Coronavirus
La excepción confirma y prescribe la regla.

Esta emergencia nos está confirmando que el estado de excepción no es lo contrario de la normalidad, sino que es una forma de gobierno para moldear y reescribir la normalidad. ¡No volvamos a la normalidad de antes, no vayamos hacia la normalidad de mañana!

Bilbo Coronavirus 3
Un banco del Parque de Doña Casilda precintado durante la cuarentena por Covid19 Christian García
AUZOETATIK PIZTU BILBO
2 may 2020 15:41

El estado de excepción tiende a presentarse cada vez más como el paradigma de gobierno dominante en la política contemporánea” (G. Agamben)

Si algo nos ha enseñado la última ofensiva imperialista global, es decir, la “lucha contra el terrorismo”, es que el estado de excepción se ha convertido en una tecnología para gobernar la normalidad. Toda medida tomada durante el estado de excepción deja su rastro en la normalidad: las medidas “excepcionales” tomadas por los gobiernos durante la lucha contra el terrorismo global se han quedado en las legislaciones “normales” de los países; es decir, la excepción se ha hecho norma.

“El estado de excepción se ha convertido en una tecnología para gobernar la normalidad.”

Teniendo en cuenta las medidas que durante las últimas semanas se están tomando en nombre de la excepción, creemos que es necesario tenerlo en cuenta, puesto que estamos siendo testigos de la suspensión de todo tipo de derechos, incluso de aquellos que hasta hace dos días nos parecían intocables; no solo los derechos colectivos de las trabajadoras conquistados con luchas y huelgas, sino hasta los (liberales) derechos individuales.

Por poner un ejemplo en las últimas semanas se ha aprobado una norma para legalizar el control de los movimientos de las personas, mediante la geolocalización de los dispositivos tecnológicos. Como hemos podido corroborar mirando el ejemplo de China, aumentar la soberanía (y el control de los movimientos) hoy en día no reside tanto en cerrar las fronteras –como en un primer intento cutre de los Estados de la UE–, sino en controlar y vigilar los movimientos mediante la administración de datos y de redes digitales.

“En las últimas semanas se ha aprobado una norma para legalizar el control de los movimientos de las personas, mediante la geolocalización de los dispositivos tecnológicos.”

Nos han vendido esta norma como una medida para controlar los contactos entre gente que ha contraído el virus y posibles contagiadas. Lo curioso es que, para hacerlo, han usado el mismo método que habían experimentado hace unos meses las compañías telefónicas en su prueba piloto –¿os acordáis del “estudio estadístico” que se hizo durante 6 días entre noviembre y diciembre del 2019 y cuya segunda fase estaba pensada para el verano de 2020?–.

Por lo que una de dos: o a finales de 2019 ya sabían que llegaría la emergencia sanitaria o están aprovechando la emergencia para impulsar nuevas técnicas de gobierno que desde hace tiempo se estaban estudiando; es decir, se está haciendo un uso político de la emergencia y de la excepción. Porque el estado de excepción nunca es neutral, siempre es político.

Por todo ello, nos preguntamos (llamadnos mal pensadas): ¿Qué pasará después de la emergencia sanitaria? ¿Se dejará de usar esta tecnología, y volverá a ser una (ya de por sí deplorable) herramienta para estudios de mercado? ¿O se normalizará su uso (con la excusa del “qué bien ha funcionado contra la emergencia”) y se ampliará para controlar –de forma legal y en nombre de la transparencia– los movimientos y los encuentros entre personas?

“¿Qué pasará después de la emergencia sanitaria? ¿Se dejará de usar esta tecnología, y volverá a ser una (ya de por sí deplorable) herramienta para estudios de mercado?”

Y –para adelantarnos a la crítica– nada de reduccionismo del tipo “ya tienen todos nuestros datos”. Porque una cosa es almacenar (técnicamente) datos y otra utilizarlos (políticamente) para gobernar poblaciones. Aunque los dos usos son deplorables, no es lo mismo acumular datos y usarlos para hacer estudios de mercado –es decir, fomentando la sociedad del consumo–; o utilizarlos, por ejemplo, para registrar quien ha ido a una manifestación o como pruebas en un proceso judicial –es decir, aumentando los dispositivos de vigilancia y control de esta sociedad ya hiper-securizada–.

Y lo mismo podríamos preguntarnos con todos los cambios sustanciales que se están dando en el campo de los derechos de las trabajadoras o de la militarización del espacio y de la vida social, entre otros. Una vez pasada la crisis, ¿se suprimirá la norma que permite a las empresas “agilizar” los ERTES/ERES, o los empresarios seguirán pudiendo vulnerar los derechos de las trabajadoras con la excusita del “necesitamos recuperarnos del golpe de la crisis”? ¿Se le quitarán al ejercito las competencias de orden público (es decir, de represión), o se empezará a militarizar toda emergencia, usando el ejército para responder desde catástrofes naturales hasta protestas sociales (como ya se hace en otros países de Europa)? ¿Será posible volver a disfrutar del espacio público de forma colectiva y popular, o se aumentará la tendencia, que ya se venía asentando en los últimos años, de privatización, mercantilización y militarización del espacio y de los barrios?

“No es lo mismo acumular datos y usarlos para hacer estudios de mercado –es decir, fomentando la sociedad del consumo–; o utilizarlos, por ejemplo, para registrar quien ha ido a una manifestación o como pruebas en un proceso judicial.”

Todas estas dudas y reflexiones nos hacen preguntarnos: ¿Qué es lo que nos espera después del estado de excepción? ¿Cuál será la “normalidad” de mañana? En un mundo en el que estado de excepción y normalidad están en una constante relación dialéctica, la excepción no solo confirma la regla, sino que la engendra y prescribe. Dicho de otro modo: la excepción nunca vuelve a la normalidad, sino que produce su propia normalidad.

