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Asia
Racismo y antirracismo más allá de occidente: los discursos excluyentes que suenan en Japón
Hace unos meses, un profesor de la Universidad Nihon (Tokio) emitía en una de sus clases unas declaraciones racistas contra el movimiento Black Lives Matter ante un atónito alumnado. ¿Por qué un docente japonés exhibiría en las aulas sus prejuicios contra las personas afrodescendientes?
“Los negros, [...] los puertorriqueños, los marroncitos... A la mínima que pasa algo se ponen a saquear (...). Los negros se están volviendo violentos”. En estos términos se refería el profesor Toshiya Kikuchi de la universidad Nihon (Tokio) al movimiento Black Lives Matter durante una sesión impartida el 15 de junio de 2020, ante un atónito alumnado, algunos de los cuales más tarde responderían organizándose para exigir el despido del docente.
Pese a lo sorprendido que quedó el estudiantado, lo cierto es que en Japón no es raro escuchar a colectivos ultranacionalistas lanzar consignas todavía más agresivas si cabe contra la diáspora coreana: el clásico “coreanos, fuera de nuestro país” es una de las lindezas del discurso del odio a la japonesa, pero algunos grupos no descartan la invitación a deshacerse de este colectivo o utilizar la violencia contra él.
Estos discursos excluyentes, revestidos de una fina capa de neoliberalismo y en ocasiones emitidos bajo formas “más suaves”, constituyen el ideario de formaciones políticas como el partido Japón primero de Makoto Sakurai y de personalidades vinculadas a la ultraderecha nipona, como el escritor y fundador de la organización supremacista Zaitokukai Hyakuta Naoki. Y sin embargo hay ocasiones en las que estas ideas permean, llegando a desafiar la cohesión del tejido social.
Ni Kikuchi ni la universidad Nihon son protagonistas o escenarios exclusivos de este odio. Según denuncia la Anti-Racism Information Center (ARIC), otras filtraciones, esta vez del profesor racista J. M. en la prestigiosa universidad de Hitotsubashi (distrito de Kunitachi, Tokio) el pasado 4 de junio de 2019, ilustran la realidad que enfrentan quienes, en algún momento, migraron —o sus familiares lo hicieron— hacia el país nipón.
Aquel día, según la ARIC, el profesor asociado J. M. pronunciaba las siguientes palabras en horas lectivas refiriéndose al fundador de una organización antirracista local: “Todo es culpa de ese p*** gook coreano... Os voy a enseñar una palabra nueva, “Bakachon”. ¡Vaya! ¡Se me ha escapado! [...] ¿Que qué significa “Bakachon”? Bakachon significa estúpido hijo de la gran p***, étnicamente coreano, en japonés”. Estudiantes y jóvenes investigadores documentaron este capítulo y se han movilizado para lograr el despido del profesor y crear un organismo independiente ligado a la universidad con capacidad para poner en marcha estrategias de prevención de la discriminación. El docente niega estas acusaciones.
¿Y qué pasa con Black Lives Matter?
El discurso del odio existe aquí y en el Japón, y allí suele estar dirigido contra las diferentes diásporas asiáticas residentes en el país. Del mismo modo existe una tendencia general hacia el discurso del odio anti-coreano. Pero la pregunta con la que arranca esta reflexión permanece sin respuesta: ¿por qué un profesor tokiota exhibiría en clase sus prejuicios contra las personas afrodescendientes?
Podríamos achacar la particularidad de este suceso a un aumento puntual de la información relativa a los movimientos sociales americanos para la abolición del racismo encabezados por el movimiento Black Lives Matter en los medios de comunicación de masas japoneses y a la posición “política” particularmente reaccionaria del señor Kikuchi, pero estaríamos obviando algo. Y es que para que un profesor pueda expresar sus prejuicios raciales con total comodidad delante de una clase llena de alumnos es necesario que el docente esté seguro de que comparte como mínimo una serie de ideas racistas con la enorme mayoría de ellos.
Así pues la pregunta pasa a ser la siguiente: ¿Por qué pensaría el Sr. Kikuchi que la enorme mayoría del alumnado presente albergaba, al igual que él, prejuicios contra las personas afrodescendientes? Para dar respuesta a esta pregunta hemos de tener en cuenta varios elementos, entre ellos el rol de los medios de comunicación de masas. La televisión japonesa suele representar a los individuos de ascendencia africana de una forma cuanto menos poco realista, además de atribuirles un comportamiento irracional.
