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Unión Europea
La antifascista Ilaria Salis sale de su arresto en Hungría para poner rumbo al Parlamento Europeo
Se acabó la larga pesadilla de Ilaria Salis. Esta activista antifascista italiana, detenida en Hungría desde febrero de 2023, fue finalmente liberada este viernes, tras obtener un escaño en la Eurocámara. En un contexto de consolidación de la ultraderecha en Italia, su elección con más de 170.000 votos en los recientes comicios marca un pequeño triunfo simbólico para el antifascismo y la izquierda del país.
A este logro se añade ahora su liberación, después de que el régimen del ultraderechista Víktor Orban tuviera que acatar la legalidad europea. Salis es susceptible de tener inmunidad ante la Justicia al haber conseguido un asiento en el Parlamento europeo con la coalición Verdes-Izquierda. Esto significa también la suspensión de un caso judicial que, según la defensa de Salis, Hungría orquestó en su contra para criminalizar al movimiento antifascista.
“Ilaria ha sido liberada y volverá a casa cuánto antes”, confirmó a este medio su padre, Roberto Salis, poco después de que este viernes la Policía húngara quitara la pulsera electrónica que su hija llevaba tras ser puesta en arresto domiciliario en Budapest en mayo. Hace pocos días, la antifascista pidió ser alojada en la Embajada de Italia. Había recibido amenazas de círculos neonazis, después de que se difundiera la dirección del apartamento donde se alojaba.
Según su abogado, Eugenio Losco, su caso encarnaba “un juicio político” en el que Salis sirvió de chivo expiatorio para Hungría, que estos años profundizó su represión a la disidencia a medida que su gobierno se va derechizando.
Salis, maestra de profesión y con larga trayectoria en el movimiento antifascista de Italia, fue en febrero de 2023 a participar en una contramarcha antifascista en Hungría. Ahí se celebra cada año el llamado 'Día del Honor', un encuentro de peso internacional para la ultraderecha, en el que grupos de neonazis de distintos países se juntan para conmemorar la tentativa de nazis húngaros y alemanes de romper el asedio de la Unión Soviética sobre Budapest en 1944.
El Gobierno de Meloni “hizo muy poco para defenderla”, denuncia el padre de Salis, que asegura que las instituciones eran conocedoras de las vulneraciones a las que su hija se estaba viendo sujeta
Tras este evento, Salis fue arrestada el día siguiente en la capital húngara por acusaciones de agredir y herir a neonazis en dos incidentes diferentes. Fue imputada también por asociación a grupo criminal. Tras ello, pese a que su defensa denuncia que Hungría no tenía pruebas fehacientes en su contra, Salis pasó unos 15 meses en prisión preventiva, y se vio envuelta en un proceso penal en el que se declaró inocente de todos los cargos desde un inicio.
En su momento, la Justicia húngara llegó a pedir 24 años de cárcel para la antifascista por intento de homicidio, y la Fiscalía solo ofreció una pena reducida de once años de prisión a cambio de que ella se declarara culpable.
En gran medida, el nombre de esta antifascista no trascendió mucho en Italia hasta comienzos de 2024, cuando la activista apareció encadenada de manos y pies en una audiencia judicial y la prensa se hizo eco de ello. Las imágenes generaron indignación y el Gobierno italiano de la ultraderechista Giorgia Meloni —aliada ideológica de Orbán— se vio obligado a pedir explicaciones a Hungría.
Fratoianni destacó este viernes que Salis finalmente se ha podido deshacer “de las terribles condiciones en las que se encontró retenida en las cárceles de Orban”
Hasta entonces, el Ejecutivo de Meloni tuvo un papel muy tímido ante el caso de Salis. “Hizo muy poco para defenderla”, denuncia su padre, que asegura que las instituciones italianas eran conocedoras de las vulneraciones a las que su hija se estaba viendo sujeta. “Hay muchos vínculos vínculos entre Orban y Meloni, sus partidos se apoyan mutuamente en la UE y los dos buscan crear una democracia iliberal”, remarca Roberto Salis.
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En su opinión, la sintonía de ideas y proyectos políticos de ambos gobiernos hizo que Italia no quisiera entrar en una confrontación diplomática con Hungría. Asimismo, pese a pedir que se respetaran los derechos de la antifascista tras hacerse evidente el malestar de parte de la opinión pública, el Ejecutivo italiano nunca llegó a poner en cuestión la legitimidad del proceso jurídico abierto contra Salis en la Justicia húngara. “La discreción y silencio de las autoridades italianas no tuvo ningún resultado en mejorar su situación”, asegura Nicola Fratoianni, diputado en el Parlamento italiano y uno de los líderes de la Alianza Verdes-Izquierda.
Según añade, ante la inacción por parte del Gobierno, su coalición propuso presentar a Salis como candidata en sus listas a las europeas cómo vía para que pudiera obtener la inmunidad y defenderse en un futuro “en un procedimiento justo donde sus derechos básicos sean respetados”.
Tras su liberación, Fratoianni destacó este viernes que Salis finalmente se ha podido deshacer “de las terribles condiciones en las que se encontró retenida en las cárceles de Orban”, ante lo que “ahora podrá defender los derechos civiles y sociales de los más débiles” desde la Eurocámara.
Con todo, aunque el proceso judicial queda por ahora suspendido, el letrado de Salis en Hungría, Gyorgy Magyar, alerta que la batalla judicial con Hungría podría no haber acabado definitivamente. Según advirtió este viernes, ve muy probable que las autoridades húngaras recurran en Bruselas y pidan que se anule la inmunidad de la ahora eurodiputada para retomar el procedimiento en los tribunales húngaros.
Sin embargo, por ahora Salis queda libre. Deja atrás largas horas de encierro en las celdas de una cárcel de máxima seguridad húngara y un reciente arresto domiciliario donde seguía viéndose intimidada por las amenazas neonazis.