Luchemos frente a la crisis y contra la normalidad: no volvamos a la normalidad de antes, no vayamos hacia la normalidad de mañana. Rompamos la dialéctica excepción-normalidad, trasformemos la crisis en revolución.

Archivado en: Coronavirus
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Comunidad de Madrid
Comunidad de Madrid Un rayo de esperanza tras cinco años de los protocolos de la vergüenza
A punto de prescribir los posibles delitos, un avance judicial abre la puerta a conocer quién decidió no derivar a hospitales a ancianos en residencias en la Comunidad de Madrid.
Comunidad de Madrid
Comunidad de madrid Los familiares de los fallecidos en residencias piden una rectificación a la Fiscalía
Marea de Residencias y Verdad y Justicia celebran que se pida declarar a los “autores intelectuales” del protocolo de exclusión y que sean 17, no solo nueve, las denuncias presentadas por la fiscal superior madrileña.
Salario mínimo
Salario mínimo PSOE y Sumar intentan llegar a un acuerdo para no perjudicar con el IRPF a los trabajadores con el SMI
La ministra de Hacienda ha confirmado que sería “algún tipo de medida que permita compensar a aquellos pocos trabajadores” en la situación de tener que tributar con el salario mínimo.
Guerra en Ucrania
Conflicto bélico Rusia y Ucrania acuerdan un principio de alto el fuego marítimo a instancias de Estados Unidos
La Casa Blanca emite dos comunicados que coinciden en señalar una tregua en el Mar Negro y en prometer trabajo para el final de los ataques energéticos por ambas partes.
Opinión
Opinión Bretón no es un monstruo, ni Martín el nuevo Capote
Frente a la libertad sin peros que defienden unos, la responsabilidad de muchos: la de ciudadanos y librerías que se niegan a comprar o vender, respectivamente, el libro que Anagrama ha tenido a bien materializar.
LGTBIfobia
Manifestación Plataforma Trans planta cara a la transfobia con una manifestación contra el odio
La convocatoria el 29 de marzo denuncia un contexto internacional antiderechos. La organización pide a partidos y sindicatos que se sumen a la marcha porque la transfobia es un problema social, y por lo tanto también político, explican.
Galicia
Galicia Un municipio gallego demanda a la Xunta por la contaminación del embalse de As Conchas
Los vecinos de la comarca de A Limia llevan a la Xunta ante el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia por la contaminación provocada debido a la cría intensiva de ganado porcino y avícola en esta zona de Ourense.
Feminismos
Irene García Galán “La memoria feminista hay que construirla desde abajo, desde nuestras casas”
‘Hilaria’ (Errata Nature, 2025) es un libro dedicado a la tatarabuela de Irene García Galán, pero también un ensayo político que navega a través de la memoria feminista, el antipunitivismo y el anarquismo.
Madrid
Madrid La Sareb amenaza con el desahucio a dos jóvenes activistas en Carabanchel
Cadete 7, el bloque en lucha del que el ‘banco malo’ prevé desalojarles de forma inminente este jueves 27, fue el primero recuperado por el movimiento de vivienda de Madrid en 2013 tras haber permanecido deshabitado desde 2008.

Últimas

Música
Música Pervertidos y puritanos, a los pies de Ethel Cain
Proyectos musicales como ‘Perverts’ de Ethel Cain son capaces de imponer silencio en medio de tanto ruido para pensar en un momento en que las redes sociales son herramientas tendenciosas para la difusión de propaganda de ultraderecha.
Minería
Minería estratégica en Extremadura La Comisión Europea declara “estratégicos” tres proyectos mineros en Extremadura
Las Navas (Cañaveral), Aguablanca (Monesterio) y La Parrilla (Almoharín) obtendrán financiación, verán facilitados sus procesos de tramitación y se beneficiarán de plazos más reducidos. La mina de Valdeflores no es considerada estratégica.
Israel
Genocidio Mercadona vende tampones y patatas procedentes de Israel
En 2024 se produjo una reducción de las importaciones de tampones y patatas israelíes. Mercadona es una de las plataformas que trabajan con estos productos.
Más noticias
Palestina
Cisjordania Hamdan Ballal, codirector de ‘No other land’, agredido por colonos israelíes
Según los testigos que presenciaron el ataque, el cineasta está herido. Poco antes de las 14h el codirector de la cinta ha anunciado que Ballal ha sido puesto en libertad.

Recomendadas

Guerra en Ucrania
Guerra en Ucrania Colegios underground en Járkov después de tres años de guerra
La ciudad ucraniana construye escuelas subterráneas, preparadas para aguantar ataques balísticos y nucleares.
Argentina
Estela de Carlotto “Faltan todavía muchos nietos por encontrar”
Al cumplirse 49 años del golpe cívico-militar, la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo dialogó con El Salto y apuntó contra el Gobierno de Milei y su ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, que encabeza la represión de la protesta social.
México
Hallazgo en Teuchitlán Crisis de desaparecidos en México: los buscadores, entre el narco y las omisiones del Estado
El hallazgo del cementerio clandestino en Teuchitlán, Jalisco, ha conmocionado a todo México. El país que vive una crisis por la desaparición de más de 120 mil personas, que en 18 años solo han aumentado frente a una pasmosa impunidad.
Comunidad de Madrid
Comunidad de Madrid Un rayo de esperanza tras cinco años de los protocolos de la vergüenza
A punto de prescribir los posibles delitos, un avance judicial abre la puerta a conocer quién decidió no derivar a hospitales a ancianos en residencias en la Comunidad de Madrid.