kosovo
Vista de Pristina desde un hotel del centro Marta Moreno Guerrero

Análisis
Cuando la desinformación supera la realidad: el caso de Kosovo

Intentar resumir lo que ocurre entre Kosovo y Serbia a través de la lógica de la Guerra Fría es ignorar el contexto histórico al que se han enfrentado los Balcanes Occidentales.
Pristina
3 ago 2022 09:37

En Kosovo, la noche transcurría tranquila. Jóvenes entrando y saliendo de bares Peja en mano, típica cerveza kosovar, disfrutaban de la clausura de festivales que protagonizaba la noche de Pristina. Mientras tanto medios de comunicación y redes sociales anunciaban una nueva guerra en Europa, con Kosovo y Serbia como las partes implicadas. En un vídeo que se hacía viral, sirenas anti aéreas sonaban en Mitrovica Norte, zona de mayoría serbia del municipio kosovar de Mitrovica. Ante este vídeo, diferentes informaciones inundaron redes sociales avecinando la peor de las suertes. No es que el vídeo fuese falso, pero las reacciones sí que fueron más que exageradas, y llevaron a la histeria colectiva, como bien denunciaba BalkansInsight, el principal portal informativo de la región. Mientras en Pristina se disfrutaba de una noche de verano normal, los móviles de extranjeros en la ciudad no paraban de recibir mensajes de preocupación de familiares y conocidos ante la guerra que Twitter había anunciado.

En la noche del 31 de julio al 1 de agosto, se suponía que las nuevas medidas que aplicaban reciprocidad a los coches con matrículas serbias que quisieran entrar en Kosovo entraban en vigor. Una medida que se anunció el pasado año y que ya trajo altercados entonces. Ante la inminente aplicación de estas, los serbios de Kosovo políticamente motivados (o influenciados) bloquearon las carreteras hacia la frontera. Sin embargo, se han establecido barricadas similares varias veces a lo largo de los años y, si bien indican tensiones, rara vez conducen a escaladas armadas.

Balcanes
Kosovo matricula su independencia
La pugna en torno a la matriculación necesaria de los coches para cruzar la frontera entre Serbia y Kosovo aviva el conflicto entre ambos países.

Estas tensiones, que para nada son algo nuevo como quisieron pintar desde muchos medios y plataformas de análisis, acabaron a finales de esa misma noche cuando el gobierno de Pristina, siguiendo la recomendación de Estados Unidos, posponía la aplicación de estas medidas treinta días. Una alarma social que empezó y terminó en redes sociales, de la cual se han hecho eco todo tipo de medios de comunicación, y que lo único que ha hecho ha sido crear más desinformación de la que existe con respecto a Kosovo, Serbia, o a los Balcanes Occidentales.

Como bien escribía la periodista albanesa Una Hajdari, “lo único que logrará este frenético alarmismo (y la difusión de desinformación alarmista) es que los agitadores (armados) se sientan animados a salir y dispararle a la gente mientras todo el mundo está mirando”. Sin embargo, las reacciones ante estos altercados han sacado a la luz ciertas realidades. En primer lugar, la invasión de Ucrania ha creado un estado de paranoia y alarmismo ante un nuevo conflicto en Europa el cual ve su escenario ideal en los Balcanes. Desde el inicio de la invasión por parte de Rusia a Ucrania, las comparaciones de este y lo que pasó (o podría pasar) en los Balcanes han sido una constante; el mismo Putin mencionaba el reconocimiento de Kosovo para justificar sus acciones en el Donbas.

Aunque muchos estén pronosticando que Kosovo se convertirá en un escenario similar al de Ucrania, los dos contextos geopolíticos son muy diferentes. Serbia no puede permitirse una guerra

Es cierto que los Balcanes Occidentales es una región donde la alineación con uno de los dos bloques hegemónicos de la realidad internacional es muy clara. En este sentido, la actitud de Serbia ha sido muy criticada por Occidente. “Serbia no podría seguir sentándose en dos sillas”, decía entonces el funcionario del Departamento de Estado de EEUU Hoyt Brian Yee, haciendo referencia a la no aplicación de sanciones a Rusia por parte del gobierno serbio. Aleksandar Vucic, nunca ha ocultado su buena relación con el Kremlin, siendo el principal socio de Putin en la región, pero tampoco se ha rendido en su intento por entrar a la Unión Europea.

