itxaso Atutxa, sobre adjudicar un contrato: “Deben ser tres empresas de confianza del partido"
Hordago publica audios exclusivos grabados en Sabin Etxea que muestran a la presidenta del Bizkai Buru Batzar domesticando al entonces alcalde de Mundaka para acatar la disciplina del partido en materia de contratación pública en el consistorio.
Ocupación israelí
Ocupación israelí Acusan a una agencia pública catalana de complicidad con el apartheid y el genocidio en Palestina
Un reciente informe denuncia a ACCIÓ, la agencia gubernamental para la competitividad de las empresas catalanas, por impulsar relaciones económicas con Israel a pesar del “riesgo plausible de complicidad con genocidio y crímenes contra la humanidad”.
Catalunya
Antirracismo Las muchas voces de Catalunya: identidades diversas, segregación y más de 300 idiomas
En las últimas décadas la sociedad catalana se ha transformado con la llegada de personas migrantes, que ya suponen un 21% de la población. Aunque la exclusión y el racismo siguen ahí, en el día a día lenguas, experiencias e identidades se mezclan.
Análisis
Polarización Una inflación de insultos y demagogia
En este clima de enfrentamiento que es ya el único referente de socialización política para algunas generaciones, el ciudadano parece tener que elegir entre qué mal es menos punible e inmoral.
ETA
Opinión Mis relaciones con ETA
Hay quien sigue empeñado en utilizarlo como espantajo electoral, pero es un argumento que no durará. Eso no quiere decir que debamos olvidar lo que pasó, pero sí evitar utilizar la memoria como arma de guerra y confrontación

Últimas

El Salto n.74
Revista 74 Cuando los algoritmos te explotan: no te pierdas el número de primavera de la revista de El Salto
De cómo los algoritmos y la IA gestionan el trabajo de cientos de millones de personas con ritmos y condiciones del siglo XIX, y de mucho más, hablamos en nuestro número de primavera. Ya disponible para socias y en los puntos de venta habituales.
Genocidio
Opinión La resistencia no necesita del derecho internacional
Los pueblos oprimidos no necesitan reivindicar la autoridad sobre su propia opresión, puesto que el desarrollo de su historia ya les otorga esa autoridad. Tampoco necesitan demostrar la barbarie de la ocupación.
Análisis
Análisis La responsabilidad como forma de poder
La enunciación continua de que el alcance de nuestros actos es limitado, reafirma nuestra distancia respecto a ciertas situaciones en las que nuestras acciones podrían llegar a generar una diferencia.
Laboral
Laboral CC OO, UGT y USO rechazan firmar el convenio de Decathlon al no incluir la cláusula de garantía salarial
Decathlon ha firmado el acuerdo con el sindicato mayoritario, SGICD, auspiciado por la propia empresa. El convenio para 2024-26 incluye un incremento salarial del 15%, que recupera la pérdida del 12% de los dos anteriores.
Italia
Italia El gobierno Meloni allana el camino a los antiabortistas
La Cámara de Diputados italiana ha aprobado por amplia mayoría una ley que permite a las organizaciones anti-elección entrar a los centros de asesoramiento público donde acuden mujeres que están pensando en interrumpir su embarazo.
Ley de Memoria Histórica
Memoria democrática La ofensiva legislativa de PP y Vox contra la verdad, justicia y reparación
Las asociaciones memorialistas del estado hacen frente común en la Unión Europea y no descartan acudir a los tribunales para defender los derechos de las víctimas del franquismo.
País Vasco
Los audios del PNV Las presiones de Unai Rementeria a un alcalde: “Le tienes que exigir que se pringue"
Hordago destapa nuevos audios sobre una operación del PNV para torcer el brazo de un funcionario de la administración local y un técnico de la Diputación Foral de Bizkaia y revestir de legalidad contrataciones públicas.

Recomendadas

Ocupación israelí
Palestina El Salto te ofrece una camiseta para apoyar económicamente a la UNRWA
No cesamos de buscar nuevas vías para visibilizar un mayoritario clamor social que pide un alto el fuego al que apenas se da cabida en el discurso mediático convencional. Todos los beneficios de esta campaña irán destinados a la UNRWA.
Cuba
Proyectos artísticos en la isla El arte y la cultura como válvula de escape para resistir la crisis en Cuba
Entre todos los desafíos que enfrenta Cuba, el arte y la cultura se mantienen como refugios de creatividad y resiliencia.
Palestina
Rafeef Ziadah “En honor a los poetas palestinos caídos siento que debo llevar sus palabras al escenario”
Rafeef Ziadah es activista palestina, poeta y periodista. El Mediterráneo es su casa y la palabra su resistencia. Con el recital “Let it be a tale”, intenta mantener vivas las palabras de los poetas palestinos asesinados por Israel.