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El colectivo Piztu Bilbo, Itzali MTV ha empezado su recorrido hace meses, poniendo en marcha una campaña contra el macroevento de la MTV y, más en general, contra el modelo de ciudad neoliberal que están impulsando las clases dominantes de Bilbao —con el objetivo de poner sobre la mesa un debate que consideramos urgente y necesario en nuestra ciudad—: el debate sobre cómo está(n) cambiando Bilbao y nuestros barrios y, consecuentemente, nuestras formas de relacionarnos (entre nosotrxs y con el mundo) y nuestra forma de vida.
Aunque tengamos claro que la MTV no es más que un síntoma de un cáncer mucho más difuso (el capitalismo) y sin perder la perspectiva general —la centralidad de todos los macroeventos en los procesos de acumulación del Capital y en la estrategia de valorización de la oligarquía vasco-española— pensamos que es necesario interpelar al modelo (de cultura y de vida) que impulsa esta cadena de televisión-basura.
Para Piztu Bilbo, la MTV es algo más que un simple macroevento: es la representación de un modelo cultural y de una forma de vida que nos quieren imponer: burguesa, individualista, patriarcal y colonial
Para nosotrxs, la MTV es algo más que un simple macroevento: es la representación de un modelo cultural y de una forma de vida que nos quieren imponer: burguesa, individualista, patriarcal y colonial. Es el imperio de la estética, de la miseria existencial, de la pornografía relacional, del deseo de poder y de dinero, del individualismo y del consumismo; es el mundo de la forma de vida homogenizadora (y a cuanto más forma, cada vez menos vida), el mundo de la forma vaciada de contenido, de la estética vaciada de cualquier ética. Es el sueño americano —donde el sueño de uno se convierte en pesadilla de muchxs—, el del just do it —el mundo del Ego, del Yo que se sobrepone al nosotrxs—, el mundo que quiere silenciar y capturar la pluralidad de mundos, reduciéndolos a su imagen más conformista y globalizadora. La MTV no es solo un modelo cultural que nos están imponiendo, es un modo de estar en el mundo, siempre desde la exterioridad, sin ser afectados por él; un modo de mirar al mundo sin tocarlo, sentirlo, ni vivirlo; una forma de consumir el mundo, sin habitarlo.
Ciudad marca
Bilbao, ¿la capital o ‘El Capital’?
La mejora estética y remodelación urbana de Bilbao, exigidas por el capital global, tienen precio: convertir en privados los espacios de una ciudad que antaño eran comunales porque eran eso, barrios.
Somos conscientes, por lo tanto, que luchar contra la MTV es necesario, pero no suficiente. La MTV es solo un pasito más en la construcción del Bilbao capitalista, patriarcal y colonial que quieren las clases dominantes: un Bilbao centro comercial (donde la única relación que cuenta es la económica y mercantil), un Bilbao donde los barrios populares importan solo si se pueden valorizar económicamente, gentrificándolos —echando a las clases desposeídas de sus barrios históricos, sustituidas por una decadente burguesía— o turistificándolos —convirtiendo Bilbao en un museo a cielo abierto, donde la mercancía somos nosotrxs mismas, nuestras relaciones y nuestras formas de vida (cosificadas y folclorizadas para venderla a los turistas-consumidores)—.
Es en este sentido que nos oponemos a todos los macroeventos: porque cada macroevento, detrás de los guiños inquietantes de Aburto y Rementeria, esconden un gran cartel publicitario con el lema: ¡Bilbao Salgai! Por todo ello, luchar contra los macroeventos y contra el modelo de ciudad neoliberal hoy en día en Bilbao quiere decir luchar contra el Capital, actualizar y territorializar la lucha de clases, dar herramientas a las clases desposeídas para que vuelvan a tomar en las manos sus propias vidas y su protagonismo en la Historia y en la construcción de una Euskal Herria independiente, socialista y feminista.
Bilbao
La fábula posmoderna: El espejismo de Zorrotzaurre
Zorrotzaurre sigue siendo rehén de un modelo de hacer ciudad donde la lógica del mercado con la valorización financiera a corto plazo y captura de plusvalías se impone sobre cualquier otra perspectiva a largo alcance.
Como decíamos hace unos días en el 11 Botxo Eguna, vivimos en una barricada, una barricada con dos lados claramente definidos. Por un lado “ellos”: el PNV, los representantes de la oligarquía vasco-española, el Gran Capital de Iberdrola, BBK, Laboral Kutxa, Lastour... Y, al otro lado, “nosotrxs”: el pueblo, la Clase Trabajadora, los movimientos populares y todas las subjetividades y formas de vida que están trabajando para desmercantilizar, despatriarcalizar y descolonizar Euskal Herria. Los términos que dividen esta barricada son irreductiblemente enemigos: ellxs –los representantes del poder político, económico y financiero– están privatizando y valorizando el espacio público, están construyendo relaciones cada vez más mercantilizadas y patriarcales y militarizando cada vez más nuestros barrios; nosotrxs, el movimiento popular, reivindicamos el espacio público como bien común y por su valor de uso, apostamos por modelos de relación y de vida desmercantilizados, somos la expresión más genuina (aún con mil contradicciones y dificultades) de que otro modelo —de territorio, de ciudad y de vida— es posible.
Luchar contra los macroeventos y contra el modelo de ciudad neoliberal de hoy en día en Bilbao quiere decir luchar contra el Capital, actualizar y territorializar la lucha de clases y dar herramientas a las clases desposeídas para que vuelvan a tomar en las manos sus propias vidas
A cada lado de esa barricada hay dos modelos incompatibles, dos mundos enemigos y en guerra (simbólica, epistémica y material): el de los opresores —ellos, unos pocos— y el de lxs oprimidxs y desposeidxs –nosotrxs, el pueblo—. Su mundo es el del individualismo, del consumismo y del egoísmo, un mundo hecho de hormiguitas aisladas e individualizadas, que chocan entre sí sin encontrarse nunca, que se dividen el espacio sin nunca compartir lugares, que intercambian (dinero, miradas y opiniones...) sin nunca socializar y comunizar (emociones, amistades, experiencias...) Nuestro mundo es el de la solidaridad, el del apoyo mutuo, el del protagonismo popular, el mundo de la pluralidad de culturas y de sujetos; un mundo donde caben muchos mundos, donde se engendran otras formas de vida y de habitar (los barrios, los territorios y el mundo), irreductiblemente antagónicas y hostiles a las suyas.
Opinión
Plastikozko behi atzerritarrak
Etxetik urrun egoteko beharra dugu. Maite dugun hiritik urrutiago egoteko premia. Gurean ere turista uholdeak surfeatzen gabiltza egunero. Olatu handiak aspaldi dira gurean. Eredu hau diseinatu zutenak izan ezik, beste guztiok kexu gara: kaleko bizilagun surflariak, merkatari txikiak, langileak…
Por ello creemos que todas las movilizaciones que estamos llevando adelante no son más que el punto de partida para continuar tejiendo redes, creando alternativas populares y construyendo, colectivamente, un modelo de ciudad desde abajo y desde los barrios, porqué saber construir una barricada no es nada si no aprendemos a vivir tras ella.
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Aburto, parece ese comisario bravucón de las películas de Charlot donde le toman el pelo los delincuentes.
¡¡Patético como dispara "Al bulto"!!