We can't find the internet
Attempting to reconnect
Something went wrong!
Hang in there while we get back on track
Seguridad Social
La reforma de los permisos de paternidad afronta el reto de acabar con la brecha de género
El acuerdo entre Gobierno y Unidos Podemos incluye la ampliación de los permisos de paternidad hasta 16 semanas, el mismo tiempo de permiso que tienen las madres. La Plataforma por los Permisos Iguales defiende que esta medida puede poner fin a la brecha salarial. Las voces críticas advierten de que los permisos iguales no tienen en cuenta la necesidad de las madres.
La reforma de los permisos de paternidad que incluye los Presupuestos Generales del Estado acordados por el Gobierno y Unidos Podemos ha creado revuelo entre los políticos, empresarios y en la propia sociedad. La propuesta pasa por alargar el actual permiso de cinco semanas a ocho en 2020 y a dieciséis semanas en 2021.
La reforma tiene el propósito declarado de modificar el actual reparto de los cuidados y es “una gran noticia”, afirmó la Plataforma por Permisos Iguales e Intransferibles de Nacimiento y Adopción (PPiiNA). El objetivo principal sería, por un lado, contribuir a la eliminación de la brecha salarial en el ámbito laboral de la mujer con el hombre y, por otro, acercarse a una situación más igualitaria entre padres y madres. “Sin embargo no cualquier ampliación es un avance hacia la igualdad. Es contraproducente emplear el dinero público en ir ampliando semanas sin un diseño claro. Con una buena regulación, hay que conseguir que los progenitores se queden a cargo de su bebé a lo largo del primer año de vida”, explica la PPiiNA a El Salto.
¿Cómo están repartidos en la actualidad estos permisos? La ley de paternidad y maternidad en la actualidad incluye cinco semanas intransferibles y no obligatorias para los padres, tras la reforma acordada por PP y Ciudadanos. Las madres tienen el derecho a la baja durante un total de cuatro meses: seis obligatorias y otras diez que se pueden compartir con el otro progenitor. En ambos casos, el subsidio es del 100% del sueldo. Con este reparto, la Seguridad Social ha destinado en 2018 más de 932 millones de euros al pago de prestaciones, en maternidad un total de 730.704.176,78 y en el caso de paternidad 202.258.082.
ACABAR CON LA BRECHA
Para Amelia Baena del Club de las Malas Madres, las bajas de paternidad y maternidad tienen que ser iguales porque “en las empresas se tiene que considerar por igual tanto al hombre como a la mujer que espera un hijo y así se evitaría discriminaciones por sexo”, explica. Sin embargo, cree que estos permisos nos acabarían por sí solos con la brecha salarial. “La brecha salarial se eliminaría con transparencia en los salarios para ambos empleados”, argumenta.
Según un estudio realizados por Comisiones Obreras, en el año 2016 un 26% de las mujeres entre los 25 y 45 años trabajaban a tiempo parcial por tener que hacerse cargo del cuidado de los hijos. En el caso de los hombres, solo un 5% se encontraba en esa situación. Esta desigualdad es responsable de la brecha salarial que hay en España, que se traduce en una diferencia de 687 euros, donde las hombres tiene un sueldo a tiempo completo de 28.363,24 euros y el de las mujeres 24.813,74, según el último estudio del Instituto Nacional de Estadística, en el año 2016.
Parto
Parir en el norte de Extremadura
La situación de las matronas en el norte de Extremadura continúa siendo precaria. Los pueblos del Valle del Jerte estuvieron sin matrona durante un mes. Muchas afectadas se quejan también de la precariedad de los medios de asistencia a las embarazadas en el hospital Virgen del Puerto de Plasencia.
“Hay que preguntarse si nos atrevemos a imaginar una organización socioeconómica más allá del orden de género y, si es así, la equiparación de los permisos propuesta en la nueva ley de paternidad se convertirá en una pieza necesaria para empezar a subvertir la división sexual del trabajo”, explica Carmen Castro, experta en Economía e Igualdad de Género en Sin Género de Dudas. Porque hoy en día, la ruptura en el ámbito laboral sigue vigente. “Es hora de avanzar de manera efectiva hacia un cambio de modelo de familia y de sociedad, en la que los cuidados de los hijos no están predeterminados por roles de género”, declara Carmen Castro, que también es activista de PPiiNA.
En esa misma línea incide Maite Egoscozabal, del Club de las Malasmadres: “Tanto la baja de maternidad como de paternidad se tiene que disfrutar por igual y ser un derecho”. Tanto los padres como las madres con el cambio de la reforma de paternidad y maternidad “conseguirán la igualdad en ambos planos de la sociedad, para crear familias donde los roles están construidos en la igualdad”.
Mirar al norte
Cuando se trata de reducir la brecha salarial, las estadísticas de Islandia o Noruega hacen que haya que mirar al norte. En Islandia, los padres y madres disfrutan de un total de nueve meses de baja de paternidad: tres meses son para el padre, los otros tres meses para la madre y los tres meses restantes se pueden repartir como decidan los progenitores.Una Helga Jónsdóttir, Vicecónsul Honoraria de España en Islandia, explica que este sistema está detrás de la reducción de la brecha salarial: “Desde el 2007, en la época de crisis económica. hasta el 2017, se ha conseguido no solo rebajar la tasa de desempleo, sino también conseguir la igualdad en este ámbito; no hay preferencia en Islandia a la hora contratar a una mujer o a un hombre en el siglo XXI”.
