Energía nuclear
El flautista de nucleolandia

Los cuentos de hadas nucleares del OIEA conducen a los países -y a todos nosotros- a la catástrofe climática.
Activistas de Nucleolandia en marzo de 2024, Bruselas. Fuente: Beyond Nuclear International
Activistas de Nucleolandia en marzo de 2024, Bruselas. Fuente: Beyond Nuclear International Beyond Nuclear
Beyond Nuclear International
1 jul 2024 02:10

Artículo publicado originalmente en Beyond Nuclear International.

El 21 de marzo, más de 40 grupos, principalmente de Europa, protestaron contra las falsas promesas y los cuentos de hadas nucleares que se tejían en la Cumbre sobre Energía Nuclear del Organismo Internacional de Energía Atómica, celebrada el 21 de marzo en Bruselas. Antes de concentrarnos en las inmediaciones de la sede de la cumbre, publicamos una declaración firmada por 621 organizaciones de todo el mundo y un comunicado de prensa.

Nuestro folleto de cuentos de hadas parodiaba la historia de la energía nuclear (véase el texto más abajo). Beyond Nuclear también publicó un folleto en el que se exponen las hipocresías y los conflictos de intereses del OIEA. 

Al final de la cumbre de un día, el OIEA y 34 países se comprometieron a “trabajar para liberar plenamente el potencial de la energía nuclear”, un código para coger el dinero de los contribuyentes e ir con un cuenco a mendigar al Banco Mundial. La burbuja explotó rápidamente durante la cumbre, cuando un grupo de banqueros declaró que la energía nuclear era demasiado arriesgada desde el punto de vista financiero y “la última” en su lista de prioridades de préstamo, prefiriendo en su lugar las energías renovables.

Ahora... Érase una vez... hace mucho tiempo, un Flautista llegó a Villacarbón. Los habitantes de Villacarbón le dieron una calurosa bienvenida porque habían oído que cuando tocaba su flauta tenía poderes mágicos.

“¡Oh, Flautista!”, gritaban. “Aquí en Vilacarbón siempre está oscuro y hace frío. Hay humo y está contaminado. ¿Puedes ayudarnos a encontrar una forma mejor de crear calor y luz?”

El Flautista estuvo encantado de complacerles. “Conozco la respuesta”, les dijo. “Se llama energía nuclear. Es segura, barata y fiable. Muy pronto tendréis calor y luz demasiado baratos para medirlos”.

Los habitantes de Villacarbón estaban tan entusiasmados con las nuevas y relucientes centrales nucleares que votaron y cambiaron el nombre de su ciudad por el de Nucleolandia.

El Flautista estuvo encantado de complacerles. “Conozco la respuesta”, les dijo. “Se llama energía nuclear. Es segura, barata y fiable. Muy pronto tendréis calor y luz demasiado baratos para medirlos”.

El Flautista empezó a tocar y muy pronto empezaron a aparecer bonitos dibujos de centrales nucleares para admiración de los habitantes de Nucleolandia. Pero pasaron varios años y no ocurrió nada más.

“¿Para qué sirven estos dibujos?”, decía la gente. “¡Necesitamos calor y luz!”

“Tened paciencia”, dijo el Flautista. “Os traeré 15 centrales nucleares y tendréis todo el calor y la luz que necesitéis. Sólo necesito cinco monedas de oro para ponerlas en marcha”.

Los habitantes de Nucleolandia eran muy pobres, pero prescindieron de todo y ahorraron hasta tener cinco monedas de oro. Se las dieron al Flautista y de nuevo se puso a tocar.

Los habitantes de Nucleolandia vieron cómo sus campos eran arados, sus árboles talados y la tierra pavimentada con hormigón para preparar las centrales nucleares. Pero seguían sin aparecer.

“Necesito más oro”, gritó el Flautista. “Sólo cinco monedas de oro más y sus centrales nucleares estarán aquí”.

“Dijiste que sólo nos costarían cinco monedas de oro”, gritó la gente. “¡Ahora nos cobras el doble!”.

Pero aun así, el pueblo pagó al Flautista otras cinco monedas de oro. Pasaron muchos años más mientras los habitantes de Nucleolandia se congelaban en la oscuridad, y un día por fin se construyeron tres centrales nucleares.

La gente de Nucleolandia estaba conmocionada. Tres centrales nucleares no eran suficientes para llevar calor y luz a todo el mundo. “¿Por qué sólo hay tres?”, preguntaron al Flautista. “Nos prometiste 15. Pagamos por 15”.

La gente de Nucleolandia estaba conmocionada. Tres centrales nucleares no eran suficientes para llevar calor y luz a todo el mundo. “¿Por qué sólo hay tres?”, preguntaron al Flautista. “Nos prometiste 15. Pagamos por 15”.

El Flautista se encogió de hombros. “¡Ahora tendréis el calor y la luz que queríais!”, exclamó. “Los que podáis pagarlo”.

