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Acaba de llegar el alto el fuego. Las fuerzas armenias que protegían militarmente la región de población armenia de Nagorno Karabaj, inserida dentro del territorio estatal de Azerbaiyán, acaban de aceptar la propuesta mediada por Rusia a cambio —según informa el gobierno de Baku— de entregar las armas a las tropas azeríes, que durante las últimas 24 horas han lanzado una ofensiva militar por hacerse con este enclave montañoso.
A falta de ver cómo se estabiliza la situación, la rápida campaña militar de Azerbaiyán deja decenas de personas muertas y cientos de heridos. Esto llega después del bloqueo que las tropas azeríes han mantenido contra los 120.000 residentes de Nagorno Karabaj desde el pasado diciembre, obstruyendo su acceso a alimentos, a medicinas o al combustible que les llegan a través del Corredor de Lachin, su única conexión con la República de Armenia y con el resto del mundo.
Abordamos la situación sobre el terreno con Gev Iskajyan, armenio y director en Nagorno Karabaj del Comité Nacional de Armenios en los Estados Unidos —el mayor grupo armenio en EEUU—. Iskajyan nos atiende desde Stepanakert, la capital de Nagorno Karabaj, minutos antes de que saliera la noticia del alto el fuego.
¿Dónde estás tú ahora mismo y cómo se está protegiendo la gente a tu alrededor?Actualmente estoy en Stepanakert, que es la capital de Artsaj. En cuanto a la situación sobre el terreno, podemos oír los disparos de nuestra artillería. Tenemos sirenas antiaéreas sonando por encima de nosotros. Y la inmensa, inmensa mayoría de la población, incluyendo mujeres y niños, ha sido enviada a refugios y a búnkeres para protegerse porque aquí la infraestructura civil ha sufrido daños graves.
¿Qué teme la gente que pueda suceder cuando las tropas azerbaiyanas lleguen al lugar donde os encontráis? ¿Qué oye la gente sobre lo que está sucediendo en las poblaciones que están cayendo bajo el control de las tropas azerbaiyanas?
Casi todas las aldeas que han caído bajo el control de Azerbaiyán en las últimas 24 a 48 horas han sido completamente evacuadas. La gente tiene miedo a la limpieza étnica o al genocidio. Tienen miedo a perder sus hogares y sus pertenencias. También existe la posibilidad de que pierdan sus vidas en el proceso.
Las principales ciudades que fueron ocupadas por Azerbaiyán en 2020, como Hadrut o Sushi, ya no tienen ni un solo residente armenio
No es la primera vez en los últimos meses y años que los armenios en Artsaj temen la llegada de las tropas azerbaiyanas. Miles de armenios tuvieron que huir de sus hogares en Artsaj en 2020. ¿Puede contarnos un poco qué pasó entonces y si todo el mundo pudo regresar a sus hogares cuando terminó la guerra?
Las principales ciudades que fueron ocupadas por Azerbaiyán en 2020, como Hadrut o Sushi, ya no tienen ni un solo residente armenio. Están completamente ocupados por Azerbaiyán. Los pocos armenios que quedaron, que intentaron permanecer en sus hogares fueron asesinados o detenidos. Algunas personas incluso fueron decapitadas. Precisamente, el horror que sufrieron las personas que se quedaron atrás, por decirlo de algún modo, también influye ahora en el miedo que muchas personas sienten en un día como hoy.
¿Podría decirse que ya se ha producido un proceso de sustitución de población en algunos lugares de Artsaj?
Sí. En lugares como Shushi y Hadrut, el gobierno azerbaiyano se ha apoderado de todos los hogares y residencias que pertenecen a la población armenia. Están haciendo esfuerzos por repoblarlo. Están cambiando los nombres de los lugares y también está teniendo lugar una limpieza cultural. Al mismo tiempo se están destruyendo lápidas, iglesias y otros objetos culturales.
El mundo hoy mira hacia Artsaj, pero el asedio comenzó en diciembre, impidiendo que las necesidades básicas fueran accesibles para la población. ¿Cómo ha afectado a la población?
La escalada violenta que hemos visto en los últimos dos días debe verse como parte de un mismo intento continuo de limpieza étnica. Hace nueve meses, cuando Azerbaiyán bloqueó Artsaj, nos aisló del único camino que tenemos hacia Armenia [El Corredor de Lachín] y esencialmente hacia el resto del mundo. Y eso significa que nos cortaron el suministro de alimentos, medicinas y todos los demás bienes esenciales que cualquier población necesita para vivir. Así que durante nueve meses nos han hecho vivir en esas condiciones. Obviamente, el pueblo de Artsaj lo resistió. Y creo que, para consternación de Azerbaiyán, no pudieron doblegar la voluntad del pueblo de Artsaj. Ahora han recurrido a la violencia abierta y a la campaña militar que vemos hoy después de 280 días de bloqueo.
Europa
Conflicto en Nagorno Karabaj: un alto el fuego que no significa nada
El acuerdo de paz entre Armenia y Azerbaiyán, forzado por Rusia y Turquía, sigue dejando en el aire el enfrentamiento por controlar totalmente la región de Artsaj, un ‘país fantasma’ que continúa registrando fallecidos y miles de refugiados.
¿Cómo se sienten los armenios respecto al papel de la comunidad internacional? ¿Qué mensaje tienen hacia el resto del mundo en un momento así?
