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Centrales nucleares
Empieza la cuenta atrás para el cierre de Almaraz
Por un importe aproximado de 28 millones de euros, la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos, S.A. (Enresa) responsable de la gestión de los residuos radiactivos generados en España ―y, por extensión, del cierre de sus centrales nucleares―, ha hecho pública esta semana la licitación de los servicios de ingeniería para desmantelar Almaraz. Los plazos, pues, empiezan a cumplirse y se disponen en un trayecto con dos horizontes clave: noviembre de 2027, con la parada definitiva del primer reactor, y octubre de 2028, con la del segundo.
Cabe recordar que la central nuclear de Almaraz es la más antigua de España, con 43 años de vida (comenzó su producción el 1 de mayo de 1981) y que su autorización de explotación caducó en 2020. Desde entonces ha permanecido operativa, acogiéndose a una prórroga concedida por el Ministerio de Transición Ecológica durante la pasada legislatura. Es la mayor generadora de energía del país y produce en torno al 7% de la energía consumida en el mismo.
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Cerrar Almaraz Una primavera para empezar a cerrar Almaraz
En cualquier caso, los dueños de la instalación (Iberdrola, Endesa y Naturgy), ya habían creado previamente un nuevo departamento en el organigrama de la misma, denominado de “transición de activos”, que ya se estaba ocupando de todos los aspectos relacionados con la obligada cesión a Enresa, responsable material última de las tareas de desmantelamiento.
Los plazos de cierre de una central nuclear son necesariamente rigurosos y de difícil marcha atrás, de manera que el anuncio de la mencionada licitación y los pasos dados por las compañías propietarias permiten pensar que, esta vez sí, se podría estar hablando del fin de la central.
Si, con todo, la instalación prorrogara su operativa, sus gestores deberían saberlo, “como muy tarde en el primer trimestre de 2025”, tal y como aseguró recientemente su actual director, Rafael Campos.
En marzo de 2019 se firmó un protocolo de intenciones entre los propietarios de las centrales nucleares y Enresa que determinaba que al cierre de los dos reactores de Almaraz seguirán Ascó I y Cofrentes en 2030, Ascó II en 2032 y Vandellós II y Trillo en 2035
Desde el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico se ha asegurado tanto que se van a cumplir los plazos como que no hay fechas exactas previstas para el inicio de las tareas de desmantelamiento, pero que los trabajos ahora mismo licitados duran habitualmente entre “tres y cinco años”.
En marzo de 2019 se firmó un protocolo de intenciones entre los propietarios de las centrales nucleares y Enresa que determinaba que al cierre de los dos reactores de Almaraz seguirán Ascó I y Cofrentes en 2030, Ascó II en 2032 y Vandellós II y Trillo en 2035.
La Junta de Extremadura, contra el cierre
Las dos fuerzas que cogobiernan en Extremadura, PP y Vox, se han manifestado al unísono en contra del cierre. Jorge Buixadé, de Vox, ha afirmado que van a utilizar “todos los medios que tengamos a nuestro alcance para intentar poner fin al plan de desmantelamiento”. María Guardiola, presidenta de la Junta de Extremadura, ha afirmado por su parte que el cierre es “una medida injusta y ofensiva hacia una región que es líder en energía”, asumiendo como objetivo de su Gobierno el mantenimiento de las instalaciones nucleares: “Tenemos un reto y ese reto es Almaraz. Repito: nuestro reto es Almaraz. Hay que luchar por esos puestos de trabajo”.
Desde la Junta de Extremadura se ha afirmado que reclamará “por todas las vías posibles” que el Gobierno central paralice lo que considera un “auténtico atropello”. En ese sentido cabe enmarcar las alegaciones al calendario pactado en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima, principal hoja de ruta energética, por parte del ejecutivo extremeño.
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Así, la Administración regional continuará “luchando” junto con los vecinos y las empresas para que dicha central “siga funcionando”, según ha remarcado la portavoz de la Junta, Victoria Bazaga, después de conocer la publicación de la licitación por parte de Enresa. Tras el último Consejo de Gobierno de la Junta, Bazaga ha subrayado que “Nosotros Almaraz, antes incluso de estar en el gobierno, ya apostábamos por ella, y vamos a seguir luchando junto con los vecinos y las empresas por que esta central nuclear siga funcionando, por la importancia que todos sabemos que tiene para toda la comarca y para toda la región, porque es importante para la región”.
