Afganistán
Sin noticias desde Kabul

La toma de Kabul por parte de los talibanes el 15 de agosto ha sido aprovechada por diversos sectores para reforzar sus posiciones.
Afganistan Kandahar
Control militar de un camión de pasajeros en Kandahar. Foto: Brendan Mackie (cc.2.0)
1 sep 2021 06:00

Raramente la realidad se adapta a los titulares. Mucho menos a las consignas y lemas de la propaganda política. La toma de Kabul por parte de los talibanes el 15 de agosto ha sido aprovechada por diversos sectores para reforzar sus posiciones. La derecha y la extrema derecha llevan décadas utilizando la defensa de los derechos de las mujeres y de las personas LGTBIQ+ en otras tierras como arma para blanquear invasiones, criminalizar la migración y justificar la islamofobia mientras machacan los derechos de las mujeres en sus propios países. De la misma forma, utilizan el fantasma del terrorismo para agitar la desconfianza y la sospecha sobre las personas refugiadas. Y los gobiernos europeos no desaprovechan la oportunidad para justificar la que se ha convertido en la principal herramienta para el control de las migraciones: la externalización de las fronteras, en este caso, en los países que rodean Afganistán. De esta forma, los campos de concentración de migrantes y los costes políticos de las violaciones sistemáticas de los derechos humanos las realizan otros países mientras se mantienen intactos los valores de la Unión Europea. 

La población afgana no necesita que la derecha occidental la defienda, como bien ha demostrado saliendo a las calles y jugándose literalmente la vida por sus propios derechos. No necesitan ayuda de unas potencias que avalaron la corrupción endémica del Gobierno afgano, un “timo piramidal” que hizo desaparecer casi 100.000 millones de euros, unos fondos que nunca vio la población más necesitada y que fortaleció a las empresas estadounidenses, a los señores de la guerra y, en última instancia, a los talibanes, quienes se han quedado con todo el arsenal militar financiado por Estados Unidos. 

Se pueden defender los derechos de las mujeres y las niñas afganas sin demandar que las potencias occidentales ahoguen a la población con sanciones, vuelvan a invadir Afganistán o la bombardeen con misiles tan inteligentes como las bombas de un B52 estadounidense

Se pueden defender los derechos de las mujeres y las niñas afganas sin demandar que las potencias occidentales ahoguen a la población con sanciones, vuelvan a invadir Afganistán o la bombardeen con misiles tan inteligentes como las bombas de un B52 estadounidense que destruyeron el pasado 8 de agosto un instituto y una clínica en la ciudad de Helmand y mataron a veinte civiles. Al fin y al cabo, conviene recordarlo tantas veces como sea necesario, fue Estados Unidos quien regó de dinero a Al-Qaeda, a Osama Bin Laden y a los talibanes, armas contra la Unión Soviética que se volvieron contra Washington cuando la URSS se desintegró. Al igual que entonces, Afganistán sigue siendo una pieza geoestratégica clave, situada entre Rusia, China, India y los países productores de petróleo, tanto del Golfo Pérsico como del Mar Negro. A Occidente no le preocupa tanto las vulneraciones de derechos humanos como que esa pieza clave del tablero mundial ya no responde a sus mandatos. Conviene no olvidar que Arabia Saudí, el principal aliado de Estados Unidos en la zona, se rige también por la Sharia, realiza asesinatos selectivos de opositores y restringe los derechos de las mujeres. Y no solo es un aliado de EE UU, también lo es de España, uno de sus principales suministradores de armas para su guerra contra Yemen. 

El blanqueo de la dictadura de Arabia Saudí no justifica, por supuesto, la dictadura ultrarreligiosa que se fragua en estos momentos en Afganistán persiguiendo a los opositores puerta por puerta y reduciendo a las mujeres a un papel de meras esclavas. Pero sí sirve para estar alerta a los intentos de instrumentalizar las demandas de las mujeres afganas por parte de sectores que buscan más argumentos para levantar muros de odio y fake news que favorezcan sus posiciones electorales. Desde Afganistán y el exilio afgano, las personas que luchan por los derechos de las mujeres y la educación de las niñas están convencidas de que los tiempos han cambiado y no permitirán que nadie les robe su futuro. 

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Genocidio
Genocidio Las acampadas por Gaza se expanden mientras Netanyahu espera noticias de La Haya
Desde que estudiantes de la Universidad de Columbia levantaran la primera acampada, iniciativas similares se están repitiendo llamando al fin del genocidio. En Gaza, Israel castiga a la población superviviente a una muerte silenciosa, denuncia MSF.
Análisis
Análisis Qué significan las acampadas de estudiantes en solidaridad con Gaza
La colaboración y complicidad de los gobiernos occidentales con Israel ante los crímenes que está cometiendo en Palestina han abierto una gran brecha entre instituciones y ciudadanía, y han puesto de manifiesto las contradicciones y límites del relato de Occidente sobre sí mismo.
Genocidio
Genocidio Rebelión en las universidades y acampadas: ¿una primavera antisionista?
Los principales aliados de Israel, Estados Unidos y Alemania, están siendo testigo de un desborde en las protestas contra el genocidio.
Bea
1/9/2021 9:26