Ahora, aunque muchos estén pronosticando que Kosovo se convertirá en un escenario similar al de Ucrania, los dos contextos geopolíticos son muy diferentes. Serbia no puede permitirse una guerra; suponiendo que enviase al ejército (algo que ni se contempla), las consecuencias serían un desastre. Las eventuales sanciones podrían destruir la ya débil economía serbia, que depende en gran medida del apoyo de la UE y del comercio con los estados miembros de la Unión. Todo esto sin contar que Serbia no se va arriesgar a perder los proyectos regionales que el propio país ha impulsado y con los que espera reforzar su mercado (Open Balkans). Además, el país no se puede permitir despertar otros conflictos que tiene atascados. Recordemos que Kosovo no es el único frente abierto del gobierno de Vucic: la República Srpska en Bosnia y Herzegovina, y la Iglesia Ortodoxa en Montenegro, son otras dos problemáticas en las que Serbia tiene responsabilidad.

En cuanto a Kosovo, este no tiene un ejército adecuado, depende de la OTAN y EEUU. Además, Pristina no va a arriesgarse a ver amenazada su buena relación con Bruselas (es uno de los candidatos potenciales favoritos para la membresía en la UE) por un nuevo conflicto con Serbia. En este sentido, tanto Belgrado como Pristina son conscientes de que el actual statu quo es lo más conveniente para ambos. Ahora, más allá de esto o de la histeria colectiva ante la posibilidad de un nuevo conflicto en suelo europeo, esta escalada de tensiones —nada nueva, como ya se ha señalado— entre Serbia y Kosovo, ha mostrado la desinformación que rodea a Kosovo.

Ante la viralización de los incidentes que ocurrían la noche del domingo en el norte de Kosovo, el mundo empezaba a analizar el conflicto dentro de una misma narrativa: los defensores de Kosovo son pro OTAN, mientras que si defiendes a Serbia eres un seguidor de Putin. Intentar resumir lo que ocurre entre Kosovo y Serbia a través de la lógica de la Guerra Fría es ignorar el contexto histórico al que se han enfrentado los Balcanes Occidentales. Ha quedado claro, con estas reacciones, que lo que acontece en la región se analiza tomando como punto de partida los noventa. No se puede dudar que las guerras que ocasionaron la desintegración de Yugoslavia han marcado la sociedad de la región, pero ni de lejos explican la realidad de sus partes.

Ante la viralización de los incidentes que ocurrían la noche del domingo en el norte de Kosovo, el mundo empezaba a analizar el conflicto dentro de una misma narrativa: los defensores de Kosovo son pro OTAN, mientras que si defiendes a Serbia eres un seguidor de Putin

Catalogar a Kosovo como “narcoestado creado por la OTAN” limita su existencia a 1999, como si el territorio no hubiese gozado de autonomía —en 1974 Tito reconocía a Kosovo como región autónoma— o nunca hubiese tenido identidad alguna —Kosovo siempre se ha incluido dentro de los territorios que ocupaban las tribus ilirias, siendo parte de la provincia de Dardania. No se puede analizar la región dando por hecho que su organización ha sido siempre la misma, como si esta se remontase a siglos atrás. La realidad es que la zona fue parte del Imperio Otomano hasta bien entrado el siglo XX, y previa a esta respondía a las divisiones por las que los imperios Romano y Bizantino se disputaron el territorio. Pero, incluso cuando se quiere resumir la existencia de Kosovo al siglo XXI, hay que recordar que la guerra que asoló al país en 1999 dejó unas cifras de 13.535 personas fallecidas, según el Libro de Memoria de Kosovo actualizado de 2015, y más de 500.000 refugiados, según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (UNHCR).