La Diputación Provincial de Cáceres, por el mantenimiento de la central
La Diputación Provincial de Cáceres, en manos del PSOE extremeño, ya aprobó en su pleno del 27 de julio de 2018 una moción consensuada para mantener abierta la Central Nuclear de Almaraz en la que recogía “el apoyo de la institución provincial para que se mantenga abierta la Central Nuclear de Almaraz, por medio de una empresa domiciliada en Extremadura, siempre que se cumplan las condiciones técnicas y de seguridad, hasta disponer de un plan alternativo de desarrollo económico para la comarca”. Desde entonces, en lo sustancial, no ha variado sus planteamientos públicos al respecto, que recogen el sentir de buena parte de su organización. Dicha moción ha sido explícitamente recordada por el presidente de la Diputación de Cáceres, Miguel Ángel Morales, en la visita cursada a la planta el pasado lunes 24 de junio, en la que también ha informado de que la Diputación de Cáceres llevará a su pleno del próximo 27 de junio un convenio de colaboración entre la institución provincial y la central “para establecer, coordinar y optimizar los recursos disponibles por ambas partes”.
Según un estudio de Greenpeace, el desmantelamiento de las centrales nucleares en España supondrá la creación de 300.000 empleos, de los que 100.000 proceden del desmantelamiento de las propias instalaciones
Desde Unidas por Extremadura, mientras tanto, la oposición a la permanencia en activo de Almaraz I y II es completa. Su portavoz, Irene de Miguel, señaló en un artículo publicado en diario.es hace escasas fechas, en relación a la polémica creada en torno a la desaparición de puestos de trabajo como consecuencia del cierre, que “es falso que cuando se cierre Almaraz Campo Arañuelo será un erial de paro y pobreza porque el desmantelamiento de los dos reactores de la central durará en torno a 15 años y necesitará cientos de puestos de trabajo. De hecho, según un estudio de Greenpeace, el desmantelamiento de las centrales nucleares en España supondrá la creación de 300.000 empleos, de los que 100.000 proceden del desmantelamiento de las propias instalaciones y la gestión de residuos, e implicará un aumento del PIB de unos 20.000 millones de euros”.
En la central nuclear de Almaraz trabajan en la actualidad en torno a 750 personas y más de un millar se incorporan, de forma temporal, en las labores de recarga.
Las empresas y la oposición antinuclear, expectantes
Iberdrola, Endesa y Naturgy, propietarias de la central, obtuvieron de la misma 7.500 millones de euros de beneficio en el ejercicio de 2023, correspondiendo la mayor parte a la producción de Almaraz.
Ignacio Galán, presidente de Iberdrola ya señaló el pasado marzo, con motivo del Capital Market Day de la empresa, la vigencia de un protocolo para el cierre de todas las centrales del Estado español entre 2027 y 2035, acordado entre Gobierno y empresas operadoras de las mismas y sobre el que mostró su voluntad de “respetar”. Del mismo modo, y en idéntico foro, también reconoció la posibilidad “técnica” de prorrogar la vida de alguna de las instalaciones, pero observando que, en ese caso, e estaría entrando en una “cuestión económica” que aparejaría su necesaria “compensación adecuada”. Por parte de Endesa, José Bogas se ha manifestado “intelectualmente” partidario de alargar el calendario pactado en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima.
Durante las últimas semanas, Colectivos en Lucha de Extremadura, Ecologistas en Acción y el Movimiento Ibérico Antinuclear han desplegado un intenso calendario informativo en la región “con el objetivo de hacer llegar a la ciudadanía la información y datos que desmontan bulos y afianzan la necesidad de pedir el cierre inmediato de la Central Nuclear de Almaraz”. Las charlas informativas se han desarrollado en Villafranca de los Barros, Trujillo, Mérida, Jarandilla de la Vera, Badajoz, Plasencia y Cáceres.