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Laboral
Las empresas estibadoras maniobran para sobredimensionar los efectos de la huelga en el puerto de Bilbao
Para poder desvincularse del convenio colectivo sin tener que pasar por un proceso negociador en el que no tienen fuerza suficiente para ganar sus pretensiones, las empresas estibadoras parecen haber encontrado su baza estratégica.
Como ya hicieron con el Partido Popular a nivel estatal, las empresas que promovieron la reforma más lesiva para los trabajadores de la estiba de los últimos 30 años, Bergé Maritima y (CSP cosco), seguidas por SLP y Toro y Betolaza, sobredimensionan los efectos de una huelga que los trabajadores consideran inducida, visto el recorrido negociador del último año.
La estrategia no es nueva y se intuye la mano tanto de Juan Aguirre como de Elías García, a quienes les pueden las ganas de tener trabajadores sumisos a los que poder explotar.
El puerto de Bilbao lleva 12 años contando con una bolsa de 100 trabajadores eventuales, que de manera continuada se hacían cargo de las labores manuales (peonaje) delimitadas en el grupo 1 del convenio. Con una media de 15 contratos mensuales, nadie podría calificar de eventual su trabajo, sobre todo teniendo en cuenta que los llamamientos diarios de los últimos años, ponían de manifiesto que la plantilla actual del CPE (empresa auxiliar creada entre las cuatro empresas estibadoras para distribuirse a los trabajadores cada día, en función de las necesidades diarias de cada una) no daba abasto.
Llama la atención que, ante esa necesidad de personal, la decisión de las empresas estibadoras en la presente huelga sea dejar de contratarlos. Si antes de la huelga hacían falta (y mucha) para atender las labores de carga y descarga, se podría entender que en situación de huelga y dado que la Autoridad Portuaria fija –de manera sistemática y sin negociación, sea cual sea el formato de huelga presentado– unos servicios mínimos del 50% del rendimiento con relación al año anterior, sería necesario que esos trabajadores fuesen contratados.
Pero la interpretación que hacen las estibadoras de los servicios mínimos ha ido variando a lo largo de este mes, para acomodarse a su estrategia.
Al comienzo de la huelga generaban pedidos diarios del doble de personal necesario (aun no existiendo personas suficientes en la plantilla, ni medios mecánicos que cubrir) con el objetivo de que el 50% de lo solicitado fuese el 100% de su necesidad real. Esto era efectivo cuando los paros previstos por los trabajadores eran breves (horas) o en días sueltos.
Pero como decía, una vez tuvieron claro que la única solución posible para salirse con la suya era una intervención política o un arbitraje no negociado, abandonaron la idea de minimizar los efectos de la huelga y se dispusieron a lo contrario. Dejaron de llamar a los 100 eventuales y emplearon al personal de plantilla de la peor manera posible para acrecentar las colas de camiones en las inmediaciones del puerto y desabastecer a las empresas que dependen de los suministros de carga general.
Cuando normalmente se emplean 14 grúas, en turnos de mañana y tarde (14 + 14) para atender el trafico rodado de contenedores, CSP (Cosco) está solicitando 7 y solamente en turno de mañana. Cuando normalmente abre varios “gates” para la entrada de camiones en la terminal, ha habido días en los que sólo estaba operativo uno de ellos.
En los turnos de noche y de fin de semana, o no se pide personal o se organiza a la plantilla de tal forma que no se puedan cubrir.
Pero donde se nota de verdad la falta de esos 100 eventuales es en los barcos que se quedan sin atender por falta de personal en el llamamiento. Barcos que deben esperar fondeados o atracados y que no se atienden. Y en medio de todo este descontrol, se permiten el lujo de acusar a la plantilla de no cubrir los servicios mínimos.
En el levante de mercancías, las empresas estibadoras han decidido saltarse el convenio firmado en 2019 y subcontratar esas tareas comerciales con empresas eventuales (con personal insuficiente e inexperto), constituyendo uno de los principales ataques contra la estabilidad del sector en el Puerto de Bilbao, máxime cuando la decisión de saltarse el convenio, se sobrevino con la mesa negociadora abierta y cuando el comité de empresa solicitaba un dimensionamiento de la plantilla que redujese la temporalidad de la plantilla.
Está claro que los trabajadores convocaron una huelga para hacer notar su protesta antes las agresiones y los desplantes patronales, pero el objetivo de la misma no es originar un daño irreparable a la economía del puerto ni a ninguno de sus agentes. Sin embargo las empresas están demostrando su cara más psicótica al desentenderse de las consecuencias de bloquear la negociación en busca de la solución política.
Los paros fueron convocados de manera progresiva y espaciada en el tiempo para dejar margen al dialogo y la negociación. Pero han decidido no sentarse, no les interesa. Quieren que alguna mano amiga, les haga el trabajo que ellos no pueden hacer en la negociación. Que algún arbitraje político o alguna intervención de las instituciones les dé lo que no pueden ganar negociando con los trabajadores.
La denuncia por el incumplimiento del convenio seguirá su curso, pero hasta que llegue la fecha de juicio, las empresas siguen operando las tareas comerciales con trabajadores externos (esquiroles) tras un cordón policial. Los trabajadores eventuales siguen despedidos en sus casas, los barcos siguen sin ser atendidos y miles de camiones y sus conductores siguen rehenes de la ambición de cuatro empresas que han visto en la crisis su oportunidad de oro. (Mi solidaridad con todos los compañeros transportistas; hoy somos nosotros, pero mañana es vuestra lucha y la de tantos.)
Laboral
Despiden a los estibadores eventuales del puerto de Bilbao durante la huelga que reclama su inclusión en plantilla
El Comité de empresa sigue poniendo documentos y propuestas sobre la mesa, y solo obtienen la callada por respuesta. Pero los estibadores han recibido el cariño y el apoyo de todos los trabajadores del sector, amarradores, prácticos, transportistas, personal de oficinas y personal trabajador de la Autoridad Portuaria… Hemos recibido el cariño de sindicatos de clase y de partidos políticos que defienden los derechos de los trabajadores…
Nos reconocemos entre la clase trabajadora y sabemos que la lucha obrera es el único camino posible para defender los derechos laborales que tanto han costado conseguir. Por todo el apoyo y las muestras de afecto recibidas, os damos las gracias.
La solidaridad entre los trabajadores es el único camino.
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Ni lucha obrera, ni gaitas. No está el horno para bollos. El Puerto de Bilbao es una inmensa cloaca, una lacra que no podemos soportar un día más si queremos, de verdad, recuperar la industria. Es caro y es ineficiente, por culpa de ciertos colectivos que creen que el Puerto es suyo y se dedican a perpetuar sus pequeños cárteles, con prácticas propias de la mafia. Así que, por lo que a mí respecta, podéis ir a buscar solidaridad a otra parte.