Enfermas parkinson - 4
Emilia Toste, enferma de párkinson de Tenerife. Foto de FEP.

Salud
Enfermas de párkinson piden que se respeten sus tiempos y desterrar estigmas

No todas las personas enfermas de párkinson son mayores de 60 y el temblor en el pulso es sólo uno de los decenas de síntomas asociados a esta enfermedad, incompatible con la “sociedad de las prisas”. Afectadas piden más conocimiento y más inversión en sanidad pública.

Inés Rodríguez pide paciencia a la hora de realizar tareas cotidianas como hacer la compra. Cuando pone los productos sobre la cinta transportadora se siente observada, no puede hacerlo más rápido. A Emilia Toste le sienta muy mal que la interrumpan al hablar. A veces se atasca y no se respeta su turno. Ambas son enfermas de párkinson y viven en la “sociedad de las prisas”, incompatible para las personas afectadas por una enfermedad que, pese a afectar a más de 160.000 personas en nuestro país y ser la segunda afección neurodegenerativa con mayor incidencia, solo por detrás del alzhéimer, está plagada de clichés, estigma y desconocimiento. Este martes, día mundial de esta enfermedad, desde la Federación Española de Párkinson (FEP), entonan un lema: “Dame mi tiempo. Por unas relaciones sociales que respeten los tiempos de las personas con párkinson”.

Para empezar, los síntomas que se asocian a ella difuminan la realidad. Si bien es cierto que las dificultades motóricas como el temblor en las manos es uno de ellos, y, aunque el más conocido, no es ni mucho menos el único. El párkinson provoca también síntomas no motores. De hecho, los primeros son depresión, pérdida de olfato, estreñimiento o alteraciones del sueño, según la guía para pacientes Keep It On. Y, además, y tal y como explican desde la FEP, lo que muchas personas desconocen son las fluctuaciones en los síntomas que las personas enfermas pueden experimentar a lo largo de un mismo día según va pasando el efecto de la medicación. Cambios “imprevisibles” que limitan e impactan en las relaciones sociales como los bloqueos de la marcha, la lentitud de movimientos, la falta de equilibrio al caminar, la rigidez facial o la alteración de la voz. “Si se manifiestan cuando las personas con párkinson están en espacios públicos o eventos sociales, les sitúan en una posición vulnerable ante las miradas, gestos y actitudes de una sociedad que desconoce la verdadera complejidad de esta enfermedad”, aseguran.

“El conocimiento de los síntomas aplacaría mucho ese estigma. Por ejemplo, que las personas entiendan que la falta de equilibrio no es porque estemos ebrios“

Andrés Álvarez, presidente de la FEP y afectado de párkinson, confirma que el estigma pesa mucho y este tiene que ver con la falta de información. “Por ello, el conocimiento de los síntomas, sobre todo de la sintomatología motora, que es la más evidente, aplacaría mucho ese estigma. Por ejemplo, que las personas entiendan que la falta de equilibrio no es porque estemos ebrios o que las personas afectadas no tenemos ningún control sobre los síntomas, ni sobre algunos de nuestros impulsos”, explica Álvarez.

Párkinson más allá de la vejez

Por otro lado, y pese a que un alto porcentaje de personas diagnosticadas son mayores de 60 años, según los datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN) el 15% de los casos se dan en personas menores de 50 años, en lo que se conoce como párkinson de inicio joven. Y los casos de Inés Rodríguez y Emilia Toste vienen a poner esto sobre la mesa. Toste cuenta que un neurólogo se mostró incrédulo ante su enfermedad sólo por su apariencia.

Enfermas parkinson - 1
Inés Rodríguez, quien fue diagnosticada de párkinson con 48 años.

“A mí me diagnosticaron con 50 años en junio de 2020. Yo llevaba unos cuantos años con problemas articulares. Luego aparecieron problemas en el habla, se me trababa la lengua cuando tenía que pronunciar varias consonantes seguidas”, explica Toste, quien asegura que a esto se añadieron problemas a la hora de escribir, algunas caídas y pérdida de psicomotricidad fina con la mano derecha. “Estuve cuatro años siendo derivada al traumatólogo y de ahí a rehabilitación”, relata quien finalmente tuvo que entrar en contacto con un neurólogo privado durante el confinamiento, ante la ausencia de atención presencial en la pública. A estos síntomas le añade la depresión, con una baja laboral de cinco meses incluida. “Tenía cansancio continuo, sueño pero problemas para conciliarlo”.

“Yo no puedo hacer las cosas tan rápido como otra persona, pero, con calma, me empeño y lo hago”

Con el diagnóstico en la mano llegó el tratamiento farmacológico. Pero Toste asegura que cuando comenzó a mejorar fue cuando entró en contacto con otras personas enfermas, a través de la Asociación de Párkinson de Tenerife, donde acude a terapias semanales de psicología, logopedia y fisioterapia. “Yo me negaba a ir porque pensaba que me iba a encontrar un perfil determinado de enfermos. Pero fue mi salvación”, resume quien asegura que ha mejorado mucho y continúa en su puesto laboral como directiva. “Yo no puedo hacer las cosas tan rápido como otra persona, pero, con calma, me empeño y lo hago”, asegura.

