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Sanidad pública
Primera gran huelga general de la Atención Primaria en Andalucía
Denuncian la saturación de las consultas, la precariedad de los contratos y los criterios “economicistas” del Sistema Andaluz de Salud.
Carlos Bautista no pasa consulta esta mañana. Durante estos días se lo ha ido explicando a sus pacientes del centro de salud de Huelin, en Málaga. Les ha dicho que está cansado de no tener tiempo suficiente para atenderles, harto de no poder mandarles pruebas diagnósticas y de encontrarse muchas veces maniatado a la hora de buscarles el mejor tratamiento. También les ha dicho que lleva años sintiéndose ignorado, que él y sus compañeros están entre los médicos peor pagados de España.
Por todo eso —les ha dicho Carlos— hoy hace huelga, como otras decenas de médicos de Atención Primaria de toda Andalucía. Según este colectivo, un 85% de los profesionales; según el Servicio Andaluz de Salud, un 20%. “Los pacientes lo entienden, saben que luchamos por el bien de su salud”, considera Carlos Bautista.
Es la primera vez que sindicatos, asociaciones de médicos y colegios profesionales de las ocho provincias se ponen de acuerdo para organizar un paro de 24 horas en defensa de la Atención Primaria. Todos se concentran esta mañana ante la puerta del Servicio Andaluz de Salud, en Sevilla, para exigir más plantilla, más recursos y más estabilidad para unos profesionales que hoy resuelven el 90% de los problemas de salud.
Y el momento no podía ser más oportuno. En plena campaña electoral, a cinco días de las elecciones autonómicas, los representantes políticos no tendrán más remedio que escucharles. “Hasta ahora nos habían ignorado totalmente, por eso hay tanto malestar”, denuncia Rafael Carrasco, presidente del Sindicato Médico Andaluz (SMA), organización que ha convocado la jornada de huelga.
“Sabemos que no hay fórmulas mágicas, que no se puede ampliar el presupuesto en un 30% de la noche a la mañana, pero queremos que la Junta se siente a negociar con los médicos, a hacer un cronograma creíble, a pactar las prioridades”, insiste Carrasco.
Desde la Consejería de Salud se defienden a través de un comunicado de prensa, donde han recordado que ya existe una Estrategia de Renovación de la Atención Primaria en marcha. “No entendemos esta huelga que convoca el SMA en Andalucía. Es ahora cuando más se está apostando desde la Administración autonómica por colocar a este nivel asistencial en una situación de liderazgo”.
La Consejería ha establecido unos servicios mínimos del 100% en las urgencias y el 40% de las consultas a demanda
Más de 7.500 médicos de familia y pediatras están llamados a participar en esta jornada de paro que, de momento, transcurre en los centros de salud con normalidad. La Consejería ha establecido unos servicios mínimos del 100% en las urgencias y el 40% de las consultas a demanda —una cantidad que los manifestantes consideran abusiva—. Por eso, las colas de pacientes no son mucho más largas que las de un día corriente.
“Nosotros apoyamos la huelga”, asegura Mercedes Pírez, presidenta de la Asociación de Vecinos en la barriada malagueña del Palo.“Hemos avisado a todos los vecinos para que no vengan hoy a los centros de salud, como una forma de protesta”.
En los pasillos, solo varios carteles rompen la cotidianidad: “Esta huelga también es por ti. Por una sanidad digna, apóyanos”.
Cinco minutos no es suficiente
“Contamos con el mayor y mejor sistema sanitario público de España”. Es una de las frases que encabeza el video de campaña electoral de la candidata socialista y presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz.
En él presume de haber aprobado para 2018 “el mayor presupuesto en salud de su historia”: 9.809 millones de euros, de los cuales 9.013 millones han sido destinados al Servicio Andaluz de Salud (SAS). Esto significa un incremento del 5,4% respecto al año anterior.
Sin embargo, la euforia estadística se diluye al entrar en un centro de salud como el de Huelin, donde hace dos años se jubiló uno de sus médicos de familia y todavía no le han buscado sustituto.
