We can't find the internet
Attempting to reconnect
Something went wrong!
Hang in there while we get back on track
Coronavirus
La UE observa impotente el giro autoritario en los países del Este
El primer ministro húngaro, Víktor Orban, se ha otorgado poderes casi absolutos para combatir la emergencia sanitaria continuando con su tendencia autoritaria, sin que Bruselas ni el Partido Popular Europeo, del que forma parte, tomen medidas. El apoyo del PP español ha resultado clave para que el coronagolpe de Orban no tenga consecuencias.
El pasado 2 de abril el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) fallaba en contra de Polonia, Hungría y República Checa por el incumplimiento de la acogida de sus cuotas de refugiados durante la crisis de 2015. En aquel momento el ya primer ministro húngaro Víktor Orban de destacó por su discurso ultranacionalista y xenófobo, que ha ido exacerbando a lo largo del último lustro. La condena a los tres países pasó casi desapercibida por la actual crisis de salud pública en la que se encuentra sumido el planeta, pero es que además el propio Orban había dejado ese desafío pequeño unos días antes.
El lunes 30 de marzo el parlamento húngaro aprobó la llamada “Ley Habilitante” que otorgaba al primer ministro poderes absolutos para gobernar por decreto mientras dure la crisis del covid19. La mayoría de expertos y la propia oposición húngara consideró estas medidas un atentado contra la democracia.
La decisión provocó la enésima polémica del Partido Popular Europeo (PPE) alrededor de la expulsión o no del Fidesz, el partido de Orban, de su organización. La exclusión de los ultraconservadores húngaros fue apoyada por hasta 13 partidos conservadores de toda Europa, que incluían el apoyo de los jefes de Gobierno de Grecia y Noruega y del ex presidente del Consejo Europeo, el polaco Donald Tusk. Sin embargo, el PP de Pablo Casado y la CDU de Ángela Merkel han evitado pronunciarse, dando de facto su apoyo al magiar. En enero de este mismo año los populares españoles e italianos ya impidieron su expulsión. Los 13 escaños en el parlamento europeo del Fidesz, por otro lado, son decisivos para que el PPE se mantenga como primera fuerza del mismo.
El mayor peligro para la democracia húngara es “que esta ‘Ley Habilitante’ se mantenga como la nueva normalidad cuando la pandemia pase” pero es que incluso antes de ella “Orban ya podía hacer prácticamente lo que quisiera”
La analista y profesora de la Universidad Masaryk de Brno en Chequia Monika Brusenbauch Meislová explicaba a El Salto que las actuales políticas de Orban “no suponen ninguna novedad, solo utilizan la pandemia como excusa”. El líder de la derecha húngara “no ha tenido problemas para usar cada crisis que se ha presentado para expandir su poder sin ningún tipo de consecuencias”. El mayor peligro para la democracia húngara es “que esta ‘Ley Habilitante’ se mantenga como la nueva normalidad cuando la pandemia pase” pero es que incluso antes de ella “Orban ya podía hacer prácticamente lo que quisiera”.
orban no está solo
En su escalada hacia un discurso más nacionalista, chantajista hacia Bruselas y alejado de las garantías democráticas Orban no está solo. En la vecina Polonia, donde gobierna el partido Ley y Justicia (PiS por sus siglas en polaco) la última gran batalla contra Bruselas vino de la mano también del TJUE cuando en noviembre de 2019 dictaminó que la reforma judicial de dicho país violaba el derecho comunitario. Dicha ley daba al ministro de Justicia la capacidad de decidir a discreción la prolongación de los mandatos de los magistrados polacos, además de adelantar la edad de jubilación para los mismos y establecer una diferente según fuesen hombres y mujeres.
A pesar de que se acusaba a dichas leyes de violar la independencia judicial y de que mantenerlas desafiaría el principio de primacia de las normas comunitarias, el primer ministro polaco Mateusz Morawiecki siguió adelante con la reforma apenas un mes después, enfrentándose incluso a amenazas de una posible expulsión de la Unión Europea. Ahora esa batalla ha sido dejada en suspenso, pero continuará cuando pase el coronavirus.
En Chequia, habitualmente el más tranquilo en cuanto a desafío hacia la UE de los países del llamado Grupo de Visegrado —un pacto que integra a los tres mencionados más Eslovaquia—, el primer ministro Andrej Babis ha aprovechado la crisis de salud pública para subir el tono de su discurso nacionalista y desviar la atención sobre las investigaciones de corrupción que los persiguen. En el llamado ‘Caso del Nido de Cigüeña’ Babis está acusado de haber desviado más de dos millones de euros de fondos de cohesión de la Unión Europea a sus propias empresas cuando era ministro de Finanzas.
El primer ministro checo, Andrej Babis, es uno de los hombres más ricos del país, dueño de medios y grandes empresas. Llegó al poder en 2017 atacando el euro y bloqueó las negociaciones climáticas en la cumbre de Madrid COP25
El líder populista ganó las elecciones en 2017 atacando al euro y acusando al resto de partidos de querer instalarlo en el país en detrimento de la corona checa, bloqueó las negociaciones climáticas de la Cumbre del Clima (COP25) en Madrid el pasado diciembre con apoyo de Polonia y en sus discursos durante la pandemia ha acusado a la UE de no tener más fondos para apoyar a Chequia y haberla abandonado a su suerte. Al mismo tiempo pidió “no perder recursos” en la lucha medioambiental y centrarse en el coronavirus.
