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Comunidad de Madrid
Las cuidadoras de Madrid, en huelga indefinida: “No vamos a parar hasta conseguir la subida salarial del 10%”
Firmaron un convenio para subir los sueldos un 10% tras años de congelación salarial, pero tanto la Comunidad como el Ayuntamiento de Madrid se niegan a sacar nuevos pliegos que contemplen esa actualización retributiva. Este es el motivo principal por el que las trabajadoras de la dependencia y los cuidados madrileñas llevan más de dos semanas en huelga indefinida. Y no van a parar: “No es que pidamos un 10%, es que está firmado y es nuestro”, sentencia Isabel Calvo, delegada sindical de CGT e integrante del comité de huelga.
Comunidad de Madrid
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En diciembre se rubricó un nuevo convenio sectorial que recogía una subida “histórica” del 10% en el sueldo de las trabajadoras de los cuidados, que actualmente cobran por debajo del salario mínimo interprofesional, según denuncia Elena Vidal, secretaria general de OSAD, uno de los sindicatos convocantes de la huelga. Sin embargo, ese aumento estaba condicionado a que tanto el gobierno regional como el municipal de Madrid publicaran pliegos nuevos que incluyeran dotación presupuestaria que contemplase la subida, cosa que no han hecho.
En diciembre se firmó una subida salarial del 10% para las trabajadoras de cuidados, pero ni el Ayuntamiento ni la Comunidad publican los nuevos pliegos que deben recoger esta subida
La huelga está boicoteada por los servicios mínimos impuestos del 100%. Eso sí, “teniendo en cuenta el porcentaje de plantilla que puede hacer huelga”, el seguimiento es “bastante alto”, valora Vidal. Están convocadas al paro indefinido 14.000 de las 17.000 empleadas de cuidados de la Comunidad de Madrid. “Las trabajadoras de ayuda a domicilio de fuera de [la ciudad de] Madrid no están convocadas porque no les afectan estos concursos. Por ejemplo, Alcorcón ya ha sacado pliego nuevo y está aplicando el convenio”, explica Vidal, para quien esto ejemplifica que la “búsqueda de financiación” de las administraciones controladas por el PP es una “excusa”: “No pueden decir que un municipio como Madrid o la Comunidad no pueden asumir el coste [de la subida] cuando un municipio como Alcorcón lo ha hecho”.
El sector de cuidados —ampliamente feminizado— está privatizado en la Comunidad de Madrid. La capital queda cubierta por tres empresas: Asispa, Atende y Domus Vi. En el ámbito regional, son solo Domus Vi y Serveo Social las que se reparten el cuidado de las personas dependientes, personas solas o madres monomarentales. Entre todas las compañías cuentan con 17.000 trabajadoras, siete de cada diez de las cuales ejerce en la ciudad de Madrid, y atienden a “más de 90.000 usuarios”, según informa CGT.
Una subida histórica que no llega
Las trabajadoras de cuidados de Madrid cobran por debajo del SMI porque, mientras la retribución mínima se ha ido actualizando año tras año, sus sueldos no. “En 2024 la congelación salarial fue absoluta, en 2023 nos subieron un 3% (20 euros). Antes de eso veníamos de subidas del 0,5% o del 0%”, explica Elena Vidal, de OSAD. “Puede parecer que un 10% de subida es mucho, pero son 79 euros en salarios de 790 euros por 30 horas”, apostilla Calvo, de CGT.
Las empleadas de cuidados cobran por debajo del salario mínimo interprofesional porque vienen de años de congelación de sueldos o subidas magras que no han seguido el ritmo al aumento del SMI
En diciembre del año pasado, los sindicatos del sector acordaron una subida del 10% para revertir la pérdida de poder adquisitivo del colectivo de las cuidadoras. Dado que tanto la Comunidad como el Ayuntamiento se habían comprometido a sacar nuevos pliegos a principios de este año, la mejora de la retribución pactada en el convenio se vinculó a que las administraciones publicaran nuevos contratos que contemplaran más presupuesto para salarios.
“Hablamos con las administraciones y nos dijeron que el pliego no iba a salir este año y que no tendríamos la subida”, declara Calvo. En efecto, el gobierno regional y el municipal han prorrogado los pliegos que se regían por el convenio de 2020: el de dependencia estará en vigor hasta abril y, el de atención domiciliaria del Ayuntamiento, hasta inicios de verano. Como mínimo.
La Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid señalan al Gobierno central, pero las sindicalistas apuntan a la “falta de voluntad política” de las administraciones del PP
Tanto la Comunidad como el Ayuntamiento de Madrid han denegado su responsabilidad en este asunto. Ambas instituciones aseguran estar en búsqueda de financiación y culpan al Gobierno por “infrafinanciar la dependencia”, pero las sindicalistas de OSAD y CGT señalan exclusivamente a las administraciones madrileñas. “No hay voluntad política”, concuerdan. Vidal va más lejos y asegura que el PP de Madrid está “utilizando la situación para presionar al gobierno central”.
Ante la desidia institucional, los sindicatos UGT, OSAD y CGT convocaron seis días de paros: el 23, 26, 27 y 30 de diciembre; y el 2 y 3 de enero. El comité de huelga advirtió que su huelga sería indefinida a partir del séptimo día de este mes y han cumplido. “No vamos a parar hasta que lo tengamos [el 10%]. Estamos haciendo historia”, declara la integrante de la central anarcosindicalista.
Sufren sobrecarga de trabajo y poco tiempo con cada persona usuaria
“Hacemos muchísimas horas extra y complementarias cada mes, tenemos una sobrecarga laboral muy fuerte”, denuncia la secretaria general de OSAD. “Hay días que te ponen tanta carga de trabajo que no puedes conciliar”, añade. Además, las empresas que gestionan los servicios de cuidados del consistorio y el gobierno autonómico exigen a sus empleadas una disponibilidad que “roza el esclavismo laboral”, según Vidal: “Las que trabajan seis horas diarias deben estar disponibles de 7 a 16h. Las de jornada completa, de 7 a 22h. Es un abuso laboral claro y persistente; en ningún país del entorno europeo se permiten estas condiciones”.
Las horas extra y complementarias son el pan de cada día, al igual que el poco tiempo que tienen con cada persona usuaria y una disponibilidad para la empresa que “roza el esclavismo”
Esta sobrecarga de trabajo se traduce en poco tiempo con cada persona usuaria del servicio. “Algunos usuarios necesitan dos horas para atender sus condiciones mínimas y te dan una hora. En una hora no da tiempo a asear, comprar y hacer la comida”, ejemplifica Vidal.
Esta sindicalista también denuncia los “abusos” por parte de algunos usuarios “con alta movilidad, sin dependencia reconocida y con apoyo familiar” que no necesitarían los servicios de cuidados. “En muchos casos tienen convivientes o empleados del hogar, pero no los declaran”, explica Vidal. “Estos usuarios utilizan al auxiliar de ayuda a domicilio como una empleada barata que dé soporte a toda la familia”, denuncia la secretaria general de OSAD.
Según exponen los sindicatos, tampoco se aplican las normativas más recientes en prevención de riesgos laborales. Para OSAD, esto ocurre porque los pliegos están desactualizados y no incluyen dotación presupuestaria suficiente como para cumplir con las normativas más recientes en materia de riesgos laborales
“¿Nadie cuida a las cuidadoras?”
Durante los primeros meses de la pandemia de la COVID en España, la mayor parte de la población estaba confinada en sus domicilios. El Gobierno preparó una lista de “trabajos esenciales” para permitir los desplazamientos y la labor de una serie de colectivos profesionales. Entre ellos estaban las trabajadoras de los cuidados, que saben que su trabajo es esencial. “Tuvo que venir el COVID y Filomena para que nos empezaran a valorar [las administraciones]. Ahora se les ha olvidado, pero a nosotras no”, cuenta Calvo, que lanza varias preguntas retóricas: “¿Nadie cuida a las cuidadoras? ¿Acaso no merecemos que se cumpla lo firmado?”.
“Si las administraciones nos valorasen, no permitirían un mes de huelga con servicios sin hacer y que la lista de espera se infle cada día más”, declara Isabel Calvo (CGT)
Ambas sindicalistas contactadas por El Salto comparten la misma visión: son empleadas públicas esenciales, pero no se las valora como tal —y las administraciones privatizan el servicio “para lavarse las manos y mirar para otro lado”, incide Vidal—. “Si nos valorasen, no permitirían un mes de huelga con los servicios sin hacer”, argumenta Calvo, que cuenta que “día tras día” queda gente sin levantar de sus camas y la lista de espera para acceder a la ayuda domiciliaria se infla un poco más. Cabe destacar que 40.477 personas murieron solo en 2023 esperando a ser valoradas o atendidas por este servicio.