We can't find the internet
Attempting to reconnect
Something went wrong!
Hang in there while we get back on track
Extractivismo
2019, la agonía de la minería de carbón
Con el fin de las ayudas de la UE, la mayoría de las explotaciones del Estado español se ven abocadas al cierre. La actividad, que en 1990 daba trabajo a 45.000 personas, apenas emplea hoy a unas 2.000. Los expertos recuerdan lo insostenible del sector en materia de emisiones.
“Mi abuelo era minero, mis tíos eran mineros y mi padre era minero”, cuenta José Antonio González, que trabajó en el pozo de Figaredo, cerca de Mieres, durante 23 años y hasta que se jubiló en 2003, con solo 41: fue el prejubilado más joven de Hunosa, la empresa pública de extracción minera de Asturias. “Mi padre falleció en la mina y por eso mi madre no quería que me dedicara a ello, pero sin decirle nada eché la solicitud y me puse a trabajar”, recuerda. “Era una cuestión cultural: simplemente se hacía generación tras generación. Y era una vida dura, pero había un compañerismo y un sentimiento de compromiso y de lucha que no se da en otros trabajos”.
Las cosas han cambiado. Cuando José Antonio entró en Figaredo la plantilla estaba compuesta por 1.600 personas. El día que se prejubiló quedaban solo 300. En 1990, el sector daba trabajo a más de 45.000 personas en 130 yacimientos distribuidos fundamentalmente entre Asturias y León. El pasado octubre, y según un informe del Instituto Internacional de Derecho y Medio Ambiente, el sector de la minería de carbón contaba únicamente con 2.000 trabajadores. De extraer 30 millones de toneladas anuales a menos de 3 millones, según los últimos datos del Instituto Geológico y Minero de España.
FIN DE CICLO
El 31 de diciembre de 2018 fue una fecha clave en la lenta agonía del sector: el año nuevo marcó el fin de las ayudas públicas a un sector cuya más que probable desaparición total se aceleró entonces de manera brusca. A partir de aquella fecha, las explotaciones que habían recibido dinero para sufragar su actividad y cubrir los costes excepcionales en virtud de la Decisión 2010/787, de 2010, tenían solo dos opciones en el horizonte más inmediato: devolver el dinero o echar el cierre definitivo.De las 26 explotaciones que operaron durante el pasado año en nuestro país, pertenecientes a 15 empresas, la práctica totalidad se acogió en su momento al plan europeo de ayudas. De todas ellas, solo dos (Samca, en Ariño, Teruel) e Hijos de Baldomero García, en Caboalles de Arriba (León) han hecho pública su intención de continuar en activo y están explorando mecanismos para reembolsar el dinero sufragado por la UE. Por su parte, Hunosa ha alcanzado un principio de acuerdo con los sindicatos UGT y CC OO para mantener la actividad del pozo de San Nicolás y la clausura de los de Carrio y Aller en un plazo de dos años.
De 1990 y hasta 2016 la media de emisiones de CO2 en Europa ha disminuido. En España han aumentado un 12,9%. “Hasta China está poniendo placas solares encima de sus minas”, recuerda Prieto
“Tenemos una ministra anticarbón”, señala Martínez Caliero, responsable de minería de Comisiones Obreras en Asturias. Según el, la actual política en materia energética vino precedida de un periodo, de 2013 a 2018, en el que el anterior ejecutivo mostró “especial inquina” hacia el sector. “Lo liquidaron todo”, denuncia.
Respecto al Gobierno de Pedro Sánchez, el representante de los trabajadores denuncia que no se dé solución al problema mientras “se saca pecho” en materia de transición ecológica. “Igual tienen razón, pero la gente tiene que comer. La pérdida de población de las cuencas mineras es atroz: tenemos una población envejecida y un índice de desempleo juvenil del 40% entre los menores de 35 años. La gente va a tener que emigrar”, asegura. Una situación que ejemplifican a la perfección poblaciones como Ciñera de Gordón, en la provincia de León, que ha perdido casi el 40% de sus habitantes desde el inicio de este siglo.