Las palabras de la comunidad internacional en este momento no significan nada porque eso es todo lo que hemos recibido. Hemos recibido sus más profundas condolencias y sus graves preocupaciones, pero no hemos recibido ninguna acción tangible. No hemos visto nada que haya mejorado la situación aquí sobre el terreno. No hemos visto nada que haya aliviado las condiciones de este bloqueo o que haya levantado este bloqueo. Y actualmente, no vemos nada que detenga a Azerbaiyán y su escalada militar. Así que hay muchos actores mundiales, agentes de poder en todo el mundo que han hecho fuertes declaraciones diciendo que “apoyamos a los armenios de Artsaj”, que “estamos con ellos”, que “estamos profundamente preocupados por lo que está pasando”. Pero no se ha impuesto ninguna medida contra Azerbaiyán. No se han impuesto sanciones. No ha habido ninguna intervención militar.
¿Qué papel está jugando la República de Armenia en momentos como este?
Lamentablemente, la República de Armenia, principalmente bajo el liderazgo del Primer Ministro Nikol Pashinyan, ha sido increíblemente ineficaz, tanto diplomáticamente como en su asistencia al pueblo de Artsaj. Básicamente estamos aquí, las 120.000 personas asediadas en Artsaj, valiéndonos por nosotras mismas. Estamos solos.
¿Y sobre el papel de Rusia? ¿Ha cambiado en los últimos años?
El papel de las fuerzas de paz rusas es salvaguardar las vidas de la población armenia en Artsaj. Al comienzo de su misión de mantenimiento de la paz [tras la guerra de 2020], creo que todo estaba en orden. Las fuerzas rusas estaban haciendo su trabajo. Lamentablemente, durante el último año hemos visto un incumplimiento de su deber, primero, con el sitio contra Artsaj iniciado en diciembre, y segundo, con la agresión violenta que está ocurriendo hoy.
Dices que los hombres en la primera línea del frente que protegen a Artsaj están protegiendo a los armenios en todo el mundo. ¿Puede hablarnos sobre el sentimiento de conexión que tienen los armenios independientemente de donde se encuentren?
Los armenios están profundamente conectados con su tierra porque muchos de ellos a lo largo de los últimos 100 años han sido desplazados de sus países de origen por la fuerza. Hay varios ejemplos de ello, ya sea el genocidio de 1915 o la guerra de 2020. Siempre ha habido una conexión profunda entre la diáspora y la tierra natal del pueblo armenio.
Tenemos 10 millones de personas en la diáspora alrededor del mundo, pero para muchos de nosotros, Artsaj es un lugar que los armenios de todos lados acuden a visita
Y luego, también hay que tener en cuenta que todos nosotros cargamos con el trauma y las heridas del genocidio. Muchos de nosotros, aunque sea desde la diáspora, somos descendientes de supervivientes del genocidio. Entonces, hoy, cuando vemos que a nuestros hermanos y hermanas en Artsaj les sucede lo mismo, o cuando vemos personas sometidas a limpieza étnica, personas desplazadas de sus hogares, sentimos un vínculo y una conexión emocional muy fuerte con ello.
Tenemos 10 millones de personas en la diáspora alrededor del mundo, pero para muchos de nosotros, Artsaj es un lugar que los armenios de todos lados acuden a visitar, a conectarse con su historia, con su cultura, con sus familiares que todavía viven aquí. Si perdemos Artsaj, perdemos todas estas cosas.
Entre los armenios, ¿sentís que los ataques actuales contra Artsaj tienen conexión con el genocidio de 1915?
Absolutamente. Creo que hay un hilo que se puede trazar desde una perspectiva histórica. En 1915, el objetivo era erradicar a los armenios de esta región. Y hoy, más de 100 años después, ese hilo continúa en Azerbaiyán para erradicar a los armenios de sus hogares.
La población de Artsaj lleva tiempo sintiéndose amenazada. ¿Cómo es la vida cotidiana mientras se convive con la sensación de que al día siguiente puede ocurrir cualquier cosa?
Por desgracia, para la generación anterior que ya ha pasado por guerras, que ha visto tantas cosas, vivir con esta sensación de amenaza no es algo poco común para ellos. Pero cuando supone algo especialmente terrible, algo muy difícil de aceptar, es con la nueva generación. Tienes toda una generación de niños pequeños, niños de entre uno, cinco y diez años, cuyos recuerdos principales y cuyo crecimiento han tenido lugar aquí. Sus recuerdos, y su entendimiento de lo que es su tierra natal, están vinculados a esta tierra Y su tierra ha estado atravesada por la guerra, por el bloqueo, por el dolor. Y creo que eso es lo más difícil: ver a toda una generación de niños continuamente traumatizados.
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Este territorio azerí, pero con amplia mayoría de población armenia, está sufriendo lo indeseable pro parte del régimen de Azerbaiyán, que junto a Turquía, siguen en su proceso de expansión colonialista a costa de arrebatar y asesinar a las poblaciones vecinas.
¿Donde está la comunidad internacional para enviar ayuda al pueblo armenio y sancionar, como es debido al régimen azerí?? Como son aliados del agresor, no pasa nada, igual que en el Sáhara Occidental o Palestina.
Gracias por este reportaje. Desde luego estas cosas hacen diferente a El Salto.
Tengo muy limitado conocimiento acerca de este conflicto, así que no puedo opinar sobre él. Sin embargo, sí que me permitiré expresar la tristeza de una situación así: matar y morir por una tierra que dejaremos tarde o temprano, pues nuestro paso por este planeta es tan efímero, pero tan valioso. Tantas vidas destruidas, tanto dolor...