Coronavirus
Jóvenes migrados solos: una autorización para trabajar con fecha de caducidad

Es necesario no sólo otorgar una autorización de trabajo más allá de la emergencia, sino también ampliar la oferta de acceso a aquellos jóvenes mayores de edad que salen del sistema de protección en situación irregular.

Concentración apoyo temporeras fresa Huelva
Concentración de apoyo a las temporeras de la fresa explotadas en Huelva. J de la Jara

Es educadora social e investigadora.

7 may 2020 06:03

Ahora sí, el Gobierno ha decidido flexibilizar la contratación de jóvenes emigrados llegados a España. Un año antes los mismos jóvenes, junto con el colectivo mantero, llenaban portadas de periódicos que exlacamaban la inseguridad vivida en la ciudad de Barcelona. Ahora, estos jóvenes se presentan necesarios para evitar pérdidas económicas, sociales y ecológicas. ¿El motivo? la falta de mano de obra en las campañas de recogida de la fruta y verduras, un bien que si no se toma caduca, del mismo modo que aparentemente, lo hará la autorización de trabajo de quien la recogerá. En este periodo de confinamiento donde lo que buscamos es estar seguras y sentirnos cuidadas, son demasiado a menudo, aquellos colectivos a los márgenes de la sociedad, los que se encuentran más expuestos a la inseguridad socioeconómica, sanitaria y laboral.

En el año 2019, con un aumento sin precedentes de las llegadas de niños y jóvenes emigrados solos a la península, la Generalitat de Cataluña anunciaba, a las puertas del colapso en la acogida, el estado de “emergencia de país”. A pesar del esfuerzo de administraciones, entidades, profesionales y jóvenes, la emergencia permitió identificar, al tiempo que catalizar, las deficiencias y retos del sistema de acogida catalán.

Eran entre muchos otros, la precarización laboral de los profesionales del sistema y el desconocimiento de los mismos sobre este colectivo. El establecimiento de macro-centros que tendían a estar otorgados a entidades concretas. Las condiciones de hacinamiento en espacios no diseñados para llevar a cabo una acción educativa de calidad. Los problemas sobrevenidos por la falta de comunicación entre administración central, autonómica y municipal o la falta de agilidad y eficacia burocrática en la tramitación de autorizaciones de residencia. El esfuerzo para garantizar el derecho de acceso al ocio y de alfabetización de estos jóvenes a través de voluntarios y equipamientos deportivos de muchos municipios. Hecho que constataba, una vez más, que el peso final de los procesos de integración recaen a nivel local. También, la falta de familias acogedoras, de pisos de emancipación y proyectos destinados a jóvenes mayores de edad. Finalmente, la inexistencia de un circuito de integración sociolaboral asumible por el joven, por la entidad de acogida y por la empresa contratante.

Esta era, a grandes rasgos, la oscura nebulosa en la que nos encontrábamos inmersas. A día de hoy tres medidas se han llevado a cabo para flexibilizar la entrada de estos jóvenes en el mercado laboral. Cada una de ellas con condiciones, implicaciones y aplicaciones diferenciadas. Vamos a verlas.

Según la Secretaría de Estado y Migraciones, en 2018 tan sólo 218 jóvenes migrados de los 12.437 contabilizados en todo el Estado recibieron una autorización de trabajo

La primera, anunciada hace un mes por parte del ejecutivo, es la destinada sólo a los jóvenes emigrados de entre 16 y 18 años. Esta instrucción concede por primera vez, una vez alcanzados los 16 años, la autorización de trabajo de la mano de la autorización de residencia. El objetivo principal recae en garantizar la igualdad de acceso al mercado laboral entre jóvenes más allá del lugar de nacimiento. De hecho, las leyes y reglamentaciones ya establecían esta supuesta igualdad. Como es sabido, la condición de menor debería prevalecer siempre antes que la condición de extranjero. El problema sin embargo, era que difícilmente se aplicaba.

