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Crisis climática
El aumento de ventas de los SUV pone en riesgo la disminución de emisiones del transporte privado
Los SUV (siglas de sport utility vehicle), conocidos como vehículos todocamino, emitieron en todo el planeta 1.000 millones de toneladas de dióxido de carbono en 2022. El impacto de estos vehículos hay más de 330 millones en el consumo de fuel y en la expulsión de gases es similar a la suma de emisiones anuales de Alemania y España, respectivamente el quinto y el número 159 en el ranking de países que lanzan más dióxido de carbono a la atmósfera. Si los conductores de estos descendientes del todoterreno formaran una sola nación, ocuparían el sexto lugar en el ranking de emisiones.
Según la Agencia Internacional de la Energía, el aumento en la venta de este tipo de vehículos contrasta con la ligera caída de las ventas totales, del 0,5%. Pese a las dificultades en las cadenas de suministro y al mayor coste de la energía, se matricularon un 3% más de SUV en 2022, hasta alcanzar el 46% de las ventas totales de coches. El estudio de la AIE tiene en cuenta como SUV también a la gama de vehículos denominados crossover, de menor tamaño y con mayor popularidad en los mercados europeos.
Si los conductores de estos descendientes del todoterreno formaran una sola nación, ocuparían el sexto lugar en el ranking de emisiones
“La tendencia hacia vehículos convencionales más pesados y menos eficientes hace que aumente tanto la demanda de combustible como las emisiones de CO2”, señala la AIE. Si el consumo de combustible por parte de los vehículos convencionales se ha mantenido estable entre 2021 y 2022, el uso de petróleo para mover los SUV ha supuesto un aumento diario de medio millón de barriles este último año, hasta alcanzar un tercio del aumento total de la demanda de petróleo.
Crisis climática
Tu nuevo todoterreno es una amenaza para el planeta
Los vehículos SUV, menos eficientes por ser más pesados, consumir más y emitir más emisiones, suponen ya el 44% del total de ventas de automóviles en España.
El hecho de que, junto con los SUV convencionales, también haya subido la venta de SUV eléctricos (un 16% de los que se compraron en 2022) no es suficiente para contrarrestarlo. Un SUV convencional consume de media un 20% más que un coche convencional de tamaño medio. “Además, los SUV necesitan baterías más grandes para alimentarse, de modo que una mayor cuota de mercado significaría más presión para las cadenas de suministro de baterías y una mayor demanda de los minerales esenciales para producir estas baterías”, advierte la Agencia.