Renta básica
Julen Bollain: “Cuanto más se investiga la renta básica, cuanto más se conoce, más gusta”

En ‘La renta básica: una herramienta de futuro’, el economista se empeña en una empresa pedagógica para explicar esta medida como un instrumento que habilita horizontes más justos.
Julen Bollain
Julen Bollain. Foto de Ana Cervera Domínguez
30 dic 2021 06:00

El economista y ex diputado de Elkarrekin Podemos, Julen Bollain (Eibar, 1990) es una de las voces de referencia en el Estado sobre la renta básica. Integrante de la Red Renta Básica, Bollain ha trasladado su interés por la divulgación a un libro, La Renta Básica: un herramienta de futuro (Milenio, 2021), un volumen compacto en el que tiene cabida una retrospectiva en torno a esta medida, una mirada a los fundamentos en los que se asienta, y un debate sobre las tensiones actuales. Deteniéndose en cuestiones estructurales como la justicia social y la desigualdad, pero con la mirada también en las encrucijadas más urgentes, la crisis ecológica o de cuidados, Bollain argumenta (y da argumentos) para tomar la renta básica como una medida con un inmenso potencial de futuro.

En los últimos tiempos se han publicado muchos libros sobre renta básica universal, ¿qué es lo que viene a aportar o sumar el tuyo?
Básicamente los objetivos con el libro eran dos: por una parte yo veía que conseguimos crear discurso hegemónico en algunos ámbitos de la sociedad, lo hemos visto también en la pandemia con los manifiestos a favor de la renta básica. Pero entendía que necesitábamos ensanchar nuestras miras para ampliar la base social que defienda la medida, ¿por qué?,  porque el mayor reto creo que es político, y la presión es una de las grandes bazas.  Más allá de ese catastrofismo que a veces utilizamos, creía que era interesante tambien ponerle un punto de color, un punto positivo —teniendo en cuenta además la época en la que todavía estamos— para tratar de edificar un futuro que sea más interesante y esperanzador para muchas personas.

En segundo lugar, veía que muchos de los libros y las publicaciones que se han realizado sobre la renta básica en los últimos años, a veces miraban un poquito al pasado más que al futuro. Además, habitualmente acostumbramos a dirigirnos a un público muy concreto: yo quería ampliarlo un poco más, y los feedbacks que he recibido es que es un libro útil en el sentido que alguien que no sabe de economía saca conclusiones interesantes desde la iniciación hasta qué es la renta básica y cómo nos puede mejorar la vida, pero otros compañeros y compañeras que son profesores universitarios me han comentado que el libro tampoco se queda corto para ellas, así que creo que hemos logrado aglutinar un público objetivo muy grande y creo que es una forma muy interesante de seguir divulgando conceptos como la renta básica. Es un libro de economía, pero el público objetivo abarca mucho más de las personas que estamos en el día a día con la economía.

Como decías, venimos de unos tiempos en los que el apoyo a una renta básica parecía ganar cierta amplitud dentro de determinados espacios, con manifiestos a favor o una mayor presencia en los medios. Sin embargo, en septiembre de 2020 se presentó una Iniciativa Ciudadana Europea para llevar la Renta Básica a Bruselas y esta no ha recabado tanto apoyo como se podía esperar en aquel momento. ¿Nos paraliza el desánimo?
Yo no creo que haya un desánimo que dificulte contemplar alternativas como algo factible, sin embargo sí creo que en muchas ocasiones creemos que llegamos al espectro más amplio de la población a través de las redes sociales y del online y no nos damos cuenta que, en realidad, existe una brecha digital muy grande, yo creo que uno de los hándicaps que tiene la ICE en ese sentido, es que nos cuesta mucho movilizar en la calle. 

Lo que también hemos visto en la ILP de Euskadi, que acaba de conseguir las 10.000 firmas para  debatirse en el parlamento vasco, es que la iniciativa no tiraba hacia delante hasta que realmente no se ha hecho un trabajo de calle. Pensamos que llegamos a todo el mundo a través de las redes sociales, pero la verdad es que llegamos a muy poca gente, y es difícil movilizar así. En el epílogo del libro dice Guy Standing que los políticos tienen alma de espagueti: no tienen mucho valor intelectual pero sí entienden la presión. 

