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Personas refugiadas
Refugiados explican al Defensor del Pueblo la vulneración de derechos que padecen
El Defensor del Pueblo, Francisco Fernández Marugán, recibió a personas solicitantes de protección internacional que contaron su experiencia de quedar en situación de calle a consecuencia de la vulneración de derechos y exclusión que padecen.
En representación de medio centenar de familias, un grupo de solicitantes de protección internacional explicó este lunes en Madrid al Defensor del Pueblo español, Francisco Fernández Marugán, la situación de vulneración de derechos que sufren por parte de las diferentes administraciones públicas.
Las quejas trasladadas comprenden desde la demora en la cita para la entrevista de asilo (competencia del Ministerio de Interior) y con la Unidad de Trabajo Social (del Ministerio de Inclusión, Asuntos Sociales y Migraciones), hasta el funcionamiento de los espacios municipales de acogida de personas en situación de calle a los que son derivados como último recurso.
“Básicamente las demandas se concentran en la demora en la tramitación de las entrevistas para solicitar asilo con la policía y con la trabajadora social” declaró el colombiano Germain, uno de los seis solicitantes de protección recibido por Marugán, y cuestionó que las autoridades “no den credibilidad” a los motivos de sus solicitudes y, en consecuencia, se encuentren “muchas trabas y obstáculos en el momento en que tienen que asignar una plaza y se demoran entre 2 y 3 meses”.
En tal sentido, Daniel, proveniente de Venezuela junto a su pareja, destacó la atención recibida en la Defensoría porque tuvieron “todo el tiempo necesario para explicar las problemáticas. Abordamos cada caso con detalle, de los recursos en las calles Mejía Lequerica y Vivero, del de Cercedilla, y de las personas en situación de calle. Esperamos que haya respuesta”, afirmó.
Personas refugiadas
Refugiados al raso mientras las administraciones se pasan la pelota
Las administraciones estatal y madrileña se rifan la responsabilidad sobre las personas solicitantes de asilo, que quedan abocadas a dormir en la calle o a recurrir a redes ciudadanas de apoyo.
Fue el propio Defensor del Pueblo quien conociendo la exclusión que están viviendo y el trabajo de solidaridad y apoyo mutuo que desarrollan con organizaciones locales como la Coordinadora de Barrios, la Red Solidaria de Acogida y la Red de Solidaria Popular de Latina y Carabanchel, las invitó a conocer en detalle la situación.
“Dos veces por semana o incluso tres venimos reuniéndonos desde hace tiempo en la parroquia San Carlos Borromeo para poner en común los problemas que veíamos. Incluso hace mes y medio le habíamos enviado una carta al Defensor y ahora para sorpresa nuestra de su propia iniciativa nos envió una invitación a contarles la situación de las personas solicitantes de asilo, que estamos prácticamente en estado de indigencia”, relató Daniel.
“Condenados a la indigencia” es una de las frases que más se repite entre las personas solicitantes. Porque en algún momento del tiempo que llevan en Madrid han tenido que pasar noches durmiendo a la intemperie, en el aeropuerto o buscando otras alternativas como un cajero o a las puertas de una estación de metro. Y porque todas, sin excepción, han estado en recursos municipales como los de la denominada “Campaña de Frío” que tienen la obligación de abandonar a las 8 de la mañana y no pueden regresar, si hay suerte de tener plaza, hasta las 10 de la noche, 14 horas para andar deambulando por la ciudad sin recursos, sin derechos.
“Prácticamente nos han convertido en los indigentes de Madrid porque estamos en la calle todo el día, deambulando. Incluso las personas que consiguen una plaza para dormir por la noche, a las 7 de la mañana ya son desalojadas a la calle, sin tener un sitio donde bañarse, donde comer, donde descansar y esperando nuevamente la noche, para hacer una fila de hasta cinco horas para poder recibir una plaza. Y a eso de las 11 de la noche que te digan ´chicos, ya no hay plaza, inténtenlo mañana´. Está bien, se intenta al siguiente día, pero durante la noche ¿dónde descansan las personas?, es otro día más que estamos como zombies por las calles” lamentó Tubal Padilla, otro de los jóvenes recibidos por Marugán y que ha tenido que pasar doce noches durmiendo en la calle.
El reclamo por escrito
Tras la reunión, que fue acompañada desde afuera por un nutrido grupo de solicitantes e integrantes de organizaciones de apoyo, entregaron por registro una copia de las demandas e irregularidades que vienen padeciendo.
“Una vez que solicitan protección internacional en Aluche no se produce el registro de su solicitud, sino que se les emplaza a una entrevista que demora un mes aproximadamente, entregándoles un tiquet con la cita manuscrita. Dicho recibo carece de ningún tipo de membrete oficial ni valor identificativo, por lo que no tienen medio fehaciente de solicitar su condición de solicitantes. Dado que no son considerados solicitantes, no tienen acceso a ningún tipo de apoyo especializado y no pueden acceder a la asistencia legal para preparar sus entrevistas de asilo”, denuncian explicando la complejidad del entramado burocrático administrativo al que son sometidas.
Y agregan que ese no reconocimiento de su condición de solicitantes les impide acceder “a una asistencia psico-social específica para personas que han sufrido situaciones de trauma, duelo o discriminación” o “a la asistencia sanitaria”, por cuanto al necesitar atención médica se les requiere “abonar las facturas”. También reiteran las dificultades de obtener cita con la Unidad de Trabajo Social, un paso imprescindible para ingresar al sistema de asilo. “Dado que esta cita solo se expide los lunes y en un número muy limitado se acumulan retrasos muy importantes en el acceso al programa de acogida”, cuestionan.
La consecuencia de todos estos atrasos, según relatan, es la derivación a la denominada “Campaña de Frío” del Ayuntamiento de Madrid, o a dispositivos como Vivero, Mejía Lequerica, el ubicado en Francos Rodríguez o en la localidad de Cercedilla. “Se trata de albergues inidóneos para la acogida”, aseguran las personas denunciantes.
En especial refieren al hacinamiento en el dispositivo municipal de campaña de frío dispuesto para hombres. “Hay 140 camas en una sola habitación, con 6 duchas y 6 inodoros que no todos funcionan” relatan, y lamentan que ni siquiera allí esté garantizada la plaza. “Cada siete días hay que renovar la solicitud de acceso y como hay más personas que plazas, una vez transcurrido los siete días hay que pasar varias noches en calle hasta que se desocupa una. En general las personas firmantes hemos pasado entre tres y ocho días durmiendo en la calle”, afirman.
El reclamo se extiende a la falta de asistencia sanitaria, las dificultades de convivencia con personas que sufren los efectos de situaciones prolongadas de calle, deficiencias en la información que se brinda y en la manutención, entre otras.
“Tratar de redactar esta carta o explicarlo ha sido difícil, estar en la calle por la noche o todo el día en situación de calle es muy difícil y doloroso”, cuenta Daniel, esperanzado en el compromiso del Defensor del Pueblo de “poner al cien por cien de su parte” para obtener el reconocimiento y protección que la administración está obligada a reconocerles.