Coronavirus
Muchos clientes, poca empatía

Las empleadas de los supermercados denuncian la falta de compromiso en los consumidores ante los protocolos contra el covid-19.

supermercado eroski castro urdiales
Clientes rodean el hipermercado en una cola que da la vuelta al centro. Sergio Arroyo
9 abr 2020 05:39

Guantes, mascarillas, desinfectante de manos… Hace días que estos productos dejaron libre su espacio en las estanterías. Volverán. No hay nadie en el pasillo para confirmarlo, pero lo anticipa un precio que sigue puesto en su sitio. Quienes también siguen en su sitio son las cajeras del supermercado, que ahora solo ocupan las cintas impares. Es la forma que las cajeras del hipermercado Eroski en Castro Urdiales tienen de respetar la distancia de seguridad. Aunque extreman las precauciones, los riesgos siguen presentes en uno de los pocos colectivos profesionales que sigue dando la cara durante el confinamiento.

A ellas no les ha doblegado ningún ERTE. El sector ha sido uno de los pocos definidos como esenciales por el Gobierno, por lo que sigue manteniendo su actividad a pesar del último decreto. Lo que no se mantiene es la normalidad. La empresa ha instalado medidas de protección como mamparas, pero el desabastecimiento se refleja en los objetos de un solo uso. “Sigue sin haber Equipos de Protección Individual para todas, así que reutilizamos las mascarillas quirúrgicas”, explica Andrea Ibáñez, que lleva dieciséis años trabajando para este centro. Frente a esto, la representante de la plantilla del comercio, Nuria Corral, asegura que siguen los cauces establecidos y reponen los equipos según van llegando.

Ibáñez admite que la situación es complicada, y por eso tampoco se muestra crítica. “Si están así los médicos, ¿cómo vamos a estar nosotras?”, se pregunta. Mientras estos equipos se reponían, las trabajadoras improvisaban con lo que tenían. Las primeras líneas de defensa, aunque modestas, fueron posible gracias a la ONG Cantabria por el Sáhara. Sus voluntarias y otros allegados confeccionaron y distribuyeron mascarillas a quienes trabajan de cara al público. Ahora cuentan con equipos homologados, pero agradecen el compromiso y esfuerzo que sus vecinas han hecho por ellas.

“Volvemos a casa muertas de miedo, cuidando mucho nuestros movimientos mientras nos duchamos con la esperanza de que toda la mierda se vaya por el desagüe”

En las cajas entienden que la situación les ha pillado desprevenidas, pero la crisis se va controlando. Para evitar las aglomeraciones en las taquillas, se cambian en su casa. También desinfectan la cinta con cada consumidor al que atienden, y que en muchas ocasiones no respeta la distancia de seguridad, ahora marcada por una cinta verde en el suelo. “Un cliente nos lanzó el pañuelo de los mocos y los guantes después de pedirle que mantuviese la distancia de seguridad”, explica Ibáñez. Son situaciones con las que tienen que lidiar constantemente, y ante las que ningún dispositivo de seguridad puede enfrentarse.

Empatía

La salud no es lo único que ponen a prueba. También lo hace su paciencia y, sobre todo, su empatía. Quienes trabajan de cara al público suelen generar confianza con los clientes habituales. Forma parte de la política interna hablar con ellos, pero ahora esa norma guarda cuarentena para reducir al mínimo la exposición entre personas. “Una enfermera se echó a llorar. Nos cuentan que están desbordadas”, asegura Ibáñez. Ella se ha mostrado en contra de la medida y entiende que, para muchos, es el único momento de la semana que salen de casa y hablan con alguien: “Ofrecemos un trato personal, si no seríamos cajas de autopago”.