Enfermas parkinson - 3
Emilia Toste pide ser atendida por una unidad especializada. Foto de FEP.

Inés Rodríguez describe que fue ella la que le dijo a la doctora que tenía párkinson. Oriunda de Villanueva de la Serena (Badajoz) con 44 años sufrió un infarto medular, estuvo paralizada de cintura para abajo. Cuatro años después, y mientras seguía yendo a revisiones con el neurólogo, empezó a detectar que algo fallaba. “Yo era auxiliar administrativo y cada vez me costaba más escribir o mover el ratón. Un día caminando mi marido se dio cuenta de que yo no movía los brazos, que iba rígida”, explica. Tras investigar por su cuenta el diagnóstico que encontró era claro: párkinson. Al acudir a una revisión se lo comunicó a la neuróloga. Y, pese a la incredulidad que le mostraron de primeras, su intuición se acabó confirmando.

Hoy Rodríguez es la vicepresidenta de la Asociación de Enfermos de Parkinson de Extremadura. En el ámbito laboral ha obtenido una incapacidad permanente. Y, en el ámbito social, denuncia que se siente muy limitada. No puede ir a conciertos por sus fallos en el equilibrio. Tampoco puede viajar. Y a ratos siente desconfianza a su alrededor. “Hay gente que no quiere montarse en el coche cuando conduzco yo, cuando yo sigo conduciendo y nunca he tenido un accidente”, asegura.

Más sanidad especializada

Rodríguez asegura que para tratarse acude hasta una unidad especializada en trastorno de movimiento que está en el Hospital madrileño Ramón y Cajal. En su zona no hay neurólogos especializados. “Cuando llegué a esa unidad especializada estaba que me caía. La médica me dijo que estaba muy mal pautada y me reajusto todo el tratamiento. El párkinson necesita una especialización. Las enfermas agrupamos más de cincuenta síntomas diferentes y a cada una nos funciona una medicación diferente”, explica.

La falta de especialización afecta a muchos de los enfermos, tal y como relata Andrés Álvarez. “No solamente necesitamos más neurólogos y neurólogas, sino que necesitamos más neurólogos y neurólogas especialistas en trastornos del movimiento. Es muy diferente que la persona que te atienda sea una o un neurólogo especialista a una o un neurólogo generalista, porque es tan fácil y tan complejo como que no saben manejar la medicación”, explica el presidente de la FEP para quien también es primordial reducir los tiempos de diagnóstico,  de derivaciones a neurología y entre consultas.

“En Tenerife tenemos dos unidades para el tratamiento de párkinson en dos hospitales. Pero ni yo ni mis compañeros hemos sido derivados a estas unidades”

“Yo cuando conocí a Inés me enteré de su derivación a esa unidad. Yo desconocía su existencia. Me informé y en Tenerife tenemos dos unidades para el tratamiento de párkinson en dos hospitales. Pero ni yo ni mis compañeros hemos sido derivados a estas unidades”, denuncia Emilia Toste, mientras describe el vía crucis por el que han de atravesar las personas afectadas para ser tratadas en la pública: “Primero pedir cita en el médico de familia, que tarda dos semanas, después este hace una interconsulta con el neurólogo, otras dos semanas. A mí y a mis compañeros nos ven en un centro de especialidades una vez al año y cada vez que vamos es un neurólogo diferente. Muy pocos tienen acceso al hospital. Yo me he visto obligada a seguir con mi neurólogo privado pero hay muchos compañeros que no pueden permitírselo económicamente”, denuncia.

Además de la falta de especialización, Rodríguez se queja del precio de los tratamientos de rehabilitación que no cubre la sanidad pública. “Me mandan pilates con fisio y aquí en mi zona son por los menos 50 euros la mensualidad. Y si encuentras, que yo estoy en lista de espera”. Con su pensión de incapacidad debe de pagarse además un psicólogo y un logopeda. Y no le da.

Enfermas parkinson - 2
Inés Rodríguez es la vicepresidenta de la Asociación de Enfermos de Párkison de Extremadura.