No se les permite solicitar pruebas diagnósticas como un TAC o una resonancia
“No están cubriendo las jubilaciones, ni las bajas, ni las excedencias”, asegura Carlos Bautista, “tenemos a otra compañera que lleva dos años de baja por enfermedad y tampoco han ocupado su puesto”. Él fue uno de los impulsores de ‘Basta Ya Málaga’. Una plataforma creada hace dos años precisamente para denunciar la saturación de los centros de salud malagueños. Al principio apenas se unieron cinco médicos pero, con la ayuda de las redes sociales, consiguieron sumar trescientos en una semana. Querían visibilizar la falta de personal, pero también la falta de recursos —por ejemplo, a ellos no se les permite solicitar pruebas diagnósticas como un TAC o una resonancia—.
Sanidad pública
Sanidad pública andaluza: de la equidad a la brecha
“Hemos estado muy aislados durante años, siempre encerrados en nuestras consultas. Ya era hora de levantar la voz”, explica Carlos. Durante los últimos meses han organizado más de una decena de paros parciales hasta que la chispa de indignación se extendió a la provincia de Huelva y de ahí a toda Andalucía.
El 19 de noviembre convocaron, junto a los médicos onubenses, la primera jornada de huelga completa. Ahora, junto a colegas de toda la región, se concentran en Sevilla para recordarle a la presidenta andaluza que, por mucho que alardee de sanidad, esta comunidad sigue siendo la última en inversión en salud por habitante. Actualmente, Andalucía destina 1.166 euros por cada paciente, son 200 menos que la media nacional y hasta quinientos euros menos que otras comunidades como País Vasco.
Y eso, según la plataforma ‘Basta Ya’, tiene un efecto en cascada porque cuanto menos inversión, menos plantilla. Y cuanto menos plantilla, menos tiempo tienen para dedicar a todos sus pacientes.
“En días normales podemos recibir hasta 65 ó 70 personas, pero en los puntos fuertes, como la campaña de la gripe, llegamos a atender a cien personas en un día”, advierte José Luis Hornero, médico del centro de salud de Churriana.
Esto quiere decir que cada consulta dura, como mucho,cinco minutos. Y con eso no les da ni para mirar a sus pacientes a la cara. Por eso una de sus reivindicaciones principales en este día de huelga se mide en tiempo: diez minutos. El mínimo imprescindible para poder tocar, escuchar y tratar con el enfermo con un mínimo de garantías.
“En días normales podemos recibir hasta 65 ó 70 personas, pero en los puntos fuertes, como la campaña de la gripe, llegamos a atender a cien personas en un día”
“Llevamos reivindicando los diez minutos desde el año 2000. Muchas comunidades autónomas como País Vasco, Cataluña, Baleares o Asturias ya los tienen. Pero nosotros seguimos igual. Esto es la prehistoria”, critica Carmen González, médica del centro de salud del Perchel.
Cuando un médico no tiene tiempo para explorar o para escuchar a sus pacientes, lo que ocurre es que éstos acaban perdiendo la confianza y entonces prefieren acudir a las urgencias del Hospital (que se están convirtiendo en una nueva Atención Primaria, pero más cara) o recurren a la sanidad privada o, directamente, les agreden.
“Cuando tú no le miras la cara al paciente, pierdes esa empatía y ahí es cuando empiezan a agredirnos”, reconoce Carlos Bautista. Según el Observatorio de Agresiones de la Organización Médica Colegial de España, en 2017 se registraron 515 agresiones a médicos. De ellas, el 53% ocurrió en Atención Primaria frente al 21% de las agresiones registradas en hospitales. De todas las comunidades autónomas, Andalucía es la primera, con 122 agresiones a médicos.
“Este sistema nos irrita a todos, a los médicos y a los pacientes, destaca Carmen González, “hay gente que, cuando está muy desesperada, convierte el sufrimiento en ira”.
Sanidad precaria
Solo en la provincia de Málaga, 1.178 médicos han colgado sus batas en los últimos diez años para marcharse fuera. Unos eligieron Madrid, otros Canarias, Murcia, Reino Unido o Suiza. Han huido de la precariedad, de los contratos eventuales, de los horarios imposibles y las guardias encadenadas. Según una encuesta presentada este verano por el Colegio de Médicos de Málaga, muchos de estos profesionales, más del 80%, quieren volver pero solo si les ofrecen un contrato estable.
La fuga de médicos se siente especialmente en la Atención Primaria, sobre todo en el caso de los pediatras. Tal y como constatan los sindicatos, cada vez hay menos en los centros de salud, de hecho muchos médicos de familia han tenido que empezar a asumir sus funciones.