No se puede ocultar de forma consciente, tal y como se está haciendo, la matanza que las tropas serbias perpetraron contra albaneses, en un intento de Milosevic de recrear lo ocurrido meses antes en Srebrenica en Kosovo. No por ello se debe justificar los bombardeos de la OTAN a Serbia en el 99, pero cuando cuestionamos la legalidad de estos —con razón— no podemos olvidar los crímenes cometidos por tropas serbias contra la población albanesa desde 1989, cuando Serbia anula la autonomía se Kosovo concedida por Tito, aplicando una política nacionalista cada vez más represiva contra los albano-kosovares. Y sí, tras los bombardeos, Naciones Unidas pasaba a controlar el territorio, pero que se use esto para manifestar que Kosovo es una creación de la OTAN lo único que hace es demostrar la falta de conocimiento sobre, me repito, la historia de la región. Por no hablar de la frivolidad que supone negar la guerra y lo crímenes que llevaron a esa situación.

De cara a esta independencia, y por intentar arrojar algo de luz a los comentarios que están corriendo como la pólvora en el universo de las redes sociales, el Tribunal de la Haya establece que “la adopción de la declaración de independencia del 17 de febrero 2008 no violó el derecho internacional”, por mucho que algunos se empeñen en negar esta sentencia, tal como lleva haciendo Pedro Sánchez estos días durante su gira por los Balcanes Occidentales. Y en este mismo sentido, parece que los acontecimientos del domingo en la frontera despertaban, también, miedos independentistas en España; la eterna creencia a que el reconocimiento de España a Kosovo podría suscitar una reacción en Cataluña —o País Vasco—, inunda todo el debate cada vez que el país balcánico hace acto de presencia. Y ya va siendo hora de acabar con tal comparación.

Como bien escribe Heriberto Cairo en el libro ‘Estrategias decoloniales en comunidades sin Estado’, los objetivos soberanistas de Cataluña responden “a zonas más ricas que su entorno, que buscan la independencia porque perciben que aportan más de los reciben al Estado al que pertenecen” propias de “pueblos creados en Europa —Occidental— o sus derivaciones en el siglo XIX”. Al contrario de lo que supone la independencia de Kosovo que, como ya se ha explicado, responde a un conflicto étnico que se alarga por siglos (recordemos que el 92 por ciento de la población kosovar es albanesa, de acuerdo con el último censo realizado en 2011 el cual excluía los municipios del norte población). La comparación, aunque usada sin descanso desde España tanto por fuerza políticas como por ciudadanos, desde Kosovo ni se contempla. Y sinceramente, cuando otros países con territorios independentistas tales como Reino Unido o Canadá han reconocido a Kosovo, la actitud de España, sus representantes y sus ciudadanos es un sinsentido.

Y es que cuando en España se habla de Kosovo, las voces de la derecha tachan su existencia de ilegítima —ignorando la sentencia del CIJ— puesto que su defensa a la soberanía nacional les parece más importante que la realidad sobre el terreno, por más crímenes que se hayan cometido en este por parte de ese Estado soberano. Por su parte, las voces de la izquierda no ven más allá de su sentimiento anti OTAN, y para ellos defender a Kosovo sería defender a Occidente puesto que fue este bloque el que protegió a los albaneses en el 99. Irónicamente, resulta ser Kosovo lo único en lo que dos extremos de la política española se ponen de acuerdo.

Hace horas que los bloqueos de las fronteras han desaparecido. La alarma ya ha pasado incluso en redes sociales. Sin embargo, Kosovo sigue siendo Trending Topic. La mayor parte de los tweets son en español

Ante incidentes como los ocurridos el pasado domingo propios de la política internacional no se puede evitar que circulen todo tipo de informaciones y comentarios, pero debe primar la responsabilidad periodista —y personal— a la hora de hacerse eco de las mismas. Ucrania no es Kosovo, y Rusia no es Serbia. Kosovo tampoco es Cataluña, y España tampoco es Serbia. Usar lo que pasó el domingo en la frontera para justificar opiniones, prejuicios y crear alarmismo social lo que hace es alimentar ciertas narrativas que, aunque creamos se quedan dentro del universo de las redes sociales, trascienden a la realidad.

