Tribuna
Interrogatorio a la virilidad

El hombre blanco, heterosexual y rico mira la realidad de los grupos oprimidos desde el poderoso burladero, y no estará viendo nada, porque para él no existe.

Ciro Morales Rodríguez

@ciromorod

14 nov 2017 06:14

Hombres, hombres, y más hombres (cis*, entiéndase en todo el artículo). Se abren grietas y aparecemos hombres. Se oyen voces y son de hombres. Sonrisas seguras de hombres, perdones hipócritas de hombres. Carros tirados por imprescindibles espaldas, opiniones vertidas para rellenar un silencio incómodo y ajeno. Repúblicas proclamadas por hombres y Estados golpeando con hombres. Manos tendidas manchadas de autocomplacencia, lágrimas de incomprensión por falta de voluntad. Porque tenemos toda la iniciativa del mundo menos cuando se trata de rajarnos el traje masculino para ver de qué hilos está hecho, ¿acaso el rey se preocupa de dónde le llegan las monedas de oro?, ¿quién osa complicarse la vida cuando la comodidad es una gran compañera de viaje?

Somos los dueños de la neutralidad –los que no habitamos el género-, determinamos lo natural y decidimos quién es el Otro… que, precisamente, suele ser la Otra. Nuestras fronteras no se desdibujan fácilmente, no han tenido enemigos, y si aparecen, resisten a cualquier embate gracias a su construcción milenaria. Un muro masculino que condena al salvajismo a quien haya tenido la mala suerte de no ser socializado por el eje de la Norma, por la sacrosanta Hombría. Las atalayas son nuestras, los micrófonos, los mítines, las academias y las revoluciones. Entendemos de cualquier cosa. Sin embargo, estamos empezando a tolerar que existe un más allá… y le llamamos cuota.

El hombre blanco, heterosexual y rico mira la realidad de los grupos oprimidos desde el poderoso burladero, y no estará viendo nada, porque para él no existe; su ignorancia es ceguera, y provoca placer. La experiencia que no es suya no le regala seguridad, ni un marco plausible de análisis.

Además de las gafas del marxismo, que nos complace y motiva porque nos iguala por arriba, existen otras igual de necesarias que son las del feminismo, pero estas nos fragilizan, nos igualan por abajo y nos dejan en una especie de limbo desconocido –para nosotros– por un tiempo indeterminado… el de la respiración.

No pretendo negar la diversidad, madre de todo lo bueno; masculinidades no hegemónicas han existido, hostigadas, toda la vida; pero tampoco negaré el mínimo común denominador que nos ha generado como vara de medir de toda experiencia sensible. Saltarán quejas que alegan opresiones personales, intersecciones varias que inferiorizan… porque no todos cabemos en ese modelo blanco, heterosexual y rico. Pero de momento las tildaré de escudo fraudulento, de tapón de oídos, de intento desesperado que no quiere captar el protagonismo en la dominación sexual.

Se nos hará grande el reto, porque no estamos acostumbrados a la lucha contra uno mismo; nos ahogaremos y querremos tirar la toalla, porque el insight patriarcal no es grato, ni fácil ni beneficioso para nosotros. Pero entonces no podremos hablar de mundos nuevos en nuestros corazones, ni de comunidades, repúblicas o alianzas feministas; y sí de mantenimiento del Poder.

A los hombres no nos gustan las preguntas, nos es más fácil movernos entre certezas. Ante cualquier duda, sentenciamos… no hay posibilidad de vacilar porque se resquebrajaría nuestro molde bien acabado. De esta manera, si pretendo ir abordando y deshilachando nuestra masculinidad en las siguientes colaboraciones, qué mejor forma que una ristra larga de interrogaciones, para que nos vayamos haciendo el cuerpo… a ver si así nos moldeamos a la plasticidad y abandonamos la rigidez que tanto nos caracteriza.

Sin embargo, cuidado con las trampas al solitario, porque, como bien apunta uno de mis referentes principales en esto de la masculinidad, Jokin Azpiazu en Masculinidades y Feminismo (Virus, 2017) (¿Veis? Un hombre que cita a otro hombre), no se trata de ir poniendo el foco en la manera amable y no normativa de ser hombres –que también–, sino de alumbrar con luces de neón –y purpurina– todas y cada una de las aplicaciones prácticas de nuestros privilegios (ya tardaba en aparecer el término estrella que tanto enerva a los guardianes de la modernidad).

