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Crisis climática
Un estatuto jurídico de los árboles urbanos para unas ciudades más vivibles
Avenidas de asfalto a 40 grados donde caen troncos y ramas en agosto, podas indiscriminadas en plena ola de calor, árboles centenarios talados en defensa de edificios humanos. Las urbes españolas han sufrido el peor verano que se recuerda en lo que se refiere a altas temperaturas, pero no parece que sus dirigentes hayan visto en sus vecinos vegetales un aliado, a pesar de la evidencia de que su presencia es un refrigerador natural sin parangón.
Ya no es que la búsqueda de sombra haya sido este verano, más que un intento de un mayor confort, una necesidad vital, es que ni la polémica del ficus de la parroquia de San Jacinto (Sevilla) —hoy ya mutilado y pendiente de ver si muere bajo las motosierras— parece que vaya hacer cambiar de opinión a los regidores locales de los acalorados Homo sapiens. Incluso se colaba en la agenda mediática alguna declaración salida de tono este verano por parte de algún alcalde. “Esta es un peligro público”, decía el alcalde sevillano Juan Espadas, refiriéndose a la presidenta de la asociación Ni un árbol menos, con el micro abierto durante un pleno local. “Había que haberlos matado”, decía después refiriéndose a los ecologistas sin notar que sus palabras estaban quedando grabadas.
Aunque el Ayuntamiento de la capital andaluza reculó y evitó recurrir la suspensión judicial de la tala del tristemente famoso ficus, el problema va mucho más allá de un solo árbol. Es por ello que desde Alianza Verde (AV), el partido ecologista integrado en Unidas Podemos (UP), han hecho este lunes una propuesta al Gobierno para frenar lo que ya muchos tachan de arboricidio en las ciudades: crear un estatuto jurídico del árbol.
“Son demasiados los casos tristemente famosos de talas indiscriminadas de arbolado urbano en nuestras ciudades”, ha denunciado el coordinador de Alianza Verde, Juantxo López de Uralde, en la mañana de este 29 de agosto. “El cambio climático avanza y este verano es un ejemplo incuestionable. La gente cada vez pide ciudades más verdes para vivir mejor. Es increíble que, a estas alturas, nos encontremos ante casos como el de la tala del ficus de San Jacinto en Sevilla, o la tala masiva en Marrutxipi en Donostia”.
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Derecho a la ciudad Más allá del ficus: políticas arboricidas en Andalucía
La propuesta de Alianza Verde, hoy remitida al Gobierno, aboga por establecer mecanismos de protección y preservación de los árboles urbanos, lo que incluye un estatuto jurídico del árbol. Plantea así la modernización de la legislación española y conseguir que los árboles pasen de ser considerados objetos por la ley y pasen a ser considerados lo que son: seres vivos.
La medida buscaría preservar los árboles urbanos y periurbanos “al estar éstos íntimamente relacionados con la protección del medio ambiente, de la salud y del bienestar de las personas y demás seres vivos”, señalan desde Alianza Verde, así como “el reconocimiento legal de los árboles centenarios como parte integrante del Patrimonio Natural al ser catalogados como Patrimonio Arbóreo Monumental”.
Uralde ha querido destacar además cómo la preservación de estos mejora la calidad de vida en nuestras ciudades: “Contribuyen con su presencia a la mejora de la calidad del aire, colaboran en la regulación climática, en la regulación del ciclo hídrico, contribuyen al incremento de la biodiversidad y a la atenuación de la contaminación acústica, bajan la temperatura y ofrecen oxígeno, alimento, sombra y cobijo a otros seres vivos”.
“Los árboles son seres vivos únicos que, además de ser necesarios e indispensables por sus funciones ecológicas, están íntimamente unidos a la vida social y comunitaria de nuestros pueblos y ciudades”, añade. “Forman parte esencial de los ecosistemas forestales pero, además, los árboles también poseen para la ciudadanía un relevante valor intrínseco, histórico y cultural que debe ser preservado y protegido”.