La última encuesta que tenemos a este respecto nos muestra que en seis de las más grandes economías de Europa, España, Portugal, Italia, Polonia, Francia y Alemania, el 68%  estaría a favor de abordar una renta básica

Y el problema en este caso es: si las personas de a pie como tú y yo, queremos un cambio, tendremos que presionar porque el mayor reto que tenemos es político. La última encuesta que tenemos a este respecto nos muestra que en seis de las más grandes economías de Europa, España, Portugal, Italia, Polonia, Francia y Alemania, el 68%  estaría a favor de abordar una renta básica, o estaría por votar favorablemente a la implantación de este ingreso, creo que tenemos un problema, y no solo en el ámbito de la renta básica, y es que ese movilizar, este reto político de realizar presión, nos está costando mucho.

La ILP supone una apuesta interesante por la vía institucional en un momento en el que la fe en los partidos políticos para pelear medidas ambiciosas no está en sus cotas más altas, ¿podemos confíar en las formaciones políticas? 
Creo que debemos confiar, la pena es que todavía no hay partidos políticos que hagan una apuesta seria por una renta básica. Es una pena precisamente porque hay partidos que cuando han estado más alejados del poder sí han hecho una defensa de la renta básica: ahí se da una paradoja y es que cuanto más alejado estés del poder mayor es tu interés por la renta básica y cuanto más te vas a acercando a ese poder empieza a evaporarse ese interés y esa defensa de la renta básica que realizas. Ahora en Euskadi, por ejemplo, que se va a tener que votar esta renta básica, el problema, para mí, es que el coste político de apoyarla de algunos partidos es cero, pueden votar que sí cuando realmente en sus programas políticos tampoco apuestan por ella.

Tenemos al PNV y PSE que tienen mayoría absoluta y van a votar que no, también el Partido Popular, que me imagino van a votar que no, Elkarrekin Podemos y Eh Bildu, da igual que voten sí o voten no, porque su voto no va a contar para nada en este caso, en términos solamente parlamentarios. Entonces el coste político de apoyar esa medida no es nada, sin embargo cuando miramos los programas políticos no hay una apuesta clara por parte de ninguno de estos partidos por una renta básica.

Llegamos así al problema de siempre: si desde la izquierda no abanderamos la lucha por una renta básica, va a ser la derecha quien lo haga, pues entiende los términos —habitualmente— mucho más fácil o mucho más rápido que la izquierda y los usa para sus propios intereses que son, directamente, defender los privilegios de una minoría. El problema está encima de la mesa y es ese.

En el libro elaboras un bosquejo de las urgencias actuales —la agenda ecologista, los cuidados, etc— y ensayas argumentos en los que la renta básica se interrelaciona con ellas. 
Para mí el problema es precisamente que a nivel discurso no estamos dando esa batalla, creo que muchas veces, hablamos de una manera en la cual intentamos tocar sentimientos, llegar a la fibra, y no nos damos cuenta que son discursos muy bonitos, con un trasfondo muy importante, pero que no nos permiten ampliar o ensanchar.

Creo que por eso es interesante intentar relacionarnos con otros movimientos distintos al nuestro, en parte los movimientos que más se acercan a la renta básica serían los movimientos de lucha contra la pobreza, pero creo que tenemos que tratar de construir, lazos, sinergias, interrelaciones con el movimiento ecologista, con el movimiento feminista, con el movimientos lgtbi, con sindicalistas, esa creo que es nuestra próxima batalla, la que va a llevar a que la renta básica consiga un discurso hegemónico que es lo que nos falta.

Renta básica
Alberto Tena “Hay ideas de fondo en la renta básica que vienen de un mundo que se resistía a la llegada del capitalismo”
De la mano de los autores Thomas Paine y Thomas Spence, el investigador y activista de la renta básica universal, Alberto Tena, indaga en las ideas y planteamientos que acompañaron al origen de esta propuesta, hace más de dos siglos.

Solo hay que ver cómo lo han hecho esos otros movimientos. Con sus luchas internas y demás, una mani del 8m actualmente, es lo más transversal que pueda haber, o una protesta por la defensa de las pensiones. Entiendo que esos movimientos son los que también nos van a dar mucho empuje y nos van a permitir entender lo que ya comentamos muchas veces: si bien el objetivo de la renta básica es que todo el mundo tenga sus necesidades básicas cubiertas y garantizar que todas las personas tengan cuotas de libertad mayores, no podemos obviar que la renta básica también interacciona con muchas otras medidas.

