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Cine
Amal Ramsis: “Toda la Ley de Memoria Histórica se ha quedado en abrir fosas y no en hablar de lo que pasó”
En el documental Venís de lejos, la directora Amal Ramsis invita a seguir a la familia de Nayati Sidqi, comunista palestino, por la España republicana, Palestina, Líbano, París, Grecia y finalmente Moscú.
Venís de lejos es un documental de la realizadora egipcia Amal Ramsis donde se habla de los árabes que vinieron a luchar como voluntarios antifascistas en la Guerra Civil española. La historia es contada a través de la familia de Nayati Sidqi, comunista palestino enviado por el Komintern para preparar la guerra psicológica en las filas de reclutas marroquíes e invitarles a desertar e integrarse en las Brigadas Internacionales. Una historia fascinante protagonizada por su hija Dawlat.
“Cuando supe la historia de Dawlat para mí fue como la tragedia, el punto más dramático de toda esta historia”, asegura Ramsis a El Salto en la 34 Mostra de València que ha contado en esta edición con un interesante ciclo de realizadoras egipcias.
Amal Ramsis invita a seguir a esta familia por la España republicana, Palestina, Líbano, París, Grecia y finalmente Moscú donde conocemos a Dawlat, la hija mayor de Sidqui. “Ella es consciente, política e intelectualmente, de las razones por las que creció alejada de su familia —explica—, que la gente tiene que pagar precios si quiere cambiar el mundo. Para ella no existe el victimismo porque entiende perfectamente lo que sucedió y que había que sacrificar muchas cosas para cambiar la historia. Eso fue lo que aprendí de ella: que no hay víctimas, que la historia nos afecta de alguna manera y nosotras influimos también en la historia”.
¿A qué crees que se debe el silencio histórico sobre los voluntarios árabes en las brigadas internacionales? ¿Cuántos se calcula que hubo?
No se pueden saber las cifras exactas porque hay muchos desaparecidos y muchos anarquistas que no están registrados en los documentos de las Brigadas Internacionales que pertenecían a los partidos comunistas. Podemos contabilizar unos 700 que pertenecían a las brigadas internacionales y unos 500 anarquistas, sobre todo argelinos. Los registros no son exhaustivos. Muchos volvieron pero otros no, o lo hicieron con pasaportes falsos. Algunos vinieron con pasaportes falsos franceses y por eso en los registros en Moscú aparecen como franceses y no contabilizaban como árabes.
En 2002 Salvador Bofarull estaba documentando sobre los chinos en la guerra civil española y se encontró con nombres árabes, anteriormente se sabía de una árabe que salía en una película de André Malraux. Fue a partir de la investigación de Bofarull y su publicación en la revista Nación Árabe del Comité de Solidaridad con la Causa Árabe que se comienza a saber de estos voluntarios. A su muerte, Bofarull me dejó todos sus documentos y con eso yo empecé a investigar también.
Las circunstancias políticas en España fueron determinantes para que esto desapareciera de la historia porque con la dictadura hubo mucho silencio, no sólo sobre los árabes incluso sobre los republicanos españoles. Quizás el mundo árabe sí que se mostró un poco más de interés que en España por estas personas, pero por el silencio del franquismo y el tema de los pasaportes al final no se supo durante décadas.
Que hubo fascismo aquí en Europa y que los árabes lucharon contra el fascismo junto con los europeos es una lectura de la historia que no se escucha
En un conflicto global de lucha contra el fascismo, la historia presenta un marcado sesgo eurocéntrico, invisibilizando por completo el papel del mundo árabe y africano.
Siempre se habla de los italianos, de franceses y de los americanos pero de los árabes no. Cuando en 2003 salió la Ley de Memoria Histórica pensé que este documental encajaba perfectamente en este interés de volver a abrir archivos y resulta que no. Parece que no debemos hablar de política y que la cosa se ha quedado solo en abrir fosas comunes. Toda la ley de la memoria histórica se ha quedado en abrir fosas y no en hablar de lo que pasó y creo que eso es parte del Pacto de la Transición que sigue vigente hasta ahora en España. En Europa el desinterés por un tema como este es porque la lectura siempre es que los árabes son terroristas o inmigrantes ilegales. Que hubo fascismo aquí en Europa y que los árabes lucharon contra el fascismo junto con los europeos es una lectura de la historia que no se escucha.
¿Cuáles eran las motivaciones por las que los árabes venían a luchar a España?
Todo el norte de África y Palestina estaba colonizado por franceses, españoles e ingleses. Los árabes que vinieron a España, sobre todos los involucrados en partidos comunistas incluso los anarquistas y los troskistas que vinieron al POUM, pensaban que si vencían el fascismo en Europa eso era un paso adelante hacía nuestra descolonización. La lucha contra el fascismo en Europa podía significar que con gobiernos democráticos aquí se diera el fin del colonialismo allí. Lo que no era correcto porque la Republica no tenía prioridad en descolonizar el norte de África y eso fue por una razón política. La República tenía una alianza con Rusia, y Rusia tenía en ese momento una alianza con Francia que tenía sus colonias en el norte de África. Se habló de descolonizar Marruecos para que así Franco no tuviera apoyo de esos soldados marroquíes de la Guardia Mora.
Uno de los que habló de esto fue el protagonista de mi documental, Nayati Sidqi, pero este tema fue una de las líneas rojas de la República para no perder la alianza con Rusia. Por eso callaron las voces de quienes hablaban sobre la importancia de la descolonización. Por eso expulsan a Sidqi de España, porque él mantiene que los marroquíes no son enemigos, que son soldados traídos por Franco y que lo que habría es que descolonizar el norte de África. Esa línea de pensamiento, de crítica a la colonización, no era habitual en el partido comunista. Lo echan de España y lo envían a París en el momento del Pacto de no agresión entre Hitler y Stalin. Él escribió criticando a Stalin por ese pacto y por eso fue expulsado del partido comunista también.