Hay muchos puntos de contacto susceptibles de convertirse en focos de contagio, como los carros de la compra. El comercio pone a disposición de los clientes guantes de un solo uso, pero el contacto se produce igualmente porque los consumidores cogen el carro antes de entrar al establecimiento. Begoña Molina, socia cooperativista del establecimiento, explica que la Unidad Militar de Emergencias (UME) acudió a desinfectar el recinto, pero aún así, el hipermercado ha reforzado el servicio interno de limpieza. Sin embargo, toda precaución es poca si las clientes no cumplen su parte del acuerdo: quedarse en casa. “Ayer tuve que decirle a un cliente que no viniera todos los días. Es de vergüenza”, critica Molina.

A la salida, el aparcamiento está repleto y la cola para entrar da la vuelta al hipermercado. Sin embargo, hay poca gente. Es buena señal, significa que los clientes no han venido acompañados a comprar. El volumen de consumidores ha disminuido desde el comienzo de la cuarentena. “La gente tenía miedo a que cerrásemos”, explica Susana Castillo, nombre ficticio de una empleada que prefiere guardar el anonimato. No se muestra crítica con la empresa, pero sí con los consumidores. Según ella, “hay quien lleva el carro lleno de necesidades básicas y otros que solo vienen a por chuminadas, pero tú eso no lo puedes regular”.

Hay muchos puntos de contacto susceptibles de convertirse en focos de contagio, como los carros de la compra

A la conversación se incorpora Carmen Valado, responsable de seguridad que sale del recinto para tomar el aire durante su descanso: “No te hacen ni puñetero caso. Ayer echamos a uno porque no puede entrar más de una persona por unidad familiar”. Sus jornadas son rotativas y algunos días desarrolla sus labores en otros centros. Eso le ha permitido comprobar cómo algunas personas se saltan la cuarentena justificándose en la compra. “Una señora venía al supermercado pequeño a por zanahorias y pan todos los días —afirma Valado-, y yo he salido porque tenía que trabajar, si no no venía”, señala.

Quienes pasan los días encerrados en casa, echan de menos salir. Y quienes tienen que salir, lamentan haberlo hecho. A pesar del miedo, las trabajadoras lanzan palabras de cariño a los clientes más habituales. Ibáñez se acuerda de ellos y les dedica unas líneas en su perfil de Facebook: “A algunos los considero amigos”. Pero lo cortés no quita lo valiente y por eso también exige el cumplimiento de los protocolos: “Volvemos a casa muertas de miedo, cuidando mucho nuestros movimientos mientras nos duchamos con la esperanza de que toda la mierda se vaya por el desagüe”.

Archivado en: Laboral Coronavirus
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Comunidad de Madrid
Comunidad de Madrid Un rayo de esperanza tras cinco años de los protocolos de la vergüenza
A punto de prescribir los posibles delitos, un avance judicial abre la puerta a conocer quién decidió no derivar a hospitales a ancianos en residencias en la Comunidad de Madrid.
#56129
9/4/2020 16:24

Buen reportaje, ameno e interesante ya que este centro de Eroski es muy popular en la comarca y somos muchos los que compramos aqui.

3
1
#56100
9/4/2020 13:33

Ademas los clientes que son asi son los de izquierdas en mayor grado

3
7
#56083
9/4/2020 12:46

Pues sí, en estos tiempos se hace muy necesaria una revisión de los privilegios y las vulnerabilidades que nos rodean.

3
1
#56074
9/4/2020 11:18

Todo mi reconocimiento y gratitud al trabajo de las empleadas de los supermercados; un enorme aplauso a todas ellas.

10
2
Derecho a la vivienda
Manifestación estatal Mapa | Más de 40 ciudades se movilizan este 5 de abril por el derecho a la vivienda
Decenas de miles de personas en más de 40 localidades de todo el Estado español saldrán a la calle el próximo 5 de abril para reclamar medidas para hacer frente a la crisis de vivienda.
Militarismo
Alejandro Pozo “El oportunismo de la industria militar española aprovechando lo que pasa en Gaza es grave”
Este investigador sobre paz, conflictos armados, desarme y acción humanitaria denuncia que el rearme ya está teniendo lugar y que el Ejecutivo escamotea información sobre las relaciones comerciales de la industria con Israel.
Israel
Guerra en Gaza Israel ordena evacuar Rafah ante la previsión de un ataque terrestre
En la mañana del 31 de marzo, las fuerzas militares de Israel han ordenado a la población evacuar gran parte de Rafah, en el sur de la Franja de Gaza.
Francia
Francia Marine Le Pen es condenada por malversación y no podrá concurrir a las elecciones de 2027
Un caso de corrupción con los asistentes del Parlamento europeo golpea a la ultraderecha francesa. Le Pen y su partido, Agrupación Nacional, son condenados por el Tribunal Penal de París.

