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Ayuntamiento de Madrid
El Ayuntamiento de Madrid planea la urbanización de Huerta de Mena, el “pulmón verde” de Hortaleza
Se viene otro pelotazo inmobiliario y azote medioambiental patrocinado por el Ayuntamiento de Madrid en el barrio de Hortaleza. El nuevo plan urbanístico presentado por el Instituto de Religiosas Adoratrices Esclavas del Santísimo Sacramento y de la Caridad de la Provincia de España, copropietarias junto con el Consistorio de la centenaria Huerta de Mena, prevé la construcción en este lugar de un complejo compuesto por 36.200 metros cuadrados de oficinas para distintos usos lucrativos. Se trata de un intercambio de terrenos entre esta congregación y el Ayuntamiento, que posee otras parcelas en el mismo territorio. Mientras ellas son propietarias de un 60,30% de los mismos, el Ayuntamiento posee el otro 39,70%. El plan ha sido elaborado por el fondo buitre francés Therus Investment, una promotora inmobiliaria que ya formó parte de la edificación de las oficinas Helios, cerca del lugar donde se halla la histórica finca. Ya aprobado y admitido a trámite, de llevarse a cabo el proyecto, este oasis verde (denominado también Quinta de Los Almedros debido a la presencia de estos árboles), dejaría de serlo para siempre.
Así, la historia se repite una vez más en la Comunidad gobernada por Isabel Díaz Ayuso. El mes pasado, Ecologistas en Acción rechazaba a través de un comunicado la propuesta lanzada por el Partido Popular, de rescatar la promotora inmobiliaria que pretendía destruir una parcela con más de una decena de olivos centenarios en Móstoles, conocida como el Parque de los Olivos y cercano a la estación de Cercanías Móstoles-El Soto. Tras autorizarse la permuta de suelo verde municipal protegido en el parque por una parcela de suelo industrial, se estableció bajo el llamado Plan AOS 19.2 la construcción de 80 pisos, aunque todavía no se ha efectuado.
Hoy, la pesadilla está cerca de convertirse en una realidad en Hortaleza pese a las sucesivas campañas ciudadanas para impedir lo que ya muchos califican como una “amputación inmobiliaria”. Actualmente están previstas acciones de movilización contra el proyecto y se ha lanzado una petición a través de Change.org, que ya cuenta con más de 4.000 firmas. Tiempo atrás la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM) advirtió de que el Área de Desarrollo Urbano había mantenido encuentros “con los promotores de las futuras oficinas que han alentado la venta de la finca”.
Con la puesta en marcha de este proyecto bautizado como Plan Parcial de Reforma Interior del Área de Planteamiento Remitido 16.02 Los Almendros M-40’, la Quinta, compuesta por un palacete, varias zonas ajardinadas y amplias áreas arbóreas, se convertirá en un amplio complejo compuesto por oficinas, edificios de co-living y apartamentos turísticos, además de nuevos viales y accesos a las autopistas circundantes. Esto implica no sólo que este terreno pasará a destinarse en exclusiva, como denuncian las vecinas de Hortaleza, a fines lucrativos, sino que presumiblemente traerá consigo un encarecimiento sustancial de los precios del suelo y de la vivienda en las áreas próximas, como ya ha sucedido con otros proyectos recientes, como el de la Operación Campamento o Madrid Norte. También supondría un cambio en la composición de clase en el barrio, ya que traería consigo a rentas de elevado poder adquisitivo en una zona poblada en su mayoría por personas de clase trabajadora, como es habitual en esta clase de procesos gentrificadores. Los terrenos rústicos adyacentes a finca, ubicados entre las autopistas M-40 y la M-11, se verán igualmente afectados.
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Los efectos a medio y largo plazo en las áreas salpicadas por esta operación inmobiliaria no tardarán en manifestarse también en relación a la configuración del espacio urbano y en el normal desarrollo de las actividades cotidianas de las vecinas. Así lo asegura Concha Díez Pastor, arquitecta y especialista en Huerta de Mena: “Esto va a incidir directamente en la vida cotidiana de la gente, va a haber un problema de movilidad por la configuración de la exigua red viaria de la zona que ya está bastante presionada actualmente, y por la ubicación de los terrenos, en un fondo de saco provocado por el corte que implica la autopista M-40”, destaca. El impacto visual tras la construcción de nuevos bloques no será menos preocupante: “se producirá una transfiguración del paisaje que todos conocen en el que, aunque se conserve el edificio de la Huerta, ni siquiera se va a ver, porque quedará inmerso entre los bloques”, asevera.
Esta operación privatizadora, que arrebata terrenos hasta ahora parte del patrimonio natural de Hortaleza para ponerlos en manos del capital financiero, supone asimismo un golpe frontal contra la memoria colectiva del barrio. Lugar de encuentro de celebérrimas figuras de la Generación del 27, como el poeta granadino Federico García Lorca y segunda residencia del dramaturgo y comediógrafo Carlos Arniches, también aglomeró, antaño, a jóvenes arquitectos vanguardistas del 25. Sin embargo, quizás su espacio más recordado fue su estanque, donde Rafael Alberti se inspiró para escribir su obra ‘Sobre los Ángeles’. Eso sí, nada queda ya de este simbólico lugar desde que fuera destruido como consecuencia de las obras de la M-40.
“En sus recuerdos, (Alberti) nos describe los juegos de frontón y fútbol que se organizaban allí, los paseos a caballo acompañados de un viejo mastín para trillar en las cercanas eras del barrio de La Rusia, una curiosa celebración con el equipo del Atlético de Madrid del 1929 por su final de Copa, las visitas de actores y músicos, y las reuniones, que califica de signo intelectual y poético”, rememora El Periódico de Hortaleza sobre la intensa actividad cultural que la Huerta llegó a albergar en el pasado. La configuración de la identidad comunitaria en torno a un espacio natural que atesora más de 200 años de historia, motivo de orgullo y cohesión vecinal, pasará ahora a un segundo plano a favor de los intereses acumulativos de constructoras y promotores inmobiliarios.
