We can't find the internet
Attempting to reconnect
Something went wrong!
Hang in there while we get back on track
Educación
Familias de Madrid y Bilbao se unen este viernes a la revuelta escolar nacida en Barcelona para reclamar entornos escolares seguros
La Revuelta escolar nacida en Barcelona se expande a ritmo sostenido. Este viernes 12 de marzo la iniciativa de cortes temporales de la calle frente a los centros escolares da el salto fuera de las fronteras de Cataluña, además de los 67 cortes en la capital catalana la protesta educativa saldrá a la calle con tres cortes en Badalona, cuatro en Sabadell, dos en Sant Cugat del Vallés, uno en Girona, uno en Bilbao y nueve en Madrid.
La idea surge en diciembre de 2020, 20 escuelas cortando 17 calles en Barcelona. Hoy ya son más de un centenar las que firman el manifiesto conjunto de Cataluña. Una reivindicación que ha nacido de la forma más genuina, familias preocupadas por el entorno en el que se educan sus hijos. La contaminación ambiental y acústica que les afecta, el tráfico desbocado en torno a las calles que rodean los centros educativos, y la necesidad de hacer algo. Y de hacerlo ya.
“Existía un caldo de cultivo de diferentes AFAs y AMPAs, porque hay que remarcar que esto lo lideramos las familias, desvinculado de los centros, y entonces ya empezaron algunos colegios a hacer protestas individuales y vimos que teníamos que hacerlo todos juntos para tener un mayor impacto en la ciudad”, recuerda Guille López de la Plataforma Eixample Respira de Barcelona.
Aquellos 20 colegios rápidamente fueron 30 y luego 50. La diferencia, en esta oportunidad, es que además de sumarse familias de Girona la protesta salta a otras comunidades. Es el caso del Colegio Miguel de Cervantes en Bilbao, y de nueve colegios en Madrid ciudad: Miguel de Unamuno, Fernando el Católico, Asunción Rincón, Menéndez Pelayo, Rufino Blanco, Lope de Vega, Arcángel, Juan Zaragüeta y Palacio Valdéz.
“Muchos de los colegios que participan de la protesta literalmente no pueden abrir las ventanas por la cantidad de ruido que hay en la calle y eso se hace especialmente palpable ahora que la recomendación por Covid es abrirlas”, apunta Guille López
Las protestas cuentan además con el aliciente de contactos en Murcia, Cantabria e incluso en otros países europeos, donde ya hay grupos mirando con interés esta iniciativa ciudadana que viene a conectar desde su raíz con el potencial que demostró la movilización de los sectores juveniles en la lucha contra el cambio climático.
Desde la organización apuntan que diferentes estudios científicos demuestran que la contaminación y el ruido están perjudicando la salud de todos, en especial de las niñas y niños. “En Barcelona hay estudios que hablan de disminución de la capacidad cognitiva, de la memoria, en esos colegios expuestos a mayor contaminación”, explica López.
“Tenemos el hecho del ruido, muchos de los colegios que participan de la protesta literalmente no pueden abrir las ventanas por la cantidad de ruido que hay en la calle y eso se hace especialmente palpable ahora que la recomendación por Covid es abrirlas. También la inseguridad en los entornos escolares. Estamos preocupados porque al final todos estos colegios delante de calles con dos, tres o cuatro carriles de circulación es un poco incompatible. Todo eso nos ha llevado a empezar estas protestas”, resume.
Ante esas problemáticas las familias movilizadas han encontrado una forma original de protestar. Un viernes, cada quince días, en el horario de salida de clase, juegos, carteles y música se apoderan de la calle durante media hora en que el tráfico permanece cortado. Una reapropiación del espacio público en toda regla. “Son protestas muy festivas, muy de socialización y con ese componente reivindicativo. Llevamos muchos años diseñando las calles para los coches cuando deberían diseñarse para las personas”, argumenta desde Barcelona, Guille López.