D interés

0
0
1 de mayo
1 de mayo La transición ecosocial y frenar el genocidio de Palestina, ejes de la clase trabajadora de Bilbao
En una ciudad acostumbrada a buscar consensos y apartar las siglas abrazando un eslogan común y caminar detrás de una sola pancarta, hoy es el día de sacar pulso, ondear bandera propia y tomar la Gran Vía, el Arenal y la plaza Santiago.
Derecho a la vivienda
Elecciones catalanas El futuro de la regulación de los alquileres en Catalunya se juega el 12M
El decreto que regula los alquileres de temporada que lanzó el Govern era la pieza que faltaba para que funcionen los topes de los precios. Pero la norma debe ser revalidada con los votos socialistas y convergentes, que se han opuesto a la medida
1 de mayo
1 de mayo “Nuestro mundo, en el que cabemos todas, es la única alternativa”, reivindican desde el 1M Interseccional
Por cuarto año consecutivo marchan, de manera festiva y sin incidentes, colectivos del sindicalismo social de toda la región madrileña en el Día Internacional de las y los trabajadores.
En el margen
Francisco Godoy Vega “El ojo del blanco es como el ojo de Dios: es abstracto, es superior y puede verlo todo”
Doctor en Historia del Arte, Francisco Godoy Vega forma parte del colectivo de arte colaborativo Ayllu. Este activista antirracista aborda las consecuencias del supremacismo blanco. En 2023 publicó el libro ‘Usos y costumbres de los blancos’.
Reducción de jornada
Laboral Los convenios colectivos del País Vasco tienen la jornada anual más baja y los de Canarias, la más alta
La jornada anual varía muy lentamente desde que el Ministerio de Trabajo tiene una serie histórica, apenas 22 horas desde 2001. El País Vasco aventaja en 49 horas a esa media estatal en los convenios colectivos firmados.
Laboral
Laboral Xavier Minguez: “Ni la rabia contra la empresa ni el orgullo de éxito de una huelga son solo tuyos”
Xavier Minguez es profesor de psicología social y análisis de resolución de conflictos en la UPV/EHU y ha realizado para el sindicato ELA la investigación ‘Un acercamiento psicosocial a la huelga’.
Tribuna
Tribuna Se trata de recuperar nuestra vida
Pese haberse demostrado que la productividad aumenta con la disminución de la jornada, seguimos teniendo la misma jornada laboral.

Últimas

El Salto n.74
Revista 74 Cuando los algoritmos te explotan: no te pierdas el número de primavera de la revista de El Salto
De cómo los algoritmos y la IA gestionan el trabajo de cientos de millones de personas con ritmos y condiciones del siglo XIX, y de mucho más, hablamos en nuestro número de primavera. Ya disponible para socias y en los puntos de venta habituales.
Eventos
Evento Un Salto al periodismo del futuro: súmate a nuestro primer evento para estudiantes y jóvenes profesionales
El viernes 10 de mayo, El Salto organiza una jornada de periodismo joven para profundizar en temas clave, nuevos lenguajes y formatos, desde un enfoque eminentemente práctico.
Formación El Salto
Formación El Salto Fotoperiodismo y movimientos sociales: Una mirada a las luchas desde abajo a través de un objetivo
La Escuela de Periodismo Crítico de El Salto ofrece su primer curso presencial, en el que abordaremos, de la mano de nuestros fotógrafos, cómo plasmar a través de la imagen movilizaciones y resistencias.
1 de mayo
1 de mayo Un centenar de sindicalistas de CGT ocupan el edificio de la patronal catalana en Barcelona
“Ahora que la tecnología, la digitalización y los medios de producción han avanzado, es el momento de poner encima de la mesa la reducción de la jornada laboral sin recorte salarial en todos los centros de trabajo”, han reclamado.
Opinión
OPINIÓN Snt from my ihpone
Sobre la serie de Richard Gadd se han dicho muchas cosas desde que se estrenó hace apenas tres semanas, ya ha recibido elogios, pero sobre todo críticas. Muchas con ánimo de cancelación.
Más noticias
Crisis climática
Crisis climática ¿Cómo abordar transiciones ecosindicales?
Con aun mucho que recorrer en este camino, queremos compartir algunas de las reflexiones que extraemos de este proceso de construcción ecosindical.
El Salto Radio
El Salto Radio Barrios e identidad
Salimos a pasear por los barrios onubenses y palpamos en este recorrido local una verdad universal: que los barrios son siempre escuelas de cooperación y solidaridad.
Cuidados
Cuidados Lavar el cuerpo de una anciana
Ir contra el pudor impuesto es sin duda una acción feminista, como también lo es defender el derecho al mismo en distintos contextos o situaciones.
Reducción de jornada
Resultado consulta a socias A nuestras socias les parece bien que trabajemos 32 horas a la semana, nosotras dudamos
Una encuesta lanzada a las socias de El Salto refleja una alta simpatía hacia la reducción de jornada laboral a 32 horas a la semana, tanto como apuesta política en general como medida a aplicar en nuestro medio.
Lucha obrera
Memoria de lucha Olvidos que hablan: la huelga general del 94 y las Marchas de la Dignidad
Un ejercicio de memoria de Manuel Cañada para acompañar un 1º de Mayo que todavía puede ser nuestro. Dos hitos de la clase obrera de nuestro país cuyo olvido es una declaración de intenciones.