A día de hoy, el pasaporte kosovar es uno de los que menos garantías tiene en el mundo; los kosovares necesitan visado para entrar prácticamente en cualquier país, y ni siquiera tienen esa posibilidad si quieren entrar en España —la liberalización de visados para los kosovares volvió a ser vetada en la última cumbre a este respecto—. Mientras que se sigan propagando esas ideas que no han parado de compartirse por todas partes en las últimas horas, los jóvenes kosovares seguirán viendo limitadas todas y cada una de sus oportunidades. Hace horas que los bloqueos de las fronteras han desaparecido. La alarma ya ha pasado incluso en redes sociales. Sin embargo, Kosovo sigue siendo Trending Topic. La mayor parte de los tweets son en español. BalkanInsight organizaba un encuentro en esta misma plataforma para analizar las ‘Fake News’ surgidas a este respecto. En esa reunión se informó de que España había sido el tercer país desde el que más se había hablado de Kosovo en redes sociales (tras India e Italia). “¿Por qué las gente española nos odia tanto?” preguntaron los kosovares tras ver lo que se escribe.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Unión Europea
Migraciones La ilusión europeísta o cómo la UE aplica su necropolítica migratoria en los Balcanes
La Unión Europea supedita la relación con los países de los Balcanes a su capacidad de frenar las migraciones incitándoles a vulnerar los derechos humanos de las personas en movimiento. Una misión que la mayoría acepta ante la promesa de la adhesión.
Análisis
Genocidio De Srebrenica a Palestina: la falta de ética de la Comunidad Internacional
La historia demuestra que si hay una constante en los genocidios es la pasividad de la Comunidad Internacional. Saber lo que pasó en Ruanda no cambió lo que pasó en Srebrenica, y lo que pasó en Srebrenica tampoco impidió la matanza de Krusha e Madhe.
Migración
Mujeres migrantes Violencia sexual en las fronteras: la realidad de mujeres migrantes en la ruta de los Balcanes
El número de mujeres que migran asciende cada año. La falta de vías seguras las expone a sufrir distintas formas de violencia en las fronteras, incluyendo la violencia sexual.
gabrielfdpb
5/8/2022 3:20

Solo aclarar que kosovo es solo un candidato potencial a entrar en la Unión Europea en el mismo nivel de Serbia aquí la información: https://www.europarl.europa.eu/news/es/headlines/world/20180126STO94113/adhesion-como-entran-los-paises-en-la-ue Por otro lado, quién quiera ampliar información sobre este tema, recomiendo la siguiente tesis: https://e-spacio.uned.es/fez/eserv/tesisuned:Derecho-Asantillan/SANTILLAN_LUZURIAGA_Asier_Tesis.pdf ¡Salud!

0
0
Genocidio
Genocidio La ONU advierte de que un ataque sobre Rafah colapsaría la distribución de ayuda en Gaza
Turquía suspende todo el comercio con Israel. El fiscal del Tribunal Penal Internacional advierte de que no admitirá “amenazas” después de que trascendiera que imputará a Netanyahu y los suyos.
Fútbol
Fútbol Vicente del Bosque como respuesta a las presiones de FIFA y UEFA
El nombramiento del exseleccionador como presidente de la Comisión de Normalización, Representación y Supervisión busca alejar los fantasmas de una intervención política de la RFEF.
Palestina
Palestina Bicicletada contra el genocidio palestino en Alicante
El núcleo local del BDS País Valencià ha realizado un recorrido reivindicativo para exigir el fin del genocidio contra Palestina por las principales calles de las tres capitales valencianas.
Colombia
Colombia Sostener la vida en un ETCR
En la vereda colombiana La Plancha, la convivencia entre excombatientes y población civil es una realidad marcada por necesidades comunes.
Cine
Cine 'Civil War', estética geopolítica en tierra de nadie
La sensación es que Civil War se queda en algunas ocasiones en una peligrosa tierra de nadie, tanto en sus cambios de estilo como en su contenido.