Huelga decir también, como corrección feminista que me hacen en los esbozos de estas letras definitivas, que tenemos que prepararnos para saber ser criticados, corregidos, desvelados y reñidos. Porque, evidentemente, este camino no lo hacemos solos –siquiera se nos hubiera ocurrido empezarlo–, sino siempre en relación, acompañados y fiscalizados por la mujer, feminista o no. Ni que decir tiene que no es una ocurrencia propia de nosotros, a gusto en nuestro papel histórico, ya que surge de una dignidad ajena que lleva peleando desde siempre en pos de unas relaciones sexuales (de los sexos) justas e igualitarias.

Así, sin más dilaciones, boli y papel, porque tenemos tarea: ¿quiénes somos por el hecho de ser hombres? ¿Reconoces la estructura? ¿Somos conscientes de las dádivas sociales –materiales– que se nos otorgan por lo mismo? ¿Qué historia te cuentas en tus relaciones públicas e íntimas? ¿Escuchas? ¿Sabrías dibujar una vulva con todo el lujo de detalles que te permites cuando dibujas un falo? ¿Qué importancia tiene la penetración en el coito? ¿Tienes miedo a la mediocridad? ¿Asumes que tu liderazgo no viene simplemente por tu carisma personal? ¿Te dejas dominar (sin bdsm), te permites no llegar a la eyaculación, cuánto placer real te da esta, te abandonas? ¿Por qué necesitamos no dejar de seducir, qué tajada sacamos con ello, qué escondemos? ¿Qué vemos cuándo miramos el otro cuerpo? ¿Te fusionas o mantienes la distancia de control? ¿Sabes no dirigir? ¿Cierras filas con tus compadres? ¿Consumes sexo e intentas pintarlo de relaciones abiertas? ¿Somos totalmente conscientes de los consentimientos o han brotado por la amplia gama de plumas coloridas con las que contamos? ¿Un sí ahora o ayer es un sí para siempre? ¿Cuánto llamas la atención y qué pasa si no funciona? ¿Quieres poseer (sin preacuerdos eróticos)? ¿Te atreves a no ser un hombretón corporativista? ¿Distingues bien entre fantasía y realidad? ¿Los besos son una puerta de entrada para una reiteración cansina de intentos? ¿Hay camino y destino, podrías no llegar al segundo? ¿Lloras y reconoces errores? ¿Pides perdón y te perdonas? ¿Crees en las bondades de ser objeto y sujeto a la vez?

¿Te imaginas de otra forma y tienes voluntad para conseguirla? ¿Ves esta necesidad o sigue siendo una cuestión secundaria, “posmoderna”, accesoria u obligada? ¿Va contigo el feminismo –francamente– o siempre habrá una mirada de soslayo? ¿Eres capaz de desprenderte del papel que te has construido; nuestro armazón nos deja sentir y estar conectado?

Saber cuándo ocupamos espacio y por qué –y tener la sabiduría de dejar de hacerlo–, saber cuándo subimos el tono y por qué –y tener la sensatez de dejar de hacerlo–, saber descubrir nuestra vulnerabilidad –y abrazar el dolor y la inseguridad que causa–, no avasallar, no aconsejar siempre a todas horas, aceptar los “noes” en cualquier circunstancias de nuestra vida y no rebotarnos por ello, dar pasos al lado e incluso atrás, leer entre líneas en la relación con el otro sexo, buscar nuestra sensibilidad así como saber ver la sensibilidad del Otro, y acoplarnos. Asumir que nuestro tiempo no vale más que el de los demás, no sobrevalorar la autoridad ni menospreciar a los que no la tienen (o no se la damos), no creernos imprescindibles ni irresistibles, no embellecer nuestra voluntad y egoísmo con discursos elaborados y racionales o con zalamerías cariñosas, no tener que decir siempre la nuestra: el silencio es una grandiosa forma de comunicar… y sobre todo, escuchar, escuchar y escuchar; aunque para eso hay que saber hacerlo.

*CIS: del latín “en el mismo lado”, usado para personas no trans+ (“al otro lado”). Acuñado por primera vez por Carl Buijs, hombre transexual.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Tribuna
Tribuna Verde de ecosocial, verde de educación pública
En nuestras aulas se ha colado una prisa ansiosa, que juzga al alumnado como un gasto, que lo dirige, poco a poco, a un mundo laboral tecnoptimista y completamente atomizador.
Tribuna
Tribuna Una inteligencia artificial que pinta en rosa y azul
El retorno a la Casa Blanca de Donald Trump ha traído consigo el regreso de antiguas miradas reduccionistas de la realidad. La legitimación política y parlamentaria de los discursos de odio tiene una traducción social asociada.
Tribuna
Tribuna Militarismo y neofascismo
El militarismo rampante pone en grave peligro la convivencia, la cooperación, la seguridad y la paz mundial.
Gerardo Romero
22/11/2017 11:15