Si escarbamos un poquito podemos ver que formamos parte de un todo, y que el cambiar nuestra sociedad no se hace solo mediante la renta básica o el feminismo sino que se hace mediante un conjunto de acciones organizadas y bien planificadas

Y si bien no puede dar solución a la crisis ecológica, puede ir en la línea, por ejemplo, de romper con ese productivismo que tenemos en nuestra sociedad capitalista, entonces crear esas sinergias, esos lazos, esas interrelaciones es necesario si queremos que nuestro movimiento llegue a buen puerto, y por eso yo creo que es muy importante el trabajo de todas esas personas que intentamos divulgar, sea desde los medios de comunicación, o las redes sociales, desde la universidad al ámbito más laboral. Creo que es muy importante todo este sumar fuerzas, y el crear lazos con otras personas que en un primer momento puede parecer que están fuera de esta lucha, pero si escarbamos un poquito podemos ver que formamos parte de un todo, y que el cambiar nuestra sociedad no se hace solo mediante la renta básica o el feminismo sino que se hace mediante un conjunto de acciones organizadas y bien planificadas.

¿También en cómo se financiaría la renta básica universal puede haber posibilidades de encuentro con otros movimientos? No es lo mismo financiar con impuestos a la riqueza que con impuestos al trabajo, por ejemplo. 
Vas a  ganar mucho más apoyo social si hablas de financiar la renta básica con un impuesto a la riqueza o a las grandes fortunas, y ¿por qué?, porque la mayor parte de la gente no se siente identificada con las grandes fortunas. El IRPF lo pagamos todas, es normal que sientas muchas más reticencias, o encuentres muchas más reticencias a la hora de explicar una renta básica.

¿Cuál es el problema? El IRPF no es el impuesto más justo para financiar una renta básica, pero son los datos que se reciben más útiles para realizar el estudio. Los estudios realizados a través del IRPF a nivel estatal, a nivel catalán o a nivel de la CAV, que es el estudio que hago yo en mi tesis doctoral, que defendí en noviembre, son estudios que dicen: incluso con un impuesto que nos es justo para financiar una renta básica —al ser los datos fiables que conseguimos de las instituciones públicas— es posible financiar una renta básica. Decir esto, aunque pierda el 20% más rico de la población  —sabiendo que el 20% del IRPF no es el 20% más rico real de la población— no es un discurso ganador en la ciudadanía y eso tenemos que tenerlo clarísimo, por eso también, debemos dar alternativas desde el impuesto a la riqueza, desde subir la presión fiscal a las grandes empresas, igualar la presión fiscal que tiene las grandes empresas con la presión fiscal que tienen a nivel europeo. También en reducir los niveles de fraude fiscal, en igualar la presión fiscal que tenemos en impuestos medioambientales con la presión media de estos impuestos a nivel europeo, todas esas cuestiones son importantes y tenemos que mirar por ahí.

En mi tesis doctoral yo hago eso con Euskadi precisamente, sabiendo que no tengo datos, pero sé cuánto recaudamos, y sé qué  presión fiscal tenemos frente a la media europea. Entonces puedo calcular sin saber qué personas saldrían perjudicadas, que las grandes fortunas en este caso tendrían que pagar x millones más si igualamos la presión con el sistema fiscal europeo. Ese sí que es un argumento mucho más interesante para compartirlo con la ciudadanía.

Por eso tenemos que hacer muchas veces malabarismos y cuando explicamos la financiación de la renta básica tenemos que explicar siempre lo que te comentaba al principio, el IRPF no es impuesto más justo, pero los datos más utilizables son los que nos da el instituto de estudios fiscales sobre liquidaciones del IRPF. Por lo tanto, el estudio solo podemos realizarlo así, es un estudio simplemente para demostrar que se puede financiar, de tal manera que el 80% no estrictamente rico de la población saldría beneficiado. Imaginar qué ocurriría si utilizamos otros impuestos, el porcentaje de población que saldría beneficiada sería aún mayor. Pero para eso tenemos unas instituciones que son bastante opacas a este respecto, y la recopilación de información es muy complicada.

