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Despoblación
Justicia social, la gran ausente en la "quinta provincia" extremeña
La Serena, La Siberia y Vegas Altas vienen siendo marginadas, discriminadas, por los distintos gobiernos provinciales y regionales, cuyos responsables, han antepuesto en la acción política, sus intereses personales y partidistas al bien común.
Un pueblo, sí, pero un pueblo de ciudadanos libres e iguales( …) Los poderes públicos regionales ejercerán sus atribuciones con las finalidades primordiales de promover las condiciones de orden social, político, cultural o económico, para que la libertad y la igualdad de los extremeños, entre sí y con el resto de los españoles, sean reales y efectivas (…) Impulsarán activamente la equidad territorial y la cohesión social en sus políticas internas (…)
-Estatuto de Autonomía
Ahora que en nuestra querida tierra extremeña se ha parado, de momento, el ruido electoral, los ataques a rivales o el discurso del miedo para captar votos (lo grave es que funciona), toca gobernar para la ciudadanía, hacer política que ponga en el centro el bien común y el bienestar de las personas. Toca que electos y electas se pongan a trabajar, dignificar su oficio y ganarse ese jugoso sueldo que perciben, al que se añaden otras prerrogativas, sin olvidar que la ciudadanía sitúa a los políticos como la segunda mayor preocupación del país.
Ahora que el gobierno extremeño cuenta con un apoyo mayoritario en la Asamblea de Extremadura, que no con un cheque en blanco de la ciudadanía, debiera apartar de una vez el clientelismo y los intereses partidistas, buscar el consenso, orientar sus acciones desde la equidad y justicia social, que conlleva mayor responsabilidad, favorecer el debate de ideas, la consideración de iniciativas, la participación de la ciudadanía en un proyecto común, buscando su compromiso y responsabilidad. Actuaciones que nada tienen que ver con el empleo del rodillo político, el desprestigio, las manifestaciones de despotismo, prepotencia e incluso chulería de algunos y algunas gobernantes.
Tal vez ha llegado el momento de que Extremadura salde de una vez la deuda histórica con esta “5ª provincia” que forman La Serena, La Siberia y Vegas Altas, con una población que supera los 150.000 habitantes y localidades que distan más de 100 km de lugares donde están los servicios sanitarios, educativos, etc.
Corresponde a la ciudadanía dejar de un lado la comodidad, el egoísmo, el servilismo, el miedo, para cambiar esta triste realidad desde un espíritu crítico y solidario.
Vara pide honestidad, sinceridad y trabajo a los consejeros que han asumido el cargo. Tal vez ha llegado el momento de que Extremadura salde de una vez la deuda histórica con esta “5ª provincia”, SESIVA (Serena, Siberia y Vegas Altas), cuyo territorio comprende el área de salud y distrito educativo de mayores extensiones de Extremadura, con una población que supera los 150.000 habitantes y localidades que distan más de 100 km de lugares donde están los servicios sanitarios, educativos, administrativos o centros comerciales, y lamentables comunicaciones.
SESIVA viene siendo marginada, discriminada, por los distintos gobiernos provinciales y regionales, cuyos responsables, desgraciadamente, por acción u omisión, han ante puesto en la acción política, sus intereses personales y partidistas al bien común. Los orígenes hay que buscarlos en ese rancio provincialismo que los responsables políticos, lejos de mitigar, han ido fomentando desde sus cargos. En su momento la ubicación de nuestra Universidad motivó uno de los desencuentros entre cacereños y pacenses. Con la democracia y entrada en vigor del Estatuto de Autonomía en 1983, se estableció entre las fuerzas políticas dominantes un pacto implícito a la hora de asignar recursos a cada provincia. Pacto mediante el cual, la atención del gobierno regional se centraría preferentemente en Badajoz, Mérida, Cáceres y Plasencia. Prestar igual atención a Don Benito-Villanueva conlleva un desequilibrio provincial, que afecta a ese acuerdo tácito. Es grave que aún en 2019 existan voces que reivindican un reparto igual de los presupuestos extremeños entre la provincia de Badajoz y la de Cáceres.
Un área de salud que cuenta con dos hospitales, ambos sin personal y recursos suficientes para atender dignamente a los pacientes, donde en la instalación de Don Benito-Villanueva se ingresan tres enfermos por habitación y hay listas de espera para consulta de especialista que superan los tres añosFruto de este provincialismo se aprobaron campus universitarios en Mérida y Plasencia, y se negó uno para Don Benito-Villanueva, se construyeron inicialmente palacios de congresos en cada una de las cuatro grandes localidades, y lo que es más grave las áreas de salud de esas cuatro ciudades, han venido siendo dotadas con mayores recursos humanos y materiales que el área de Don Benito-Villanueva. Prueba de ello es la falta de personal y recursos denunciada en estas fechas por colectivos de esta última área, privada también recientemente de recursos tecnológicos facilitados a los hospitales de Badajoz, Cáceres, Mérida y Plasencia. Cabe preguntarse dónde están los políticos de La Serena, La Siberia y las Vegas Altas cuando desde el gobierno regional o provincial se cometen estas injusticias y se considera a sus conciudadanos de segunda categoría.
El Nuevo Hospital Don Benito-Villanueva, aprobado en 2006, lleva consigo dos proyectos de construcción, falsas promesas, mentiras. Alude nuestro presidente a que no hay dinero para su construcción, por importe de 140 millones. A ver cómo se entiende que la Junta dejase sin gastar 532 millones del presupuesto de 2018.Un área de salud que cuenta con dos hospitales, ambos sin personal y recursos suficientes para atender dignamente a los pacientes, donde en la instalación vetusta y obsoleta del Comarcal, Don Benito-Villanueva se ingresan tres enfermos por habitación, caso único en Extremadura, listas de espera para consulta de especialista que superan los tres años, y no digamos del problema de las intervenciones quirúrgicas. El gobierno regional lo conoce y la ciudadanía comienza a tomar conciencia y a movilizarse en defensa de su derecho a una atención sanitaria digna. Es loable el trabajo de concienciación y movilización que han comenzado a realizar la asociación ASISEVA y la Plataforma Hospital Don Benito-Villanueva, en espera de ir sumando a serenenses, siberianos y veganos a la acción reivindicativa.
Como significativa muestra de falta de interés por prestar un servicio sanitario digno en esta área de salud, nos encontramos el Nuevo Hospital Don Benito-Villanueva. Aprobado en 2006, lleva consigo dos proyectos de construcción, falsas promesas, mentiras y últimamente, para indignación, humillación e insulto a las personas afectadas, el gobierno extremeño ha colocado un cartel anunciador en su solar. Alude nuestro presidente a que no hay dinero para su construcción, por importe de 140 millones de euros y acudirá a Bruselas a solicitar subvención. A ver cómo se entiende que la Junta de Extremadura dejase sin gastar 532 millones del presupuesto de 2018. ¿No será que aún está pendiente de resolverse el engorroso proceso de expropiación de terrenos, fruto de una cacicada política?
El estado de la educación, la dependencia y las infraestructuras merecen capítulo aparte. Es hora de la reivindicación de derechos básicos, la movilización se impone en cada localidad, alcaldes a la cabeza, pues, se entiende que busquen el bienestar de sus convecinos por encima de intereses partidistas.
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