Aparte de las diferencias sobrevenidas por el proceso migratorio en soledad, el desconocimiento del idioma o la vida en centros, los jóvenes extranjeros, a diferencia de los nacionales, tenían que pedir una exención para poder trabajar. Ya fuera por desconocimiento, por falta de ofertas o por excesiva burocracia, esta exención difícilmente se tramitaba. De este modo, tal y como denunciaban diversas entidades del tercer sector, esta ley, a efectos prácticos, no se aplicaba. Tanto es así, que según la Secretaría de Estado y Migraciones, en 2018 tan sólo 218 jóvenes de los 12.437 contabilizados en todo el Estado recibieron una autorización de trabajo.

Pero los datos se agravaban al alcanzar la mayoría de edad: fueron 54 los jóvenes autorizados al trabajo remunerado de forma legal. Ahora, con esta nueva instrucción ─que no representa un cambio en la ley ni el reglamento─, los jóvenes emigrados solos sólo tienen garantizado el acceso al mercado de trabajo hasta la mayoría de edad. Aquellos que el contrato laboral perdure más allá de los 18 años, se les garantizará la autorización hasta el fin del contrato. En ambos casos después, la autorización que permanecerá, será tan sólo la de residencia.

Las otras dos modificaciones, una ya aprobada y la otra aún en borrador, afectan mayoritariamente a los jóvenes que han alcanzado la mayoría de edad. La más reciente, aquella aún pendiente a trámite y aplicación, se ha logrado a través de las demandas de instituciones de atención al colectivo al Defensor del Pueblo. La otra, anunciada dos semanas atrás, ha sido aprobada bajo condiciones de confinamiento, fronteras cerradas y falta de mano de obra en la recogida de fruta y verdura.

Según afirmaba la Secretaría de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos de España, se calcula que pueden ser necesarias hasta 80.000 temporeras en todo el Estado en función de los meses y la evolución de los cultivos. De hecho, el año 2019, de las 285.000 personas que fueron contratadas para las campañas de abril a junio, un 40% venían de fuera de la demarcación del territorio nacional. En Cataluña, la Dirección General de Alimentación, Calidad e Industrias Agroalimentarias del Gobierno, establecía entre 7.000 y 30.000 personas necesarias, en función de los meses y la producción, para la recogida de fruta. Es así como, bajo condiciones de emergencia, los jóvenes emigrados sólo de entre 18 y 21 años se presentan como una de las oportunidades para atender al sector hortofrutícola. Con la perspectiva de que esta sea una cosecha productiva, faltan cuerpos y fuerzas para recogerla.

Esta posible contratación de emergencia, a pesar de poder ser una brizna de luz en la oscura nebulosa, también cataliza las deficiencias latentes dentro de la estructura social y permite entrever sus preceptos.

Se constata en primer lugar, el gran peso de la mano de obra extranjera en la cadena alimentaria local. Se constatan también, que los requisitos de acceso al mercado laboral bajo emergencia siguen partiendo de la desigualdad entre nacionales y extranjeros. Una desigualdad en los tiempos, la autorización de trabajo es finita; y en los trámites de acceso, ya que es necesario tener autorizada a priori la residencia. Según los datos oficiales, tan sólo el 20% de los niños y jóvenes emigrados solos en España tienen esta autorización.

Hace años que jóvenes, entidades, profesionales, empresas y cooperativas contratantes se esfuerzan en diseñar un circuito de integración sociolaboral para los jóvenes

Por esta razón, tal como reclaman entidades de atención al colectivo, se hace necesario no sólo otorgar una autorización de trabajo más allá de la emergencia, sino también ampliar la oferta de acceso a aquellos jóvenes mayores de edad que salen del sistema de protección en situación irregular.

Según los datos de la Dirección General de Infancia y Adolescencia de Cataluña, el principal objetivo de los niños y jóvenes emigrados solos es la mejora de su futuro y el de sus familias a través de la adquisición de un puesto de trabajo. Según la misma Dirección, tres cuartas partes de los mismos ya trabajaban en origen y muchos, en más de un sector laboral. Según los jóvenes y profesionales, la adquisición de una madurez y una mayor autonomía personal se genera a través de la tenencia de un trabajo remunerado y estable.