Así que sólo los más ricos que podían permitirse la energía nuclear tuvieron luz y calor a pesar de que todos los habitantes del país habían pagado por las centrales nucleares.

Y cuando abrieron las centrales nucleares, el Flautista trajo a todos sus amigos y parientes para dirigirlas. “¿Y los puestos de trabajo que nos prometió?”, le preguntaron los habitantes de Nucleolandia.

“Sois imbéciles”, espetó el Flautista. “Necesitamos expertos”. Y aunque los amigos y parientes del Flautista sabían tan poco como él sobre centrales nucleares, todos consiguieron trabajo en las centrales, dejando a la gente de Nucleolandia muriéndose de hambre.

El Flautista fue a los periódicos a presumir de su logro. “La energía nuclear es la respuesta a todos vuestros problemas”, gritó. “¡Sí que lo es!”, asintieron los redactores y lo escribieron en sus periódicos.

Pero una periodista, la más joven de todos, no estaba tan segura. “Seguramente”, dijo, “sería más fácil, rápido y barato aprovechar la energía del sol cuando brilla y capturar la energía del viento cuando sopla”, preguntó. “¿Y si convertimos eso en calor y luz?”. “¡Tonterías!”, gritó el Flautista.

“¡Tonterías!”, coincidieron los editores, que nunca hicieron preguntas. Y lo escribieron en sus periódicos.

Pronto, la Reportera Más Joven empezó a darse cuenta de que, junto con la electricidad para los ricos que podían pagarla, las centrales nucleares también producían un residuo maligno y tóxico. Y nadie sabía qué hacer con ellos.

“¿Qué pasa con todos los residuos?”, preguntó al Flautista.

“No es mi problema”, respondió el flautista. “Alguien vendrá más tarde y se ocupará de ello”.

“¿Qué pasa con todos los residuos?”, preguntó al Flautista.“No es mi problema”, respondió el flautista. “Alguien vendrá más tarde y se ocupará de ello”.

Entonces, la Reportera Más Joven descubrió que la gente que trabajaba en la central nuclear y la gente que vivía cerca, y especialmente los niños, enfermaban de extrañas enfermedades nunca vistas en Nucleolandia.

“Es la central nuclear la que os pone enfermos”, dijo la Reportera Más Joven a los habitantes de Nucleolandia.

“¡Asustadora!”, gritó el Flautista. “Ignoradla”, dijo a los habitantes de Nucleolandia. “Es demasiado emocional. No entiende de ciencia”.

Así que la gente ignoró a la Reportera Más Joven aunque la mayoría de ellos no podían permitirse comprar la energía de las centrales nucleares y seguían viviendo en el frío y la oscuridad.

Y entonces, un día, una de las centrales nucleares explotó y un gran veneno llovió sobre la tierra y muchas más personas enfermaron y muchas de ellas murieron.

Y la reportera más joven, a la que nadie había escuchado, lloró. “Había otro camino”, dijo, “y estaba ahí delante de nosotros todo el tiempo. El sol y el viento son gratis y seguros y rápidos y baratos”.

Y la gente de Nucleolandia finalmente estuvo de acuerdo. “Nunca debimos escuchar al Flautista Mentiroso”, dijeron. “Se llevó nuestro dinero y nos hizo perder el tiempo. Nos enfermó y nos llevó a un callejón sin salida. Cometimos un terrible error”.

Y no vivieron felices para siempre.