¿Sabes si hubo más árabes críticos con esta política colonial de la República y del Partido Comunista?
Hay muy poco escrito por parte de los árabes porque casi todos los milicianos que vinieron a las brigadas internacionales eran combatientes pero no intelectuales. Tenemos esta parte de la memoria gracias a que Nayati Sidqi escribió una autobiografía. Anteriormente hubo un intento de acercamiento entre la clase obrera marroquí y española durante la revolución de Asturias en el 31, vinieron sindicalistas marroquíes a hablar con los obreros asturianos para pedirles que incluyeran en sus demandas la descolonización de Marruecos, pero aquello no cuajó. Los obreros asturianos tenían otras prioridades y la delegación marroquí volvió sin ningún acuerdo.
Recientemente se ha publicado una investigación del hispanista israelí Raanan Rein sobre la participación de brigadistas judíos en la Guerra Civil Española.
No puede ser, hasta el 48 no existía el Estado de Israel. Nadie se registraba como judío o cristiano o musulmán en la Guerra Civil sino que se identificaban por su nacionalidad o su pertenencia política. Me parece que todo eso no es correcto históricamente. Es muy interesado que el Estado de Israel haga ahora esa lectura. Hablar ahora sobre cualquiera de esas personas como judío cuando ellos no se identificaron como tales cuando fueron a España a luchar me parece una manipulación de la historia. La esposa de Nayati Sidqi, por ejemplo, era judía de Ucrania. Pero en ningún momento ellos dicen que fueran judíos, ellos son palestinos y ella se identificaba como comunista. No se puede volver a la historia desde el punto de vista religioso cuando entonces no existían esos criterios.
Como directora de documentales, feminista y directora de Entre Cineastas Cairo International Women’s Film Festival, el festival anual de cine realizado por mujeres en el mundo árabe, ¿no has tenido problemas?
Sí, todo el mundo tiene problemas en Egipto. Sufro como sufre la gente, lo que sucede es que hay algunos intelectuales que cuando sufren como sufre la gente piensan que ellos son las únicas víctimas. Hay censuras, carencias, amenazas y todo el mundo sufre de lo mismo, yo soy parte de la gente y sufro eso también. Hay muchos desparecidos, hace sólo tres semanas detuvieron a tres mil personas que están ahora en la cárcel. Siempre hay un riesgo pero yo quiero seguir trabajando y viviendo en Egipto porque allí hay que cambiar cosas y siento que puedo hacer algo. Intento vivir de una manera útil desde mi punto de vista.
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"Toda la ley de la memoria histórica se ha quedado en abrir fosas y no en hablar de lo que pasó". Esto no es exactamente así, afortunadamente, pues el número de investigaciones y publicaciones sobre historia local han sido indispensable para que la propia historia "escrita" sobre la guerra y el franquismo se haya podido actualizar e incluso sufrir cambios muy importantes. Es verdad que hay algunos espacios aún en tinieblas, como es el caso de la participación de los árabes en general en las Brigadas, lo mismo que lo es el exilio en África o el andaluz a partir del 19/07/1936 en Portugal (Barrancos), Marruecos (Casablanca) y Tanger, Oran (Argelia) o Tunez.
El escritor Pío Moa ha publicado '1934: Comienza la Guerra civil. El PSOE y la Ezquerra emprenden la contienda' (Editoral Áltera) en el que acusa a ambos partidos de comenzar en 1934 la contienda, después del éxito de 'Los mitos de la Guerra Civil' -150.000 ejemplares vendidos, número 1 de ventas durante seis meses consecutivos.
"Iniciaron la guerra, no porque hubiera un peligro fascista sino porque consideraban que la iban a ganar", señaló Moa durante la presentación de su libro, en vísperas del 70 aniversario de la Revolución de Asturias y de la secesión de Cataluña.
Su tesis se apoya en los archivos de Largo Caballero que se encuentran en la Fundación Pablo Iglesias. Moa argumenta que estos documentos "son poco investigados" y que la mayoría de los historiadores sólo se fija en los datos que les interesan según sus tendencias políticas. "Es increíble que una fuente tan importante de datos haya sido tan poco explotada", alega.
Contrariamente a lo afirmado por la historiografía oficial, no había en 1934 el menor riesgo de "golpe de Estado fascista". Frases como 'Viva la Guerra Civil!' o 'Esto no hay quien lo pare', dichas por los socialistas y por Esquerra Republicana de Cataluña, argumentan la tesis de este autor, que fue militante de los GRAPO y responsable de propaganda de la banda armada hasta su expulsión en 1977.
Veintisiete años más tarde, Pío Moa se considera historiador y ofrece en su nuevo libro pruebas gráficas y documentales, nunca publicadas hasta la fecha y reproducidas en facsímil, que evidencian el papel de la izquierda como subversora de la democracia en España desde 1933 a 1936.
"En 1933 el sector más importante del PSOE se decanta por la dictadura del proletariado y por la revolución al estilo soviético. El único que protesta es Besteiro. Dice textualmente que se está envenenando a los trabajadores y que eso sólo puede concluir en un baño de sangre. No fue una huelga, no fue un movimiento de protesta. Fue una guerra civil preparada y organizada para imponer una dictadura del proletariado. Una dictadura de tipo soviético. Pero siguen sin reconocerlo", seña
La guerra civil comienza con el abuso constante a las gentes sencillas por parte de caciques y oligarcas, ya llevasen trajes, uniformes o sotanas. La miseria que provocasteis fue el origen y no otro.
Estimado troll fascista: te comunico que ésto no es OKdiario. De nada...