“Lo que pedimos es una reducción drástica del tráfico delante de los colegios porque eso nos permite garantizar la seguridad, y reducir los niveles de contaminación y ruido”, dice López
“Nosotros lo que pedimos es una reducción drástica del tráfico delante de los colegios porque eso nos permite garantizar la seguridad, y reducir los niveles de contaminación y ruido. Estamos animando a cada ciudad a que haga su propio manifiesto con sus propias reivindicaciones porque al final cada una tiene una idiosincrasia propia. En el caso de Barcelona pedimos que enfrente de cada Colegio haya un máximo de un único carril de circulación para coches, sin detrimento de que exista un carril bus o un carril bici”, dice López.
. CEIP Fernando el Católico: calle Vallehermoso
. CEIP Rufino Blanco: calle General Álvarez de Castro
. CEIP Palacio Valdés: calle Almadén
. CEIP Juan Zaragüeta: calle Tomás Redondo
En Madrid desde este viernes recogen el testigo. Según explica Yetta Aguado, del colectivo Madres por el Clima, cuando conocieron la iniciativa de Barcelona no dudaron que era el momento de sumarse y traerla a la capital. “Todo este movimiento un poco de mejorar la ciudad tanto desde un punto de vista de salud como de seguridad y habitabilidad, va dentro de nuestro ADN. Entonces movimos en nuestras redes un poco lo que pudimos y para esta primera convocatoria hay nueve coles, todos de la ciudad de Madrid”, acota.
“Estratégicamente la idea es sumarnos a Barcelona para unificar voces y los viernes por la tarde es verdad que las familias estamos un poco más relajadas, te puedes quedar un rato. De todas formas, iremos probando. Cada Centro tiene su idiosincrasia y las demandas no van a ser todas iguales, es una cosa que estamos elaborando, qué es lo que cada centro considera que necesita para que su entorno escolar sea más seguro, ya que la casuística puede ser mucha”, especifica Aguado, y apunta que “en el Miguel de Unamuno, por ejemplo, además de la tarde también han solicitado el permiso para las 9 de la mañana”.
En la media hora prevista para los cortes la comunidad educativa de cada centro tiene libertad para hacer lo que considere. “Es la primera convocatoria y tampoco tenemos certeza del número de familias que se van a sumar. Sabemos que están preparando actividades, juegos, de hecho, de alguna manera es necesario en la línea del derecho a jugar. Un reparto más justo del espacio”, añade Yetta desde Madres por el Clima.
En el CEIP Lope de Vega, de Carabanchel, aprovecharán esta primera fecha para evaluar las fuerzas con las que cuentan “y para el viernes 25, en la siguiente acción, valorar de hacerlo con asociaciones de familias de colegios cercanos al nuestro, como apuesta por una concentración más global y conjunta”, informa Mercedes Cobo, vicepresidente de la Asociación de Padres.
“En esta primera va a ser exclusivamente en la puerta del Lope, y entendemos la acción como una más de las que estamos coordinando desde que empezó el curso para pedir o corte o peatonalización, y como la respuesta de la administración está siendo inexistente o insuficiente, entendemos que esto es algo más, sobre todo mediático en el sentido de hacer saber a la ciudadanía y a los medios de la preocupación que tenemos como familias”, afirma.
Desde este CEIP de la zona de San Isidro llevan un largo recorrido solicitando alguna medida ante la Junta de Distrito, pero según las familias, hasta el momento la respuesta es que por la calle en la que está el CEIP “no pasan muchos coches”, una evaluación que rechazan en forma terminante.
“Depende del baremo que tengas. ¡Claro que no es la M30! Pero cuando estás en la puerta de un colegio, que se pueden juntar fácilmente más de cincuenta niños con sus respectivas familias, y pasan cinco coches, ya tienes un cacao interesante de quiebros y de sustos. Esta es una acera que medirá 70 centímetros y donde estamos todas amontonadas, ni distancia de seguridad, ni distancia, ni seguridad. No cumplimos nada porque es imposible”, ejemplifica Cobo.
