We can't find the internet
Attempting to reconnect
Something went wrong!
Hang in there while we get back on track
Carles Puigdemont
Un antisistema se enamora de Puigdemonio
Entrevista a un antisistema que se declara seguidor del exiliado Puigdemonio.
Nos explica que es tan solo uno de los tantos “compañeros” de su movimiento que colaboraron en la organización y defensa del referéndum de del Primero de Octubre. Forma parte de lo que la policía y la prensa lleva años llamando “los 200 de siempre”, un supuesto colectivo de radicales que estarían detrás de todo disturbio, algarada, o movilización violenta que sucede en la ciudad, ya sea una huelga general o la celebración de un partido del Barça. Desde El Sobresalto nos desplazamos hasta el piso ocupado en el que vive para preguntarle por sus razones para participar en los “Hechos de Octubre” y recoger su visión actual de #ElTema.
¿Cómo has acabado liado en toda esta movida?
Supongo que todo empezó a finales de setiembre, cuando la Guardia Civil comenzó a desplegarse, a registrar imprentas y todo eso. Yo hasta entonces pasaba de todo el rollo del Procés, pero ahí sentí que estaba pasando algo gordo y tenía que hacer algo. Luego me impliqué bastante activamente en la organización del referéndum.
Pensaba que los antisistema pasaban de votaciones.
Correcto. Históricamente el anarquismo ha llamado a la abstención y al boicot del proceso electoral. Hace diez años yo estaba saboteando colegios electorales poniendoles siliciona en las cerraduras, esta vez los ocupaba para defender el derecho a voto.
¿No es eso una contradicción?
A vosotros os mola Cecilio G y la filosofía ¿No es eso una contradicción? El terreno en el que nos movemos está hecho de contradicciones. La cuestión es saber moverte en ellas, identificando aquellas que son claves y condicionan a todas las demás. El 1 Octubre una sola contradicción lo determinaba todo: la que enfrentaba a los que querían celebrar el referéndum, y los que querían impedirlo. A un lado un cuestionamiento directo del régimen establecido, al otro su defensa. No había termino medio. Y nosotros escogimos bando.
¿Al lado de partidos de derecha cómo Convergencia? ¿El partido que nos ha jodido durante tantos años?
Estoy cansado de oír esta cancioncilla hipócrita. El President Puigdemont es más revolucionario que todos estos progres que nos acusan de hacerle el juego a la derecha. La nueva izquierda lleva 7 años hablando del gran cambio, contándonos como iban a ganar, como iban romper con el régimen del 78. Bueno, pues no solo no han roto nada, sino que cuando la ruptura real ha comenzado a materializarse por el empuje del proceso independentista, todos se han cagado y han corrido ha ponerse del lado del régimen. Todos. Desde ex-okupas como Ada Colau y todos sus secuaces del Ayuntamiento, pasando por Pablo Iglesias y toda su camarilla de trepas. Si esta gente estuviese por una transformación real, se habrían preocupado de entender cómo es posible que un convergent sea capaz de sacudir de esta forma el régimen y ellos no. Pero esto no les interesa. Son parte de la casta. Viven cómodos en ella, fingiendo que la combaten.
No sé si te sigo...
Piensa por ejemplo en Guillem Martínez, probablemente el periodista más triste del país. A este tío el processisme le paga los menús y el carajillo. Escribe para la derrota, vive de anunciar el fiasco inminente, de demostrar lo listo que es analizando detalladamente como no hay ninguna posibilidad de avanzar y cambiar las cosas. En octubre Guillem Martínez entró en pánico, porque vio que la cosa iba en serio, y se le acababa el chiringuito. Había ligado su forma de vida a la estabilidad del status quo, y éste se tambaleaba. Toda esta gente no le llega a la suela de los zapatos a Puigdemont. Él ha tenido la determinación de arriesgarlo todo en el enfrentamiento con el Estado, y ha llevado al pueblo lo más lejos posible en el camino de su emancipación, lo más lejos que hemos visto posiblemente desde principios de siglo.
Muchos antisistema españoles os acusan de aliaros con el nacionalismo.
A ver, el nacionalismo no es un movimiento político. El nacionalismo es un discurso que atraviesa a todos los movimientos políticos. Cuando hablas de una clase obrera nativa y una extranjera, por mucho que seas de izquierdas y te consideres no-nacionalista, esto es discurso nacional.
Tomarte la libertad de criticarnos a la ligera desde Madrid o Zaragoza cuando no te enteras de la misa la mitad, y a nosotros aquí nos están dando de palos, disparando pelotas a la cara, y metiendo a la gente en la cárcel, pues esto también es nacionalismo. Esta gente no entiende que si se da un conflicto en clave de opresión nacional y tú te mantienes equidistante diciendo que no intervienes porque no eres nacionalista, en la práctica sí lo estas siendo, en la práctica te estas colocando del lado de la nación dominante, del bando del nacionalismo español. Resumiendo, que todo el mundo sabe que España huele a culo. Ahora sabemos que su izquierda y su anarquismo, también.Algunos se han referido a los antisistema que habéis participado del referéndum como “camareros de las CUP”. ¿Qué relaciones hay entre vosotros y la CUP?