Pero las personas afectadas avisan: estamos ante una enfermedad cercana. “El párkinson es una enfermedad crónica y neurodegenerativa cuya prevalencia se ha duplicado en los últimos 25 año. De hecho, según la Organización Mundial de la Salud, la discapacidad y la mortalidad asociadas a la enfermedad están avanzando más rápido que las de cualquier otro trastorno neurológico”, avisa Álvarez. Por eso, mientras piden su tiempo para estar aseguran que queda poco tiempo para cambiar la tendencia. Y que ponerse las pilas para frenar esta enfermedad es urgente.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Huelva
Sanidad pública Más de cinco mil personas se manifiestan en Huelva por la sanidad pública
La plataforma Onubenses Unidos por una Sanidad Pública de Calidad denuncia, entre otras cuestiones, la saturación en la lista de esperas y la falta de un Hospital Materno Infantil en la provincia.
Sanidad pública
Sanidad La exclusividad para trabajar en la pública: bulos y verdades del nuevo Estatuto Marco
Los profesionales sanitarios llevan 20 años con la misma regulación marco. Mientras el Ministerio de Sanidad reanuda las conversaciones para crear un nuevo estatuto, médicos exigen una norma propia.
Madrid
La burbuja del alquiler Sumar, Podemos y sindicatos de inquilinos presionan para convertir en indefinidos los contratos de alquiler
Sumar lanza una propuesta legislativa para transformar en indefinidos los contratos de alquiler, una de las principales demandas de la manifestación por la vivienda del 5 de abril. Una moción de Podemos, rechazada en el Congreso, pedía lo mismo.
Violencia sexual
Violencia sexual Una investigación asevera que Podemos recibió una acusación contra Monedero en 2016 y el partido lo
La secretaria general del partido, Ione Belarra, afirma que no revelaron las denuncias contra Monedero porque las víctimas les pidieron discreción y anonimato.
Madrid
Acusaciones de violencia sexual Monedero, bajo investigación de la Universidad Complutense por la denuncia de acoso sexual de una alumna
La confidencialidad del expediente no permite saber cuándo se presentó la denuncia ante la Unidad de Igualdad o cuánto se demorará la resolución. La Complutense afirma que la Inspección de Servicios está tramitando la acusación.
Líbano
Ocupación israelí Israel incumple el acuerdo de paz y mantiene tropas en el sur de Líbano para “vigilar” a Hezbollah
El Ejército sostiene la ocupación de cinco colinas a lo largo de la frontera tras evacuar sus soldados de decenas de municipios. Miles de civiles regresan a sus casas para descubrir que lo han perdido todo.
Galicia
Galicia La Xunta de Feijóo, condenada por negar visitas a una mujer que murió de cáncer por tener covid-19
La jueza dice que la situación exigía “flexibilizar” las medidas de prevención. Falleció a inicios de 2022 en el Hospital Álvaro Cunqueiro durante los últimos meses de la administración del jefe del PP con Julio García Comesaña de conselleiro.
Egipto
Egipto Ashraf Omar continúa en prisión provisional por dibujar
Ashraf Omar, caricaturista político del medio digital AlManassa, sigue en prisión preventiva indefinida tras ser arrestado violentamente en su domicilio el 22 de julio de 2024.

Últimas

Tribuna
Tribuna Verde de ecosocial, verde de educación pública
En nuestras aulas se ha colado una prisa ansiosa, que juzga al alumnado como un gasto, que lo dirige, poco a poco, a un mundo laboral tecnoptimista y completamente atomizador.
El Salto Radio
El Salto Radio Humedales necesarios
Damos un paseo radiofónico por algunos de los humedales de Andalucía, espacios fronterizos entre el mar y la tierra, tan necesarios para nuestra supervivencia. Lo hacemos con Juan Martín Bermúdez, de SALARTE y algunos oyentes.
Fascismo
Memoria antifascista Allí donde hay humo, hay fuego
A unos días de las elecciones alemanas, donde la ultraderecha acude fortalecida, un repaso sobre el proceso de desnazificación posterior a la Segunda Guerra Mundial y sus medias verdades.
València
València Suspendida “sin explicación jurídica” la primera declaración por desaparición forzosa del franquismo
La abogada remarca que no hay motivo jurídico por el que suspender la declaración que Carolina Martínez iba a realizar sobre la desaparición forzada y asesinato de su abuelo en 1939.

Recomendadas

Feminismos
Ana Bueriberi “El activismo tiene que ser colectivo: para contribuir al cambio es imprescindible despersonalizar la causa”
La periodista madrileña Ana Bueriberi reconoce que no sintió la discriminación hasta que llegó a la Universidad. Hoy, desde el proyecto Afrocolectiva reivindica una comunicación antirracista, afrofeminista y panafricanista.
Inteligencia artificial
Militarismo La máquina de los asesinatos en masa: Silicon Valley abraza la guerra
Las fantasías distópicas sobre los futuros usos de las máquinas en la guerra están más extendidas que el relato de lo que ya está pasando en los campos de batalla.
América Latina
Extrema derecha Los soldados de Donald Trump en América Latina
Mientras algunos presidentes latinoamericanos, con mayor o menor ímpetu, intentan ponerle freno, otros tantos se arrodillan y le rinden pleitesía sin recibir nada a cambio. ¿Quiénes son los súbditos latinoamericanos de Trump?