Por este motivo, hace años que jóvenes, entidades, profesionales, empresas y cooperativas contratantes se esfuerzan en diseñar un circuito de integración sociolaboral para los jóvenes. Se esfuerzan para que después de llegar y ser acogido, el joven pueda integrarse en el mercado laboral legal en su máxima potencia. Saben sin embargo, que demasiadas veces la obsolescencia programada también existe dentro del ámbito social y que con demasiada frecuencia el joven entra en un sistema que de forma intrínseca, la acaba expulsando. Pero se esfuerzan porque es una lucha que tiene lugar en el terreno entre el ejercicio de los derechos del niño y las obligaciones de la ley de extranjería.

Se esfuerzan por este mismo motivo, para conseguir flexibilizar la entrada al mercado de trabajo sin que ello conlleve una pérdida de derechos laborales. Y es aquí donde se evidencia otro precepto que forma parte de la maquinaria social: que la flexibilidad de acceso es posible. Lo que permanece imposible es la adquisición a largo plazo de los mismos derechos y obligaciones que los jóvenes nacidos en la demarcación del territorio nacional. Lo que interesa por tanto, a fecha de hoy, no es el cuidado de las personas a través de la seguridad de acceso al mercado laboral, sino tan sólo emplear en un lapso de tiempo, sus cuerpos y sus fuerzas de trabajo. Faltará ver sin embargo, las implicaciones finales de la resolución del Defensor del Pueblo a las diversas quejas y demandas de entidades.

A menudo, los problemas de seguridad local implican, en menor o mayor medida, una falta de cuidado a nivel global. Quizás esta emergencia y la exposición a la vulnerabilidad en colectividad permitirá entrever que la seguridad y el cuidado forman parte de la misma ecuación. Y que separar el cuidado de la seguridad como si fueran ajenas la una de la otra es parte del problema. Porque es difícil dar o recibir seguridad sin cuidado o dar o recibir cuidado sin seguridad. Ya desde el inicio, a nivel etimológico, encuentran su vínculo: se-curitas. La inseguridad implica per se, una falta de cuidado. Si de esta emergencia queremos salir reforzadas, más resilientes y menos vulnerables, ni el cuidado ni la seguridad de las personas pueden tener fecha de expiración.

Archivado en: Coronavirus
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Comunidad de Madrid
Pandemia La Fiscalía abre diligencias por primera vez por muertes sin asistencia en domicilio durante la pandemia
Los padres de Francisco Rodríguez fallecieron en su domicilio de Madrid tras contagiarse de covid-19 y después de llamar de manera recurrente para conseguir asistencia médica que no consiguieron a tiempo.
Comunidad de Madrid
Comunidad de Madrid Presentan la primera demanda por mayores muertos en domicilios sin traslado hospitalario durante el covid
Los padres de Francisco murieron sin recibir traslado hospitalario ni asistencia médica a tiempo cuando enfermaron por covid-19 en su domicilio de Madrid, entre mediados de marzo y principios de abril de 2020.
Sanidad
Investigación La exclusión hospitalaria de mayores durante el covid en Madrid precedió a la existencia de protocolos
El primer protocolo de la Consejería de Sanidad sobre derivación a hospitales de pacientes de covid residentes en centros de mayores es del 18 de marzo, pero la disminución de residentes derivados empezó el 7 de marzo, según una investigación.
Oriente Próximo
Oriente próximo La diáspora kurda ante la caída de Bashar al-Assad
Siria enfrenta el fin de un régimen que durante décadas pareció inquebrantable. Desde la diáspora, la esperanza contenida de quien ha vivido demasiadas traiciones y promesas incumplidas.
Análisis
Análisis Rojava en peligro
Las intenciones de Turquía en Siria ponen en peligro no solo la Administración Democrática Autónoma del Norte y Este de Siria (AADNES) sino también la convivencia del resto de minorías presentes en el país.
Amazonía
Caso Chevron Pablo Fajardo: “Sacrificaron la Amazonía y la vida de la gente por racismo y por la ganancia económica”
El activista y abogado Pablo Fajardo fue elegido hace casi 20 años por la Unión de Afectados por Texaco para el juicio más importante contra la petrolera Chevron. Dos décadas después sigue luchando por la justicia ambiental y social en Ecuador.
Especulación inmobiliaria
Especulación en Madrid Las vecinas de Tribulete, 7 denuncian la especulación de Élix Rental Housing con una acción musical “fúnebre”
VV.AA.
30 inquilinas de este bloque resisten en sus hogares pese a que este fondo buitre ya ha adquirido la totalidad del edificio para convertir los pisos en apartamentos turísticos. Este sábado, han vuelto denunciar el proceso de gentrificación del barrio
Que no te cuenten películas
Comunidad El Salto Suscríbete a El Salto y llévate seis meses de regalo a Filmin
Estas navidades, haz posible que El Salto llegue más lejos con sus contenidos críticos y llévate de regalo medio año de Filmin. Y si ya tienes Filmin, suscríbete a El Salto y regala el acceso a esta plataforma a quien quieras.
Ley de Seguridad Ciudadana
Congreso de los diputados Reforma de la Ley Mordaza: ¿esta vez sí se puede?
Una de las mayores deudas de toda la izquierda del Estado español parece que está a punto de saldarse.
La vida y ya
La vida y ya Ya no sé quién vive en el primero
El barrio se ha transformado tanto que pueden pasar semanas sin ver por la calle una sola cara conocida porque los vecinos han sido sustituidos por turistas.

