Teatro
‘N.E.V.E.R.M.O.R.E.’: habitar la catástrofe

“Decidimos contar una historia para no olvidar tan fácilmente que las cosas pueden ser de otra manera. La hemos llamado N.E.V.E.R.M.O.R.E”, escribe Chévere Teatro sobre su nuevo montaje, estrenado el pasado 16 de septiembre en el Teatro María Guerrero de Madrid (Centro Dramático Nacional) ante cientos de activistas y artistas.

Esta es la historia de autoorganización, resistencia y lucha de la gente en Galiza por salvar el mar y reducir todo lo posible los daños del desastre ecológico y social causado el 13 de noviembre de 2002 por el hundimiento del petrolero Prestige y el vertido al agua de casi 80.000 toneladas de fuel. Un buque construido en Japón, con bandera de las Bahamas, propiedad de una empresa localizada en Liberia, fletado por otra empresa con sede en Suiza dependiente de un grupo ruso, asegurado por una empresa británica y certificado por otra empresa estadounidense, con armador griego, tripulación filipina, cargado de petróleo en San Petersburgo con destino Singapur.

¿Qué puede salir de juntar el compromiso con la verdad, con la oralidad, la memoria, la poesía, la radio y el teatro? Lo que vemos en los trabajos de Chévere es la punta de un iceberg alimentado de mucho trabajo colectivo y de enorme dedicación por parte del núcleo base de la banda, es decir, Patricia de Lorenzo, Miguel Lira y Xesús Ron, Xron.

Además de Madrid, donde se puede ver hasta el 10 de octubre, N.E.V.E.R.M.O.R.E. se presenta en Santiago de Compostela los días 22, 23 y 24 de octubre y hasta enero de 2022 la obra girará por Ferrol, Valladolid, Santurtzi, Logroño, A Coruña, Ourense y Barcelona.

Estéticas de lo colectivo

Una instalación de paraguas negros abre el montaje. Un paraguas por cada petrolero hundido que envenena el planeta. La obra propone a lo largo de dos horas diferentes instalaciones visuales cargadas de metáforas. La escenografía es de Carlos Alonso con ayudantías de Anabel López, Brais Lestón y Tristán Ron. El arte es de Quique Martínez. Pepe Penabade construye el gran cuervo marioneta. Y todo lo ilumina Fidel Vázquez. El vestuario, hecho por Uxía P. Vaello, acompaña en su condición mundana lo trascendental del acontecimiento.

A través de una técnica de presentación de personajes que ya es seña de identidad de Chévere —una especie de fluctuación entre el teatro, el periodismo y la performance— los testimonios que encarnan los actores y las actrices transmiten la fuerza que tiene la gente cuando se autoorganiza y lucha desde abajo.

“Son voces que nos permiten escuchar lo que resiste, escuchar desde las propias heridas, desde aquello que se rompe y no se deja capturar”, cuenta la compañía.

Desde el comienzo hasta el final de la pieza, el espacio sonoro (Xacobe Martínez Antelo) y el sonido (Xurxo Pinheiro) son impresionantes. Cada actor y cada actriz (Manuel Cortés, Borja Fernández, Mónica García, Miguel de Lira, Patricia de Lorenzo y Arantza Villar) tiene partituras cuidadosamente sincronizadas con el resto. La dirección escénica de este trabajo coral vuelve a ser de Xesús Ron, Xron. Esta vez con Nekane Fernández como ayudante de dirección.

“El teatro que hacemos en Chévere responde a la reflexión interna del momento que nos ha tocado vivir. Antes que artistas somos ciudadanas, formamos parte de una sociedad concreta, en un lugar concreto del planeta y del Estado”, afirma la actriz Patricia de Lorenzo

Patricia de Lorenzo cuenta cómo ve desde su experiencia la relación entre la práctica escénica y los movimientos de transformación social: “El teatro que hacemos en Chévere responde a la reflexión interna del momento que nos ha tocado vivir. Antes que artistas somos ciudadanas, formamos parte de una sociedad concreta, en un lugar concreto del planeta y del Estado”.

En el repertorio más reciente de Chévere figuran obras tan incisivas como Testosterona (2009), la trilogía Citizen (2010-2011), Eurozone (2013), Ultranoite no País dos Ananos (2014), As Fillas Bravas (2015 y 2020), Eroski Paraíso (2016) o Curva España (2019). “Tomamos el tiempo presente como punto de partida. Queremos transmitir determinadas reflexiones que consideramos importantes para transformar nuestra sociedad al público que nos viene a ver. Es nuestra pequeña aportación, nuestra militancia”, explica la actriz.