La televisión japonesa suele representar a los individuos de ascendencia africana de una forma cuanto menos poco realista, además de atribuirles un comportamiento irracional
Hallamos un ejemplo en la animación racista emitida por la NHK —la principal emisora de radio-televisión pública en Japón— el 7 de junio de 2020. En el vídeo de algo menos de un minuto y medio la representación hipertrofiada, estereotipada hasta la médula de un hombre afroamericano, achaca las protestas antirracistas surgidas con motivo del asesinato de George Floyd a la brecha en el poder adquisitivo entre blancos y negros y al desempleo entre la comunidad afroamericana, agravado por la emergencia sanitaria ocasionada por la covid-19 mientras a su alrededor tiene lugar lo que es susceptible de ser interpretado como una oleada de saqueos y vandalismo.
Una vez en las redes sociales, dicha animación recibía tal aluvión de críticas que un par de días después se hubo de emitir una disculpa oficial y se retiraba el contenido. Y es que el corto, además de constituir en sí mismo un ataque contra la comunidad afroamericana, no llegaba a mencionar ni el racismo estructural ni la violencia policial, blanco principal de las protestas desencadenadas tras el asesinato de Floyd. Podría decirse que el fallo de cara al espectador consistió en hacer demasiado explícito aquello que los medios habían estado rumiando durante años, pasando del prejuicio ocasional a allanar el terreno para el discurso del odio anti-negro.
También en política
Por otra parte, las figuras públicas vinculadas al liberal-conservadurismo japonés desde hace ya algún tiempo muestran síntomas de padecer un mal característico de las derechas de nuestra época; el trumpismo. La forma descarada de mentir y de dar pie al discurso del odio incluso en sede parlamentaria de algunos de los representantes políticos del centro-derecha japonés llega hasta los extremos más insospechados.
La forma descarada de mentir y de dar pie al discurso del odio incluso en sede parlamentaria de algunos de los representantes políticos del centro-derecha japonés llega hasta los extremos más insospechados
29 de mayo de 2019. La parlamentaria del Partido Liberal Democrático (PLD) Mio Sugita declara en sede parlamentaria que “las comfort woman (mujeres raptadas y esclavizadas por el ejército japonés durante la expansión imperialista japonesa) no eran esclavas sexuales”, y que “no hubo reclutamiento forzoso por parte del ejército japonés”, en un ejercicio de negacionismo histórico que de haber sucedido dentro de la jurisdicción europea hubiera constituido un delito punible.
Marzo de 2020. El entonces vice primer ministro Taro Aso utiliza por primera vez el término “gripe de Wuhan” en sede parlamentaria. El 25 de mayo del mismo año, un mes antes de declarar que “los negros se están volviendo violentos”, el profesor Kikuchi se refería a la covid-19 con esa misma expresión, popularizada por el Sr. Aso.
La red
Muchas veces hallar el porqué de las cosas resulta una tarea harto compleja que en última instancia queda relegada a la filosofía. Aun así, nuestra condición humana nos habilita para llegar a entender hasta cierto punto su origen, la función que desempeñan dentro de un sistema y sus posibles consecuencias. Llegados a este punto ha quedado expuesto que el racismo exhibido por el Sr. Kikuchi no le pertenece. Forma parte de una extensa red que cruza ríos, mares e incluso fronteras sin pasaporte.
Las asociaciones tokiotas Moving Beyond Hate (MBH), impulsada por el activista Tommy Hasegawa, y Anti-Racism Information Center (ARIC), del académico y escritor Ryang Yong-Song, entienden perfectamente el peligro que supone permitir que esta red se extienda y fortalezca libremente a costa de las instituciones. Por eso abogan por el establecimiento de un conjunto de reglas antirracistas en la enseñanza nipona, así como el despido de aquellas personas vinculadas al ámbito educativo que inciten al odio frecuente y abiertamente. La aplicación de esta clase de medidas puede suponer un primer paso, defienden, para desembarazarse de esta red, mal invisible, omnipresente, que se ha de combatir.
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"el racismo exhibido por el Sr. Kikuchi no le pertenece. Forma parte de una extensa red" .
Frente a la red del racismo apoyemos a las organizaciones anti-racistas. Información, toma de conciencia y acción.
Excelente artículo. Gracias por la información a EL SALTO y a Andrés Moreno.