We can't find the internet
Attempting to reconnect
Something went wrong!
Hang in there while we get back on track
Anarcosindicalismo
La solidaridad marcha por 'las seis de La Suiza'
La absolución para 'las seis de La Suiza' ha sido la principal reclamación de las 2.000 personas que marcharon este sábado por Madrid en solidaridad con las sindicalistas condenadas a tres años y medio de cárcel. “La manifestación ha sido mucho más que un acto de solidaridad: ha sido una respuesta contundente contra la criminalización del sindicalismo y de quienes luchan por un trabajo digno”, asegura el sindicato CNT en un comunicado enviado a medios.
Represión
Pastelería Suiza “La rabia y la solidaridad pueden más que las condenas de un poder judicial que huele a naftalina”
Las activistas represaliadas militan en la central anarcosindicalista, pero el grito por su libertad lo han entonado personas de otros sindicatos u organizaciones: “Que no, que no, que no, que no aceptamos esta sentencia, queremos la absolución” ha sido el cántico más repetido durante la marcha de Atocha a la plaza de Jacinto Benavente.
CNT: “La manifestación ha sido mucho más que un acto de solidaridad: ha sido una respuesta contundente contra la criminalización del sindicalismo y de quienes luchan por un trabajo digno”
Las sindicalistas están condenadas por unos hechos acontecidos en 2017. Protestaron frente a la pastelería gijonense La Suiza pidiendo el despido improcedente para una trabajadora que dejó el comercio tras el “acoso sexual y laboral” del dueño, según denunció la CNT. Las 'seis de La Suiza' fueron condenadas por la Audiencia Provincial de Asturias (y lo ratificó el Supremo) por un delito continuado de coacciones graves y por un delito contra la administración de justicia por actos de hostigamiento contra el propietario de la pastelería que según el auto obligaron a cerrar la tienda.
El sindicato presentó un recurso de amparo al Constitucional, pero el tribunal de garantías lo inadmitió al no ver la “especial trascendencia” que exige para actuar. Ahora, las esperanzas de las activistas están puestas en el Estrasburgo: el Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha sido la última instancia a la que la central anarcosindicalista ha apelado para hacer realidad el eslogan “hacer sindicalismo no es delito”.