Babis es, curiosamente, uno de los hombres más ricos de Chequia, con una fortuna personal que se calcula en cerca de 4.000 millones. Era el dueño de la multinacional Agrofert, la principal empresa agroalimentaria de su país, de la que se “desvinculó” creando un fondo fiduciario controlado por su familia, debido a las leyes de incompatibilidades checas. Este conglomerado incluye Mafra Media Group, una firma que integra a cuatro diarios, dos canales de televisión y tres emisoras de radio a nivel nacional y varias cabeceras regionales, convirtiéndolo en el principal propietario de medios de comunicación del país.
Más olvidada queda Eslovaquia, la hermana pobre de los Cuatro de Visegrado o V4. El pasado 29 de febrero se celebraron elecciones generales que apartaron del poder al partido SMER, los socialdemócratas eslovacos, implicados en graves escándalos de corrupción que incluían el asesinato en 2018 del periodista de investigación Ján Kuciak. El ganador de las elecciones fue el centroderechista Partido de la Gente Corriente y Personalidades Independientes (OLaNO) del empresario Igor Matovic.
Unión Europea
La nueva batalla contra la extrema derecha se llama Eslovaquia
Las elecciones del 29 de febrero al Consejo Nacional eslovaco se celebran con la amenaza de un buen resultado para Nueva Eslovaquia, el partido de extrema derecha que reivindica el pasado nazi del país, y en el segundo aniversario del asesinato del periodista Ján Kuciak, que investigaba la corrupción del actual Gobierno socialdemócrata.
Matovic se convirtió en primer ministro el pasado 1 de abril en una foto con todos los miembros de su gabinete luciendo mascarillas que ha dado la vuelta al mundo. Eso hizo pasar desapercibida la incorporación a su gabinete de varios ministros del ultraconservador Somos Familia (SME Rodina), que lidera el polémico Boris Kollar, nuevo presidente del parlamento eslovaco. Esta formación se ha distinguido por su discurso xenófobo y homófobo en el pasado, y comparte grupo en la eurocámara con la Agrupación Nacional de Marine LePen o la Liga de Matteo Salvini.
El nuevo Gobierno eslovaco, que asumió el 1 de abril, cuenta con varios ministros del ultraconservador Somos Familia (SME Rodina), que lidera el polémico Boris Kollar, nuevo presidente del parlamento eslovaco
Tomas Koziak, rector de la Facultad de Ciencias Políticas de Kutna Hora, en Chequia, analiza para El Salto que las medidas tomadas hasta ahora por Matovic “no son representativas y se deben a la crisis del covid19” y compara con Hungría y Polonia “que ya tenían una trayectoria en desmantelar las garantías democráticas”, por lo que da un periodo de tiempo a su nuevo Gobierno antes de opinar.
Lo que si añade es que las consecuencia del nuevo giro autoritario en la zona se verán de verdad “cuando el coronavirus pase y llegue la crisis económica. Si no se toman medidas, los movimientos iliberales y populistas ganarán fuerza por el descontento de la población, y veremos formas aún más autoritarias de Gobierno”. Todo dependerá de las decisiones que se tomen ahora “y de cómo sepa manejarlo la Unión Europea”, concluye.
Relacionadas
Comunidad de Madrid
Comunidad de Madrid Presentan la primera demanda por mayores muertos en domicilios sin traslado hospitalario durante el covid
Sanidad
Investigación La exclusión hospitalaria de mayores durante el covid en Madrid precedió a la existencia de protocolos
Justicia
Transparencia Un fallo judicial aporta más intriga a la reelección de Von der Leyen como presidenta de la Comisión Europea
Vosotros que sabeis de Polonia? La oposicion quiere que se declare estado de catastrofe lo mismo que en Hungria, estarian llorando en Bruselas que en Polonia dictadura. Quieren que gobierno tropieze, cometa un error,para volver a gobernar, no quieren bien para el pais.Pero Polacos no son tontos i estan hartos de25 años de mafia , corupcion i pobreza.Este gobierno a devuelto dignidad a la gente muchos vuelven de su exodo i pueden vivir bien en Polonia.Espanioles valoran muchoo su pais i Polacos no tienen derecho? Dejad Polonia en paz!
Las ultimas elecciones participo el 50% de los votantes,falta la otra mitad ke opine.Y ke los polacos estan volviendo a su pais es un chiste.Lastima de pais
Mientras sean gobiernos anticomunistas y antirusos la UE estará más que contenta. Además para autoritaria Bruselas ¿O ya no recordamos las amenazas y chantajes de los "rescates" a Grecia, España o Italia? Paises enteros. En el Este son aprendices
No se trata de ser anticomunista o antiruso. Se trata de que la distribucion de la riqueza esta mal vista para el BCE y CE, quien sea que la proponga
Impotente? El BCE y la CE, pensando...: - cuantos mas de estos, mejor...