Enfoques
Espera en los Alpes

En el Valle de Roya distintas iniciativas ciudadanas se encargan de acoger a migrantes.

27 ene 2019 06:22

Por favor, identificación. ¿Eres amigo de Cedric Herrou?”. Para llegar al campamento de refugiados de Herrou hay que aparcar al lado de la Policía. “Están aquí desde hace un año para vigilarnos”, asegura Marion Gachet, compañera de Herrou en la gestión del campamento. Está en el Valle de Roya, un río que nace en los Alpes franceses y desemboca en Ventimiglia, Italia. Es de allí de donde vienen la mayoría de los acampados, su parada anterior en su gran viaje desde África Subsahariana.

Desde lejos solo se puede apreciar el lugar por unas banderas y una gran lona blanca entre los árboles. Una vez allí se ve más grande. Tras pasar el granero y algunas gallinas, está la casa de Herrou y Gachet. “Él vino para vivir de una forma autosostenible, pero vio la situación en Ventimiglia y no pudo evitar llevarlos a su casa para ayudarles”, cuenta Gachet.

Espera en los Alpes 2
300 personas. Son las que Herrou calcula que pueden haber pasado por su campamento. Las fotografías de muchos de ellos decoran las caravanas de este refugio. Carles Desfilis

El Valle está en la región Provence-Alpes-Côte d’Azur. En las últimas elecciones, en cuatro de los seis departamentos que forman la comunidad ganó Le Pen, de la formación ultraderechista Frente Nacional. Este territorio es, a su vez, una de las continuaciones de la ruta libia que realizan muchos migrantes, la mayoría de Eritrea, Etiopía y Sudán.

“Todo problemas”

Gracias a una campaña de crowdfounding trabajan en unas nuevas duchas, baños, cabañas y cocina. “Entre voluntarios y usuarios del campamento hacemos los trabajos de construcción. Los usuarios también participan voluntariamente; de ellos para ellos”, asegura Gachet.

Espera en los Alpes 3
A oscuras. Solo las caravanas y las dos cabañas construidas tienen luz eléctrica. Carles Desfilis

Abel ayuda con los trabajos. Aunque él tiene cama en una cabaña que comparte con tres compañeros, sabe que puede llegar más gente. De momento tendrían que dormir en las tiendas y muchos saben lo duro que es en invierno. Él lleva cuatro meses aquí: “Desde Etiopía fui a Sudán, seis días. Desde Sudán fui a Libia, nueve días. Desde Libia a Italia, un año y ocho meses. Eran todo problemas”. No esperaba que su viaje se eternizara tanto. “Pasamos tres días en el Sáhara sudanés y otros tres en el libio. En total seis días en el desierto. Tuvimos que pagar una vez llegamos a Libia. No había un día sin problemas. En total pagué 8.600 dólares”, recuerda Abel.

Checkpoint

La casa de Sylvain Gogois está situada en el lado oeste del Roya, el contrario que Herrou. “Hace un año, en verano, hubo una gran afluencia de migrantes desde Ventimiglia. Una de las rutas pasa por el ‘camping’ de Cedric, otra pasa justo por delante de mi casa”, cuenta Gogois. Él, con el apoyo de la asociación Roya Citoyenne, les ofrece alojamiento y ayuda para continuar su viaje. También, desde entonces, dos checkpoints vigilan las dos entradas al valle por Sospel y Ventimiglia. A su paso la policía revisa el interior y maletero de los vehículos. Producto de la movilización, se desarrolló un protocolo por el que cualquier voluntario, previo aviso, puede acompañar a los migrantes a la oficina de asilo en Niza. Antes, si les veían, eran expulsados: “Cedric, yo y otros compañeros los acompañábamos por rutas de montaña. Por ejemplo, hasta el Valle del Vésubie, donde no hay controles. Una vez allí, ellos podían continuar su viaje”.

Espera en los Alpes 4
FANY Y HALEFOM. En una reunión escuchan el relato de un antiguo compañero que ha continuado su viaje tras pasar por el campamento. Carles Desfilis
Espera en los Alpes 5
bienvenida. Una señal en un palé avisa de la existencia del campamento de Herrou. Carles Desfilis

“Demasiada gente”

La mayoría de los migrantes que pasan por el campamento quieren continuar su viaje hasta París, Alemania o Reino Unido. Para el último, Calais es la siguiente parada: “Al llegar a Italia por Sicilia, fui hasta Milán. De ahí a Ventimiglia, Niza y París. Me instalé en Calais dos meses, pero volví a París”, recuerda Halefom. Tardó un mes y diez días en llegar desde su casa, en Eritrea, a Libia. Allí estuvo diez meses: “Había mucha gente armada. Siempre te pedían dinero para poder continuar”, cuenta. Halefom y Abel pagaron un smuggler —contrabandista de personas— en Libia y esperaron su turno para poder lanzarse al mar. A ambos los rescató una ONG que les llevó a Sicilia: a Halefom, tras siete horas, una alemana; a Abel, tras 18, una española. Abel recorrió Italia hasta Ventimiglia y siguió la carretera hasta el campamento. Halefom, sin embargo, desconocía su existencia. Tras unos meses en París, volvió a Niza, donde durmió en la calle durante cuatro meses hasta que dos voluntarias le hablaron del ‘camping’.

