We can't find the internet
Attempting to reconnect
Something went wrong!
Hang in there while we get back on track
Estados Unidos
Claves para entender el juicio antimonopolio contra Google: el más grande de la historia de internet
El Departamento de Justicia de los Estados Unidos ha preparado este día durante algo más de tres años y enlazando los gobiernos de Donald Trump y Joe Biden. Este martes, la multinacional tecnológica estadounidense Google se sienta en el banquillo acusada de abusar de su posición de dominio en el que es el primer juicio antimonopolio desde la irrupción de internet. Pero, ¿qué se investiga concretamente? ¿Cuáles las acusaciones exactas de la Fiscalía norteamericana? ¿Cuáles son los argumentos de la multinacional para defenderse? Y sobre todo: ¿Qué podría significar para el futuro de las bigtech que Google sea declarada responsable de haber violado las leyes federales?
Fake news
Google ha pagado 19 millones de dólares a páginas que difunden bulos sobre el coronavirus
Aunque una línea muy fina separa el bulo de lo controvertido, Google o Amazon salen ganando con el tráfico que generan estas páginas. Un estudio calcula que, durante el coronavirus, varias compañías han financiado con al menos 25 millones de euros la manipulación.
Este martes, un juez federal comienza el proceso de escucha de las acusaciones de 38 Estados y el propio Departamento de Justicia del Gobierno de Biden que señalan unánimemente que la filial del grupo Alphabet abusó de su poder gracias al monopolio que ejerce en los servicios de búsqueda en línea. La empresa dirigida hoy por Sundar Pichai ha aprovechado durante décadas su dominante herramienta de búsqueda para construir un negocio inconmensurable basado en publicidad, computación y almacenamiento en la nube y, tras haber pagado 1.650 millones de dólares en 2006, amplificado también por los tentáculos del gigante de los videos en línea, YouTube.
¿De qué se acusa concretamente a Google?
Una de las bases de la denuncia que sostiene el Departamento de Justicia argumenta que Google desbancó a sus empresas competidoras gracias a pagar miles de millones de dólares a proveedores de servicios inalámbricos, desarrolladores de navegadores y fabricantes de dispositivos. Con estos suculentos contratos, se garantizaba que su motor de búsqueda ocupase -y así sigue siendo- un lugar destacado en teléfonos móviles, tablets y ordenadores de todas las marcas. Del mismo modo con Android, el segundo sistema operativo más utilizado del mundo y propiedad también de Google. Como resultado y según desarrolla el texto de la denuncia, Google llegó a dominar el mercado “representado casi el 90 % de todas las consultas de motores de búsqueda generales en los Estados Unidos“ y cerca del 91% por ciento de las consultas a nivel internacional según la empresa de análisis de datos SimilarWeb.
“Acusan a Google de desbancar a sus competidores con acuerdos millonarios con proveedores y fabricantes de dispositivos para que usasen Android y su buscador de manera predeterminada”
Además, una demanda paralela acusa a Google de ejercer presuntamente un control monopolístico del mercado de la publicidad digital auspiciada por el mencionado control en los servicios de búsqueda. En síntesis, Google está acusada de dominar las búsquedas en internet mediante acuerdos anticompetitivos. Una denuncia cuyo único precedente comparable, con matices, sería la acusación que recibió Microsoft en la década de 1990 por intentar anular al entonces pionero navegador web Netscape con su dominio de Windows y su navegador Explorer. Aunque en aquel juicio el tribunal estadounidense declaró culpable a Microsoft por haber pactado con los fabricantes que el Explorer apareciera preinstalado en los equipos y decretó su separación en dos empresas diferentes, la multinacional logró sustituir lo que consideraban un agravio injusto por compensaciones económicas a su competencia.
¿Cómo se defiende Google?
La clave del argumentario de la multinacional es que han creado una tecnología superior al resto que les ha colocado en la cima del mercado y que es la decisión libre de los usuarios la que les ha aupado a donde están. De hecho, durante el proceso de acusaciones del Departamento de Justicia, Google se anotó una pequeña victoria al ser desestimadas algunas demandas que sugerían que que el diseño de su página de resultados de búsqueda había perjudicado a rivales como Expedia o Yelp.
El juez insiste en que se debe demostrar que cada actuación por separado es monopolística y no que una serie de acciones “violan acumulativamente la ley antimonopolio”. “Apreciamos la cuidadosa consideración del Tribunal y su decisión de desestimar las reclamaciones relativas al diseño de la Búsqueda de Google. Nuestros ingenieros crean la Búsqueda para brindar los mejores resultados y ayudarlo a encontrar rápidamente lo que está buscando. Las personas tienen más formas que nunca de acceder a la información y eligen utilizar Google porque es útil”, sostuvo desde entonces Kent Walker, el director jurídico de la multinacional.
La piedra angular de ALphabet planea demostrar en el juicio que sus acuerdos de distribución de búsqueda “reflejan las elecciones de los navegadores y los fabricantes de dispositivos en función de la calidad de los servicios y las preferencias de los consumidores”. “Facilitar que las personas obtengan los productos que desean beneficia a los consumidores y está respaldado por la ley antimonopolio estadounidense. En resumen, la gente no usa Google porque tiene que hacerlo, sino porque quiere”, mantiene el director jurídico de Google.
Google dice que los acuerdos con los fabricantes para promocionar sus servicios son similares a los que las marcas de alimentación crean para estar mejor colocadas en los supermercados
Cuando se trata de Android, explica la defensa de la compañía, ofrecen a los fabricantes de teléfonos la opción de precargar servicios populares de Google en la pantalla de inicio del dispositivo de forma gratuita. “También pagamos a los fabricantes de dispositivos y a los operadores por promoción adicional de servicios como Chrome y Search, de manera similar a la forma en que un supermercado podría cobrar a una marca de cereales por promocionar sus productos a la altura de los ojos en un estante o al final de un pasillo”, relativizan desde la compañía.
Pero la comparación es torticera. Las autoridades antimonopolio estadounidenses, nombradas por el presidente Joe Biden, han puesto sobre la mesa en todo momento la posibilidad de separar la multinacional como se pretendió con Microsoft, insistiendo en que su estrategia empresarial impide que cualquier otra compañía pueda llegar a hacerle una competencia directa y devalúa la innovación, algo que no pasaría con una marca emergente de cereales en un supermercado.
El Departamento de Justicia de los Estados Unidos todavía no ha explicado qué medidas concretas pedirá si Google es declarada culpable
¿Qué podría pasar si Google es declarada culpable?
Tras las aproximadamente diez semanas que durará el proceso judicial, el juez Amit P. Mehta dilucidará si Google cometió o no ilegalidades manifiestas contra la ley antimonopolio. En caso afirmativo, será ese juzgado de Columbia quien tenga la decisión. De hecho, el Departamento de Justicia de los Estados Unidos todavía no ha explicado qué medidas concretas pedirá si Google es declarada culpable. De hecho, en su denuncia de 2020, el Departamento de Justicia dijo que estaba buscando “un alivio estructural según sea necesario para curar cualquier daño anticompetitivo”. Un concepto bastante ambiguo y amplio que podría, entre otras cosas, incluir esa fragmentación de la empresa.