Traducción de Raúl Sánchez Saura.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Energía
Transición energética ¿Puede Europa incorporar una mirada feminista al sector energético?
Las elecciones del 9 de junio definirán el futuro del sector energético europeo y español. Para garantizar una transición social y ambientalmente justa, es necesaria una mirada feminista que garantice vidas dignas para todas las personas.
Energía nuclear
Corrupción ¿Más corrupción nuclear?
Georgia se suma a la lista de Estados que actúan en contra de los intereses de los contribuyentes.
Reino Unido
Reino Unido El Laborismo sin alma de Keir Starmer se prepara para gobernar después de 14 años de austeridad tory
El partido de la socialdemocracia británica se prepara para volver al Gobierno después de una larga travesía por el desierto. El programa con el que lo hará, no obstante, genera poco entusiasmo entre la izquierda.
Fronteras
Fronteras La Unión Europea financia barreras digitales y perros policía en las fronteras comunitarias
Una investigación sobre el uso de los fondos europeos destinados a la gestión de fronteras y visas refleja cómo la millonaria carrera por dotarse de todo tipo de tecnología contra la entrada de personas migrantes amenaza sus derechos fundamentales.
Referéndum del 1 de octubre
Represión El Tsunami de solidaridad que necesita el periodista Jesús Rodríguez
El redactor de La Directa lleva nueve meses en Suiza para escapar de las represalias de ser acusado de terrorismo por ejercer el periodismo.
En el margen
Tatiana Ndombasi Bokuy “Ser una persona afrodescendiente tiene unas implicaciones políticas de las que tienes que hacerte cargo”
Estudiante de Trabajo Social, Tatiana Ndombasi considera que Kwanzaa, asociación universitaria que preside, ha sido fundamental para jóvenes afrodescendientes como ella que han encontrado entre compañeras un espacio de pertenencia y activismo.
Sanidad pública
Sanidad Pública El 75% de las personas que piden cita a su médico de familia esperan más de dos días para ser atendidas
Según los datos del Barómetro Sanitario 2024, el porcentaje baja con respecto a 2023, cuando fueron el 79% las personas que esperaron más de 48 horas para ver al médico de cabecera.
Derecho a la vivienda
Derecho a la vivienda “No aticen al turismo”: la Junta de Andalucía espera 21,5 millones de visitas a pesar del hartazgo social
El Gobierno andaluz sigue defendiendo el modelo turístico y su objetivo de llegar a 35 millones de visitantes en 2024 a pesar de las movilizaciones sociales. La próxima semana el Parlamento autonómico debatirá por primera vez sobre limitar el sector.
Opinión
Opinión Empresas españolas en riesgo de complicidad con genocidio: el papel de la universidad
VV.AA.
Gracias a la labor de asociaciones de defensa de los derechos humanos, desde hace años se debate en el ámbito jurídico internacional cómo prevenir y sancionar el genocidio cuando las implicadas son grandes multinacionales del sector privado.
Cómic
Cómic ‘20th Century Boys’, un manga más grande que la vida
Veinticinco años después de haber arrancado con su primer número, ‘20th Century Boys’ se erige como uno de los mangas definitivos y la segunda vez que Naoki Urasawa alcanza la excelencia total, tras haberla abrazado previamente con ‘Monster’.

Últimas

Privatizaciones
CLIENTELISMO Osakidetza adjudicó 470.000 euros para la Encuesta de Salud a una empresa ligada a la caja B del PP
La “preparación, recogida, codificación, grabado y validación de la operación estadística” de 2023 fue encargada a Demométrica Investigación de Mercados, cuyo presidente fue el encuestador de Esperanza Aguirre cuando ganó en Madrid.
Sanidad pública
Religión en la sanidad pública La Mártir Eulalia ingresa en el Hospital de Mérida
De la ronda de la santa por un sistema de salud pública extremeño en permanente acoso no se esperan grandes milagros.
Opinión
Opinión Senectus mundi. Demencia senil y nihilismo atómico
Si el fascismo del siglo XX fue la agresión depredadora de jóvenes que albergaban la ambición de conquistar el mundo, de someter a los pueblos, el fascismo del siglo XXI es el fascismo de viejos enfurecidos por su propia impotencia.
Más noticias
Personas refugiadas
Refugiado Deniegan el asilo a un activista saharaui retenido diez días en el aeropuerto de Bilbao
La organización Zehar Errefuxiatuekin advierte de que el joven, de 21 años, será deportado a Marruecos, “donde es muy posible que lo detengan según llegue”.
Opinión
Opinión El pesimismo es contrarrevolucionario
Muchas cosas no encajan en la épica de grandes victorias y derrotas: las redes ciudadanas, la defensa de derechos sociales y económicos o las múltiples estrategias de solidaridad que sostienen la vida cotidiana.
Opinión
Opinión Empresas españolas en riesgo de complicidad con genocidio: el papel de la universidad
VV.AA.
Gracias a la labor de asociaciones de defensa de los derechos humanos, desde hace años se debate en el ámbito jurídico internacional cómo prevenir y sancionar el genocidio cuando las implicadas son grandes multinacionales del sector privado.
Genocidio
Genocidio Entre 5.000 y 10.000 dólares en efectivo, el precio por persona para salir de Gaza
“Mi hermano constaba en un listado de Israel facilitado al ejército de Egipto para prohibirle la salida. ‘Pero si pagas, sales’, le dijeron los soldados”. Fares Abudakka explica a El Salto cómo han salido de Palestina miembros de su familia.

Recomendadas

República del Sudán
Guerra en Sudán Sudán: enfrentamientos, crímenes de guerra, desastre humanitario, y España dificultando el refugio
Los enfrentamientos entre las Fuerzas Armadas Sudanesas y las Fuerzas de Apoyo Rápido en cada vez más ciudades empujan a la población a huir, cuando ya son más de 10 millones las personas desplazadas.
Salud
Salud Autismo más allá de los 30: diagnósticos tardíos y falta de recursos
En España existen entre 460.000 y 470.000 personas en el espectro autista. Sin embargo, el número de personas diagnosticadas no supera las 100.000 y el 90% de estas tienen menos de 30 años.
Francia
Elecciones legislativas El viaje de Francia del centro a la periferia
Un año después de la rebelión de los ‘banlieu’, una fuerza política que hace del racismo su ‘leitmotiv’ puede llegar a gobernar el país.