El actor Miguel Lira cuenta en la obra: “Y me acordé de que yo también había guardado una caja con cosas del Prestige. Rebusqué por casa y no la encontré. En cambio apareció otra con la que no contaba, una caja forrada con plástico negro que tenía algo escrito por fuera con pintura blanca: 30 de Noviembre 2002, Peche de Laxe, Burla Negra”.

Burla Negra era la plataforma de la gente de la cultura que nació para denunciar la gestión del Prestige. El Peche de Laxe fue la primera acción de protesta pública. “Nos encerramos en la casa de Cultura de Laxe una semana, hasta el 30 de noviembre de 2002. Allí funcionábamos con un calendario de mareas. Con marea baja limpiar la playa negra, y con marea alta limpiar la burla, limpiar las mentiras y depurar responsabilidades”, continúa Lira.

“Una caja negra es como una caja de memoria. Esta podría ser la caja negra del Prestige”, responde Patricia de Lorenzo. Chévere rescató un disquete —“otro dispositivo de memoria”— con material de comunicación, manifiestos, notas de prensa, imágenes, listas de contactos, organizado por la gente de Vieiros, el primer periódico digital de Galicia, que conectaron dos ordenadores a la red en la Casa de Cultura de Laxe y montaron una web de contrainformación.

Hacer radio en escena

El humor, la inteligencia, la alegría colectivas frente a la mentira política y mediática. Eso es N.E.V.E.R.M.O.R.E. En un momento de la obra asistimos a una intensa escena radiada. Chévere presenta “La Guerra de los Mundos del Prestige”, un guión radiofónico montado con las grabaciones reales de la torre de control de Finisterre, entre el 13 y el 19 de noviembre de 2002.

Y entonces el objeto “pancarta” se hace sujeto en Costa da Morte: “Impidamos a morte do mar a toda costa!”.

Hacer memoria juntas es un acto necesario, poético y sanador. Muchas de las personas que asistieron al estreno pisaban un teatro por primera vez después del inicio de la pandemia. Era la primera vez que volvían a ver una obra en directo después de un año y medio. La primera vez que comentaban con otras personas de cuerpo presente lo que acababa de pasar en el escenario y lo que estaban viviendo, compartiendo memoria de la lucha social y ecologista casi veinte años después. La emoción a veces no se puede describir con palabras.

Teatro político para el siglo XXI

Ver los trabajos de Chévere en este lado del planeta llamado norte global es como caminar por un bosque que conduce a una ría por la que entra el mar. Todo el mundo en el ReyNo de España, no solo la clase artística de este país que no existe, debería poder acceder a ver sus obras porque “elevan la escena privada a lo histórico”, como decía Piscator.

Quienes hacemos arte hoy en la Europa Fortaleza necesitamos una relectura en clave decolonial y feminista del libro manifiesto El Teatro Político de Erwin Piscator, editado y publicado en español por la editorial Hiru, Hondarribia (Gipuzkoa, 2001), exactamente por el dramaturgo, filósofo, teatrero y maestro Alfonso Sastre, que el 17 de septiembre nos dejaba a la edad de 95 años. Sastre escribió en el prólogo de Piscator sobre la necesidad de volver a poner en el teatro (y también en la performance) el impulso y las exigencias de una revolución generalizada de la vida y de las estructuras sociales, como una exigencia moral y poética, sea la forma o el estilo que sea.

En este sentido, Chévere lleva más de 30 años abriendo posibilidades para un teatro político en España. Un teatro documento. Incluida la creación de la Sala Nasa (1992-2011). Hoy en el contexto de colapso global, esta “compañía de axitación teatral” está creando narrativas que mezclan lo teatral con lo audiovisual y lo performativo. Pero Xesús Ron precisa: “No es fácil encontrar alternativas o funcionar de otras maneras, lo digital en teatro no sustituye a lo presencial”.

Del Prestige a la pandemia

Tras estrenar Curva España en la Mostra Internacional de Teatro de Ribadavia de 2019, Chévere Teatro llevaba su montaje a la capital del ReyNo. Pero era marzo de 2020 y los Teatros del Canal de Madrid tuvieron que suspender las funciones por el comienzo de la pandemia, dejando en el aire esta obra que opera como analogía entre la construcción de las líneas del ferrocarril y la construcción del Estado español. La curva donde murió el ingeniero José Fernández España Vigil en 1927 “es una metáfora del fallo estructural en los planes de construcción de una nación”, escribió Sara Guerrero en O Salto Galiza.