El problema de la CUP es que es una organización mayormente formada por estudiantes de antropología, educadores sociales y monitores de comedor. Conciben su movimiento, y por extensión el país, como un gran esplai. Pero el país no es un esplai, es un campo de batalla. Ellos se imaginan la revolución como una especie de 15-M con esteladas, conciertos de Txarango, comida ecológica, cerveza cooperativa en vasos reciclabes y debates asamblearios sobre un mágico Procés Constituent. Esto es ridículo. Si algo nos enseña la historia es que lo que viene de la mano de la independencia no es un proceso constituyente, sino una Guerra de Independencia.
Irónicamente, es el President Puigdemont y su gente los que han entendido todo esto. La CUP posturea de leninismo pero es Puigdemont el que demuestra tener la intuición y el nervio político que hizo vencer a Lenin. El President es más bolchevique que los propios bolcheviques. Pero bueno, diferencias a parte, tenemos buena relación con la militancia de la CUP, son majos y nos gusta hacer cosas con ellos. Sobre todo salir de fiesta (risas).
Decían que venían antisistemas desde Italia a liarla, pero al final, apenas ha habido jaleo, a parte de un par de todoterrenos de los picoletos 'tuneados'.
Ganas de soltar alguna bofetada no nos han faltado, la verdad (risas). Nosotros, cuando vimos que la cosa se iba de madre, con la ciudad ocupada militarmente por una policía desbocada y sedienta de sangre, y con descerebrados de extrema derecha con carta blanca del Gobierno para pegar a todo quisqui, hicimos llegar un mensaje al President. Le dijimos: «President, faci una senyal. Que ens deixin actuar». Pero el President se reafirmó en la estrategia de la movilización pacífica y nosotros obviamente acatamos la consigna.¿A toro pasado consideras que fue una decisión acertada?
Totalmente. El régimen español ha quedado retratado. Quien dice que España es una democracia se delata en la práctica como un defensor de esta dictadura, cada vez menos encubierta. La naturaleza autoritaria y represiva del Estado ha quedado evidenciada ante las masas, y en el corazón y las cabezas de millones de catalanes el régimen ha sido destituido. El agravio de octubre permanecerá grabado a fuego para siempre en la memoria de este pueblo.
¿Al final todo iba de esto, de evidenciar ante el mundo lo malo que es el Estado Español? La República catalana no ha llegado y el movimiento parece derrotado.
A veces lo importante no es si ganas o pierdes una batalla, lo importante es cómo la pierdes o la ganas, porque esto es lo que va a determinar el desarrollo de la siguiente confrontación. Por eso, una derrota puede ser una victoria. Lo esencial no es que lo que hayamos demostrado a los demás sobre el Estado, sino habernos demostrado a nosotros que somos nosotros mismos. En el momento en el que destituimos al régimen español negándonos masivamente a obedecerlo, también nos constituimos a nosotros articulándonos como una fuerza. Octubre ha sido la experiencia de organización popular más potente y políticamente decisiva que ha habido en décadas, más que el 15-M, por mucho que le joda a Emmanuel Rodríguez. Hoy sabemos que como pueblo tenemos la fuerza en potencia para ir mucho mas allá de un cuestionamiento del modelo territorial. Pero también que tenemos enfrente un tope, un enemigo, que no venceremos cayendo simpáticos a una fantasmagórica opinión internacional, sino acumulando la suficiente fuerza hasta que estemos en posición de neutralizar su poder, hasta ser efectivamente ingobernables. Octubre ha sido una batalla importante, pero solo ha sido una batalla. Esta guerra no ha hecho más que empezar.
Relacionadas
Catalunya
Catalunya Sánchez logra su cometido y ahora el PSOE calibra la relación con Junts en la nueva etapa
Política
Última hora Puigdemont confirma desde Bruselas que desbloqueará la investidura
Tribuna
Tribuna Quiero ver a Puigdemont paseando por La Castellana
Coincido con el 99,99% de la argumentación y visión política de la jugada con el ANTI-SISTEMA de esta entrevista. La desobediencia masiva que supuso el referendum del 1 de Octubre, las contradicciones que le plantea a la democracia burguesa,... es un momento "cuasi revolucionario" para como está el tema y hay que posicionarse. Yo, ateo y anarquista también defiendo el derecho a decidir (incluidas las urnas) y creo imprescindible denunciar la ACTUAL DICTADURA en el Estado Español y articular BATALLAS que se deben ganar, entre todas las personas que vivimos en este planeta ("PERSONAS SIN FRONTERAS, BUSCAN PLANETA PARA COMPARTIR"). sALUD Y LIBERTAD.
Conceder una entrevista cuando aún no te has acostado del fin de semana, quizá no sea la mejor opción. Lol.
Me imagino a la persona q entrevista y al "fanático" rulándose petas sin parar