SIN RECONVERSIÓN, SIN FUTURO
El problema fundamental, recuerdan desde CC OO, es que en estas zonas de España no existe un tejido industrial alternativo. “Las organizaciones sindicales y los trabajadores del sector minero hemos estado muy abandonados”, apunta Martínez Caliero. “Este es un sector muy mediático, y se usaban las distintas campañas electorales como arma arrojadiza entre partidos. Luego, llegara el que llegara, no se hacía nada”, lamenta.Los cambios estructurales hacia la ansiada reconversión industrial han sido, en opinión de los sindicatos, insuficientes. “Se tenía que haber empezado a mediados de los 90 a poner las semillas para que aquí hubiese otra cosa. Ahora ya es tarde”, asegura el responsable de minería de CC OO en Asturias.
Para José Antonio González, parte de la culpa también recae, además de en los políticos, en los propios sindicatos. “Nos prometieron un montón de millones para hacer muchas cosas, pero no hicieron nada”, denuncia. “Se lo quedaron todo entre cuatro amigos, fundamentalmente los partidos, los ayuntamientos y los sindicatos. Sí, se dieron cursos de formación y se crearon empresas, pero según desaparecieron las ayudas, también lo hicieron éstas. La reconversión fue una gran mentira”.
EL CAMBIO INEXORABLE
Pese al evidente declive del sector, el pasado 2018 el carbón produjo la nada desdeñable cantidad de 34.908 gigavatios hora (GWh), lo que supuso un 14,1% de la energía total producida en España, solo superada por la nuclear (53.216 GWh, un 21,6%) y la eólica (48.937 GWh, 19,8%), y por encima de la hidráulica, la cuarta fuente más utilizada, que alcanzó los 34.090 GWh, el 13,8% del total.Fernando Prieto, doctor en Ecología y director del Observatorio de Sostenibilidad, es contundente al respecto de la urgencia del cambio de modelo. “La situación es inexorable”, apunta. “Este problema se lleva retrasando 25 años por parte tanto del PSOE como del PP. Y ahora, cuando ya no queda más remedio, se encuentran con este panorama”, explica. “La realidad es que toda Europa está disminuyendo sus emisiones desde hace años”.
Para José Antonio González, parte de la culpa recae, además de en los políticos, en los sindicatos. “Nos prometieron un montón de millones para hacer muchas cosas, pero no hicieron nada”
Ahí están los datos: desde 1990 y hasta 2016 la media de emisiones de CO2 en Europa ha disminuido, de media, un 24%. El Reino Unido es el que más ha hecho o los deberes, con una reducción del 39,4%. Le siguen Alemania (-27,3%). Bélgica (-19,7%), Francia (-16,1%) e Italia (-16,1%). Por su parte, en España han aumentado un 12,9%. “Hasta China está poniendo placas solares encima de sus minas”, recuerda Prieto.
“España llega muy tarde, a pesar de haber sido en su momento un referente tanto en energía eólica como solar: hemos vendido patentes a otros países por cuatro duros”, lamenta Prieto. Hoy por hoy, para el director del Observatorio de la Sostenibilidad, “no tiene sentido seguir quemando carbón”.
Tampoco desde una perspectiva estrictamente económica y más allá de la innegable huella medioambiental. “Si atendemos a lo que cuesta producir un kilovatio de energía solar, eólica o fotovoltaico —el indicador denominado levelized price of energy, que calcula el coste de cada modelo de producción energética— las cuentas no salen”, concluye. Tampoco lo hacen para las miles de familias que tienen, a partir de ahora, un negro futuro por delante.
Crisis climática
Eléctricas e industrias extractivas lideran el aumento de emisiones en España
La economía española aumentó un 2,6% sus emisiones de gases de efecto invernadero en 2017 respecto al año anterior, con 344 millones de toneladas.
Crisis climática
COP24 convierte en sugerencias las obligaciones de frenar el cambio climático
Sabor agridulce en el texto final de COP24. Para las organizaciones ecologistas, el texto supone un retroceso en la lucha contra el cambio climático ya que no garantiza el cumplimiento de la hoja de ruta del Acuerdo de París.