Últimas

Derecho a la vivienda
Vivienda El Sindicato de Vivienda de Euskal Herria propone la “expropiación de pisos turísticos”
Ponen en el punto de mira los intereses del sector inmobiliario y tachan de “falsas” a todas las medidas propuestas por los partidos políticos como la Ley de Vivienda.
Análisis
Análisis El independentismo se reorganiza, pero ¿sigue siendo independentista?
Los partidos independentistas han sufrido la crisis del procés y el posprocés, y todavía no la han resuelto, sino, a lo sumo, la han aplazado. El PSC aparece como el ganador de una carrera con corredores agotados.
Opinión
Tribuna Todas las razones para decir ‘Altri non’
Aquí van unos cuantos motivos para juntarnos este domingo en Compostela y dejar clara nuestra postura frente a un expolio que nos están tratando de imponer disfrazado de progreso, pero que sólo trae beneficio económico a unos cuantos indeseables.
Opinión
Opinión La oportunista invasión israelí de Siria
Desde la caída de Bashar al-Assad, Israel ha llevado a cabo una invasión de Siria sin provocación previa y con el apoyo de Estados Unidos. Los objetivos son claros.
Más noticias
Relato
Relato Descubrirse las manos
Descubres tus manos: el palmar y el dorso, la posibilidad futura de la pinza atrapacosas, dos miembros que te vinculan al chimpancé y al lémur. Aprendes su mecanismo.

Recomendadas

Literatura
Gustavo Faverón Patriau “Quizá la novela sea ahora mismo más relevante que nunca”
El escritor peruano Gustavo Faverón Patriau quería narrar en su nueva novela la historia de un boxeador que no sabía boxear pero tumbaba a sus rivales recitándoles al oído versos de César Vallejo. ‘Minimosca’ acabó siendo un cuentacuentos inagotable.
Galicia
Memoria histórica Así fue como el Patronato de Protección a la Mujer transformó Galicia en un convento de clausura
Las mujeres que cayeron en las redes del Patronato iniciaron un periplo de encierro, humillaciones, abusos y explotación que es desconocido para la mayor parte de la población. Queda hoy en la impunidad de un silencio que tenemos el deber de romper.
Palestina
Eyad Yousef “No cuentes lo que queremos ser, cuenta lo que nunca hemos dejado de ser: un pueblo que quiere la paz"
Eyad Yousef es profesor en la Universidad de Birzeit, Cisjordania, y comparte su experiencia en una universidad que “representa el pluralismo y la libertad que tanto anhela la sociedad palestina”
Pensamiento
Sarah Jaffe “En realidad tenemos que hacer menos. E impedir que algunas cosas sucedan”
La escritora y periodista Sarah Jaffe aborda el desengaño cotidiano al que nos aboca el mundo laboral e investiga cómo, a pesar de todo, las personas se organizan colectivamente en sus empleos para que “trabajar apeste menos”.