Últimas

Myanmar
Terremoto Myanmar: un país bajo los escombros
Con el cronómetro en contra, los equipos de rescate de Myanmar continúan buscando bajo los escombros a los supervivientes del que ya se considera el peor terremoto sufrido en las últimas siete décadas en el país.
Precariedad laboral
Precariedad laboral Europa presiona de nuevo a España para que modifique la indemnización por despido improcedente
El Consejo de Europa concluye que el sistema español viola la Carta Social Europea al considerar que la compensación española no repara el daño a los trabajadores ni disuade de hacerlo.
Memoria histórica
Opinión La maldición de los agotes
Los agotes son una minoría que habita el Pirineo occidental. Están concentrados principalmente en el valle del Baztán, en Navarra, y si bien su origen no está claro, hay varias teorías al respecto. Se cree que la palabra agote proviene del francés cagot y significa “perro godo”. El término es por tanto un insulto.
Huelga
Huelga Nueva jornada de huelga en Renfe el 1 de abril
Los tres sindicatos que no firmaron el acuerdo recuerdan que hay convocatoria de paro en todo el territorio. Reclaman mejoras en el servicio público.
Comunidad de Madrid
Comunidad de Madrid Los trabajadores de Metro celebran el nuevo convenio pese al temor de perder empleos por las automatizaciones
“Es el mejor acuerdo que he visto en 43 años que llevo trabajando aquí”, explica el representante de Solidaridad Obrera en la mesa negociadora, Braulio del Pozo, que destaca que se recupera en parte el poder adquisitivo de la plantilla.
Más noticias
Opinión
Vivienda Abrazar la reacción para salvar la propiedad privada
La rearticulación de las posiciones políticas de las clases propietarias con los discursos de extrema derecha alumbran la hipótesis del rentismo nativista.
Sexualidad
Consultorio de sexualidad Los mil y un orgasmos femeninos
El clítoris, la vagina y el cérvix están inervados por distintos nervios que, al ser activados en distintas combinaciones, producen sensaciones diversas.

Recomendadas

Galicia
Galicia Bimba y Lola se aleja de las fibras textiles de Altri con la salida del presidente de Greenalia de su consejo
El presidente de Greenalia y antiguo consejero delegado de Inditex, José María Castellano, abandona su puesto en la empresa cerrando una puerta más a la salida de la celulosa supuestamente creada para fibras textiles.
Redes sociales
El asesino de los CEO El fenómeno fan Luigi Mangione, ¿por qué tanta gente apoya a un asesino?
El caso del chico de clase alta que disparó sobre un CEO de una aseguradora médica ha desatado una ola cultural y de apoyo como no se había visto antes.
Literatura
Silvia Nanclares “Moratalaz nace como barrio franquista, solo que no contaban con la presión vecinal”
Con ‘Nunca voló tan alto tu televisor’ la escritora madrileña regresa a su barrio y examina lo que quedaba debajo de la cáscara de progreso que supuso la construcción del edificio de Torrespaña, aun hoy uno de los más reconocibles de la ciudad.
Cómic
Cómic Un gran poder conlleva una gran responsabilidad: ¿los superhéroes de cómic son de derechas o de izquierdas?
¿Encarna Superman a la socialdemocracia liberal, es Batman un militante anarcocapitalista y el Capitán América la bandera del nacionalismo? La respuesta no es tan sencilla si se repasa la historia del género.