“Queríamos hablar de la catástrofe ecológica y social del Prestige en el contexto de la crisis climática y humanitaria mundial”, explica Xesús Ron

Un año y medio después, la compañía vuelve a Madrid. El coronavirus ha afectado todo el proceso de creación de N.E.V.E.R.M.O.R.E. Xesús Ron lo explica: “Justo cuando estábamos empezando a trabajar sobre el tema del Prestige nos vimos confinados en casa. En ese momento fue cuando se dieron algunas circunstancias que nos conectaron el Prestige con el presente de la pandemia. Cosas como el llamamiento del hospital de Cee pidiendo a la gente material guardado del Prestige porque no tenían EPI para el personal sanitario. O la cancelación de la apertura del Parador de Muxía por el coronavirus, después de esperar 17 años a ver cumplida esta peculiar promesa del gobierno de Aznar para compensar a Costa da Morte por las consecuencias desastrosas del Prestige. La idea siempre fue hacer memoria desde el presente de lo que fue y supuso el Prestige. Así que una situación tan extraordinaria como la que vivimos tenía que afectar y estar presente en la historia. Sobre todo porque queríamos hablar de la catástrofe ecológica y social del Prestige en el contexto de la crisis climática y humanitaria mundial”.

Miguel Lira dice en la obra: “Este S.O.S. desesperado del hospital me conectó con aquel mayday del Prestige que casualmente navegaba por un corredor, el Corredor del Atlántico. Uno de los tránsitos marítimos con más tráfico de mercancías peligrosas del mundo. Un verdadero corredor de la muerte a 30 millas de la costa. Otra casualidad o conexión entre las dos catástrofes es la ausencia total de previsiones y la falta de medios para afrontarlas. Y la coincidencia es que los medios que se reclamaban para combatir la pandemia eran los mismos que se usaron para limpiar la marea negra. Los mismos trajes, los mismos complementos, la misma estética... La estética de la tragedia”.

El pulso del teatro

Como “difícil” califica Xesús Ron el actual estado de las prácticas escénicas en el Estado español. “Hay mucha diversidad de prácticas, con trabajos y propuestas muy interesantes. Pero la pandemia y las restricciones están afectando mucho y de manera desigual. Da la impresión de que todo se vuelve a concentrar un poco más sobre algunos focos de mayor actividad, en algunas ciudades y zonas. Y se están reduciendo las posibilidades de mantener una actividad constante fuera de los circuitos más convencionales porque se ha reducido la contratación y el margen para incluir propuestas de riesgo desaparece de muchas programaciones”.

Una cosa es lo que pasa en Madrid o Barcelona y otra en el resto de España. “Fuera de Madrid ha habido un parón en las funciones a taquilla. La sensación es que se quiere recuperar la normalidad lo antes posible, como si no hubiese pasado nada. Pero no es posible”, explica Xron. “En Galicia hemos estado prácticamente un año con los aforos de los teatros reducidos al 30%. Ahora no llegan al 50%. Esto afecta muy negativamente a todo el sistema escénico. La gestión de los teatros se complica. Se han tenido que suspender los programas de abono por segundo año. El público lo tiene difícil si quiere asistir porque hay muy pocas entradas y se nota ya una pérdida de asistencia. Las contrataciones se han reducido mucho, sobre todo de los espectáculos de mayor formato o de mayor riesgo artístico”.

N.E.V.E.R.M.O.R.E. ha sido posible porque ha habido una coproducción del Centro Dramático Nacional y de Chévere Teatro con el apoyo de Agadic (Axencia Galega das Insdustrias Culturais, Xunta de Galicia). “En cualquier caso, en plena pandemia en Galicia vivimos un momento muy rico e interesante en la creación escénica, con propuestas originales y muy sólidas, con gente muy veterana y otra mucho más joven. Un gran momento creativo que, sin embargo, no se ve acompañado por unas políticas culturales igualmente ambiciosas. La proyección de las prácticas artísticas y escénicas en Galicia está muy por encima de la limitada visión de las instituciones y administraciones”, concluye Xron.

¿Sabemos ya lo que significa gritar Nevermore. Nunca más. Nunca mais?