Gracias Ciro por tus palabras, esas que nos invitan a rajarnos el traje masculino y ver de que hilos está hecho. Creo que es muy necesario empezar tomándonos a nosotros mismos como esos seres que no tienen arreglo si a los hechos nos remitimos, si valoramos nuestros haceres cotidianos y políticos; y no me refiero a los Trump, P. Reverte, etc. Pienso en todos nosotros, los molones que no asumimos reflexiva y responsablemente esa jerarquía de dominación heteropatriarcal incorporada, encarnada en nuestros quehaceres cotidianos, diarios y en los quehaceres extraordinarios, perdón, en los políticos. Que no rompemos la fraternidad cuando algún compa habla de “feminazis”; que estamos dispuestos a cambiar el pañal del bb pero no el de nuestro abuelo; que “ayudamos” pero no asumimos los curros de cuidados; que desconocemos las críticas que enriqueciendo el discurso emancipador han hecho y harán las compañeras (feministas revolucionarias, transfeministas, anarkofeministas, etc) a las distintas corrientes que quieren llevar un mundo nuevo en los corazones; que seguimos pensando en la lucha antagonista al heteropatriarcado como algo secundario y derivado de la lucha contra el capital y/o el estado; que seguimos siendo unos donjuanes ¡que te cagas!; que seguimos mirando a les rarites como las que se merecen todo nuestro respeto, pero eso sí….. ¿tienen algo que ver conmigo?, nos preguntamos a nosotros mismos y sin decirlo muy alto ¡que incomodidad me producen estos temas! nos rumiamos…..Bueno Ciro, como preguntas, o entiendo que provocas con tus preguntas, ¿somos destino o proceso, devenir?, queremos empezar a desprendernos de los privilegios de nuestras masculinidades hegemónicas heteropatriarcales iniciando un proceso reflexivo, humilde y responsable de nuestros haceres que nos lleven a reformar, transformar o a abolir (gracias Azpiazu) esa identidad que históricamente nos vendieron como destino. Ciro tus palabras abren un poquito la ventana de la esperanza, es que algunas veces siento que , como dije arriba no tenemos remedio.

1
0
Gerardo RomeroAnónima
19/11/2017 12:06

Gracias Ciro por tus palabras, esas que nos invitan a rajarnos el traje masculino y ver de que hilos está hecho. Creo que es muy necesario empezar tomándonos a nosotros mismos como esos seres que no tienen arreglo si a los hechos nos remitimos, si valoramos nuestros haceres cotidianos y políticos; y no me refiero a los Trump, P. Reverte, etc. Pienso en todos nosotros, “los molones” que no asumimos reflexiva y responsablemente esa jerarquía de dominación heteropatriarcal incorporada, encarnada en nuestros quehaceres cotidianos, diarios y en los quehaceres extraordinarios, perdón, en los políticos. Que no rompemos la fraternidad cuando algún compa habla de “feminazis”; que estamos dispuestos a cambiar el pañal del bb pero no el de nuestro abuelo; que “ayudamos” pero no asumimos los curros de cuidados, ya que eso supondría darnos más de una vuelta a nuestra identidad; que desconocemos las críticas que enriqueciendo el discurso emancipador han hecho y harán las compañeras (feministas revolucionarias, transfeministas, anarkofeministas, etc) a las distintas corrientes que quieren llevar un mundo nuevo en los corazones; que seguimos pensando en la lucha antagonista al heteropatriarcado como algo secundario y derivado de la lucha contra el capital y/o el estado; que seguimos siendo unos donjuanes ¡que te cagas!; que seguimos mirando a les rarites como las que se merecen todo nuestro respeto, pero eso sí….. ¿tienen algo que ver conmigo?, nos preguntamos a nosotros mismos y sin decirlo muy alto ¡que incomodidad me producen estos temas! nos rumiamos…..Bueno Ciro, como preguntas, o entiendo que provocas con tus preguntas, ¿somos destino o proceso, devenir?, queremos empezar a desprendernos de los privilegios de nuestras masculinidades hegemónicas heteropatriarcales iniciando un proceso reflexivo, humilde y responsable de nuestros haceres que nos lleven a reformar, transformar o a abolir (gracias Azpiazu) esa identidad que históricamente nos vendieron como destino. Ciro tus palabras abren un poquito la ventana de la esperanza, es que algunas veces siento que , como dije arriba no tenemos remedio. Gerardo Romero Díaz