Últimas

Memoria histórica
Memoria histórica Relatores de la ONU piden a España que actúe contra las leyes antimemoria de tres autonomías
Los relatores internacionales denuncian las posibles vulneraciones de derechos de dos normas en proceso y una aprobada por los Gobiernos de coalición de Partido Popular y Vox en tres comunidades autónomas.
El Salto n.74
Revista 74 Cuando los algoritmos te explotan: no te pierdas el número de primavera de la revista de El Salto
De cómo los algoritmos y la IA gestionan el trabajo de cientos de millones de personas con ritmos y condiciones del siglo XIX, y de mucho más, hablamos en nuestro número de primavera. Ya disponible para socias y en los puntos de venta habituales.
Educación pública
Educación a la madrileña Huelga de profesorado en Madrid o cómo organizar la protesta desde abajo
El profesorado madrileño convoca los próximos 8 y 21 de mayo dos jornadas de huelga para que se reviertan los recortes de la época Aguirre en una protesta que tuvo su génesis al margen de la mesa sectorial.
Formación El Salto
Formación El Salto Fotoperiodismo y movimientos sociales: Una mirada a las luchas desde abajo a través de un objetivo
La Escuela de Periodismo Crítico de El Salto ofrece su primer curso presencial, en el que abordaremos, de la mano de nuestros fotógrafos, cómo plasmar a través de la imagen movilizaciones y resistencias.
Más noticias
Eventos
Evento Un Salto al periodismo del futuro: súmate a nuestro primer evento para estudiantes y jóvenes profesionales
El viernes 10 de mayo, El Salto organiza una jornada de periodismo joven para profundizar en temas clave, nuevos lenguajes y formatos, desde un enfoque eminentemente práctico.
Análisis
Análisis No dejemos de hablar de Siria
La situación humanitaria en Siria se endurece en un contexto de inestabilidad regional, mientras que la ayuda internacional que el país recibe es muy inferior a la necesaria.
Periodismo
Periodismo Desinforma, que algo queda
En la fecha que se conmemora el Día de la Libertad de Prensa, hay que analizar sus dimensiones, la opacidad en el reparto de la publicidad institucional, la necesidad de la alfabetización mediática y qué medidas concretas pueden llevarse a cabo.
Comunidad El Salto
Palestina La campaña de apoyo a Gaza de El Salto recauda más de diez mil euros para la UNRWA
El pasado 26 de febrero, tras más de cuatro meses de ofensiva militar de castigo por parte Israel sobre la Franja de Gaza, desde El Salto decidimos ir más allá del periodismo ante la gravedad de los hechos.
El Salto Twitch
Antirracismo Frente a su racismo, respuesta comunitaria antirracista
El tema de “Entre el nopal y el olivo” de hoy nace desde la reflexión (no nuestra y no nueva) de cómo responder desde la colectividad a la violencia racista. Cómo imaginamos un horizonte antirracista. Cómo pensar estrategias juntas.

Recomendadas

Rap
Rap Viaje a los orígenes del hip hop en España: “Nadie esperaba ganar dinero con el rap”
El historiador Nicolás Buckley y el periodista Jaime Valero, exredactor jefe de HipHop Life, publican Maestro de ceremonias, un libro sobre la historia de la cultura hip hop en España.
Sidecar
Sidecar Las reglas del juego
Aunque es poco probable que el reciente intercambio de fuego entre Israel e Irán desemboque en una guerra total, este ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad de Israel en un momento político decisivo.
Arte contemporáneo
Artivismo Lara Ge: “A través de la práctica creativa nutrimos el espacio comunitario”
Ideadestronyingmuros desarrolla temas sobre feminismo, alternativas de vida al capitalismo y también sobre movimientos migratorios, con una fuerte posición transfronteriza.
En el margen
Francisco Godoy Vega “El ojo del blanco es como el ojo de Dios: es abstracto, es superior y puede verlo todo”
Doctor en Historia del Arte, Francisco Godoy Vega forma parte del colectivo de arte colaborativo Ayllu. Este activista antirracista aborda las consecuencias del supremacismo blanco. En 2023 publicó el libro ‘Usos y costumbres de los blancos’.