We can't find the internet
Attempting to reconnect
Something went wrong!
Hang in there while we get back on track
Sanidad pública
Trabajadores de una UCI del Gregorio Marañón alertan del riesgo en la seguridad de los pacientes por falta de plantilla
Trabajadores y trabajadoras de la UCI flexible en el Gregorio Marañón alertan de que durante el fin de semana pasado la ausencia de personal suficiente produjo riesgos en la seguridad de los pacientes ingresados en la unidad. Según explican estas fuentes, en un turno llego a haber solo una enfermera para atender a tres pacientes, cuando las ratios son de un máximo de dos. “Son enfermos en estado grave e inestables y hasta de uno es la relación enfermera-paciente si llevan ECMO —un sistema de ventilación que permite la respiración— o tienen que ser pronados —colocados boca abajo— o hay que llevarlos a pruebas”, explican los trabajadores a El Salto.
Según ha podido saber este periódico, se registraron hasta 10 alertas en el sistema CISEM, una plataforma donde se describen de manera anónima situaciones que ponen en riesgo la seguridad del paciente. “Cuando nadie en concreto se hace cargo de un paciente hay muchos fallos, olvidos, malentendidos y desatención. Hacemos lo que podemos y, por ejemplo, nos dijo una enfermera que un paciente continuó con una bomba de infusión continua de insulina sin aporte de nutrición ni sueros y sufrió una hipoglucemia”, explica.
“La situación a las 8 horas (del sábado) era de falta de cuatro enfermeras. Esto supone una sobrecarga asistencial, un detrimento en el cuidado y lo que es más importante, un potencial riesgo para la vida del paciente”.
Por ello decidieron enviar una carta a Dirección de Enfermería del hospital en la que alertan del riesgo para los pacientes de la falta de personal y explican que “a primera hora del turno de mañana hemos contactado con la supervisión de guardia exponiendo la situación que implica asumir el cuidado de tres pacientes por enfermera”. “La situación a las 8 horas (del sábado) era de falta de cuatro enfermeras”, explican en la misiva, a la que ha tenido acceso El Salto. “Esto supone una sobrecarga asistencial, un detrimento en el cuidado y lo que es más importante, un potencial riesgo para la vida del paciente”.
Esta situación no es puntual y se inserta dentro de un contexto en el que sanitarios y sanitarias de las UCIs del Gregorio Marañón y del Clínico están abandonando sus puestos de trabajo ante la precariedad de sus contratos de refuerzo covid.
Coronavirus
Sanitarios precarios Trabajadores de UCI madrileñas renuncian ante la precariedad de sus contratos de refuerzo covid
Plantilla exhausta
Así, y tal y como publicó El Salto, los sanitarios de estos dos grandes hospitales de la Comunidad de Madrid han comenzado a plantarse ante una situación de “maltrato” y de “ausencia de descansos” desde marzo de 2020 cuando fueron contratados como refuerzos covid. Contratos que la Consejería de Sanidad ha ido renovando por meses a lo largo de la pandemia, siendo la última ampliación desde este mes de julio hasta diciembre. Y muchos no han podido cogerse “ni diez días de vacaciones”, según explican desde el sindicato MATS.
“No pueden más, están exhaustos y no se sienten valorados después de haber estado sufriendo la tralla en las UCI durante los peores meses de la pandemia. Las vacaciones no las disfrutan, las liquidan a final de contrato”, explicaba Santiago Zarapuz a El Salto.
Todo ello en hospitales de alta complejidad que atienden a pacientes en estado grave. El Gregorio Marañón cuenta con dos UCIs y es un centro con un índice de estancia media elevado, según la clasificación del Servicio Madrileño de Salud, en el que los pacientes permanencen entre 5 y 12 días de media en la UCI.
La UCI flexible del Gregorio Marañón, ubicada en las instalaciones de la antigua biblioteca, fue inaugurada en noviembre de 2020 por la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, en plena pandemia, pensada para acoger hasta 35 plazas, pasando de las 23 que eran las habituales.