En Bilbao las familias que se han apuntado son las del Colegio Público Cervantes, que también tiene una larga trayectoria reivindicativa, aunque esta vez lo harán bajo el paraguas común que simboliza la revuelta escolar.
En los días previos, las familias de los diferentes colegios se han juntado para hacer los carteles, diseñar juegos y pensar cómo va a ser la ocupación de ese espacio tan preciado como es la calle. “Nos hemos juntado a pintar unos carteles con los niños, para que se sientan parte. Y el viernes llevaremos un poquito de percusión para hacerlo más llamativo”, explica Cobo desde el Lope de Vega, mientras a su alrededor se escucha el bullicio de los peques en actividad.
“Estamos muy segregadas, la gente con hijos, la gente sin hijos, y no nos mezclamos. Se prioriza la circulación sobre la seguridad física y psicológica de los menores de edad”, afirma Carmen Cobo, del CEIP Lope de Vega
“La realidad es que estamos muy segregadas, la gente con hijos, la gente sin hijos, y no nos mezclamos. Entonces la gente que no tiene menores a su cargo está muy ajena a la implicación ciudadana que debería haber en una ciudad donde hay menores, que toda la ciudad está de espalda a los menores y este es un ejemplo más, que se prioriza la circulación sobre la seguridad física y psicológica de menores de edad”, señala.
Las reivindicaciones dependerán de cada lugar y sus necesidades específicas. No es lo mismo un colegio al lado de una autopista que otro en una arteria de menor circulación pero que quizá tiene otras demandas.
En el CEIP Rufino Blanco del barrio de Chamberí el corte será entre las 15:30 y las 18 sobre la calle General Álvarez de Castro, frente a la puerta del Colegio. “Contamos con la participación de vosotras y el apoyo de distintas asociaciones y entidades del barrio. Traed carteles, juegos, tizas para pintar, instrumentos para tocar y todo lo que se os ocurra para disfrutar de la calle como una plaza o un parque. Hagamos el entorno del colegio más humano y más divertido por unas horas para que todos quieran que sea para siempre”, difundieron en una gacetilla a toda la comunidad educativa, con mapas y gráficas de la contaminación acústica y de CO2 en la zona.
En Barcelona están cortando la calle Aragó, que es una autopista urbana, que cruza toda la ciudad. En Madrid por ahora los cortes no afectarían a grandes calles.
“En Barcelona estamos cortando la calle Aragó, que es una calle principal, lo que aquí llamamos una autopista urbana, que cruza toda la ciudad. En el colegio de mis hijos estamos cortando la calle Mallorca, que también se monta un buen pitote. Incluso hay colegios con entornos más pacificados que aun así tienen sus problemas porque siguen pasando muchas motos y a veces, aunque esté pacificado, pero no del todo, propicia situaciones de riesgo”, describe López sobre el tipo de calles que se cortan.
En Madrid por ahora los cortes no afectarían a grandes calles. “De momento van a ser de otro tipo, quizá Vallehermoso, que es grande, pero no deja de ser de un solo carril. Habrá que ir paso a paso, hasta ver qué capacidad de convocatoria y de movilización tienen las familias. Esto es como la ley antitabaco, siempre el bien común debe prevalecer, entonces habrá que hacer un poco de trabajo de calado, de mensajes, de que las familias vean que verdaderamente es mejor para todos. Estamos hablando de un cambio que debe ser a nivel ciudad, una concepción de ciudad que contemple que estos espacios deben ser de especial protección y se conciban así, y que el resto de la planificación urbana partan de esa premisa”, afirma Yetta Aguado.
La iniciativa es de las familias con independencia de la dirección de los centros educativos. “No significa que en muchos casos no la apoyen, pero con lo del Covid es difícil que sean los propios coles los que convoquen”, explican desde la organización. También hay AMPAs y AFAs que por los mismos temores no se han sumado, pero ya están apuntadas a las revueltas del futuro.