La renta básica es una medida que es muy fácil hacer demagogia de ella, es para mantener a vagos, no se puede financiar… sin embargo ¿cuál es la única forma de combatir esta manera de ridiculizarla? realizando debates sobre ello, hablando sobre ello

Llevas un tiempo mandando tweets muy precisos sobre datos económicos que escandalizan y abriéndote así un huequito en la vorágine mediática. ¿Cómo hacerle un hueco a la renta básica en la agenda de las urgencias?
Es muy complicado, porque la renta básica es una medida que es muy fácil hacer demagogia de ella, es para mantener a vagos, nadie haría nada, no se puede financiar… sin embargo ¿cuál es la única forma de combatir esta demagogia o esta forma de ridiculizarla?, realizando debates sobre ello, hablando sobre ello, con medios de comunicación que hablen sobre ello, dando información. Aunque se hable mal, aunque se ridiculice, cuanto más se hable es mejor, y eso es porque tiene un potencial la renta básica y es que cuanto más se investiga sobre ella, cuanto más se conoce, más gusta.

Uno de los peros más recurrentes desde la izquierda o “los de abajo” es que los ricos también la recibirían.
Cuando ves lo que hay detrás de eso y te das cuenta —más en un momento como este que hemos puesto en valor lo común, lo que sustenta la vida de todas las personas — que la gente no entra con la cabeza gacha a un hospital pero sí que va llena de vergüenza a servicios sociales a pedir una prestación a la que tiene derecho, cuando ves lo que ha pasado en la pandemia que a nadie se le ha preguntado, cuando se le ha puesto un respirador, cuál era su renta, caes en que la renta básica, bien explicada, tiene un potencial muy grande. 

Hemos visto que muchísima gente ha sacado manifiestos a favor de la renta básica en esta pendamia, hemos visto que el Papa Francisco, por ejemplo, ha hecho un alegato en su libro a favor de la renta básica. Son cosas que hasta hace poco no las esperaba nadie. Si nos preguntaban hace cinco años si un Papa iba a hablar a favor de una renta básica nos resultaría totalmente incomprensible y diríamos que no. La renta básica ha pasado del cajón de las utopías no realizables a ser, como diría Rutger Bregman, una utopía para realistas, una medida que ahora mismo es realizable. Ahora no es descabellado que la clase política hable sobre ella, no es descabellado que se realicen proyectos piloto por muy en contra que yo pueda estar de ellos.

Creo que voy a titular esta entrevista con un “Julen Bollain está en contra de los proyectos piloto sobre renta básica”
Lo digo entre comillas, sabiendo que han traído muchas cosas buenas, que es importante que se hable de la renta básica. Pero teniendo en cuenta que si hablamos de hacer un proyecto piloto en el territorio español, estamos hablando de hacer un experimento con 11,8 millones de personas pobres, a mi eso me parece éticamente y moralmente una aberración. ¿Alguien se hubiese imaginado que Lincoln, cuando promovió la decimotercera enmienda que prohibía la esclavitud, hubiese dicho anterioremente: vamos a ver cómo funcionaría un proyecto piloto?, estamos jugando con derechos humanos y con casi 12 millones de personas que no pueden llenar la nevera al final de mes, no pueden poner la calefacción y pasan frío en casa.

Renta básica
El vídeo “Tu vida con una renta básica” invita a imaginar cómo sería la sociedad si se implementase esta medida
Comunicadores, investigadoras o actores desgranan qué posibilidades se abririán para las personas si tuviesen las necesidades básicas cubiertas por un ingreso individual, incondicional y universal.

Creo que poco a poco estamos haciendo camino y que más pronto que tarde habrá un gobierno con la valentía suficiente — y valentía entre comillas, porque estamos hablando de garantizar las necesidades básicas de toda la ciudadanía, algo que no suena a nadie raro— que lo ponga encima de la mesa. Hay un meme por ahí por twitter que dice algo como que, si hubiese 10 monos y 10 plátanos y un mono tuviese nueve  plátanos y los demás un plátano entre todos, los investigadores pondrían el foco en ese mono que tiene los nueve plátanos, sin embargo en la sociedad ocurre eso y estamos poniendo la mirada en las 12 millones de personas que no tienen nada. Tenemos el prisma cambiado y tendríamos que poner el foco realmente en ese 10% que acumula más riqueza que el 90% restante y ver cómo podemos repartir equitativamente y de una manera justa —de una manera que no atente contra la democracia— esa riqueza para que todas las personas podamos tener unas vidas dignas y que realmente merezcan ser vividas.

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