0
0
Análisis
Análisis Alemania: victoria sin entusiasmo de la CDU y retorno de La Izquierda
Los conservadores optan a gobernar con el SPD en coalición. AfD obtiene un resultado histórico que le convierte en amenaza para el futuro de Alemania. La Izquierda se desempeña bien en las elecciones tras una campaña tácticamente inteligente.
Opinión
Opinión El evitable ascenso de Alternativa por Alemania
El mejor cordón sanitario a la extrema derecha es combatir las causas que han generado su ascensión, que sus ideas y propuestas no se apliquen de forma interpuesta por los partidos de la gran coalición que presumiblemente gobernara Alemania.
Feminismos
nuevas masculinidades Hombres y violencia sexual: hablar desde el lado de la culpa y la vergüenza
Poco después del caso de la mujer francesa que se ha convertido en icono de la lucha contra la violencia sexual, las acusaciones contra Errejón servían otra jarra de vergüenza a los hombres que se sienten en el lado de los aliados.
Justicia
Juana Rivas “Mami, tengo miedo”, Gabriel revela una llamada desesperada a su madre, Juana Rivas
El hijo mayor de Juana Rivas comunica, a través del equipo jurídico de su madre, un audio que envió cuando tenía 13 años a su madre, “porque tengo miedo que Daniel, con sólo 11 años, pueda volver a Italia bajo la custodia de nuestro padre”

Últimas

Galicia
Galicia Miles de personas llenan Santiago con un grito único en defensa de la lengua gallega
La plataforma Queremos Galego consigue aglutinar voces diversas de la Galicia social, política y cultural para “parar la emergencia lingüística” que sufre la lengua propia y así exigir a la Xunta “un cambio de actitud”.
La vida y ya
La vida y ya Un colegio público cualquiera
Mi colegio no era especial, no era muy diferente a otros. El patio al que salíamos corriendo cuando sonaba el timbre que precedía al recreo era de cemento y había un único árbol, un olivo, que tenía un tronco fácil de trepar.
Opinión
Opinión Al cole en menos de quince minutos
Hay una imperiosa necesidad de redefinir (y redimensionar) nuestras ciudades para hacerlas más sostenibles y amables.
Memoria histórica
Después de Auschwitz Un poquito más de lo que les mandaron
En una Europa cada vez más parda, 80 años después de la liberación de Auschwitz merece la pena recordar el papel de aquellos “hombres normales” de los Einsatzgruppen, de los “técnicos”, de los silentes colaboradores necesarios.
Huelga
Convenios colectivos La plantilla de Correos va a la huelga el 26 de febrero para evitar la “estocada de muerte” al servicio postal
CGT convoca a la plantilla por todo el Estado el próximo miércoles y varios días de marzo para evitar que se cumpla un acuerdo firmado por empresa y sindicatos para recortar el convenio actual y sentar las bases para la negociación del próximo.
Más noticias
Medios de comunicación
El Batracio Amarillo La revista satírica ‘El Batracio Amarillo’ acusa al Ayuntamiento de Motril de intentar llevarla a la quiebra
La publicación humorística, la segunda más antigua de nuestro país tras ‘El Jueves’, reclama tres facturas por más de 36.000 euros y denuncia el boicot a su festival de cómic, que fue obligado a trasladarse de lugar.
Paterna
Paterna Vandalizan el muro de Paterna donde el franquismo fusiló a 2.238 personas
El paredón amaneció este viernes con grandes letras pintadas con spray negro donde se podía leer “Sagredo eres maricón y tarado”, en referencia al alcalde del municipio.

Recomendadas

Cine
Kamal Aljafari “Palestina está en la raíz de la situación actual del mundo”
Kamal Aljafari lleva toda su carrera trabajando con materiales de archivo, indagando en las imágenes e interviniendo en ellas para preservar memorias en desaparición y para oponerse al proyecto colonial sionista y su falseamiento del pasado.
Líbano
Ocupación israelí Israel incumple el acuerdo de paz y mantiene tropas en el sur de Líbano para “vigilar” a Hezbollah
El Ejército sostiene la ocupación de cinco colinas a lo largo de la frontera tras evacuar sus soldados de decenas de municipios. Miles de civiles regresan a sus casas para descubrir que lo han perdido todo.
Feminismos
Ana Bueriberi “El activismo tiene que ser colectivo: para contribuir al cambio es imprescindible despersonalizar la causa”
La periodista madrileña Ana Bueriberi reconoce que no sintió la discriminación hasta que llegó a la Universidad. Hoy, desde el proyecto Afrocolectiva reivindica una comunicación antirracista, afrofeminista y panafricanista.