“Necesitamos que contraten y que hagan contratos decentes”, defiende la médica Carmen González, “los eventuales deberían ser solo para picos concretos, no para cubrir plazas establecidas”.
Porque eso también acaba afectando a los pacientes. “En 30 días tienes un médico y a los 15 días tienes otro. Así no hay continuidad en los tratamientos. Uno te manda ibuprofeno, pero luego viene otro y te manda paracetamol”, critica la presidenta de la Asociación de Vecinos del Palo (Málaga).
Hasta el año 2016 se calcula que un 30% de los trabajadores de la sanidad pública eran eventuales. Tan grave era la situación que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea tuvo que intervenir. En una sentencia ejemplar concluyó que este tipo de contratos suponían un "fraude” y generaban mucha precariedad. “Desde aquella sentencia, la eventualidad se ha ido reduciendo poco a poco. Ahora ronda el 10%”, admite Rafael Carrasco, presidente del Sindicato Médico Andaluz.
Sanidad pública
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Aparte de la eventualidad, existe otra razón por la que se marchan los médicos de Atención Primaria: por el sueldo. Según ‘Basta Ya’, los andaluces son los facultativos peor pagados de España. La diferencia está sobre todo en los complementos. Los médicos andaluces cobran más o menos en función de si cumplen con una serie de objetivos que les marca la Consejería. Entre ellos están, por ejemplo,reducir las derivaciones a especialistas o recortar la prescripción de medicamentos.
“Muchos objetivos están basados exclusivamente en criterios económicos. Entiendo que nos paguen más o menos en función de los resultados de salud, pero no según qué medicamentos receto y el número de derivaciones que hago. Yo tengo que hacer las derivaciones que sean necesarias”, defiende el presidente del Sindicato Médico Andaluz.
La Junta tiene un Plan
Cuando la Junta de Andalucía aprobó los presupuestos para 2018, dejó claro que su prioridad para este año sería la reforma de la Atención Primaria. Entonces, se comprometió a crear más contratos indefinidos y a dotar con mejores equipamientos tecnológico a los centros de salud. También aseguró que los médicos tendrían acceso a más de 600 pruebas diagnósticas.
En esa línea, el pasado octubre el SAS anunció la contratación de 1.306 nuevos profesionales. Habló de contratos “de larga duración”, de los cuales 281 serían para médicos de familia y 36 para pediatras.
Sin embargo, para los sindicatos siguen siendo migajas. “Esto es como una herida. Si tuviera dos centímetros, con un par de puntos la cierras, pero si tiene veinte centímetros necesitas muchos más”, aclara Antonio Martín, presidente del Sindicato Médico Andaluz en Málaga.
“En la Delegación nos reconocen que la situación hay que arreglarla, pero no concretan nada"
Su postura es clara: después del “maltrato” sufrido por la Atención Primaria durante los últimos años – sobre todo tras unos importantes recortes en presupuesto a partir de 2012 – la buena voluntad no es suficiente. “Queremos concreciones de futuro, necesitamos garantías para los próximos años”, insiste Martín. Él mismo se lo ha comunicado a la Delegación del Gobierno andaluz en Málaga durante varias reuniones previas a la huelga. “En la Delegación nos reconocen que la situación hay que arreglarla, pero no concretan nada. Ni cuántas plazas se van a crear ni en qué plazos. Por eso seguimos sintiendo mucha desconfianza”.
Hacen falta reformas estructurales y no “caramelitos”, coinciden los miembros de la plataforma ‘Basta Ya Málaga’. Como se queja Carlos Bautista, “el sistema está mal hecho. La Atención Primaria debería ser el centro. Si nos dejaran hacer lo que sabemos, incluso sería menos gravoso para la Sanidad y más eficiente”.
“La labor del médico de familia es muy importante, pero muy anónima. No hacemos grandes trasplantes. Somos los del día a día y eso no es noticia. Lo nuestro no vende para conseguir votos”, añade Carmen González.
Médicos, pediatras y sindicatos aseguran que si la situación no se arregla, si no hay un compromiso palpable y con los números en la mano, ellos mantendrán las protestas, incluso después del día 2 de diciembre. “No estamos luchando contra ningún partido en concreto”, recuerda Rafael Carrasco del SMA, “estamos luchando contra una situación que nos parece injusta”.