Los estudios realizados por World Economic Forum en el 2017 indican que Islandia, Noruega y Finlandia han conseguido la igualdad en el ámbito laboral. Los tres han puesto en marcha a partir del año 2000 leyes de paternidad para que todos los padres tengan que coger bajas para hacerse cargo del cuidado de la descendencia.
Sin embargo, algunas voces han argumentado que los permisos iguales no tienen en cuenta las necesidades específicas de las madres. La Plataforma de Madres Feministas por la Ampliación de los Permisos Transferibles (PETRA), pide la ampliación y transferibilidad de los permisos. Con la premisa de que la paternidad y la maternidad no son equiparables, esta plataforma plantea escuchar a las madres como “sujeto político” y poner en valor la maternidad.
PPiiNA mantiene que solo unos permisos iguales podrán abrir el camino hacia la igualdad: “La experiencia internacional refleja que los hombres usan exclusivamente su permiso propio, el que nadie más podría usar”, dice Castro, que recuerda además que “a medida que los padres asumen responsabilidades de cuidado de sus hijos e hijas van implicándose también en el cuidado de otras personas del entorno familiar”.
Maternidad
El IRPF y las prestaciones por maternidad
Relacionadas
Seguridad Social
Seguridad Social Las viudas de Orcasitas ya no tendrán deudas con la Seguridad Social
Seguridad Social
Pensiones A pesar de dos sentencias del Supremo a favor de pensionistas el INSS reclama devolver ganancias patrimoniales
Pensiones
Pensiones El Gobierno deja en manos de la patronal la jubilación anticipada de los trabajadores en sectores de riesgo
Haidy, olvidé comentar...
No suena patético lo que dices, fue tu experiencia. Y entiendo lo que dices, y apoyaría totalmente la libertad a escoger, decidir entre la pareja, cualquiera que fuese el mejor arreglo para ambos y el hijo.
Sin embargo, dada la situación actual, en la que lamentablemente todavía se asume como normal que la mayor parte de la carga a la hora de cuidar al recién nacido recaiga en la mujer; creo firmemente necesaria una ley que “obligue” al hombre a repartir la responsabilidad – y el disfrute.
Mi opinión es que no se trata de una simple decisión familiar. A día de hoy, sin ninguna medida legal, se continúa perpetuando una realidad que hace que las empresas, y por todos los agentes de la sociedad, apliquen una política diferente según el trabajador sea un hombre o una mujer. Y ésto para mí es intolerable cuando lo que deseo es una sociedad igualitaria en todos los ámbitos.
Un saludo.
Quien pide permisos iguales no se da cuenta de que no es lo mismo ser padre que madre. Con mi primer hijo, después de 5 meses, yo continuaba extenuada, durmiendo poco y arrastrando problemas de un parto complicado, los pezones agrietados por dar el pecho y un estado emocional derivado de todo ello que no hacían de mi una persona profesionalmente capaz. Mi pareja, nada de eso. En nuestro caso, en nuestros trabajos nos permitieron una flexibilidad que fue la que nos salvó; gracias a esa ello el pudo cumplir en su trabajo, yo alargar mi excedencia y sacar adelante al pequeño. ¿Quién es capaz de exigir a mi pareja que se quede en casa, cuando la que lo necesitaba era yo? Ahora le cambiaba de pezones, de vagina, ahora le regalaba los puntos de la cesárea, las noches medio en vela...
Siento leer que tu postparto fue tan malo.
En casos similares al tuyo se podría optar por una baja por enfermadad: depresión postparto, complicaciones en la salud, etc. que desde mi punto de vista, nada tienen que ver con la baja por paternidad, que no se reserva por un tema de salud sino por crianza del hijo. Y es aquí donde es necesario, otra vez desde mi opinion, que ambos progenitores compartan la responsabilidad.
Me releo y sueno patética... pero así fue. También tuvo cosas buenas, por supuesto, y aquello no es mas que un lejano recuerdo. Quizás no te falte razón, pero yo entonces ni si quiera pensé en coger una baja, porque tampoco me consideraba enferma. A lo que voy es que lejos de imponer, lo que la ley tiene que hacer es dar flexibilidad a la pareja para que pueda hacerlo de la mejor manera. Nuestras circunstancias laborales eran: mi trabajo a 45 minutos de mi casa y jornada partida. En suma, 12 horas fuera de casa en caso de hacer jornada completa. Mi pareja iba andando en 5 minutos, y jornada continua, a turnos (7 horas y 50 minutos fuera de casa). A lo que hay que sumar que, optando por la lactancia materna que fue mi elección (y digo mía porque mi pareja me animó a dejarlo al ver mis pezones), hacía más sencillo que yo alargará la excedencia y no el. Y con esto lo que quiero decir es que ninguna ley puede llegar a prever ciertas cuestiones, por lo que en nuestro caso hubiese sido mejor tener cierta disponibilidad y flexibilidad para organizarnos según nuestras circunstancias.