“Esta operación implica la pérdida de una huerta con una larga historia que explica no solo la evolución del barrio, sino la de todo Madrid, tanto desde el punto de vista urbanístico, importante de por sí, como, sobre todo, cultural e histórico”, indice la arquitecta y vecina afectada. El politólogo y miembro del Grupo de Energía y Medio Ambiente del PCE, Ander Arredondo, resalta las implicaciones que todo esto puede acarrear en términos del denominado “derecho a la ciudad”, Maxime en un lugar que a su juicio constituye “un ejemplo claro de la creación y privatización de espacios urbanos por parte del capital privado y de las instituciones madrileñas”. En este caso, alega, “el derecho a imaginar, planificar, transformar, usar y disfrutar nuestra ciudad, a acceder a servicios y bienes básicos para la clase trabajadora se contrapone a los intereses de los poderes económico y político”. En esta ocasión, las responsables de enajenar estos espacios son tanto las empresas, como ocurre con las Madres Adoratrices como el Ayuntamiento de Madrid, beneficiándose con ello muchos propietarios dispersos, que saldrán vencedores al hacerse con este goloso terreno.
Pero sin duda es el descalabro medioambiental resultante de las obras de contrucción aquello que más perjudicará a los habitantes de Hortaleza, en un año donde los sucesivos embates de la crisis ecológica exigen medidas de reverdecimiento en las zonas urbanas. Los residentes próximos a la Huerta de Mena temen la destrucción de una cantidad significativa de masa forestal com la tala indiscriminada de árboles, que afectará previsiblemente a la mayor parte de almendros de la finca (de cada diez árboles presentes en el terreno, tan solo uno se mantendrá en pie tras las obras). Todo ello, a su vez provocará una suerte de efecto dominó que incidirá en el entorno natural de la zona en su conjunto. “El medio va a cambiar como consecuencia del nuevo plan. Una extensión de huerta, con almendros y otros árboles de gran porte que rodean el edificio, va a desaparecer y probablemente las zonas que las infografías muestran como ajardinadas se plantarán con césped y especies ajenas al entorno”, subraya con preocupación Concha, quien vaticina con desesperanza la desaparición del actual “pulmón verde” del distrito.
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Una catalogación que salvaría a la Quinta de su muerte
El instrumento legal que podría garantizar la salvaguarda efectiva de la Huerta y que, por ende, evitaría que esta cayera en las fauces del gran capital, sería la declaración de la finca como Bien de Interés Cultural (BIC) a través de su consideración como Sitio Histórico o Conjunto Histórico. Ahora bien, ¿qué implicaría esta catalogación en la práctica? Según la Ley 16/1985 de Patrimonio Histórico Español, que regula la gestión de este tipo de bienes tanto muebles como inmuebles, los BIC gozan del grado máximo de protección a nivel estatal. Esta legislación estipula que “la Administración del Estado protegerá dichos bienes frente a la exportación ilícita y la expoliación, existiendo en la citada ley una regulación específica exhaustiva, siendo los poderes públicos quienes procurarán por todos medios la conservación, consolidación y mejora”.
De ser declarada de interés cultural, a razón del artículo 16 de esta ley, se suspenderían las licencias municipales de parcelación, edificación o demolición en las zonas afectadas, lo que impediría la construcción de edificios al estar ese espacio totalmente protegido. También se recuperaría su uso de disfrute público, ya que existe una obligación por parte de los titulares del bien de exhibirlo para visita pública al menos cuatro días al mes, atendiendo a lo establecido en el artículo 13.2 de la mencionada ley. También estarían obligados a permitir y facilitar su inspección por parte de los Organismos competentes y el Municipio en que se encuentra debería redactar un Plan Especial de Protección del área en cuestión.
A efectos de la presente legislación, un Sitio Histórico se define como “el lugar o paraje natural vinculado a acontecimientos o recuerdos del pasado, a tradiciones populares, creaciones culturales o de la naturaleza y a obras del hombre, que posean valor histórico, etnológico, paleontológico o antropológico”, de manera que no parece ilógico pensar que la Quinta reúne, a priori, los requisitos necesarios para ser considerada como tal. Pese a esto, la última iniciativa presentada por Unidas Podemos en la Asamblea de Madrid con el fin de solicitar tal catalogación fracasó. La propuesta estuvo basada en las demandas de la plataforma Salvar Hortaleza y fue inmediatamente tumbada con los votos en contra del Partido Popular y de Vox, quienes ampararon su decisión en la defensa de los “legítimos intereses de los propietarios”.
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Estos proyectos destilan una falta de inteligencia pavorosa.
Primero es una caída en picado de la calidad de vida en la zona, donde los primer@s alienad@s serán los que habiten esas nuevas edificaciones, sin un triste árbol digno de tal nombre cerca.
Segundo, ecológicamente ahonda en el despropósito cementero en el que hay que alicatar hasta el sol. Hace falta ser burr@s.
Y tercero, el proyecto ya avisa cuál va a ser la solución a implementar para la crisis de la vivienda por parte de las inteligencias de miseria que gobiernan esta comunidad autónoma y ayuntamiento madrileño: el co-livin (dice el artículo), o sea, compartir piso. Me pregunto con qué idea se diseñan esos espacios; si es negocio a la madrileña PPera, supongo que hablamos de pisos patera con estética IKEA donde los dueños son también las constructoras y amigas del partido.
Todo bien cutre, como se acostumbra.