Espera en los Alpes 6

Espera en Los Alpes 7
Para Gogois la solución pasa por la educación. En un contexto en el que los movimientos ultraderechistas ganan terreno, cree que lo mejor es que “la Policía cumpla la ley” cuando un migrante “solicita asilo en la frontera”. “El gran problema es abrir las mentes de Francia, y no es un momento proclive”, lamenta Gogois. 

Halefom y Abel comparten objetivos. Ambos quieren residir en Niza, aprenden francés y visitan la oficina de asilo, pero no tienen muy claro qué va a ocurrir. “Suelo ir a rellenar papeles, aprendo el idioma… Estoy a la espera”, cuenta Halefom. Gogois, por su lado, espera no tener que realizar “el trabajo de acogida que el Gobierno debería hacer”. “Creo que he ayudado a unos 300 migrantes a pasar. Por desgracia, no sé si ahora tendrán una vida mejor. No lo sé”.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Enfoques
Enfoques La brecha
VV.AA.
Una profunda zanja atraviesa de punta a punta el cementerio de Colmenar Viejo. Una brecha que, aunque enterrada, ha permanecido abierta desde el final de la guerra.
Enfoques
Exclusiva: O Salto entra no Pazo de Meirás
En decembro de 2020, a familia Franco tivo que entregar a posesión do Pazo de Meirás (A Coruña), que a familia do ditador ocupou durante máis de oito décadas. Esta selección das fotografías exclusivas de Álvaro Minguito mostra as presenzas fantasmáticas que aínda percorren as salas deste inmoble.
Enfoques
Enfoques Exclusiva: El Salto entra en el Pazo de Meirás
En 2020 los Franco tuvieron que entregar el Pazo de Meirás. Estas fotografías muestran las presencias fantasmáticas que aún recorren sus salas.
Crisis climática
Informe de Unicef El cambio climático multiplicará por tres la exposición de los niños y niñas a las inundaciones para 2050
Es la proyección que hace Unicef en su informe 'El Estado Mundial de la Infancia 2024'. La exposición a olas de calor extremas será ocho veces mayor para 2050 respecto a la década del 2000. “El futuro de todos los niños y las niñas está en peligro”, advierte la agencia de la ONU.
Barcelona
Derecho a la vivienda El hartazgo por la vivienda impagable se da cita este 23 de noviembre en Barcelona
El amplio movimiento por la vivienda catalán, sindicatos y organizaciones vecinales, sociales y soberanistas demandan soluciones urgentes ante una crisis de vivienda sin solución a la vista
Tribuna
Tribuna Vivienda: es hora de organizarnos
La situación de crisis inmobiliaria nos exige leer el momento para acertar en las batallas que debemos dar ahora, reflexionar sobre los modos de acción colectiva y lograr articular una respuesta política amplia.
Turismo
Opinión Abolir el turismo
VV.AA.
Lleguemos a donde lleguemos, no puede ser que sea más fácil imaginar el fin del capitalismo que el fin del turismo.

Últimas

Palabras contra el Abismo
Palabras contra el Abismo Lee un capítulo de ‘Café Abismo’, la primera novela de Sarah Babiker
El barrio es el espacio físico y social en los que transcurre ‘Café Abismo’, la primera novela de la responsable de Migraciones y Antirracismo de El Salto, Sarah Babiker.
Unión Europea
Unión Europea La ultraderecha europea, ante la victoria de Trump
El triunfo de Donald Trump da alas a todas las formaciones ultraderechistas de Europa y del resto del mundo, que han visto cómo el millonario republicano ha conseguido volver a ganar las elecciones sin moderar un ápice su discurso.
Comunidad de Madrid
Paro del profesorado Nueva jornada de huelga en la educación pública madrileña
Este jueves 21 de noviembre el profesorado se vuelve a levantar contra las políticas del gobierno de Díaz Ayuso, que mantiene paralizadas las negociaciones para mejorar sus condiciones laborales.
Memoria histórica
Memoria histórica Museo del franquismo, ¿eso dónde está?
España sigue ajena a la proliferación mundial de espacios museísticos dedicados a dictaduras y resistencias democráticas.
Más noticias
València
dana A las 20:11, era tarde
Todavía conservamos el horror de cientos de coches amontonados y arrastrados por la riada. Es por esos millones de turismos y sus emisiones ─aunque no solo─ que vivimos en un planeta que se está calentando demasiado rápido.
Dana
Encuesta Tres de cada cuatro personas en España ligan la virulencia de la dana con el cambio climático
Una encuesta realizada por More in Common señala que una amplia mayoría de la población considera que el país está mal preparado para adaptarse a los fenómenos extremos que trae la crisis climática y debe hacer más esfuerzos al respecto.

Recomendadas

València
Dana y vivienda “La crisis de vivienda multiplicada por mil”: la dana evidencia el fracaso de las políticas del PP en València
La dana ha dejado a miles de familias sin hogar. Ante la inacción de las instituciones, han sido las redes familiares las que han asumido el peso de la ayuda. La Generalitat, tras décadas de mala gestión, solo ha podido ofrecer 314 pisos públicos.
Redes sociales
Redes sociales Bluesky, la red social donde se libra la batalla por el futuro de internet
Ni es descentralizada ni está fuera de la influencia de los ‘criptobros’ que han aupado a Trump a la Casa Blanca, pero ofrece funcionalidades útiles para recuperar el interés por participar en redes sociales.